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Categoría: General

El callado (y peor, negado) envenenamiento del país

Publicada el 03/08/2015 - 16/10/2015 por ulises

Por Luis E. Sabini Fernández /

En una nota reciente, “Buenos modales para atender (o escamotear) lo atroz” registramos un rasgo que entendemos caracteriza al Uruguay actual; una cierta dificultad autocrítica o incluso una cierta autocomplacencia… y cuando registramos este rasgo, procuramos desnudarlo por su inadecuación con la realidad, por su falsedad manifiesta o por su patética pretensión de creerse mejores de lo que realmente somos (elija el lector la lectura que prefiera).

Aquella nota versaba sobre el estado del agua y remataba con comentarios de otros autores apuntando a esa conducta de Public Relations y de su efecto contraproducente.

Trataré ahora de abordar el tema del envenenamiento del territorio uruguayo, algo por otra parte íntimamente relacionado con el estado de sus aguas, pero que reconoce, empero, una cierta especificidad.
Primero unos datos cronológicos, que entiendo reveladores.

Hay dos estados únicamente en el planeta que iniciaron cultivos transgénicos en el s. XX: EE.UU. y Argentina, en ese orden. El promotor en ambos fue el USDA (United States Department of Agriculture), el Ministerio de Agricultura de EE.UU., con su teoría de las ventajas comparativas.

Pasado el período soviético, los think tanks de EE.UU (y de otros centros de poder planetario) se dedicaron a diseñar una política global. Financiera, industrial, educativa, sanitaria, militar, y también una política alimentaria… mundial. La década de los ’90, que consideraron el reinicio de un unicato american, los encontró diseñando, por ejemplo, la urbanización de la India (¡proyectando el traslado de unos 500 millones de campesinos! en un país que no es el de ellos…) y diseñando el suministro global de granos “con las praderas estadounidenses y las pampas argentinas”. Afortunadamente, tanta estulticia no pudo con la realidad.

Pero obtuvo sí muchos logros parciales. Como la transgenetización generalizada de la soja primero y el maíz después, en EE.UU. y en Argentina. Aquí se inaugura la soja transgénica en 1996, aprobando “las formalidades” del caso (decretos del P. Ejecutivo), valiéndose incluso de textos escritos en inglés… tanto era el apuro por concretar. Por entonces se barajaban otros proyectos de vegetales transgénicos, como el tomate, finalmente descartados (y siempre quedó en la bruma sobre si se trataba de lácteos transgénicos el episodio trágico con la muerte de dos operarios de un tambo hipermoderno en Azul).

En 2010 se concreta en Argentina la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, fundamentalmente dedicada al relevamiento de enfermedades en las áreas sojeras. Habían pasado 14 años desde la implantación de los cultivos GM y el aumento de malformaciones congénitas, alergias, trastornos coronarios y respiratorios, y sobre todo enfermedades asentadas en la sexualidad de los más pequeños era ya inocultable. En los órganos sexuales se podía registrar cáncer de testículos, de ovarios y úteros; hipospadias, baja de los niveles de testoterona, baja de calidad espermática en el caso de los varoncitos y endometriosis, abortos espontáneos y anencefalias en el sexo femenino. Y en general, pérdida de capacidad de concentración, cánceres de los más diversos.

La frecuencia de la aparición de tales anormalidades se hizo altísima, a veces duplicando, triplicando, quintuplicando las estadísticas “tradicionales” (cuando las había). Hay poblaciones que se han hecho tristemente célebres por la invasión de la fumigación aérea: La Leonesa (Chaco), Ituzaingo (Córdoba), Salta… En dicha provincia, en 2013, se registraba el increíble porcentaje de 19% de abortos espontáneos… para humanos y “en algunas zonas”• hasta un 100% de abortos espontáneos en cabras.

Pero ya sabemos que en los países periféricos, mentalmente colonizados, como nos enseñaba Carlos Vaz Ferreira, las verdades periféricas tienen menos valor que las mentiras metropolitanas:
«El pasado primero de mayo [2013], la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos [EPA] aumentó el nivel aceptable de residuos de glifosato en alimentos tras llegar a la conclusión, basada en estudios presentados por la empresa, de que «hay una certeza razonable de que no causará perjuicios en la población en general ni en los bebés y niños por su exposición acumulada».»

Este llamativo pasaje en el artículo escrito por dos corresponsales levantados por la prensa argentina contrasta con el testimonio que también se recoge en la misma nota, de una médica chaqueña: «María del Carmen Seveso, quien dirige desde hace 33 años las unidades de terapia intensiva y comisiones de ética en hospitales del Chaco, [y que] se alarmó al ver que, según certificados de nacimiento, los defectos congénitos de los bebés se habían cuadruplicado, de 19,1 a 85,3 por cada 10.000 nacimientos, desde que se aprobó la siembra de cultivos modificados genéticamente hace una década.» (ibíd.)

La Organización Mundial de la Salud de la ONU, OMS, terminó aceptando, en 2015, que el glifosato es cancerígeno… algo que había negado reiteradamente siguiendo la «doctrina EPA-Monsanto» de su inocuidad, como acabamos de ver con la cita de la nota de Warren y Psiarenko.

