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Autor: raas

EE.UU.: ¿estado vasallo de Israel?

Publicada el 26/02/2015 - 26/02/2015 por raas

Por Luis E. Sabini Fernández.

El poderío del Estado de Israel parece algo cierto y en franco proceso de expansión.

Como nunca antes, se ha permitido arrasar una vez más con la Franja de Gaza, dejando el tendal de miles de muertos y permitiéndose bloquear todo proyecto de restauración de los miles de hogares destruidos, de la infraestructura deshecha, habitacional, educacional, sanitaria, convirtiendo a la Franja de Gaza y a sus habitantes en testimonio forzoso de un poder absolutamente discrecional, puesto que la presunta guerra entre Palestina e Israel no es sino la coartada de un abuso permanente de un poder colonizador sobre una población civil, como fue por ejemplo, el arrebato de las tierra a los “pieles rojas” por parte de EE.UU. o el de las tierras maoríes para convertirlas en neozelandesas…

El arrasamiento de la FdG no ha sido sólo mediante asesinatos más o menos indiscriminados (centenares de niños muertos durante “la invasión” por tierra y aire) y la destrucción sistemática de la infraestructura muy golpeada y estrangulada; Israel ha bombardeado y anulado el aeropuerto de la FdG, en su momento financiado y construido con fondos españoles y lo mismo ha hecho con sus instalaciones portuarias. El EdI tiene como política que sus efluentes industriales o civiles  provenientes de territorios “en la espalda” de la FdG pasen por ella antes de llegar al mar, es decir regando sistemáticamente con detritus ese castigado territorio.

La regimentación impuesta a la población, sitiada, de la FdG regula hasta su consumo de agua (de pésima calidad puesto que Israel ha bombardeado e inutilizado sistemáticamente las plantas potabilizadoras) al punto que los soldados en sus “inspecciones” destruyen todo depósito de agua casero que procure acumular la escasa agua de lluvia… todo es un abuso sistemático y atroz (los israelíes, por ejemplo, gozan de un alto consumo de agua per capita…)

Tal vez la impunidad lograda por el EdI para “manejar” la cuestión palestina  sea apenas un reflejo de otros poderes que ha desplegado.

Las relaciones entre EE.UU. y el EdI nos obligan a plantear al concepto señalado en el título. Ya era proverbial el planteo de Ariel Sharon tranquilizando siempre a sus cofrades asegurándoles que Israel tenía a EE.UU. en el bolsillo (véase por ejemplo: “El Lobby israelí y la política exterior estadounidense”,  John J. Mearsheimer y Stephen M. Walt, Quibla, 07-04-2006).

La línea de acción de Netanyahu sigue ese mismo curso. Para afirmar su candidatura a seguir ejerciendo la jefatura del estado sionista, Netanyahu y sus asesores  han dispuesto “enriquecer” su campaña con una presentación en el Congreso de EE.UU. (cómodamente controlado, a través de la AIPAC, su lobby y sus fondos, en una proporción del 75%; consideran tener “de su lado” a unos 300 de los 435 representantes de la institución estadounidense).

Para poner en evidencia el disgusto israelí, sionista, con ciertos planteos de Kerry y Obama, como por ejemplo, el reconocimiento de algunos derechos casi miserables para los palestinos que al estado sionista siempre le parecen excesivos, Netanyahu ha dispuesto un discurso suyo en “la Casa”  (de los representantes estadounidenses) el próximo 3 marzo, sin pasar siquiera por algún tipo de coordinación con la presidencia de EE.UU.

La reacción de EE.UU.

Semejante desaire se ha hecho difícil de tragar y Obama ha pedido que Netanyahu postergue su visita a EE.UU. para después de las elecciones israelíes. Les resulta chocante que Netanyahu use su discurso legislativo en EE.UU. dentro de su campaña electoral… Observe el lector la delicadeza de la reacción: un ruego para que postergue su discurso.

Prendiendo un ventilador

En este contexto, entiendo hay que situar otras reacciones desde EE.UU., como por ejemplo que haya visto la luz pública la ayuda, totalmente ilegal, violando sus propios códigos de comportamiento, de EE.UU. a que Israel lograra la bomba H. Curiosamente se “desclasifica”, es decir se le quita carácter reservado, a un acuerdo de 1987 “que eludía los estándares internacionales” (RT, 16/2/2015). Documento desclasificado a menos de 30 años, lo cual es significativo (no hay plazos fijos para que los documentos secretos de otrora pasen al dominio público, pero 30 años suele ser un período habitual, aunque en España, por ejemplo, posfranquista, rige el plazo mínimo de 50 años y la necesidad de una concesión especial para cada caso…).

El documento desclasificado en este caso revela la complicidad sostenida de las autoridades estadounidenses con el estado sionista, que violaron las enmiendas de su propio país que prohibían y prohíben expresamente ayudar a cualquier país “que trafique con equipamiento de enriquecimiento nuclear o tecnología fuera de las salvaguardas internacionales” o que “importen tecnología de reprocesamiento nuclear” (ibíd.).

Un comentario de Roger Mattson, exmiembro de la Comisión de Energía Atómica de EEUU fue: “Estoy impresionado por el grado de cooperación entre Israel y EE.UU. en artefactos especializados para la guerra.”

El “acuerdo” establecido en 1987 prohibía a los empleados y contratistas vinculados con él que revelaran el programa nuclear israelí, bajo pena de encarcelamiento.

El pedido de desclasificación provenía del 2012 (a solicitud del director del Washington Institute for Research: Middle Eastern Policy, Grant Smith), pero resultó concretado en esta significativa coyuntura de enfriamiento entre EE.UU. y el EdI (RT, 16/2/2015).

La reacción desde la misma Casa de los Representantes

Es una reacción llamativa, aunque a la vez revela la debilidad estadounidense ante las arremetidas israelíes: el 20 de febrero de 2015, una treintena de diputados federales, demócratas, de EE.UU. con el representante Keith Ellison (afro) como vocero públicamente condenaron el discurso de Netanyahu programado para el 3 de marzo en el Congreso de EE.UU. Estos parlamentarios enviaron una carta de protesta a John Boehner, el actual presidente republicano de la cámara que está a punto de recibir a Netanyahu, pidiéndole la postergación de dicha alocución.

Al mismo tiempo se ha ido formando una lista de legisladores que han anunciado su boicot al discurso de Netanyahu.

Robert Naiman ha publicado un artículo, “Profiles in Courage”, analizando este conflicto y enlistando a los rebeldes. Naiman registra que CNN comentó que dos terceras partes de la población no aceptan que Netanyahu hable dándole la espalda a la presidencia del país.

¿Qué significa que Netanyahu haga tan ostensible lobby contra Obama? No es, según el canciller israelí Tzachi Hanegbi ─siguiendo a Naiman─ “para presionar a los senadores republicanos. Ya los tiene comiendo de su mano, excepto Rand Paul y Jeff Flake. Para alcanzar los dos tercios Netanyahu necesita presionar a demócratas. […]. Los senadores demócratas con que cuenta Netanyahu deben ser los “10 de Menendez”, una suerte de bloque legislativo enfrentado con el presidente de su propio partido.

A su vez, sostienen fuentes sionistas, Netanyahu podría ser usado como ariete de los parlamentarios disconformes con Obama para hacerle morder el polvo. Como se ve, se podría tratar de un uso “recíproco” de favores…

Sagrada Alianza EE.UU.-EdI

Michael Eisenstadt and David Pollock, del Washington Institute for Near East Policy, (Instituto de Washington para la política en el Cercano Oriente; como el nombre lo revela, se trata de una organización sionista para procesar lo que el EdI necesita en EE.UU.)1 explicitan los motivos de coincidencia entre EE.UU. y EdI.: “La relación entre EE.UU. e Israel se ha definido tradicionalmente en términos de obligación moral, valores culturales y políticos comunes e intereses estratégicos comunes.” Observe el lector con qué sagacidad estos think tanks sionistas ponen para el piadoso y moralista EE.UU. lo de la obligación moral (incondicional) en primer término. Y luego lo de valores comunes (como si no hubiera tales entre EE.UU. y Francia o Noruega, o Inglaterra o incluso, Brasil o Japón…). Al final de la frase aparece ─diría Prévert─ el nervio de la guerra…

Eisentadt y Pollock comentan sin el menor sonrojo que con el tiempo ambas potencias han dejado de hacer públicas sus negociaciones, con lo cual la relación democrática, al menos postulada al principio, se ha extraviado completamente.

Lo que también se ha “extraviado” en el discurrir  de estos think tanks es la inmensa inyección cotidiana y permanente de dinero de EE.UU. a Israel, desde hace ya décadas, ininterrumpidamente, valuada en un promedio de 8,5 millones de dólares diarios (J. Mearsheimer y S. Walt, “El lobby judío en EE.UU., <www.tsunamipolitico.com/lobby708.htm>).

Sobre este aspecto, James Petras escribió, hace años, un texto con sugerente título: ¿Quién financia al estado de Israel? (7 de mayo del 2002)

Con el sucinto recorrido por las reacciones desde EE.UU. ante el 3 de marzo más la explicitación de la alianza al gusto del Washington Institute for Near East Policy hemos procurado visualizar la trenza de intereses entre las élites yanquis y las israelíes, advirtiendo que si hay una primacía es como la definiera Ariel Sharon hace décadas.

Algo que viene todavía de antes. Baste pensar que en el Congreso Sionista Mundial de 1942, en el Hotel Biltmore de Nueva York, en plena matanza de judíos a manos de nazis, el principal tema de dicho congreso fue un análisis geopolítico que llevó a la dirección sionista a deslastrarse de su viejo padrino o madrina, Inglaterra, que hasta entonces les había hecho todo el trabajo de implantación ante la población nativa en Palestina, y decidir obtener un nuevo padrinazgo, con mayor fuerza y mejor control por parte del sionismo, que resultó EE.UU., a la sazón con la mayor o la de mayor peso de las poblaciones judías del planeta.

Por todo lo antedicho, Norman Birnbaum  titula una nota:   “Estados Unidos, impotente ante Israel”. Y explica, apostando a una entidad cada vez más imperceptible:
“Solo una Europa capaz de liberarse de la sumisión a Washington podría impulsar una solución justa al drama palestino y favorecer así la paz en Oriente Próximo. Sería una manera de saldar su deuda con el judaísmo.” (26/06/2011).

En marzo 2014 Alison Weir publica su histórico Against Our Better Judgment: The Hidden History of how the US was used to create Israel (Contra nuestro mejor juicio: la historia oculta de como EE.UU. fue usado para crear Israel) donde el autor documenta el papel del lobby sionista para persuadir directamente a Harry Truman contra la opinión de los especialistas del área y de juicios como el de Loy W.  Henderson (1892-1986) del Dpto. de Estado, quien adelantó que el proyecto de partición de la ONU sobre Palestina iba a “garantizar que el problema palestino habría de permanentizarse y se haría todavía más complicado en un futuro”, algo que ha resultado atrozmente cierto.

