por Luis E. Sabini Fernández –
Israel ha ido acrecentando su presión sobre la población palestina, desmantelando sus medios de vida, comunicación, transporte, sanitarios, educacionales, convirtiendo a la población palestina en islotes cada vez más segregados en los territorios mayores aun no deglutidos por el Estado de Israel ─Cisjordania fundamentalmente─ y en el caso de la Franja de Gaza, un régimen de cárcel a cielo abierto donde la segregación y el sitio que sufren ese más de millón y medio de palestinos parece contar con la anuencia mundial, en rigor la de los grandes poderes planetarios. “[…] la estrategia de asedio de las fuerzas israelíes de ocupación en Gaza y Cisjordania, una combinación peculiar de lo medieval y lo moderno. Aquí tenemos literalmente un estado de sitio que es permanente, una forma indefinida del ‘estado de excepción’ cuyo final es difícil de imaginar o concebir. Poblaciones enteras han sido deliberadamente aisladas de la posibilidad de seguir una vida cotidiana normal en lo que efectivamente era una ocupación colonial tardía […]”. Así define Jules Etjim [1] esa situación.
El “estado de excepción” dictado por el EdI es el que facilitó que la Marcha del Retorno, un reclamo palestino para volver a las tierras que le fueran violentamente arrebatadas primero y confiscadas después, programada y llevada a cabo desde el 30 de marzo ppdo. se convirtiera en la razón o la oportunidad para que las fuerzas armadas israelíes mataran, a lo largo de varios viernes, a centenares de palestinos desarmados y sin piedras [2] e hirieran a varios miles.
La Marcha del Retorno, entonces puso en blanco sobre negro el carácter racista, despótico, genocida del EdI.
¿Cómo se atreve Netanyahu y la plana mayor israelí a tales atropellos, a semejante comportamiento? Porque campea la impunidad.
La dimensión canalla se expresa multifacéticamente. Otro ejemplo: el gobierno israelí ha llevado a sus más minúsculos niveles el suministro de energía a la FdG. En el anuncio de tan drástica reducción, que significa una vida cotidiana para casi dos millones de habitantes o mejor dicho sobrevivientes en el territorio gazatí, con muy escasas horas de energía diaria (6, 4, 2, no sabemos), aclaran que mantendrán los servicios de ayuda humanitaria.
Suponemos que esa última aclaración es de las que tranquilizan las conciencias democráticas y occidentales.
Lo registro como expresión de pensamiento doble tan bien descrito por George Orwell.
Pero la dimensión canalla y el pensamiento doble proliferan.
A fines de junio fueron secuestrados tres jóvenes israelíes. Poco después se encontraban sus cadáveres. Observe el lector que desde el 30 de marzo las fuerzas de seguridad israelíes inauguraron ese nuevo círculo del infierno decidiendo el asesinato colectivo de gente desarmada como explicamos en los párrafos precedentes.
El asesinato de esos tres israelíes es la respuesta sorda, la venganza, mínima, simbólica de palestinos desesperados e impotentes ante la imposición brutal de matanzas colectivas. Pero cómo reacciona la dirección sionista: “Beniamìn Netanyahu aseguró que Hamas pagará por el asesinato de los jóvenes […] El Gabinete israelí se expresó a favor de una acción militar. El ministro de Exteriores de Israel, Avigdor Lieberman, pidió una gran ofensiva aérea y terrestre en la Franja de Gaza. […] A su vez, el ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, reiteró ayer sus palabras del día anterior: Consideramos a Hamas responsable del secuestro y asesinato. Seguiremos persiguiendo a los asesinos de los adolescentes. No descansaremos hasta que les pongamos la mano encima.”
“El presidente estadounidense, Barack Obama, ya había condenado ‘de la forma más contundente posible’ el asesinato de los jóvenes, lo que fue ratificado por el Departamento de Estado un día después. Sin embargo, la portavoz Harf no aportó pruebas concretas sobre la responsabilidad de Hamas en el asesinato aunque reiteró en varias ocasiones que existen ‘muchos indicios’. [3]”
La cita de los últimos párrafos proviene de infonews que encabeza su texto con el equívoco título de “Crímenes de israelíes”. Obviamente se refería al asesinato de los tres israelíes a manos palestinas y no el de centenares de palestinos a manos israelíes.
Esa reacción de Lieberman, Yaalon, Netanyahu, desgarrándose las vestiduras por la sangre vertida es lo que consideramos canalla cuando esos mismos dirigentes han sido fundamentales en el derramamiento de sangre palestina, acontecida justamente antes, mucho antes e inmediatamente antes.
El comportamiento israelí ha ido dando cada vez más razón a aquellos judíos temerosos ante el avance sionista. Uno de ellos aludía “al gato que estrangula sin hacer sangre”.
¿Qué nos advertía, por ejemplo, Isaac Leib Peretz en 1906, cuando el sionismo se estaba desarrollando con enorme vigor?
“[…] temo que sobre las ruinas, en lugar de lo nuevo construyáis algo pero, más oscuro y frío. […] y la justicia […] os abandonará. Y no lo notaréis, porque para eso son ciegos los que triunfan y oprimen. […] Construiréis cárceles para encerrar a quienes extienden el brazo señalando el abismo en que caeréis.” [4]
Pero Peretz era un judío que hablaba de humanidad. Ese concepto parece raído y caduco para el sionismo. Y la lengua de Peretz era el yiddish. Que el sionismo desprecia.
Poco antes Peretz había señalado: “¿No decís acaso que la humanidad cual ejército hacia el frente, deberá marchar al compás que marquen vuestros tambores? Pero la humanidad no es un ejército.”
La cuestión hoy es si Israel es una sociedad que tiene su ejército o un ejército que tiene una sociedad.
[1] “Notas sobre Siria y el advenimiento de la tanatocracia global”, www.rebelion.org., 24/7/2018.
[2] Porque las pedradas eran la justificación de repetidos asesinatos de apedreadores o, en el caso de niños, de quebradura sistemática de los huesos de sus bracitos.
[3] http://www.infonews.com/nota/151882/para-ee-uu-hay-indicios-que-apuntan-a-hamas.
[4] Esperanza y temor, Asociación Racionalista Judía, Buenos Aires, c:a 1940.