La soja transgénica y la consiguiente difusión del paquete agrotóxico data en Uruguay de 2002. La fumigación de los monocultivos forestales para fabricar celulosa es anterior.

Con lo cual, los plazos de contaminación nos están alcanzando. O ya nos alcanzaron. Con ese perverso mecanismo según el cual cuando se la descubre ya es tarde para remediarla.

Y con un agravante: Uruguay carece de la “generosidad” territorial que tiene Argentina. Entre nosotros, está todo más cerca… los cultivos fumigados y las poblacio-nes. Ya hemos visto penosos ejemplos como el de Toledo con su cantera casi en el patio de los vecinos, para sufrir un miniensayo de minería de gran porte a cielo abierto.

Pero claro que en “el paisito” tenemos nuestras defensas, como señala un crítico: “[…] no hay registro de enfermedades que podrían estar relacionadas con la actividad industrial, porque no se hacen conocer los datos de cáncer relevados en los últimos años, u otras enfermedades, glandulares, respiratorias, sus causas posibles.”

Esta omisión de estudios epidemiológicos, que en Argentina constituyó una política, no tenemos porqué pensar que en Uruguay obedece a otros motivos; por el contrario, pensamos que obedece al mismo cuidadoso descuido, a la misma deliberada negligencia, a calificar, por ejemplo, el paro cardiorrespiratorio como “causa de muerte” cuando es claramente consecuencia.

Pero en lugar de alarmarnos por la ausencia de elementos de análisis, hay quienes se sienten orgullosos: “[…] Uruguay está en un proceso dinámico de transformación, con aumentos notables de productividad en algunos rubros más que en otros. Nuestro país se especializa cada vez más en actividades intensivas en el uso de recursos naturales. Ésa es la clave de la inserción internacional del Uruguay.” Así nos arenga el actual ministro de Agricultura y Ganadería, Tabaré Aguerre. (ibíd.)

Pocas veces más ajena la consigna, tan frecuentemente invocada, “Uruguay país natural”.
El acento que el ministro neomenemista Aguerre pone en la productividad (en dólares) nos permite dimensionar cuán lejos estamos de las coordenadas culturales de la década del ’60, cuando llegaran al Uruguay los pollos “doble pechuga”, inflados con hormonas –gran invento made in USA− que la sociedad resiste, o cuando aparece, aproximadamente en la misma época, un edulcorante “revolucionario”, el ciclamato, y nuestros bromatólogos piden la prohibición de tal aditivo porque ya entonces había numerosos informes (EE.UU., Suecia) que lo consideraban cancerígeno.

Sin embargo, el abajo se está moviendo… Cuando hace apenas un mes, el gobierno exhibe su gabinete de trabajo en la ciudad de Dolores, Soriano, vecinos plantean su inquietud por el avance de cánceres y alergias, enfermedades cuyo aumento es típico precisamente en los casos de contaminación por agrotóxicos.
Hay un cambio significativo en los destinatarios de las intoxicaciones. Hasta no hace mucho se registraban intoxicaciones entre los operarios con agrotóxicos. Hoy, nos lo dice Eduardo Egaña a cargo del laboratorio de Residuos de Plaguicidas de la Intendencia de Montevideo, “más que afectarse al trabajador que coloca el plaguicida hay una contaminación ambiental.” Lo cual significa que el uso de agrotóxicos se ha ampliado “industrialmente”, sus efectos alcanzan ahora más directamente a todo el ambiente, humanos incluidos.
En Guichón, nada menos que 15 mujeres perdieron sus embarazos durante una única zafra… sojera. Pero las autoridades no han logrado establecer como causa la creciente difusión de agrotóxicos. Federico Gyurkovits registra que los vecinos, con sorna mencionan dos “industrias pujantes” en Guichón. Pero no la sojera y la forestal. Sino la de purificadores y agua embotellada. Vecinos de Guichón presentaron a las autoridades nacionales un escrito explicando las características tanto de la soja GM como de las plantaciones de árboles para la elaboración de celulosa: “todo este paquete viene de la mano de un gigantesco cóctel de uso masivo e indiscriminado de agrotóxicos.”

Tales “cultivos llegan hasta escasos metros de las cuencas y microcuencas hídricas, que es desde donde se toma agua para las UPA [usinas potabilizadoras de agua][…] las mismas tienen un sistema de piletas de decantación que se encuentra a cielo abierto. Las plantaciones llegan hasta 40 metros de la planta potabilizadora y 30 metros del arroyo del que se toma el agua, no existiendo legislación al respecto que regule esta situación, que es por demás preocupante, dado que no se hace desde los organismos competentes análisis que detecte residuos de agrotóxicos en agua”.