Pero Truman era un pragmático y al reducir todo a votos, coincidió con los intereses y las tácticas sionistas:  “Truman tomó la decisión de reconocer la creación del Estado de Israel ignorando las declaraciones de Secretario de Estado, George Marshall, que temía que esto pudiera dañar las relaciones con los estados árabes. En una reunión en la Casa Blanca el 10 de noviembre de 1945, le dijo a los enviados a Arabia Saudita, Siria, Líbano y Egipto: «Lo siento, señores, pero tengo que responder a cientos de miles que están ansiosos por el éxito del sionismo: No tengo cientos de miles de árabes entre mis electores.» (wikipedia)

Al parecer hubo una “complementación” entre la miopía pragmática, inmediatista, de los gobiernos estadounidenses que fueron sucediéndose desde al menos mediados de siglo (1942, ya dijimos, es la fecha clave) y el manejo, manipulador, de largo aliento, de los sionistas validos de un apoyo bastante generalizado de la colectividad judía estadounidense, aun la no sionista.

El control de las votaciones, las estrechas alianzas de los aparatos de seguridad y los de los militares (con sus intereses técnicos entremezclados) han ido postrando a la dirección estadounidense en lo que tiene que ver con la cuestión palestino-israelí. Y los márgenes de maniobra del sionismo son tantos que es legítimo hablar de un estado avasallado. Un estado vasallo, el de EE.UU. Pese a que es precisamente el estado o la formación nacional que ha logrado establecer la mayor cantidad de relaciones de vasallaje con otras naciones más débiles que EE.UU.

Con lo cual transitivamente, hay que admitir que así como muchos estados latinoamericanos,2 varios del mundo árabe, y otros del sudeste asiático,  mantienen una relación como estados vasallos hacia EE.UU. (aunque no esté legalmente consagrada, porque es de estilo hoy que “todos los estados sean iguales”, mutatis mutandis tenemos que aprender a darnos cuenta que EE.UU. es, a su vez, vasallo de Israel.

La pulseada del 3 de marzo nos permitirá ver cuánto pueda ser revertida esa relación.

notas:
1) No confundir este Washington Institute con el citado precedentemente, con una cobertura geopolítica casi idéntica: éste se declara fundado en 1985; el citado anteriormente da como fecha fundacional 2002.
2) Un ejemplo prístino de vasallaje aunque no abarque al estado uruguayo como tal sino a una radio privada: Radio Montecarlo anuncia la próxima asunción presidencial al son del himno nacional… de EE.UU.

Publicado en Palestinos / israelíes

Y con el american way of life, ¿qué hacemos?

Publicada el 10/12/2014 - 10/12/2014 por raas

Por Luis E. Sabini Fernández

Un abordaje que procura atender a la distribuciòn o mejor dicho a la concentración del poder en el mundo. Analizando los crecientes trastornos ecológicos e incluso biológicos, el deterioro alimentario, la manipulación mediática, el despliegue transnacional, la militarización.

Cada vez queda más claro que la última década del s. XX ha traído consigo un cambio sustancial del estado político del mundo o si se quiere la consolidación de nuevos perfiles del mundo en que vivimos, cuya enumeración será necesariamente incompleta e insatisfactoria:

• avance problemático de diversos factores ambientales o ecológicos, como la contaminación aérea y acuática cada vez más generalizadas, una crisis crecientemente acelerada por pérdida de biodiversidad, tanto de ejemplares por especie (por ejemplo, de abejas, de tiburones, de micro- y macroflora y fauna arrasadas con agrotóxicos, o de especies arbóreas que no logran desplazarse lo suficientemente rápido mediante sus propias semillas ante el calentamiento global que desplaza las regiones aptas para cada especie) como de especies.

Esto último es irreversible y expresa un empobrecimiento biótico progresivo de todo nuestro mundo. Pero la lista de tenebrosos futuros es mucho mayor; “efecto invernadero”, causa del ya citado calentamiento global que implica el creciente derretimiento de los hielos (árticos, antárticos y de montaña) que se va consumando no ya a siglos o décadas de nuestro presente sino apenas a años; a una verdadera crisis climática, ante la cual la rebaja actual del precio del petróleo, bajando de su coyuntura de altos precios por perspectivas de escasez, más allá de mejorar las cuentas de quienes lo importan y ralear las de quienes lo exportan, puede facilitar un incremento en su uso que no hará sino precipitar el mencionado proceso de calentamiento, y tantos otros fenómenos ominosos que han estado surgiendo en las últimas décadas. Pongamos siquiera un ejemplo.

Colborn, Peterson Myers y Dumanovski, biólogos estadounidenses, han escrito un libro, Our Stolen Future (1) tras un prolongado y concienzudo trabajo de campo, mostrando y demostrando hasta qué grado ha sido alterada la sexualidad y la fecundidad por la contaminación ambiental, fundamentalmente alteradores endócrinos que han provocado, por ejemplo la aparición de parejas de gaviotas compuestas de hembra y hembra, una con el comportamiento de cuidado del nido y otra cumpliendo el papel proveedor; la incapacidad de machos de diversas especies de procrear, por atrofia de pene condenando a medio plazo a la desaparición de la especie; el papel devastador de la asimilación de partículas plásticas en los órganos de los seres vivos…

Uno comprende, con esta información, el penoso papel que estamos sufriendo en las sociedades humanas donde no percibimos el papel de los falsos estrógenos en la sexualidad humana y en cambio, se reivindica como “de avanzada”, políticamente correcto, el reconocimiento de nuevos sexos; tercero, cuarto, quinto…

• surgimiento de nuevas enfermedades o rebrote de antiguas pero con nuevas variedades a menudo más agresivas; y como capítulo especial dentro de este sombrío panorama, difusión del cáncer como la enfermedad de nuestro tiempo (En Suecia, en los ’90, estimaban para el 2000 que un tercio de toda la población contraería diversas variantes, aunque auspiciosamente auguraban una recuperación cierta del 50%).

Jeff Ritterman, oncólogo estadounidense, afirma que: “La agricultura transgénica (rebautizada biotecnológica y últimamente photoshopeada como “agricultura inteligente”[sic]) es el financiador [o en neocastellano básico, el sponsor] principal, o lo parece, del gobierno de EE.UU.” Y prosigue:

”A esta altura de la historia ya hay pruebas incontrovertibles de que Roundup causa malformaciones congénitas y está estrechamente vinculado con los cánceres. Si no queremos que este herbicida se siga acumulando en nuestras aguas, tierra y alimentos, tenemos que dejar de usarlo.” […]

”Los cánceres son células que se reproducen rápida y azarosamente con total falta de consideración a la preservación del organismo anfitrión. Las células cancerosas consumen enorme energía matando literalmente por hambre a las células normales. Se expanden tan salvaje y rápidamente que asfixian a sus vecinas. Envían emisarios para iniciar nuevas colonias cancerosas. Elaboran sustancias tòxicas que dañan a las células sanas. Se expanden sin pausa. Como triste ironía, cuando las células cancerosas alcanzan su máxima expansión matan con ella a su anfitrión y mueren en el proceso.”

”Como un cáncer, la agricultura transgénica ha ido expulsando sin pausa a sus vecinos y se ha ido expandiendo sin descanso. También como un cáncer, fabrica sustancias tóxicas. Roundup es una de ellas. Cuantas más hectáreas caen bajo cultivos transgénicos, más debemos contar con que Roundup aumente su producción.” Hasta aquí, Ritterman. (2)

Podríamos ejemplificar este crecimiento en Argentina –sometida desde 1996 a un ensayo “a campo abierto” en que la población del país juega, jugamos, como cobayos− con la decisión del gobierno, mejor dicho de Monsanto vía Cristina Fernández de Kirchner, de instalar la mayor fábrica de producción de Roundup en América del Sur en el país, en la provincia de Córdoba (gobernada por opositores al gobierno, valga el ejemplo de picaresca criolla) y que el gobierno provincial ha destinado a un municipio que a su vez es de otra oposición…, el de Malvinas Argentinas. Ese “juego de la mosqueta” expresa que alguna resistencia hay en el país; esa construcción está paralizada… por los vecinos y contra todas las instancias institucionales que la han prohijado.

Más allá del aumento sobrecogedor de los cánceres, los avances médicos son a la vez innegables y claros; la calidad quirúrgica y la aparatología médica de diagnóstico, han mejorado década a década, a punto tal que se puede hablar de un enorme ahorro de muertes prematuras, hoy evitables (aunque también existe una aparatología, a menudo comercial, dedicada a la sobrevida sin calidad alguna, mucho más discutible).

La pregunta que queda en pie es si tales avances compensan el despliegue de tantas enfermedades viejas o nuevas, en gran medida relacionadas con la contaminación ambiental, de tan variados órdenes, como el ejemplo sobrecogedor que nos vuelve a recordar Ritterman y que “el imaginario colectivo” o el presentismo perpetuo parecen dejar de lado en países absolutamente atrapados en el vértigo transgénico como, por ejemplo, Uruguay o Argentina. Con razón Déborah Padilla (3) ha calificado a Argentina como “enferma de progreso agrotóxico”.

• deterioro alimentario; cada vez tenemos más comida disponible pero de calidad cada vez peor. Comidas que “superan” la estacionalidad, pero que pierden sabores y olores. Como si muchos alimentos fueran meramente fotocopiados. Estamos en el reino de la comida basura. Comida cada vez más provista de elementos químicos; los meneados aditivos (conservantes, colorantes, gelificantes, saborizadores, aromatizantes, blanqueadores, antihomogeneizantes, condensadores, antioxidantes, leudantes, antimicóticos, emulsionantes, secuestradores, acidulantes, espesantes, gasificantes, antiaglomerantes, agentes de retención de agua), que en rigor vienen a sumarse, sinérgica y negativamente, a los ingredientes químicos que cada vez más suele acumular la elaboración agroindustrial de materia prima para alimentos.
La falta de comida no mató a la especie ni mucho menos, pero sí había que soportar períodos de escasez, donde la delgadez, incluso extrema, a veces era norma, amén de otro conocido de las sociedades tradicionales; el raquitismo. Hoy en día, con la misma comida durante los doce meses del año, borrada la estacionalidad, borrada la escasez, “gobernando” las góndolas, lo que generamos es obesidad y cáncer.

¿Estamos mejor?

• imparable escasez del tiempo. A medida que se desarrollan nuevos artilugios y avances tecnocientíficos aplicados al ahorro del tiempo −los medios de comunicación son cada vez más rápidos, por ejemplo, igual pasa con los de transporte− esos despliegues en aparente paradoja nos van sumiendo en la angustiosa falta de tiempo para atender tantas ventajas y presuntos ahorros que a su vez crean una dispersión de la atención hacia múltiples necesidades.

