por Luis E. Sabini Fernández.
No hay nada más molestoso que estar enterado de algo que es tratado mediáticamente.
Un ejemplo: pertenezco a los treinta mil o cuarenta mil pasajeros frustrados de PLUNA que un buen día, y sin decir aguavá quedamos colgados del pincel, mejor dicho del boleto inservible de viaje, debidamente pagado en su momento según los requerimientos de la empresa de viajes que habíamos “elegido cada uno” para adquirir los billetes.
PLUNA resolvió el intríngulis de los setenta mil pasajes vendidos, completando el pasaje a quien ya había hecho uso de la primera mitad y cancelando toda reparación a los que no habíamos iniciado el uso del billete (generalmente un viaje de ida y vuelta a alguna parte). Los semiusados y los “virgenes” eran casi mitades (trienta mil y cuarenta mil o vicecersa).
Zlotogwiazda entrevista a Lucía Topolanski * y le pregunta por malestares “en el paísito”, con Argentina, con Brasil (y probablemente consigo mismos). Z comenta que ha habido alguna crisis con un ministro renunciante…
Entonces Lucía Topo replica: −no ha habido crisis alguna. Ha habido una renuncia porque se entendió que se perdió PLUNA, un servicio aéreo, la línea de bandera, pero todo ha sido limpio, el renunciante no se ha llevado un peso para su casa, todo ha sido límpido, no ha habido el menor menoscabo para la actuación del país, no se ha perdido un ápice de su buen nombre y estamos hoy con mejores conexiones que las que teníamos cuando PLUNA cerró. Escuchando a doña Lucía parecería que el cierre de PLUNA habría sido un éxito para el país o al menos una reafirmación de su calidad (institucional, moral, comercial, vaya uno a saber). Abracadabra… no hay nada de qué quejarse, nada de qué criticarse, nada siquiera que lamentar…
Z. no le hizo la pregunta elemental acerca de qué había pasado con el dinero escamoteado a treinta mil o cuarenta mil pasajeros frustrados.
Asì es fácil hacer periodismo.
- Programa radial del 2 enero 2014, AM 1030, del Plata.