DINAMA contestó tranquilizadoramente: “No existe traza de contaminación, esto no significa que tengamos el 100 por ciento de seguridad de que no haya contaminación. Por eso se harán nuevos controles en los períodos de preparación de los cultivos y cuando éstos requieran aplicaciones de agroquímicos.” En buen romance, ¡tomaron las muestras cuando no hay descargas de agrotóxicos! Así da fácil, y por eso tan precautoriamente se cubrieron con lo de “no significa que tengamos el 100% de seguridad”…

“La cuenca del Río Santa Lucía tiene una enorme importancia estratégica para la sociedad uruguaya, ya que es la principal fuente de abastecimiento hídrico: provee de agua potable al 60% de la población de todo el país. Desde hace varios años, muchos expertos han advertido sobre el exceso de nutrientes (especialmente fósforo y nitrógeno) en los cursos de agua de la cuenca del Río Santa Lucía. A raíz de esto, se ha dado un fenómeno llamado floración de cianobacterias, que podría potencialmente perjudicar la salud de la población. […] Ahora estamos frente a un proceso, en el cual la agroindustria ha generado una contaminación tan grande del ambiente, […] y a su vez los controles que hay fallan permanentemente.”

Quien esto afirma es Federico López Romanelli, documentalista, entrevistado por Ma. Eugenia Nuñez. Entonces, ¿fallas de DINAMA?
López Romanelli, continúa con este testimonio: «En el último canotaje que hice en lo que va del tramo de San Ramón hasta Rincón de Conde, encontré 32 cubiertas de vehículos adentro del agua e infinidad de bolsas. En Semana de Turismo, desde Fray Marcos a San Ramón, encontré 15 trasmallos. El trasmallo está prohibido y ésa es otra forma de agredir el ambiente […] contribuyendo a la desaparición de la fauna marina».
Nuñez comenta a continuación: «la OSE se equivocó en no aclarar y ocultar lo que realmente pasaba con el agua del río. «Yo sé que la OSE tiene que lidiar con todo esos productos químicos que hay en al agua, y a veces no tiene la infraestructura para hacerlo», señala. Y agrega: «Yo no culpo a la OSE, pero no tendría que haber dicho que no había ningún problema. Ese fue el gravísimo error que cometió la OSE para con todos nosotros. Nos mintieron.»

Vecinos se agrupan en asambleas locales, regionales reclamando agua potable porque no se confía en el agua disponible (¡en un país que contaba con tener entre las mejores corrientes de agua del planeta!) y ante este reclamo, lógico tras tener que recibir como agua corriente o potable, agua en mal estado, contaminada o con mal olor, “las autoridades” aseguran que “El cuidado ambiental es irrenunciable para el gobierno”.
Y encontramos hasta delirios uruguayocéntricos que nos acunan con que “afuera todo es oscuridad y turbulencias; Uruguay puede dar otro ejemplo” […] Uruguay puede mostrar al mundo […] cómo construir una sociedad desarrollada con la mejor calidad de aire y agua del planeta.”

Eso que tuvimos, y que no tenemos, que seguramente estaba entre lo mejor del planeta, ¿no sería bueno mostrárselo al Uruguay y a sus habitantes primero? Y evitar lo que Carlos Reherman califica como “práctica del elogio desbocado”.

Notas:

1 Que había sido tan fugaz en su período anterior, desde 1945 hasta muy a principios de la década del ’50…

2 Salvando el planeta con plaguicidas y plásticos [sic, sic], Hudson Institute.

3 El Intransigente, Salta, «Intoxicación por fumigación en los cultivos, el asesino silencioso», 27/5/2013.

4 Michael Warren y Natacha Psiarenko, “Argentina: mal uso de los agroquímicos provoca problemas de salud», infobae, Buenos Aires, 21/10/2013.

5 Aunque en Argentina los OGMs se implantaron hace casi 20 años en algunas provincias, como en Chaco o Salta, los comienzos transgénicos fueron más tarde.

6 Marco Rojo, “De estos polvos… futuros lodos. Medio ambiente. Informe opinativo”. Reunión/charla de difusión en Minas. 15 junio 2015 (posta portenia, no.1425, 30/6/2015).

7 Véanse investigaciones de Darío Gianfelici, médico, en Entre Ríos. Como, por ejemplo, “El impacto del monocultivo de soja y los agroquímicos sobre la salud”, en futuros, no 12, Río de la Plata, 2008.

8 Tomer Urwicz, “Una plaga dura de tragar”, El País, Montevideo, 20 jun 2015.

9 La Diaria, 29 julio 2014.

10 El Telégrafo, Paysandú, 31 diciembre 2012.

11 http://apiculturauruguay.blogspot.com.ar/, Ma. Eugenia Nuñez, “Nueva advertencia sobre la altísima contaminación de la cuenca del río Santa Lucía” 21 jun 2015. .

12 Ministra Eneida de León, La República, 6 jun 2015. 

13 Eduardo Blasina, “El reloj del apocalipsis”, El Observador, 31 enero 2015.

14 “Imperativo de la gestión cultural”, henciclopedia, 2015.

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¡Zonas francas para todos!

Publicada el 07/04/2015 por raas

Por Luis E. Sabini Fernández*.

¿avanzando y democratizando  o hundiéndonos sin democracia alguna a la vista?
Las zonas francas (también denominadas “zonas de libertad comercial”, “zonas de proceso exportador”, “zonas económicas especiales”) son el recurso hallado por el gran capital transnacional para no bajar la tasa de ganancia o incluso aumentarla. ¿Cómo?