• penetración económica de las transnacionales en la periferia planetaria aun mayor que la “tradicional”. Que puede deberse a la libertad de movimiento que el quiebre soviético y el auge de la ideología del liberalismo han facilitado; también a la conciencia creciente de la finitud de nuestro mundo, el planeta. Para decirlo con palabras de Irma Oliveira, una francotiradora muy atenta a la problemática ambiental uruguaya: “La actual tendencia, en los países poderosos es la de abandonar la retórica y asegurarse el control de los escasos recursos naturales aún disponibles.” (4)

• fin de la bipolaridad que caracterizara la segunda posguerra (y se prolongara por medio siglo), y el desplazamiento de la contradicción que muchos entendiéramos alguna vez clave, de este-oeste (o viceversa) por la de norte-sur o sur-norte (todos estos puntos cardinales son tomados in toto, con la terminología vigente en la segunda mitad del s XX, con las gradaciones y excepciones de rigor).
Junto con ese fin de la bipolaridad sobrevino la puesta en duda de la “opción” que abarcara casi todo el s XX; la alternativa socialista o incluso, casi, el advenimiento socialista como etapa posterior al (y del) capitalismo; algo que encandilaba prácticamente a todo “socialista científico” y que incluso le quitaba el sueño a muchos intelectuales antisocialistas que lo veían sin embargo como proceso ineluctable (conozco varios, pero uno, famoso, de comienzos del s XX puede resultar un penoso ejemplo de tal profetismo involuntario, de ese fatalismo odiado: Gustave Lebon).

El “nuevo tiempo”, sobrepasado lo que se entendió un paréntesis socialista (aunque perduraron estados que así se declaran) se encarnó en una corriente bastante numerosa de intelectuales oportunistas que abandonaron sus bagajes “socialistas” (tanto marxistas revolucionarios como socialdemócratas), porque vieron, creyeron ver, quisieron ver, en el liberalismo o en el populismo el non plus ultra de la política, incluso en los casos más “graves”, de la perfección política. Reeditaron así, seguramente de modo involuntario, el profetismo simplista de G.W. Hegel construyendo un sistema político que iba a culminar en el estado prusiano justo en su presencia.

• proyecto de “nuevo siglo estadounidense”, ahora exclusivo, el del siglo XXI. Detengámonos en este último punto, que consideramos nodal para nuestro presente.
Antes de iniciar un mínimo punteo histórico quiero resaltar la patética confusión sistemática que los personeros del “poder global” hacen entre “los intereses globales de EE.UU” y los intereses locales o nacionales de las zonas globalizadas en donde se enseñorean aquellos interesas “globales” que son, en rigor, de los privilegiados del planeta. Obama, por ejemplo, no se cansa de explicitar esa maravillosa conjunción de intereses entre saqueadores y esquilmados. Las tercas estadísticas, empero, revelan que hoy en día ni siquiera se habla, como décadas atrás, del primer decil de afortunados o millonarios sino del 1% de multi- o milmillonarios…

Para “explicar” el ahondamiento entre dos humanidades, algo que ha resultado enormemente persistente en las sociedades humanas, me permito esta cita, extensa:
“El estadounidense medio […] devora lonjas de carne de varios centímetros de espesor, traga alcohol en vasos rebosantes, arroja a la basura buena parte de los alimentos que quedan en la mesa, conduce enormes automóviles extremadamente sofisticados, uno por miembro de la familia en la medida de sus posibilidades, mantiene la temperatura de su hogar a 20 grados centígrados en el verano y a 25 en el invierno, deja las luces encendidas en toda la casa, hace marchar todos los aparatos eléctricos al mismo tiempo, aniquila al más ínfimo animalito indeseado, utiliza el agua profusamente tanto para bañarse como para ducharse, para lavar su ropa y su vajilla, para regar su jardín o evacuar las servidas.

Algunos de estos bienes disipados con semejante ritmo no parecen próximos a agotarse, pero de otros, en cambio, ya se sabe las consecuencias nefastas de su uso, ya se trate de la recrudescencia de enfermedades cardiovasculares o de la escasez de agua […].” (5) Aunque la cita tiene casi veinte años, no sólo constituye un elocuente testimonio histórico, puesto que buena parte de los rasgos allí explicitados siguen lamentablemente vigentes; el “mundo enriquecido” sigue siendo dispendioso con los bienes terrenales, sobre todo ajenos…

Procuremos, empero, una mirada no tan presente sino más histórica.

En agosto de 2000, el think tank fundado en 1997 bajo presidencia republicana, elabora un documento, “Rebuilding America’s Defenses”, que es fuertemente crítico contra el entonces presidente Clinton, demócrata (que durará apenas unos meses más en funciones) a quien acusan de haber descuidado la faz militar. El subtítulo es explícito: Report of The Project for the New American Century (Informe del proyecto para un nuevo siglo american, es decir estadounidense).

Dicho informe, firmado por “intelectuales orgánicos” como Robert Kagan y sus hermanos Donald y Fred, William Kristol, Paul Wolfowitz, Thomas Donnelly y otros, tiene un pasaje sugestivo en su último tercio, es decir, luego de la crítica arrasadora a las deficiencias militares que estos intelectuales atribuían a la incuria “clintoniana”:
“El proceso de transformación [de los dispositivos militares] aunque con cambios revolucionarios, es probable que insuma mucho tiempo, salvo que sobrevenga algún evento catastrófico y catalizador –como un nuevo Pearl Harbor–.”

A mi modo de ver, este “anuncio” exactamente un año antes del derribo de las Torres Gemelas más la seguidilla de violentos hechos en ese día, constituye un indicio muy fuerte de ciertas implicancias con lo acontecido. Recordemos que ya en 1993, la red de seguridad de EE.UU. había rastreado un intento de derribo mediante implosión de una de las torres del World Trade Center, que en aquel momento se atribuyó a redes islamistas o al menos de ese origen.

La más que patente presencia de saudíes, por ejemplo entre quienes ejecutaran la acción con las Torres Gemelas podría revelar una estructura similar a la habida en 1941 en el archipiélago de las Hawai, en la bahía del puerto de las perlas, Pearl Harbor… donde los japoneses del Imperio del Sol descargaron un golpe que “obligó” o permitió a EE.UU. a ingresar en la 2GM. Entonces, las autoridades estadounidenses, sabedoras de los planes de ataque, dejaron hacer para legitimar ese ingreso, lo que ajedrecísticamente se denomina una celada… con sacrificio incluido, para seguir con el símil ajedrecístico. En 1941, lo acontecido arrojó más de dos mil muertos… estadounidenses. En 2001, hubo más de tres mil…

Sólo así se explica la deferencia del gobierno de G.W. Bush despachando al día siguiente un avión chárter con medio centenar de saudíes, pertenecientes a la extensa familia de Osama bin Laden, con destino a Arabia….
Sólo así se explica que el Poder Ejecutivo dirigido por G.W. Bush haya sustraído del informe del Congreso de 2002 el “Report of the Joint Congressional Inquiry into the 9/11” (Encuesta bicameral de los sucesos de 11/9/2001), 28 páginas que han sido puestas fuera del conocimiento público, con el título “Finding, Discussion and Narrative Regarding Certain Sensitive National Security Matters” (Hallazgos, discusión y relatos en relación con ciertos asuntos sensibles de la seguridad nacional).

Sólo así se explica que cuatro aviones u objetos voladores hayan podido ingresar a diversos espacios aéreos estadounidenses un mismo día sin tener respuesta alguna (cua-tro, no uno). Si EE.UU. fuera semejante “colador”, sabríamos que dilapida los cuantiosos fondos que maneja para “seguridad”… pero en tal caso, no habría llegado a cumplir el papel de sheriff planetario que ejerce ininterrumpidamente desde hace décadas. La potencia, mortífera, atrozmente potente que trasunta su seguridad es la misma con la que ha podi-do mantener la atracción que todavía imprime su american way of life, pese a que muchos consideremos que se trata realmente de un american way of… muerte, no vida.

Entendemos lo acontecido el 11/9/2001 como fruto de una política, una decisión, por otra parte, tan explícitamente anunciada un año antes por los “cráneos” veristas precitados. Existen muchísimos índices de esta pretensión imperial, lamentablemente muy bien materializada.

Nunca ha tenido EE.UU. tantas bases militares en el mundo entero como en la última década. Más de 800, ocupando más de 25 mil km2 (el equivalente a la superficie total de países como Albania, Ruanda o Haití, casi tanto como la superficie de Bélgica y un poco más que las de Qatar o El Salvador…

En ese despliegue se incluye una política de «contención» de China (como otrora de la URSS), la nueva potencia de la región. Esto significa evidentemente «salpicar» nuevas bases por toda la región, agregándolas a las más de 200 bases estadounidenses que han cercado a China durante décadas, desde Japón, Corea del Sur, Guam y Hawai.

En África, el Pentágono ha ido creado desde 2007, silenciosamente, «cerca de una docena de bases aéreas» para drones y vigilancia. Aparte de la decana en Camp Lemonnier en Djibuti (cuerno del África), sabemos que los militares han creado o crearán pronto instalaciones en Burkina Faso (con su reciente golpe de estado), Burundi, la República Centroafricana, Etiopía, Kenia, Mauritania, São Tomé y Príncipe, Senegal, Seychelles, en el escindido Sudán del Sur “protegido” de Israel, y en Uganda. El Pentágono también ha estudiado la construcción de bases en Argelia, Gabón, Ghana, Mali y Nigeria, entre otros sitios.

En América al sur del rio Bravo, después de la expulsión de los militares estadounidenses de Panamá en 1999 y de Ecuador en 2009, el Pentágono ha ido creando o actualizando nuevas bases en Aruba, Curaçao, Chile, Colombia, El Salvador y Perú. En otros sitios, el Pentágono ha financiado la creación de bases militares y policiales capaces de albergar fuerzas estadounidenses; en Belice, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Costa Rica, e incluso en Ecuador.
Los militares pueden desear una base en Brasil y han tratado de crear bases, supuestamente para ayuda humanitaria y de emergencia, en Paraguay, Argentina y Uruguay. ¿Lo lograron? se pregunta Vine. En el caso uruguayo, sabemos que sí, al menos algunas (como la de los Seal).

¿Qué pasa con la base militar gigante de Mariscal Estigarribia en Paraguay? Funcionó y alojó a centenares de soldados estadounidenses. Estaba concebida para albergar a miles, a principios de siglo, pero no hay constancia de su presencia actual, al margen de lo que declaran los gobiernos de EE.UU. y Paraguay, negando su existencia.

En 2008, la Armada de EE.UU. reactivó la Cuarta Flota, inactiva desde 1950, para patrullar el sur americano. Reparemos: seis décadas después… En Europa, además de los centenares de bases desplegadas en el tiempo de la “lucha contra el comunismo”, ahora EE.UU. ha extendido sus redes a Polonia, Lituania, Bulgaria y Rumania, perlas arrancadas al viejo collar soviético. Y por el mismo camino va nada menos que Ucrania, el poder regional de la Europa oriental del sur…

David Vine, (6) de quien hemos extraído y sintetizado buena parte de los elementos de los párrafos anteriores, examina un cambio de las dimensiones y los emplazamientos de las bases militares estadounidenses de cara a las nuevas estrategias y “enemigos”; ya no el “comunismo” sino el “terrorismo”, y a los nuevos despliegues tecnológicos.

Nos dice que hay una expansión: futuras bases de EE.UU. «esparcidas […] por regiones en las cuales EE.UU. no ha mantenido anteriormente una presencia militar.
”Están desapareciendo los días en los que Ramstein era la base simbólica de EE.UU., un coloso del tamaño de una ciudad repleto de miles o decenas de miles de estadounidenses, supermercados, Pizza Huts, y otras comodidades. Pero no penséis ni por un segundo que el Pentágono esté haciendo las maletas, reduciendo su misión global y volviendo a casa. En los hechos, sobre la base de los eventos de los últimos años, es posible que sea todo lo contrario. Mientras disminuye la colección de bases gigantes de la era de la Guerra Fría, la infraestructura de bases en ultramar ha estallado en tamaño y alcance.

”Sin que lo sepa la mayoría de los estadounidenses, la creación de bases en todo el planeta está aumentando, gracias a una nueva generación de bases que los militares llaman «nenúfares» (valiéndose del símil con la rana que salta a través de un estanque hacia su presa). Son pequeñas instalaciones secretas e inaccesibles con una cantidad restringida de soldados, comodidades limitadas, y armamento y suministros previamente asegurados.”

Vine nos aclara que desaparecieron muchas bases con el colapso soviético, pero inmediatamente se reconstituyeron, abandonando el gigantismo y acentuando el carácter “nenúfar”. Aunque también las hay que siguieron atadas a los viejos esquemas: en Alemania, sin URSS ni RDA, se mantuvieron 60 mil soldados yanquis, ocupando el país, aunque pareciera ser en términos cordiales… (pero no tanto, porque por ejemplo, la red Echelon (7) se hace sin Alemania, en rigor, perjudicando, al menos económicamente, a Alemania y a Francia, y cuando hubo una incorporación más allá de los “socios fundadores”, anglófonos, no fue ni Alemania ni Francia lo que entra al selecto club, sino Israel…).

El presupuesto de las bases aumentó, a precios constantes (en dólares 2007), bastante más de un 50% entre 2001 y 2008. (8) A este panorama que hemos repasado tan sucintamente tendríamos que agregar “el toque latinoamericano” que otro analista, el historiador y periodista de investigación J.P. Sottile ha hecho sobre la Escuela de las Américas (su nombre en inglés, Western Hemisphere Institute for Security Cooperation, Instituto Occidental para la Cooperaciòn en Seguridad), que luego de su cierre político, en 2009 ha sido reabierto con mucho mayor empuje del que había quedado del oleaje de los ’70 a principios de siglo…) y para la cual, una vez más Honduras se ha convertido en cabecera de playa.

Y Honduras es el lugar preciso para indicar otro rasgo saliente de nuestro tiempo: la alianza EE.UU.-Israel. Porque durante el último golpe de estado en Honduras para desplazar a su presidente elegido por elecciones, M. Zelaya, la asistencia militar israelí estuvo muy presente, y el nuevo “presidente” surgido del golpe adoptó de inmediato a los servicios secretos israelíes para su protección.

La alianza EE.UU.-Israel es tan estrecha que al menos en cierto sentido podría-mos hablar de una unidad política o político-militar. Es cierto que en EE.UU. existen fuerzas políticas, en la derecha republicana, por ejemplo, que no admiten semejante fusión, que va más allá de una mera alianza para constituir mandos unificados. Pero tanto los cristianos sionistas, en general adscritos al Partido Republicano, como la estructura del Partido Demócrata, han aceptado esa simbiosis. Por eso entiendo pertinente hablar de una única entidad EE.UU-Israel. Aceptando, en todo caso, revisar su existencia ante hechos nuevos. En el actual estado de situación es una mera trampa que EE.UU. figure, por ejemplo, como mediador entre israelíes y palestinos cuando en rigor, el estado con mayor despliegue militar (y tecnológico e incluso cultural) del planeta no es sino un socio siamés con el Estado de Israel (a lo sumo, funciona a veces como “el hermano mayor” que le tolera cualquier tropelía al hermanito…).(9)

Toda esa red, esa telaraña planetaria que los estrategos estadounidenses y que por mejor decir tendríamos que precisar como israelo-estadounidenses, están tejiendo y afinando, se coordina y asienta a través de seis grandes comandos regionales que cubren el planeta, junto con una serie de direcciones militares y navales específicas (como la de marines u otras especialidades). Aquellos comandos coordinadores están en las regiones y continentes que se supone deben “proteger” (sobre todo, de sus natives…): Comando Central (MacDill Air Force Base, Florida)-CENTCOM; Comando del Norte−NORTHCOM (Peterson, Colorado), Comando del Pacífico−PACOM (Honolulu); Comando del Sur, dedicado a la América No sajona–SOUTHCOM (Miami, Florida); EUROCOM, (Stuttgart) y AFRICOM (sin sede definitiva; durante muchos años, estuvo radicado en Stuttgart, junto con el europeo, porque la OUA primero y la UA después se negaban a concederle un territorio en el continente africano, pero tras el asesinato de Gadafi y el consiguiente desmantelamiento de Libia decidieron establecerlo en la misma África, aunque naufragó el intento de hacerlo en Libia).

Repasando tal número de bases, las hay asentadas desde el siglo XIX, como la de Guantánamo en Cuba, muchas provienen del comienzo del dominio planetario estadounidense, luego de 1945, pero una buena parte data de este tercer empuje a partir de los ’90, y muy especialmente luego de “los acontecimientos” de 2001, que hemos señalado al comienzo.

El empecinamiento estadounidense en militarizar el mundo entero revela únicamente el papel que a sus élites de poder les merece las crisis que hemos señalado inicialmente: en lugar de estar preocupados y hasta paralizados por la marcha al abismo en que estamos enfrascados, los titulares del american way of life aprietan el acelerador y avanzan raudos.

Reparemos que aquellos índices o indicadores de la crisis que reseñamos inicialmente son de muy diversa naturaleza; agotamiento de la esfera biológica, arrebatiña de los recursos “naturales” cada vez más claramente visualizados como escasos que habla a las claras de un agotamiento incluso mineral del planeta; una crisis de las alternativas políticas (con el consiguiente colapso soviético como el mojón referencial), una crisis sanitaria o médico-sanitaria, una crisis cultural o existencial vinculada con la “falta de tiempo”, una crisis de nuestra propias esferas biológica y social, carcomidas, como explica Andrew Kimbrell, por la tecnoesfera. (10)

El encuentro del Panel Internacional sobre Cambio Climático de la ONU, que se reúne el mes entrante en Lima, Perú, nos va a anunciar la insuficiencia de las más que tímidas, cómplices medidas tomadas hasta ahora y cómo la acumulación de partículas constituyentes del “efecto invernadero” aumentan incontenibles y hemos pasado desde los albores del industrialismo a nuestros días de 300 ppm a 450 ppm. Eso significa que el aumento promedio de la temperatura planetaria es inevitable y ya se lo empieza a aceptar en dos grados centígrados, pese a que con total justeza Evo Morales había propuesto en el encuentro anterior del mismo panel no sobrepasar un grado centígrado (en esa instancia la delegación boliviana quedó sola con tal planteo; ni a la argentina ni a la uruguaya −ciertamente− parecieron preocuparle el asunto, así como a las casi 200 delegaciones nacionales restantes…).(11) Una expresión de Rina Bertaccini es elocuente: “dominación de espectro completo”. (12)

Para caracterizar la situación actual del “imperio” y el panorama que tenemos por delante presentamos una “profecía” de la escuela para gerentes de empresas transnacionales asentada en Suiza, fundada por Nestlé, un puntal del “Nuevo Orden”: “Tres aspectos del mundo del año 2020 tendrán implicaciones significativas para las Fuerzas Armadas de los EEUU. Primero, los Estados Unidos continuarán teniendo intereses globales y estarán comprometidos con una serie de actores regionales” […] La fuerza conjunta 2020 debe estar preparada para ‘ganar’ [sic] en todo el espectro de las operaciones militares en cualquier parte del mundo” […]. El potencial de los enfoques asimétricos es tal vez el peligro serio que los EE.UU. enfrentan en el futuro inmediato, y este peligro incluye los misiles […] y otras amenazas directas a los ciudadanos y el territorio de EE.UU.” (IMD, VC2020).
¡Esto sí que se llama análisis legitimador de lo existente! Nestlé, una transnacional genocida, no podía ser menos.

notas:
1) Editado en EE.UU. en 1996. Traducción al castellano, Ecoespaña, Madrid, 2006.
2) http://www.truth-out.org/news/item/26614-monsanto-s-roundup-linked-to-cancer, 6 octubre 2014.
3) <http://argentina.indymedia.org/news/2014/11/868363.php>, 3 nov. 2014
4) Todo está bajo control, edición de la autora, Montevideo, 2011.
5) Robert van den Bosch y Jean-Paul Aeschlimann (L’ engrenage des pesticides, Ed. Payot, Lausana, 1996).
6) fte.: D.Vine:http://www.tomdispatch.com/post/175568/tomgram%3A_david_vine%
2C_u.s._empire_of_bases_gro>.
7) Formada en 1948 por los gobiernos de EE.UU., RU, Canadá, Australia y Nva. Zelandia para el control planetario de las comunicaciones, entonces teléfonos, telègrados y correo postal. Desde la década de los ’80 se inicia el control de la gran cantera electrónica.
8) fte.: Friends Committee of National Legislation.
9) Es semejante fusión la que permite que surjan situaciones como la descrita por Dahr Jamail, <http://www.truth-out.org/news/item/27590-tortured-and-raped-by-israel-persecuted-and-imprisoned-by-the-united-states>: “Torturada y violada en Israel; perseguida y encarcelada en EE.UU.”
10) “The Dark Side of Technology”. AK es director del Center for Food Safety y autor de “New Report: GMOs Causing Massive Pesticide Pollution”, 2009”.
11) Invito al lector a leer sobre el tema la nota “Al fin nadie es inocente”, de Gerardo Honty.
12) “Militarización imperialista: máscaras nuevas para proyectos viejos”.

fuente http://argentina.indymedia.org/news/2014/12/869578.php

Publicado en Sociedad e ideología

“En defensa de Israel”: escuela de enceguecimiento

Publicada el 25/11/2014 por raas

Por Luis E. Sabini Fernández.

Estamos en un momento histórico en que, ya no podemos decir que en la guerra, la verdad es su primera víctima. Porque vivimos un presente mucho más complejo y líquido, para usar el concepto ofrecido por Zygmunt  Bauman: donde estamos, por un lado, en un proceso de guerra de baja intensidad, de alta frecuencia y deslocalizado, que al momento actual, noviembre 2014, podríamos ubicar en Colombia, México, Palestina, Siria, Líbano, Libia, Ucrania, Paquistán, Nigeria, Congo, Burkina Faso, para nombrar apenas algunos de los puntos más “calientes” de una guerra fría cada vez màs generalizada, y por otro, que la guerra como continuación de la política “por otros medios” se ha trasladado al campo de la información, al universo mediático, por lo cual las noticias han perdido la carga, siempre escasa, de objetividad que alguna vez tuvieran, y han pasado a ser, cada vez más, ”partes de guerra”.