Son zonas, áreas, donde se suspende la legislación nacional; allí dentro de “sus fronteras” −el territorio cedido por el estado anfitrión−  no rigen los derechos gremiales ni los fiscales ni las normas ambientales del estado nacional.

Está claro que la concesión de zonas francas significa una cesión de soberanía. Que el gobierno que la decida, o más bien la acepte, la entenderá provechosa. ¿Motivos? El más invocado públicamente, es que así se consigue ocupación para la mano de obra nacional. Puede haber otras razones menos publicitables, como la concesión de favores o ventajas a los anfitriones o más bien a sus representantes. Puede finalmente existir “la razón del artillero”: muy pocos gobernantes en países periféricos tienen la autonomía mental  como para preguntarse qué significa la proliferación de zonas francas y, en cambio, es habitual acatar la orientación del “capitalismo en serio”.

Sin entrar entonces a buscar razones por los cuales el Uruguay está incluyéndose en el curioso club de fervientes cultores de las zonas francas, ubiquemos la cuestión.

No existen zz.ff. en países como EE.UU., Reino Unido, Suecia u Holanda; han proliferado en el sudeste asiático, en América Central y México con sus tristemente famosas “maquilas” y, ciertamente en África. Lo cual nos dice algo sobre las relaciones centro-periferia. Pero el fenómeno de las zz.ff. se presenta en dos variantes: zz.ff. en estados nacionales y estados nacionales devenidos zz.ff.

Históricamente se conoce a Túnez como “el estado pionero” que resolvió convertir todo el país en zona franca. Esto aconteció en 1972, tras el desmembramiento de los proyectos de reforma agraria y la apertura incondicional del país al capital extranjero, en pleno proceso mundial de creación de tales “zonas”.

Resulta significativo que ”la primavera árabe” haya irrumpido desde Túnez, en enero de 2011, justo en el país convertido todo él en zona franca, donde las condiciones laborales eran tan desesperantes: Muhammad Bouazizi lo demostró incendiándose a lo bonzo y su trágico testimonio fue la chispa que incendió la reseca pradera árabe.

Tenemos un segundo ejemplo de esta variante. En 2009, tras el golpe contra Zelaya, se abre en Honduras, con asistencia directa de asesores estadounidenses e israelíes, un proceso de “democracia de nuevo tipo” presidido por Porfirio Lobo quien junto con una persecución mortal sobre sindicalistas propugnó por la extensión de zz.ff. Desde enero 2014 es presidente Juan O. Hernández, del partido conservador e íntimamente ligado al universo empresario: una de sus primeras medidas ha sido convertir el país entero en zona franca.

Con fondos surcoreanos, a menos de un mes de asumir la presidencia prometió construir “una ciudad modelo”, es decir “libre” de todo el andamiaje legal, judicial y administrativo hondureño… con fondos surcoreanos.

En Honduras se debatía la presencia de zonas francas de mucho antes, puesto que América Central ha sido tierra “privilegiada” por capitales estadounidenses para ese régimen. Al punto que Hernández derogó  una decisión de la Suprema Corte de Justicia del país que había prohibido la creación de las mentadas “ciudades modelo” advertidos de la radical pérdida de soberanía que presentaba el proyecto.

Cabe acotar que Honduras es el país más empobrecido de la América no sajona, exceptuando a Haití, donde al castigo imperial se agrega el motor de la discriminación racista.

Y bien: como para completar a “las tres marías” de las zz.ff. en el planeta, tenemos ahora las resoluciones sobre el particular en nuestro país. El director nacional de aduanas, Enrique Canon, en el cambio de año de 2014 a 2015, aclaró que hay un nuevo código aduanero, que promete mayores controles en las zz.ff. (¿es que acaso no los había? y, por otra parte, ¿en qué puede haberlos?), y que dicho código adquirirá pleno sentido ampliando “el territorio aduanero a todo el territorio nacional” (El País, Montevideo, 27/2/2015). El director aclara además una perogrullada: “Las zonas francas uruguayas están internacionalmente bien consideradas.” (ibíd.) Algo indudable, aunque el desprolijo Canon haya omitido decir por quiénes están bien consideradas. No ciertamente por los trabajadores de zonas francas ni de Uruguay, ni de Honduras, ni de Túnez, ni de Filipinas ni de China y el largo y penoso etcétera de la restauración del capitalismo puro y duro de comienzos del siglo XIX, ahora en la periferia planetaria.

Hay que empezar a entender qué significa que estemos junto a Honduras y Túnez en la decisiva cuestión de las inversiones de capital y el tratamiento de los asalariados.

*Integrante de la Cátedra Libre de Derechos Humanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, editor y periodista.<revistafuturos.noblogs.org>.

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¿Construir la identidad sexual? No limits

Publicada el 01/05/2014 - 03/05/2014 por ulises

Por Luis. E. Sabini Fernández.

Tal parece ser el motto que algunos referentes, de mucho peso en el tema, tienen como impulso básico de sus posiciones sobre sexualidad, la sexualidad humana.