Tomemos el atroz episodio del asesinato de tres jóvenes israelíes religiosos, en junio de este mismo año. En medio de los atropellos permanentes de israelíes sobre palestinos y la reacción a veces violenta de los ocupados, el gobierno israelí, sin necesidad de prueba alguna, provisto de su propia autoridad, dictaminó por sí y ante sí, que los autores del asesinato múltiple eran miembros de Hamas.

Ninguna organización o red palestina asumió el hecho, sin embargo. Y para “crear el caos y confundirlo todo”,  una organización yihadista egipcia, del Sinaí, apareció haciéndose cargo del episodio, mejor dicho diversos sitios-e atribuyeron a dicha organización el secuestro y ulterior asesinato de los tres jóvenes, con los que se habría pretendido establecer un canje, fallido. Se trata de Seguidores del Estado Islámico (Bayt Al Maqdis – EIBM). Aunque al no presentarse  pruebas de tal acto, han surgido múltiples interrogantes sobre la veracidad de tal autoría.

Pero al gobierno israelí, de gente como Netanyahu y Lieberman, le alcanzò y le sobró la convicción propia para descargar un ataque demoledor sobre la Franja de Gaza, territorio significativamente lejano  del secuestro y posterior asesinato. Basta ver un mapa y conocer el grado de aislamiento mediante múltiples puestos de control que militares israelíes ejercen sobre los manchones palestinos que van quedando en el mapa histórico de Palestina tan cerebralmente deglutido por Israel, para darse cuenta que los habitantes de la Franja de Gaza no estaban en condiciones de surcar las decenas o centenas de km. necesarios para alcanzar desde la Franja de Gaza el lugar de semejante atentado (cercanías de Hebron).

¿Pero para qué investigar, si el poder israelosionista es absoluto (o al menos así se nos ha presentado hasta ahora)?

Acerca de la veracidad

En esta marejada informacional; usemos el neologismo para distinguirlo de lo informativo, se ha desparramado por quioscos de capital (y probablemente del país), un folleto-libro con formato de revista titulado En defensa de Israel en adelante, EddI), con un compilador-redactor que figura como Xavier Portillo, y que incluye  textos que dicen ser testimoniales  (véase un comentario preliminar mío en: “Arrecia la ‘Defensa de Israel’ en los medios de incomunicación de masas”).

No es un volumen pequeño; en un formato tradicional de libro se trataría de unas 200 páginas.  Pero el gran formato, le permite acentuar su carácter propagan-dístico porque las primeras y las últimas páginas están totalmente o casi totalmente cubiertas por ondeantes banderas israelíes. Así mirado, el volumen no busca sino exaltar un chovinismo, y ya sabemos que es un “excelente” método  para negar todo raciocinio, calentar cabezas y evitar toda pretensión ética de universalidad.

Pero si semejante “envoltura” es preocupante, el contenido agrava la penosa impresión.
A cada lector le resulta prácticamente imposible verificar cada una de sus múltiples afirmaciones, por ejemplo sobre el “terrorismo palestino”, que es una constante, o las abnegadas muestras de bondad de los israelíes para con tan desagradecidos “vecinos” (ya adivinó; palestinos).

Pero si uno lee: “Un año después de la retirada unilateral del ejército de Israel de Gaza y del otorgamiento de la autonomía completa palestina a la zona, Hamas tomó el poder a la fuerza en 2006, asesinando públicamente a incontables miembros y simpatizantes del gobierno electo de Al Fatah, el partido del presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas, Abu Mazen. Hamas sembró desde entonces un régimen de violencia […].” el guiso resulta indigesto: difìcil escribir tantas falsedades en media docena de líneas pero el sr. Portillo lo logra. Veamos.

1. En enero de 2006 se celebraron elecciones democráticas y libres en los territorios palestinos (Cisjordania y Franja de Gaza, FdG). Bajo supervisión internacional. El expresidente James Carter las calificó de impecables. Fueron ganadas por Hamas (mala memoria, Sr. Portillo), para sorpresa del viejo y ya tradicional gobierno, laico, de Al Fatah y la OLP. Y para sorpresa del estado sionista que desde tiempo atrás ponía todas sus fichas en la domesticada dirección palestina oficial, a la que se la había instruido para  formar una policía palestina que controlara a los refractarios, algo que a Mahmud Abbas no le costó en absoluto hacer. Esa policía quedó bajo asesoramiento de las fuerzas militares de EE.UU.
2. Al perder las elecciones la OLP y el gobierno sionista, éstos lanzaron una ”caza del hombre” sobre los candidatos de Hamas recién electos, muchos convertidos en legisladores. En lugar de concurrir a los estrados legislativos, les tocó ser ingresados a veintenas, en centros de detención y cárceles.
3. Hamas resistió el golpe de estado, en la medida de sus posibilidades. No pudo asumir el gobierno en Cisjordania, porque la alianza de facto Al Fatah-gobierno israelí superó sus fuerzas, pero sí desalojó, seguramente con violencia, el gobierno espurio de Al Fatah en la Franja.
4. La violencia, entonces, fue sembrada por quienes violaron el resultado de las elecciones, Sr. Portillo, al reponer en el gobierno a los derrotados.  La reacción de Hamas es comprensible (y esto poco y nada tiene que ver con su carácter confesional, que por cierto es problematizador).

Luego de este examen en detalle de un pasaje de EddI, (p. 58), surge una inquietud: el lector no suele conocer al dedillo los detalles de cada pasaje de lo que está leyendo: si hay algunos con tan manifiestas falsedades (hay varios, me consta), ¿qué hacer con todos aquellos pasajes que son lapidarios para con los palestinos y ante los cuales el lector no está en condiciones de juzgar: ¿una actitud crédula, de aceptar lo escrito, o una desconfianza generalizada, ganada luego de verificar falsedades en varios pasajes (con lo que uno conoce fehacientemente)?

Entiendo que la segunda actitud es la más sensata; que el escrito no merece confianza.

El reflejo especular

Abordemos otro aspecto EddI que denominaremos lo especular y que bien se podría calificar como proyectivo: el escrito de marras no ahorra críticas a los palestinos y particularmente a Hamas.

1. Hablando del golpe de estado contra los Hermanos Musulmanes en Egipto, que ganaran las elecciones tras la renuncia forzosa de Mubarak, golpe a cargo de militares proestadounidenses y proisraelíes, dice EddI: “[…] el nuevo régimen cerró esos túneles  [se refiere a túneles  que intercomunicaban la FdG con Sinaí, que aprovechaban los palestinos para amortiguar el bloqueo israelí]. Ésta es una de las causas de la actual crisis económica en Gaza.”  (p.21).

Seguramente la última frase es cierta, mejor dicho, tiene su átimo de verdad. Pero en rigor, “la crisis económica de Gaza” proviene del cerco que ha establecido el estado sionista sobre todo ese territorio, por aire, mar y tierra; bombardeando el aeropuerto construido por organismos de asistencia españoles; convirtiendo en escombros las zonas portuarias y hasta las embarcaciones, limitando los recursos pesqueros hasta el cuentagotas;  bombardeando e inutilizando las usinas de potabilización, de electricidad, de depuración (y luego, eso sí, cableando “generosa-mente”  alguna escasa provisión eléctrica desde Israel pocas horas al día;  racio-nándolo todo, incluso los alimentos para toda la población “tasados” en no más de 2500 calorías per capita (con lo cual, cada habitante, difícilmente alcance las 2000…, lo cual significa un deterioro sanitario lento pero seguro, un hambreamiento que a medio plazo va afectando la nutrición; designio no confeso del gobierno israelí.

En resumen, le atribuye a lo egipcio un alcance que deviene  ridículo respecto de la responsabilidad propia, en este caso el tratamiento lesivo de toda una población.

2. EddI puntualiza cómo los palestinos se han camuflado para sus  incursiones sobre zonas israelíes aledañas a la FdG. “La boca del túnel  estaba cubierta por arbustos. Estaban vestidos exactamente como los soldados [israelíes].” El pasaje nos muestra que los apaleados palestinos han aprendido la lección: durante muchos años, los sionistas se valieron de  mistarvim, una suerte de espías sionistas;  judíos que se mimetizaban con “lo palestino” (vestimenta, idioma, etcètera) para infligirles daños, a menudo mortales. Los mistarvim vienen de la década de los ‘40, cuando los sionistas inician la expulsión violenta y masiva de palestinos, una vez que se desembarazaran de toda administración colonial (turca, inglesa), que podía querer “atender” a los natives palestinos…·

3. Avancemos una pizca con lo del razonamiento especular: en p. 32, Daniel   Jonah Goldhagen, nos transcribe  el “manifiesto asesino de Hamas” (de lo cual dudamos al menos que tal sea su título, pero concedamos que el resto del texto sea fiel): “Renunciar a cualquier parte de Palestina significa renunciar a parte de la religión, el nacionalismo del Movimiento de Resistencia Islámico forma parte de su fe, el movimiento enseña a sus miembros a adherirse a sus principios e izar la bandera de Allah sobre su patria mientras libran su yihad (art. 13).”

¿Qué es lo que predican los sionistas? No renunciar a parte alguna de Palestina, porque sería traicionar el mandato que su dios les ha impuesto, de dominar (por la espada) a toda la región sagrada.

En concreto, el libelo achaca a los islamistas de Hamas de usar la misma medicina que la Biblia le brinda “al pueblo elegido”. Con una vuelta de tuerca: que el sionismo se presentó inicialmente como agnóstico, refractario casi, al discurso bíblico. Eso que ha llevado a decir: ‘−no creo en Yahvé, pero él fue quien nos entregó las escrituras de propiedad sobre el territorio palestino.’ No existe pero es escribano.

Si la mentalidad religiosa y fanatizante, tipo Ejército Islámico (EI), es preocupante, ¿qué hacemos con el híbrido judío que arranca como movimiento político laico, materialista incluso, pero recurre de inmediato a la investidura bíblica?

Hay muchos más penosos ejemplos de falsedades, escamoteos y de pensamiento doble de los autores de EddI, pero para no aburrir ni atosigar, opto por rematar con una única cuestión:
¿Qué hacer con el fanatismo religioso, que vemos en auge?
El EI, que no es Hamas, aunque tengan rasgos en común, acaba de estremecer a la opinión pública con una ejecución colectiva de soldados sirios, defensores de un régimen laico, no islámico. Fueron degollados simultáneamente en un acto público que pretende honrar algo; a la justicia, al Corán, a los musulmanes hiperreligiosos. Una atrocidad incalificable; ¡cuán puros y superiores deben sentirse los verdugos!

Las palabras de Mijail Bakunin sobre el daño mental de la creencia en un Ser Supremo, se hacen patentes: este filósofo, que ha sido identificado con el pensamiento anarquista (aunque él, a la vez, tenía una postura pastoril, muy similar a la de tantos otros socialistas “autoritarios”, vilipendiados por él mismo), sostenía que la mera existencia de un dios, de un ser superior, omnipotente, amenguaba hasta hacer insignificante el papel de lo humano, destinado únicamente a ser instrumento de tales voluntades “superiores” (siempre mediadas, empero, por voces humanas, de sacerdotes, pastores, imanes o rabinos):

“La existencia de Dios implica la abdicación de la razón y de la justicia humanas, es la negación de la libertad humana y culmina necesariamente en la esclavitud no sólo teórica sino práctica.“ (Antiteologismo).

“Mientras tengamos un amo en el cielo, seremos esclavos en la tierra.” (Dios y el estado).
Estamos presenciando una intensificación progresivamente acelerada de un islamismo militante y fanático (dejamos para otra nota el examen de dónde proviene este “giro islámico”, que parece coincidir con el colapso soviético). El Islam no ha sido siempre así, pero siguiendo a Bakunin, podríamos decir que desde hace un tiempo está hipertrofiando sus rasgos dogmáticos. El avance de este Islam intolerante tuvo un primer capítulo contemporáneo en Afganistán en los ’70 cuando los comunistas procuraron “modernizar” el país. Allì se afirmaron quienes iban a resultar los primeros fanáticos de este último período: los talibanes.

El Islam, el teísmo musulmán, fue expandiéndose sobre todo a costa de los regímenes árabes laicos, como el de los palestinos de la OLP, el de la “Revolución Socialista y Popular” de Muammar Gadafi, y los de los regímenes Baath de Irak y Siria, destrozados primero con invasiones “occidentales” y en algunos casos luego con nuevos baños de sangre, de integrismo islámico.

Significativamente estamos viendo, cada vez más, un proceso correspondiente en Israel, otro estado fundado por “decisión divina”. Los militares israelíes están procesando un avance cada vez más significativo en sus preceptos religiosos; y como lo expresa Coby Ben-Simhon citando una plegaria que entiendo significativa del proceso en curso:

«Oh Señor, Dios de Israel, haz de nuestro camino un éxito ya que estamos a punto de luchar por el bien de tu pueblo Israel contra un enemigo que blasfema tu nombre».  (“La guerra santa que se libra dentro del ejército israelí”). Y otra observación del mismo autor: “el escalón de comando ve al soldado religioso como el soldado ideal.” (ibíd.)

Entendemos que tanto la variante yihadista como la de guerra santa israelí encarnan visiones del hacer militar con alto disciplinamiento y escasa o más bien nula autonomía: es dios quien resuelve lo que yo tenga que hacer [claro que mediado por alguna voz terrenal, obviamente] y yo solo cumplo, lo que tengo que cumplir. Hasta de dudas me exonero; no solo de discernimiento.

La religiosidad militarizada únicamente asegura una mayor intolerancia, una mayor cerrazón mental, un despotismo desplegándose con menos barreras o contrapesos aun que los existentes entre seres racionales.

Este proceso que acabamos de resumir entre islámicos y judíos también existe desde otras religiones; pensemos en aquellos energúmenos del Tea Party que se comunican a diario con su dios, por ejemplo, o en admiradores del sistema israelí como Anders Behring Breivik, el noruego que asesinara a varias decenas de jóvenes socialdemócratas de origen árabe y a noruegos, pacíficos y desarmados (en tales ejemplos resuena, a mi modo de ver, un ingrediente racista).
Rematemos con un par de citas:

De El Corán:
“Estoy con vosotros; dad firmeza a quienes creen. Yo infundiré el terror en los corazones de aquellos que no han creído, golpeadles, pues, en la parte superior de sus cuellos.» [sura 8, verso 13], citado por Peter Townsend,1 quien nos “asesora” y remata: “En este capítulo se hace la profecía de que Alá daría a los musulmanes una gran victoria y que los bienes y posesiones de sus enemigos caerían en sus manos.”(ibíd.)

Y de la Biblia:
“Hoy comenzarè a poner tu miedo y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo; los cuales oirán tu fama y temblarán y angustiarse han delante de ti. […] Y tomamos entonces todas sus ciudades  y destruimos todas las ciudades, hombres y mujeres y niños; no dejamos ninguno; solamente tomamos para nosotros las bestias y los despojos de las ciudades que habíamos tomado.”  [Deuteronomio, cap. 2, vers. 25 y 34].

En ambos casos, cada dios les habla a “los suyos”. ¡Oh maravillas de la comunicación!

nota:
1) Quien esto escribe no pudo desentrañar una identidad más precisa de P. T. en la maraña de homónimos australianos, británicos y estadounidenses que portan tal identificación en internet.

Publicado en Palestinos / israelíes

El sionismo es el nazismo judío

Publicada el 25/08/2014 por raas

Por Lasse Wilhelmsson / Ordfront.

La consigna del sionismo “una tierra sin hombres para hombres sin tierra” ha vertebrado la colonización judía de Palestina desde hace más de un siglo. La realización de un “estado judío”, el objetivo del sionismo, presupone una fuerte mayoría de población judía y una limpieza étnica de los que estaban allí desde mucho antes. Israel es por ello una construcción racista. La supremacía judía se asegura mediante una sistema de apartheid constituido sobre la base de leyes, normas administrativas y mandatos religiosos. Al día de hoy todavía, falta en Israel una constitución con fronteras fijadas, lo cual está totalmente en consonancia con las exigencias expansionistas del sionismo.

Una constitución de 1985 y una ley de partidos del año 1992 no acepta ningún partido político que se oponga abiertamente en su programa a “la existencia del estado de Israel como el estado del pueblo judío”. Israel no es entonces ni siquiera una democracia para los mismos judíos. La ley de retorno le da a los judíos fuera de Israel el derecho a inmigrar y convertirse en ciudadanos judíos en tanto que a los palestinos expulsados se les niega ese mismo derecho consagrado por la justicia internacional. Esa ley es parte fundamental del sistema de apartheid y convierte a todos los judíos en enemigos potenciales de los palestinos.

El documento de identidad israelí no señala “israelí” como nacionalidad sino “judía”, “árabe”, etcétera. Los ciudadanos no judíos no pueden casarse con judíos dentro de Israel o gozar del suelo. Muchas aldeas árabes carecen de estatuto legal como áreas habitacionales y con ello no tienen derecho alguno a servicios públicos y generales como energía o agua. Los árabes israelíes no pueden hacer el servicio militar (con contadísimas excepciones), lo cual conlleva una clara discriminación en el usufructo de derechos sociales, estudios, etcétera.

De la Palestina original hay ahora un 10% que está ocupada, el resto ha sido totalmente robada. Toda la vida y la actividad palestina ha sido estrangulada, y ahora, desde enero de 2006, con la ayuda de la llamada comunidad internacional existe el empeño en acabar con los palestinos por el hambre y las privaciones. Se trata de una política genocida, si seguimos la definición de la convención sobre genocidio de la ONU, en la medida en que su objetivo es ‘amenazar destruir total o parcialmente a la población palestina’. Israel viola permanentemente derechos que la ONU asigna a cada pueblo y no existe ningún otro estado en el planeta que haya ignorado tantas resoluciones de la ONU vinculadas con esa cuestión. Israel es un gran poder militar, nuclear. El último ataque sobre El Líbano, así como la amenaza de descargar bombas atómicas sobre Irán ponen al descubierto las ambiciones israelíes de desestabilizar y destruir a los vecinos de su región. No hay que olvidar los ataques anteriores sobre Egipto y El Líbano.

La colonización de Palestina sigue su curso en Cisjordania (Gaza ha sido convertida en un gueto). Todo ello siguiendo el plan que Theodor Herzl presentara en su libro El estado de los judíos (1896) que se adoptó cuando el primer congreso sionista, en 1897. Uno de los puntos de partida principales del sionismo es que la asimilación de los judíos no sirve contra el antisemitismo. La “raza” judía es vista como un pueblo con derecho a un estado propio en Palestina, donde está el monte Sion. El objetivo es una utopía socialista; un estado modélico.

El fundamento del sionismo, sin embargo, fue conformado algo antes por Moses Hess, denominado rabino comunista. Fue unos de los primeros socialistas significativos de Alemania, así como uno de los mentores de Karl Marx. Es considerado por los sionistas como el primero y escribió Roma y Jerusalén (1862) que tiempo después Herzl iba a considerar como el libro que decía todo lo que era necesario decir sobre sionismo. En esa obra Hess realza el concepto de “raza” judía, su superiodad así como su carácter de pueblo elegido, en tanto ve a la religión judía como la mejor garantía para la nacionalidad judía.

El proyecto sionista se desarrrolló asimismo a manos de Ber Borochov, marxista, sobre la base de una “concentración territorial” como solución para la cuestión judía. Fundó Poale Zion, un partido sionista marxista que apoyó la revolución rusa de 1917. Uno de sus miembros fue David Ben Gurion –el padre del Estado de Israel– que llegó a Palestina a principios del s. XX. Ben Gurion se consideraba a sí mismo como un bolchevique y era partidario de la dictadura del proletariado en todos los países salvo en Palestina, donde aplicó directamente la dictadura del sionismo.

Poale Zion se fracturó y la rama socialista con Ben Gurion como líder fue durante largo tiempo la corriente dominante dentro del sionismo. La colonización se hizo en nombre del socialismo y de la cultura de la ilustración occidental. Por eso mismo, se hizo a pasos y con tratativas con los palestinos. La fundación del estado judío iba a esperar. Porque primero había que forjar un ejército capaz de golpear con contundencia (Haganá), que estuviera en condiciones de expulsar a los palestinos, así como crear y defender una buena mayoría de judíos en la mayor parte del territorio palestino. Esta estrategia fue, como sabemos, muy exitosa, así como, más adelante lo fueron los llamados Acuerdos de Oslo, después de los cuales más que se duplicó el número de los asentamientos judíos en Cisjordania.

Una línea minoritaria dentro del sionismo fue la representada por Zeév Jabotinsky, partidaria de la acción inmediata. Fundó en 1925 un partido sionista revisionista que reclamaba la formación de un Gran Israel que abarcara no sólo toda Palestina sino también Transjordania, partes de Siria y El Líbano, y hasta el río Éufrates. En el texto “La muralla de hierro” de 1937 sostiene que todos los nativos incluidos los palestinos están en contra de los colonialistas por lo cual hay que mostrarles con firmeza que toda resistencia es insensata.