Se trataría de construir nuestros destinos sexuales. Que ya no son de ninguna manera destinos. Sino construcciones. Que vamos haciendo de acuerdo con nuestros gustos y necesidades.

La diversidad sexual se presenta en nuestra sociedad cada vez más como un asunto de elección. ¿De elección dónde, desde qué?  De elección en un mundo de ofertas posibles, potenciales. Eso se expresa en un ámbito ¿que podríamos llamar un mercado sexual? Uno puede salir ¿a la sociedad, al mundo, al mercado? a construir su sexualidad como un niño podría pedir construir, con un mecano, un lego, una ciudad maravillosa o un animal casi con movimiento…

La construcción es algo que hace lo que hace desde afuera. Se construye algo que es siempre un objeto. Uno a veces lo termina y se considera satisfecho. −Me gustó lo que hice, lo que construí. Con ingenio, talento, gracia, paciencia (y buenos materiales, claro; no todos somos poetas como Miguel Hernández para construir los poemas que él hizo con dolor, palabras y señas…).

Pero la noción misma de construcción nos lleva a pensar un poco más. Lo construido es por definición lo artificial. El lenguaje nos lo delata. Cotidianamente usamos la expresión: −Esta explicación me suena una construcción…

Frente a ese concepto, lo construido, existe el de identidad. Que, al contrario, es algo que va de adentro hacia afuera. Es lo que existe y se expresa. Existo, luego me expreso. Y no: me presento así y luego soy.

La identidad es algo que proviene desde adentro del ser. No sé si es algo dado, concepto hoy en día tan cuestionado. Pero sé al menos que no puede ser algo que procede por adición, por suma, por agregados, por influencias. Mejor dicho, claro que puede ser así, pero no es algo deseable ni auténtico.

El mercado es el sitio de las adquisiciones. De las compras o trueques. De las in-corporaciones. De lo que uno mete en el cuerpo, literalmente. Pero para la identidad, el cuerpo estaba allí, antes. No lo hace el mercado. Si no, pobre nuestra identidad.

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Una entrevistada, Claudia Castrosin (“Cayó el reinado de la heterosexualidad, hoy vale preguntarse ¿quién soy?”, El Barrio. Villa Pueyrredón, no 179, Buenos Aires, marzo 2014)  vicepresidenta de toda una federación LGBT nos dice que por el momento hay en Argentina cinco  identidades sexuales, pero que su número puede ser ilimitado.

Como aludiéramos en el título: no limits. Seriamos nosotros  los que vamos construyendo las identidades en el decurso de nuestra sexualidad.

Claudia nos recuerda taxonómicamente, para la Argentina las identidades hétero, homo, bi, transexual y transgénero. Y yo me acuerdo de la polémica formidable que estalló hace años en Suecia, acerca de los transgéneros héteros y los transgéneros homos. Los transgéneros héteros se quejaban que por haberse nucleado históricamente en la RFSU (Riksförbund för Sexuell Upplysning, Asociación Nacional de Información Sexual), que ha sido la organización-paraguas para los homosexuales “tradicionales” suecos, dicha organización ha tenido mayor comprensión hacia los transgéneros homos que hacia los transgéneros  héteros. La RFSU ha sido de larga data, una organización con un enorme arraigo defendiendo los derechos homosexuales (tanto los provenientes de hombres, perdón… y mujeres).

Dejo para lectores más avisados que yo, las diferencias funcionales entre los mencionados transgéneros.

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Pero indudablemente vivimos una sociedad líquida, como nos lo ha explicado Zygmunt Bauman, y la identidad sexual se ha licuado. Así que no se trata de oponerse a los planteos como el de Castrosin, sino de mejor situarlos y comprenderlos.

Porque llevar la identidad sexual al plano “libre” de la construcción, nos lleva por una pendiente que entiendo más que problemática.

Lo mismo podríamos aplicar a los criterios de identidad nacional, otro aspecto igualmente importante, igualmente identificatorio, en nuestras vidas. En este aspecto vemos también el fluir de la globalización y el debilitamiento de la identidad nacional. Sin embargo, eso a menudo no es sino la concesión, inconsciente, al orden de los grandes titulares de la gobernanza global, asentados en las elites principalmente de EE.UU., el Reino Unido, Israel, el mundo en inglés, que otorga una identidad en lugar de la nacional que teníamos desde nuestros países de origen.

A la vez, la persistencia de la conciencia nacional, en poblaciones amenazadas en sus condiciones de vida y sobrevivencia. Y ni hablar en aspectos lúdicos, como el fútbol.

Los criterios constructivos encierran una problematicidad, no es todo superación.

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Claudia menciona como prueba de su homosexualidad hoy asumida como adulta con plena conciencia, que cuando era niña, escolar, se había enamorado de una maestra suya. Y que su propia madre confundió ese enamoramiento suyo infantil con una gran admiración por la maestra. Me pregunto por qué tengo que entender dicho enamoramiento como prue-ba de homosexualidad. Podría haber sido al revés. ¿Si Claudia hubiese tenido un maestro del cual se llegara a enamorar, habría reafirmado un carácter hétero? (observe el paciente lector que esta última hipótesis se basa únicamente en la idea de construcción social).

Hace poco, se produjo un cambio de identidad en los documentos identificatorios  de una niña de muy corta edad. La estructura judicial argentina reveló con ello su invertebralidad, plegándose al “aire de época”. El mismo con el que se aplaude mucho más los nacimientos habidos entre dos cuerpos masculinos o dos femeninos (claramente apoyados en vientres, úteros o espermas ajenos), que los nacimientos “tradicionales” (la presidenta, por ejemplo, ha salido madrina  de bautismo de un hija de dos mujeres y el gobierno hace de esto toda una política).

“El gobierno de la provincia de Buenos Aires [sic] anunció que rectificará  la partida de nacimiento de L…” (Mariana Carbajal, “Un nuevo espejo para ver la identidad” Página 12, 26/9/2013). Es llamativo que la resolución venga por vía del Ejecutivo y no desde el ámbito judicial.  La madre ha explicado cómo su vástago eligió su género a los 2 años y cómo desde los 4 años “vive como niña”. Con 6, finalmente se la reconoce.

La decisión de la madre y la del aparato político contrasta con lo  poco que sabemos. Una psicoanalista, licenciada en Educación, Noemí Lapacó, impugna claramente “el giro de los acontecimientos” alrededor de L… Lapacó (“Los niños y la identidad sexual”, Página 12, 5/12/2013) nos recuerda que no existen los niños que puedan ser tan precisos en su identidad sexual ni al año y medio ni a los dos años, como surge de las frases atribuidas a L… al año y medio: “Yo nena, yo princesa”. 

Lapacó niega la calidad de ese testimonio  y aclara que  “ese reclamo de cuya existencia no dudamos, resulte mucho más tardío que los dos años, que es la edad a la que se le atribuye insistentemente. A los siete años que ahora tiene en cambio, es muy posible que haya tenido tiempo de percibir y adoptar o rechazar el modo en que se lo nombró, y en qué lugar fue esperado, consciente o inconscientemente por los que lo alojan en su deseo.” (mi subrayado).

El comentario de Lapacó es lapidario, porque el deseo de L… en realidad aparece como el deseo de quienes impulsan su cambio de identidad sexual. Aquella madre desprejuiciada y atenta a devenires identificatorios resulta ser la que imprime el cambio de género  de su pequeñísima e inerme hija. Y al estado cómplice, una vez más, estado bobo.

Lapacó es categórica: de ningún modo antes de la pubertad “cada quien se las ve con lo que su sexo le hace desear”.  Lapacó revela su preocupación si “decisiones” como la que estamos comentando se generalizan. Porque veremos el despliegue de decisiones sobre niños que aún “no pueden tomar esa decisión” por sí mismos.

En resumen, que contra los plácemes de la progresía sobre tanto cambio de sexo, tanto plasticidad de género, tendríamos que aprender a percibir cómo la ideología dominante nos ajusta mucho más a un diseño de sociedad capitalista y consumista, pletórica de ofertas diversionistas, que a la ansiada liberación que tanta veces hemos impulsado creyendo que estamos “construyéndola”.

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Thatcher (Margaret) a la vanguardia de la lucha antiimperialista de América Latina

Publicada el 21/04/2014 - 01/05/2014 por ulises

Por Luis E. Sabini Fernández.

El chovinismo sigue haciendo estragos mentales. Y lo más devastador resulta cuando se lo practica sin invocarlo, desde el internacionalismo más límpido y desinteresado. El mundo es tan complejo que plantarse en sus antípodas tampoco tiene porque ser acertado.  Aquí, el caso 1 y el 2.

1.

Se están haciendo reconocimientos destinados a dilucidar la muerte  de Joao Goulart, presidente brasileño depuesto por los militares en marzo de 1964, al que muchos suponemos vilmente asesinato en su exilio argentino en octubre de 1976. Ese golpe que iniciará una seguidilla de tales en América Lapobre, como mero reguero de “contrarrevolución preventiva” ante la insurgencia que volviera a despertar, esta vez tras la triunfante Revolución Cubana.

Nunca se lo había recordado, política, públicamente, antes. Ahora incluso se levanta una placa recordatoria enfrente al cuartel de policía de quienes “socializaran” la tortura en una amplitud sin precedentes en la región según la periodista investigadora Stella Calloni. Pero, claro, han pasado 50 años…

Los deudos y las redes de quienes sí recuerdan la pesadilla dictatorial, el Brasil de los generales, de Castelho Branco para abajo, anhelan tener el reconocimiento que en Argentina se le ha brindado a Madres, Abuelas y en general a los organismos de derechos humanos reclamando esclarecer la noche atroz del 24 de marzo (1976).

Y declaran, siempre según el testimonio aportado por Calloni, que si ellos en Brasil, llegaran a tener el mismo trato que por ejemplo les han dispensado “las autoridades nacionales” a las víctimas y a sus familiares en Argentina, se sentirían muy honrados, reconocidos. Falta para ello, aunque muchos aspiran  a que Goulart y su “reaparición” opere como disparador de conciencia como fue en Uruguay −también tan obturado en los reclamos por los asesinados y desaparecidos de la dictadura−  el caso Makarena Irureta Goyena.