En tanto Ben Gurion guardaba simpatía con el marxismo y más tarde con la socialdemocracia, Jabotinsky depositaba la suya en el fascismo de Mussolini. Fundó el grupo terrorista Irgún que llevó a cabo los peores atentados para la expulsión de los palestinos. Un grupo a su vez escindido de ellos, el Stern, llevó a cabo el asesinato premeditado de Folke Bernadotte, en 1948, enviado oficial de la ONU de origen sueco en el territorio y mediador entre sionistas y árabes palestinos. Los líderes de estos últimos agrupamientos, terroristas, Menachem Begin y Yitzak Rabin, fueron con el tiempo, sucesivamente, jefes de gobierno en Israel. La política simbolizada en La Muralla de Hierro ha sido consumada por el penúltimo jefe de gobierno, Ariel Sharon, y el actual sucesor, Ehud Olmert, la ha afianzado con poderes militares ampliados. Es la política que representaban Begin y Rabin. Fueron sin embargo gobiernos socialdemócratas los que llevaron a cabo las enormes ampliaciones de las colonizaciones judías tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza. Esa “izquierda” socialista nacional o nacionalsocialista a la que Sharon perteneció originariamente.

Los marxistas europeos orientales le imprimieron su impronta a la colonización de Palestina durante la primera mitad del siglo XX. Se llevó adelante con trabajos colectivos en el campo, el kibutz fue su punta de lanza. Se trataba de organizaciones de democracia directa, experimentos de sociedad socialista, las más de las veces seculares, laicos. No corría el dinero dentro de la comunidad y la crianza de los niños era sí o sí colectiva. Únicamente los judíos podían participar de ello. Los kibutzim, que de ese modo resultaban bastiones racistas, desempeñaron un papel importante en la conquista militar y en la defensa del territorio conquistado. Hoy en día, los colonos de la Margen Occidental o de las alturas de Golan cumplen exactamente la misma función, aunque ahora se trate de nacionalistas religiosos ortodoxos. Después de 1967 la influencia religiosa ha crecido y cada vez resulta más insensato hablar de izquierda o derecha en la política israelí. Los motivos religiosos en el sionismo han sido siempre importantes. Hoy en día la política y la religión se han fusionado en Israel.

Moses Hess vinculó raza, pueblo, nación y condición de pueblo elegido en un socialismo nacional erigido en una configuración colonial. Fue lo que se denominó sionismo. Más tarde apareció el socialismo nacional alemán, que se componía de los mismos elementos.

“Creo, como Hitler, en la idea del poder de la sangre.” Así escribe Chaim Nachman Bialik en “La hora del presente” (1934). Está considerado el poeta nacional israelí.

Las organizaciones judías y los agrupamientos judíos fuera de Israel están hoy en día dominados por el sionismo. Su apoyo al estado judío es un presupuesto para que sigan existiendo, aunque se contradiga flagrantemente con las libertades públicas y los derechos democráticos que quieren gozar en los países en que viven. Con esta doble moral los propios judíos incrementan un odio al judío.

Hay que agregar que la solución de dos estados según el modelo de los tratados de Oslo, que preserva un “estado judío”, significa una perversión de los derechos de los pueblos, puesto que legalizaría el robo de tierras y la limpieza étnica. El estado sionista de apartheid debería ser transformado en una democracia en la que rijan iguales derechos para todos sus ciudadanos, al margen de la pertenencia religiosa o la etnicidad de sus miembros. Los campesinos expulsados tienen que tener el derecho de retorno. Así desaparecería el basamento para la ocupación de Cisjordania o las alturas de Golán, así como el Muro. Una solución de este tipo, “sudafricana”, posibilitaría quedarse también a los colonizadores. En Argelia los colonizadores tuvieron que abandonar el país porque sus aliados occidentales se aferraron en no querer ceder ni un ápice. Ese desenlace tendría que ayudar a reflexionar en la situación Palestina/Israel.

* Lasse Wilhelmsson es periodista, exmiembro de las autoridades políticas del municipio de Täby, provincia de Estocolmo, Suecia. Ha sido residente en Israel durante algunos años en la década de los ‘60.

Su texto proviene del año 2006, después del ataque generalizado a la Franja de Gaza (y al Líbano) por parte del Estado de Israel.

Traducciòn del sueco para Rebelión de Luis E. Sabini Fernández.

fuente http://argentina.indymedia.org/news/2014/08/864958.php

Publicado en Palestinos / israelíes

La peculiar superioridad moral que presupone el sionismo

Publicada el 20/07/2014 por raas

por Luis E. Sabini Fernández.

Los judíos jamón del sándwich social

El sionismo, un corpus doctrinario hipermoderno, como que se remonta a la última década del siglo XIX y genera su congreso constituyente tan tarde como en 1897, no es un colonialismo cualquiera, tampoco es un racismo cualquiera. Tiene una especificidad muy acusada que hace pertinente un abordaje multifactorial y del cual con estos apuntes apenas trataré de esbozar algunos de sus rasgos.

Abraham Léon, un intelectual judío marxista (exsionista) asesinado por el nazismo, en su ensayo Concepción materialista de la cuestión judía (Editorial Canaán, Buenos Aires, 2011) rastrea las ocupaciones principales de la judería europea durante el llamado Medioevo y la modernidad, donde los judíos se fueron convirtiendo en el personal idóneo de la banca y del comercio; y cómo eso funcionaba para quienes poseían el poder en tales sociedades, al usar a la judería como fusible ante cada cortocircuito sufrido por la sociedad, con los diversos motivos de crisis, escasez o hambre. Los judíos, durante largos períodos, usufructuaban un status relativamente privilegiado, al menos en comparación con “el pueblo”, pero quedaban expuestos a la inquina y la vindicta popular ante cada cimbronazo económico o social.

Sin duda, esta particular “flotación” de las comunidades judías en tantos sitios de Europa, fue generando una mentalidad peculiar en sus integrantes; una suerte de sentimiento de superioridad, a la vez refrenado ante los que realmente decidían los destinos de esas mismas sociedades, en donde la comunidad judía, aun gozando de ciertas prebendas, estaba a su vez constreñida por el poder de quienes realmente lo detentaban y ostentaban, aun cuando no pocas veces se revelaba que tales núcleos de poder resultaban removidos.

La peculiar situación de la judería en la llamada Edad Media y durante los albores del capitalismo, que la ligó tan fuertemente con las finanzas, forjó en las colectividades judías una ambivalencia; por un lado sentirse excluidos, ajenos y ocasionalmente chivos expiatorios; por otro, contar con recursos para torcer muchas voluntades políticas y a la vez generar entornos hostiles en “las mayorías populares”, quienes también se sentían ajenos al poder pero carecían de todo recurso compensatorio, como los financieros. Como hipótesis, estimo que esa peculiar situación configura un embrión de lo que en el s.XX se llamará actividad de lobby, lobbysm, el particularmente entretejido en la institucionalidad política estadounidense.

Un colonialismo a destiempo

Otro factor que tiene que haber configurado la carga política del sionismo es su diacronicidad respecto de, por ejemplo, los racismos rampantes europeos que vertebraron “la conquista” de los otros continentes. Éstos, encarnados en tantos misioneros, capitanes, exploradores, conquistadores, ingleses, españoles, holandeses, portugueses, generaron los comienzos “occidentales” en América y con algunas variantes se asentaron asimismo en “el Viejo Mundo”. La nueva oleada colonizadora en el siglo XIX, tan racista como la del tiempo de “La Conquista de América” se solapa permanentemente con políticas genocidas (que también caracterizaron la expansión europea de los siglos XV, XVI y XVII y de la cual constituyen testimonio los trágicos destinos de tantas etnias exterminadas en “el Nuevo Continente”) incluirá también a belgas, alemanes y a finales del siglo XIX coincidirá históricamente con el surgimiento del sionismo (en buena medida forjado ante  las persecuciones a los judíos al estilo de los progromos rusos).

Pero esa coincidencia es aparente. Porque el colonialismo europeo de entonces y su sentimiento de superioridad racial es en los hechos y el sionismo entonces estaba forjando su corpus teórico. Es cierto que muy pronto empezará la colonización sionista de Palestina, pero la relación de fuerzas entonces, los hará sumamente cautos y los comienzos de la colonización serán moderados y “legales”, harto dependientes de  algún colonialismo “mayor” (Turquía, Gran Bretaña).

Cuando en la década del ’40 y al fin de la 2GM el sionismo se reconoce como fuerza, y como fuerza dominante, aunque hacía tiempo ejercían un creciente poder y control sobre la población palestina, despliega cada vez más su batería de dominio inmisericorde sobre los natives.

Es justo el tiempo en que el racismo y el colonialismo dejan de ser “populares”. Abandonan el sentido común de la mayoría de los europeos y más en general de las poblaciones políticamente conscientes. El racismo pierde su encanto tras haber sido encarnado por el nazismo con el cual, derrotado, casi nadie en el espectro político quiso ser confundido. En este caso, está claro el quiebre: tanta intelectualidad estadounidense que proclamaba a voz en cuello la superio-ridad racial de lo angloamerican, de los wasp, abandonan esa línea de discurso (exaltada hasta bien entrado el s. XX) y se “convierten” en antirracistas confesos, aunque sigan siendo en los hechos racistas con relación a los negros o los nativoamericanos y veremos, con el tiempo, como expresarán actitudes racistas ante japoneses, “amarillos”, árabes…

El colonialismo, a su vez, pierde status porque las naciones europeas tradicionalmente colonialistas están exhaustas y la nueva política expansionista estadounidense tendrá sumo cuidado en presentarse como demócrata y hasta democrática. Será un neocolonialismo anticolonialista, valga la pirueta ideológica (en realidad constituía una variante de la relación colonial tradicional, y sobre todo, una sustitución de élites metropolitanas). Y bien: estos procesos se dan en el mismo momento en que el sionismo arrecia. Territorialmente. Con los planes que se denominan de limpieza étnica.(1)

El “pueblo elegido”

Probablemente existe un fenómeno de retroalimentación entre la exclusión social que analizara Léon y la reafirmación de la noción de “pueblo elegido”. Esta noción es común a cosmogonías de muchos pueblos y su “integración al mundo” suele disolver el ombliguismo ínsito en ello.

Por causas que merecerían un análisis más circunstanciado, el sionismo tuvo marcado éxito en exaltar la noción de pueblo elegido, revalorizando la Biblia como fuente documentaria. Doblemente curioso, puesto que originariamente el sionismo se presentó como ideología no confesional, prescindente de lo religioso. Pero muy pronto sus ideólogos percibieron que su fuente nutricia podía ser y sólo podía ser la fe religiosa judía y convirtieron, por tanto, a la Biblia en un texto histórico. Tarea que los ha llevado a construir toda una arqueología militante, desmantelando ruinas y construcciones que no abonaban la “historia” bíblica judía.