En el concierto internacional, y particularmente latinoamericano, Argentina desempeña así, en el ejercicio de los derechos humanos y en el desentrañamiento de lo acontecido durante el tiempo de indignidad y desprecio, del terror institucionalizado, un peculiar papel de vanguardia. Stella Calloni verifica ese papel guía, como de vanguardia,  que América Latina juega en el mundo y que Argentina juega en América Latina.

Ninguna otra dictadura fue tan vapuleada –a posteriori, es cierto– como la argentina de esa cría monstruosa engendrada en los ’60 y ’70.

Pero reajustemos la mira(da). Argentina no ha ganado ningún papel de vanguardia por el desarrollo, realmente extraordinario y único en la región, de los organismos de derechos humanos y su lucha. Fue la derrota crudamente militar de la dictadura, de los militares argentinos ante los británicos, lo que precipitó la crisis de la arbitraria institucionalidad militar y una salida cívica democrática… y entonces sí la reafirmación formidable de la tarea de Madres, Abuelas, Familiares, ex-detenidos desaparecidos y un largo y rescatable etcétera.

Si Galtieri y Cía. se hubiesen salido con la suya –ya sabemos que es contrafáctico y por eso no podemos perder en esto mucho tiempo− en la opinión de quien esto escribe, habríamos tenido que soportar dictadura para rato… y con considerable apoyo social (al menos inicial).

Por eso, si los brasucas que recuerdan las atrocidades de 1964 se referencian a los argentinos luchadores por los derechos humanos y éstos aceptan situarse a la cabeza de esa lucha en la región, otórgemosle a Margaret Thatcher el papel que tuvo descuajeringando la estructura castrense argentina.

 

2.

En esto de atribuciones engañosas, tenemos otro caso igualmente penoso.

La derechosidad manifiesta del Frente Amplio y la rapacidad oculta de los vecinos

Somos muchos los que atribuimos al gobierno progresista del Uruguay, que lleva, él también más de una década, una serie de claudicaciones y desaciertos que muchos no esperaban tener que percibir desde una opción política –Frente Amplio, Encuentro Progresista, Nueva Mayoría− considerada genéricamente  “de izquierda”.

Entiendo que el partido o coalición gobernante ha disfrutado políticamente de la confusión o superposición entre los conceptos de progresismo e izquierdismo, para esa visibilización que siempre, ya históricamente, ha promovido. Algunos podemos entender que progresismo −que es la ideología del imperio globalizado y las corporaciones−, poco y nada tiene que ver con el izquierdismo, que ha procurado ser en primer lugar anticapitalista, algo en las antípodas con todo progresismo.

Si el FA hubiese encarnado una verdadera alternativa, cultural, ideológica, política, si por ejemplo, hubiese tomado en serio lo de “Uruguay natural” y no como una consigna turística, el país habría tenido paño para un desarrollo, un ensamble económico formidable. Con su limitada superficie (en comparación, por ejemplo con Argentina o Brasil, pero incluso con Perú, Venezuela o México), es insensato apostar a los monocul-tivos industriales que exigen para su “mejor” rendimiento, grandes superficies. Y aunque el Uruguay cultivable no es tan pequeño como lo muestran sus límites geográficos  pues-to que tiene uno de los mejores índices mundiales de tierra cultivable por superficie total (cerca del 90%), al país le habría convenido apostar a specialities, nunca a commodities, como se encuentra ahora embretado. Gracias al batllismo primero, al frenteamplismo después y a la falta total de iniciativa propia de los “nacionales” o “blancos” en el medio…

Por eso mismo, acuerdo a grandes líneas con la descripción durísima que Jorge Zabalza hace de la dirección frente- o fraudeamplista en la entrevista que le hiciera Carlos Aznárez (17 abril 2014).  La crítica demoledora a la dirección política del país no puede aislarse, empero, de lo que le ha pasado al Uruguay,p. ej., dentro del MERCOSUR.

Uruguay, y por otra parte, lo mismo ha pasado con Paraguay, fueron ingresados al tratado inicial entre Argentina y Brasil como meros agregados. A los que jamás se les reconoció entidad o historia propia.

El caso que más conozco, o siquiera en el que menos desconozco, Uruguay, tenía cierto desarrollo industrial propio, aplicado a los bienes de la vida cotidiana, la vestimenta, el calzado, la alimentación, muchos de ellos de calidad. Pienso en el parque de cubiertas accesorio a la industria automotriz, en la lechería, y hasta en la industria cárnica, ciertas cerámicas y lozas (atendiendo a la construcción y al hogar).

Como muy bien sostiene un peronista que me ha mostrado cómo se lo puede asu-mir –al peronismo− sin ser chovinista, las economías argentina o brasileña muy poco es-pacio habrían necesitado ceder para darle un lugar significativo a las actividades econó-micas uruguayas; tan poco que debería considerarse irrelevante (dadas las enormes dife-rencias en volumen; por las cuales el mismo volumen puede significar un porcentaje mí-nimo de economía brasileña y uno decisivo o abrumador en la uruguaya, p. ej.).