Hay que aclarar que este sesgo seudoinvestigador no fue exclusivamente sionista; arqueólogos cristianos, protestantes, estuvieron muy activos en “probar” la Biblia. En wikipedia citan a W.F. Albright, G.E. Wright y Y. Yadin como exponentes de tal actitud. William Dever, también arqueólogo, especializado en el Cercano Oriente aclara en el mismo sitio: http://es.wikipedia.org/wiki/Arqueolog%C3%ADa_b%C3%ADblica):
“Hasta hace una generación los arqueólogos bíblicos hablaban con confianza de la «revolución arqueológica» de William F. Albright. Ésta seguramente realzaría nuestra comprensión y apreciación de la Biblia y su mensaje atemporal.” Pero […] “No sólo la arqueología moderna no pudo ayudar a confirmar la tradición antigua, sino que parece más bien tratar de socavarla.”
“No se puede volver al tiempo en el cual la arqueología presumía de «probar la Biblia». La arqueología […] debe tener la capacidad de desafiar, y confirmar, los relatos bíblicos. Algunos cosas descritas sucedieron realmente, pero otras no.” El militantismo arqueológico sionista ha llevado a diversos centros de investigación arqueológica a evitar investigaciones conjuntas con los “colegas” sionistas.

Esta invención histórica es llamativa y paradójica. Que un movimiento que se pretende tan racional, que se entremezcló con el socialismo presuntamente científico, se base en relatos bíblicos es peculiar. Historiadores han investigado y comprobado que el “éxodo del pueblo judío” y su marcha a “La Tierra prometida” son míticos y también resulta mítico o ahistórico otro tramo de la historia oficial judía que alude a la migración forzosa de los judíos a Babilonia. No nos referimos a historiadores ajenos al judaísmo o sesgados por el antisemitismo sino a historiadores judíos como Shlomo Sand.(2)

Supremacismo y mímesis

Otro rasgo peculiar del racismo y el supremacismo judeosionista es el grado de identificación con el grupo invadido, victimado. No me refiero a ninguna identificación psíquica, ética, sino meramente instrumental. No muchos colonialismos han creado verdaderos batallones de invasores camuflados como natives, en este caso árabes palestinos, para mejor perforar sus defensas. No me refiero a defensas militares, puesto que los palestinos prácticamente no tenían armas ni ejército, sino a sus defensas o abrigos sociales.

Así, por ejemplo, algunos de estos seudoárabes, que en hebreo se denominan mistarvim, se presentaban como clientes, hablando fluidamente árabe, en un taller mecánico, por ejemplo, y pedían el arreglo de un vehículo que dejaban… cargado de explosivos y dispuesto todo de tal modo que la explosión arrasaba con el taller, sus ocasionales ocupantes ─trabajadores, clientes─ y victimaba, de paso, a vecinos. Estamos hablando de la década del ’40, 1947 (véase Ilan Pappé, La limpieza étnica de Palestina, Editorial Crítica, Barcelona, 2011, p. 98). En pleno siglo XXI, el llamado “Ejército de Defensa” israelí (pensamiento orweliano típico) en la Operación “Plomo fundido” (sic), 2008-2009, mató a mansalva a unos mil quinientos palestinos, varones, mujeres, niños, viejos, baleando “lo que se movía”, en rigor jugando al blanco. Aplicando balas de tungsteno que se pulverizan dentro del cuerpo alcanzado dejando miles de partículas cancerígenas microscópicas, impidiendo toda efectividad en la limpieza y condenando al alcanzado a una muerte atroz… como puede apreciar el seguramente asqueado lector, en 70 años no ha habido mucho cambio… Lo vemos hoy, 2014, con el destrozo, una vez más, de vidas de niños, mujeres, ancianos en la sitiada Franja de Gaza…

Tienen que sentirse muy, pero muy por encima del resto de los mortales para atreverse a ser tan despreciativos con ”los otros”. Cabe preguntarse cómo se ubican ante otros supremacistas. Sin embargo, como todo supremacismo, se trata de un pensamiento absoluto. Que no admite compartir algo. Repare el lector en este episodio histórico, relativamente reciente: protegidos históricamente por el British Empire, muchos judíos participaron del ejército británico durante la 2GM. En 1946 y 1947, empero, sionistas no tuvieron empacho en ejercer el terror también contra los ingleses. Actos de terror con los que asesinarán a decenas de británicos. Y eso que durante la intifada de 1936 a 1939, por ejemplo, ingleses y sionistas estuvieron codo a codo matando palestinos que a su vez mataron, siempre que pudieron, a ingleses y sionistas… Ingleses y sionistas habían estado íntimamente asociados, como cuando Inglaterra habilitó lo que demagógicamente se llamó Hogar Judío, en 1917 (en Palestina). Interrumpida la “sagrada alianza” en 1946 y 1947, proseguirá, empero, en 1948, cuando los ingleses abandonan Palestina dejándosela en bandeja de plata a los sionistas.(3) Algunos suponen que la City ha sido el hilo conductor de tal alianza.

Supremacismo y la pretensión de ser eterna víctima

La reacción sionista tiene una cadencia precisa que uno puede reconocer como un atroz hilo histórico: bandas sionistas, colonos ultras, el Ejército “de Defensa” de Israel llevan a cabo un operativo; por ejemplo, en 1948 era común invadir aldeas a medianoche y volar viviendas con sus habitantes adentro probablemente recién despertados. Esto hicieron los sionistas una vez, diez veces, cientos de veces. Pero en el momento en que palestinos resistentes o gente desesperada realizan algún contraataque, produciendo, por ejemplo, algunas muertes judías, entonces la reacción judeosionista es como si hubiesen atentado contra gente de paz, inerme e indefensa;(4) la reacción, de enorme indignación, los lleva a multiplicar el destrato (que ya venían ejerciendo), los asesinatos (que ya venían produciendo), las expulsiones, como si se tratara de población indignada que ha sido sorprendida en su buena fe.

Pappé describe un comportamiento en la órbita del colonialismo y el racismo que entendemos bastante característico del sionismo y que pensamos podría ser como un subcapítulo del sentimiento de “eterna víctima”. “Un rasgo distintivo de los israelíes que muy bien puede describirse como ‘dispara y llora’, el título de una colección de expresiones de, según se supone, remordimiento moral de soldados israelíes (…)”. Pappé alude a registros de condena verbal “que han proporcionado a los ‘nuevos historiadores’ israelíes material sobre las atrocidades que no figuran en otras fuentes de archivo. En la actualidad, estos documentos de queja se leen más como un intento de los políticos y los soldados judíos ‘sensibles’ de absolver sus conciencias.” (ibíd., p. 155)

“Tenemos alma, los árabes son hijos de putas”

Un rasgo que es característico de todo supremacismo basado en nociones como la de pueblo, raza, etnia, o nación elegida, es el de un desprecio radical hacia “los otros”. El judaísmo se ha identificado fuertemente con  la mitología del “pueblo elegido” y el sionismo sostiene que existe un contacto tan directo con su dios como para que éste le haya cedido los derechos, terrenales, a la tierra de “la leche y la miel” y de por vida. Aunque parezca un mal chiste, estos han sido los argumentos “históricos” manejados por el sionismo para el reclamo y apropiación de Palestina, con aspiraciones al “Gran Israel” que es un territorio bastante mayor que el palestino.

El desprecio al otro se ha expresado en los casos de civilizaciones que se han definido como “superiores” hacia los natives, los originarios, la barbarie, en suma. Vale la pena tomar nota de esos penosos episodios en que se ha repetido la misma secuencia: cuando en 1865 las montoneras entrerrianas y el gobierno porteño en la novel Argentina aceptan una tregua, los “bárbaros” proponen intercambio de prisioneros; los doctores se miran asombrados: no tienen prisioneros, puesto que los han liquidado a todos. La montonera, en cambio, había cuidado la vida de los adversarios aprisionados…

En 1948, los palestinos llegan a tomar un puñado de judíos prisioneros; volvamos a la investigación de Pappé: “Estos colonos, junto con los residentes del viejo barrio latino judío, fueron unos de los pocos prisioneros de guerra judíos capturados durante el conflicto. (…) Mientras a ellos se los trató con justicia y se los liberó poco después, la suerte fue muy diferente para los miles de palestinos que de acuerdo con el derecho internacional habían pasado a ser ciudadanos del Estado de Israel, que cuando se convirtieron en prisioneros fueron encerrados en corrales.” (ibíd. p. 145).

“El otro” ha pasado a ser directamente animal. Esto en 1948. En julio de 2014, con el ánimo encendido por el secuestro, hasta ahora anónimo, y posterior asesinato de tres adolescentes judíos, jóvenes judíos enardecidos y bajo fuerte impacto emocional (proclamaban a voz en cuello que había que matar a los izquierdistas y en “diálogo” con algunos de tales, gritaban, coreando que querían darles por el culo. Y refiriéndose en cantos a los palestinos repetían una y otra vez: “Tenemos alma, los árabes son hijos de putas.” Algo para repensar de qué lado está la humanidad y de qué lado la monstruosidad ética y psíquica.

notas:
1) En realidad lo fueron de “limpieza” territorial para la cual se valieron de una política terrorista. Que incluía asesinatos en primer lugar, calculados como multiplicadores de la huida de población desarmada. Es una concesión hablar de ‘la expulsión de cientos de miles de palestinos’ sin mencionar los miles de asesinados, los muchos miles de heridos y el número mucho más difícil de consignar de violaciones…
2) En rigor, hay que decir que Sand es de origen judío pero que su propia actividad como historiador académico con una larga actividad como investigador lo ha llevado a abandonar ya no el judaísmo ─religión─ sino su propia condición de judío. No es el primero entre estudiosos judíos que ha dado tal paso. Y, salvo excepciones, la investigación histórica ha llevado a judíos a abandonar el sionismo. Lo que se ha cumplido con casi todos los mal llamados “nuevos historiadores”, de los ’80. Mal llamados porque, como los mismos “nuevos historiadores” han explicitado, hasta entonces el Estado de Israel carecía de historiadores y disponía, en cambio, de propagandistas.
3) Una precisión se impone en este caso: el sionismo se había dividido entre un sionismo probritánico y otro fascista, y el que ejercerá el terror sobre los británicos será el fascista; el resultado final de la 2GM los irá relegando al menos hasta los ’70 en que se adueñarán del gobierno israelí.
4) Ilan Pappé (cuya documentación nutre parte de este abordaje) en el libro ya citado, p. 151, narra un episodio ilustrativo: en 1948, tras el arrasamiento sionista, con asesinatos, saqueos, explosiones, confinamientos y expulsiones, militares al mando de las escuálidas fuerzas árabes que concurrieran a procurar proteger a los palestinos del militarismo sionista, bombardean, en Galilea, un kibutz, Mishmar Ha-Emek. Esa contraofensiva mató con un cañonazo (del único cañón con que contaban los defensores de los palestinos, precisa Pappé) a dos pequeñuelos del kibutz, que resultaron las únicas víctimas en el campo judío. Ese ataque “encendió la furia vengativa” de los sionistas; “los kibutz instaron a las tropas judías a proseguir la limpieza étnica”.
Pappé nos recuerda que el ataque al kibutz, 4 de abril de 1948, había sido una respuesta directa a las expulsiones masivas que, con violencia, venían ejerciendo los sionistas desde el 15 de marzo.

Fuente: www.revistafuturos.noblogs.org

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