Y el buen amigo, con todo tino, antes que empezar criticando a la dirección política uruguaya, al candidato Tabaré Vázquez, que está todo el tiempo “jugando” con su entrega a EE.UU., critica a los porteños y a los paulistas y cariocas, que mezquinamente están repitiendo el imperialismo-hacia-adentro, con sus brasiguayos en Paraguay, con celos para que Buenos Aires y sus puertos no pierdan en la competencia con el de Montevideo, para, en suma, mantener los privilegios centralistas que tales territorios, megalopolizados (Buenos Aires, San Pablo, Río), tienen tanto en el concierto continental como dentro de sus marcos nacionales.

Esta crítica a burguesías periféricas y medianas que repiten los comportamientos del universo capitalista global no exonera la falta de una visión propia, alternativa en los pequeñísimos centros decisorios, si quedan, dentro de Uruguay. Pero explican, a mi modo de ver, un poco mejor los penosos pasos del Fraude Amplio.

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Costo argentino

Publicada el 31/10/2013 - 13/12/2013 por ulises

Por Luis E. Sabini Fernández.

La noción de costo ha escapado, mejor dicho parece haberse escurrido por algún desagüe cloacal de la economía argentina.

Es un concepto de la economía que, al menos en la teoría económica y en las economías contables, tiene un protagonismo que contrasta con su ausencia manifiesta en los circuitos económicos nacionales.

Vayamos a ejemplos para ilustrar tan peculiar y penoso panorama.

COSTO BANCARIO. x 6 − Quien esto escribe recibe desde hace un tiempo una jubilación sueca. Nada comparable a las espléndidas rubias que en algún tiempo forjaron el imaginario fílmico de aquel lejano país; no llega a 2200 pesos mensuales.

Para efectivizar este dinero en Argentina, que me envían en coronas pero recibo indefectiblemente en pesos, el banco sueco desde donde transfiero los fondos me cobra 30 coronas (unos 23 pesos). ¡Y el argentino, para que yo lo reciba en este país, casi 150 pesos!

¿Cuál es el motivo por el cual los gastos bancarios argentinos más que sextupliquen los suecos (por el mismo monto, el mismo momento)?

¿Serán los ingresos de trabajadores y jubilados argentinos muy superiores? Nones: los ingresos suecos son por lo menos, en el momento actual, unas tres veces más altos promedialmente que los argentinos, con lo cual la incidencia real en el bolsillo del particular del costo bancario argentino deviene respecto del correspondiente sueco… 6 x 3.  La relación está en x 18.

El cordial empleado a quien le pregunté sobre tal comparación me dijo, como para tranquilizarme: “−El costo bancario argentino es el más alto del mundo.”

COSTO TELEFÓNICO. x 8 − En la década de los ’90 se destacó el llamativo resultado de la empresa entonces española Telefónica (Telefónica Argentina), que se había adueñado de media red telefónica argentina y tenía sus redes en una media docena de países, España y algunos sud- y centroamericanos. Las ganancias de Telefónica Argentina superaban entonces, en el consorcio internacional, todas las ganancias juntas de las restantes sucursales, incluyendo su sede madre española, en rigor de mayor tamaño que el medio mapa argentino que controlaba.

¿Cómo conseguía Telefónica semejante rendimiento?

Conozco, y calculamos una vía entonces, con una hija mía, residiendo en Suecia de tan fabulosas ganancias. Estimando el tiempo y la cantidad de llamadas en las comunicaciones de larga distancia, el costo argentino era 64 veces mayor que el sueco. Un minuto argentino costaba algo más que una hora sueca… hablando por teléfono.

Fue la época en que “surgieron” las tarjetas de 5 y 10 pesos para hablar a larga distancia. Porque las tarifas debían ser insostenibles. Las tarjetas parecían  muchísimo más baratas. ¡Lo eran!  El costo por llamada y por tiempo se redujo, en Argentina, formidablemente, a una octava parte: si uno hablaba por línea fija debía pagar 8 veces más caro el minuto que con tarjeta (y si solicitaba el servicio de operadora, algo más todavía…). Por lo tanto, tarjeta a tarjeta, que se estaban difundiendo y generalizando en todos lados, hablar desde Argentina pasó a ser “sólo” 8 veces más caro que hacerlo desde Suecia: un minuto argentino costaba lo que ocho minutos suecos. Por eso el estilo de la llamada telefónica entonces aquí era, angustiante y telegráfico y allá, tan plácido.

Pero con los ingresos pasaba lo mismo de lo que ya vimos pasa ahora con los costos bancarios, y tal vez entonces era más acentuada la diferencia de ingresos. El sueldo sueco promedio en los ’90 debía ser no 3 sino 4 o 5 veces más alto que el argentino, con lo cual la incidencia real en el bolsillo del usuario de esta tarifa octuplicada ( x 8) era en realidad 32 o 40 veces mayor en Argentina que en Suecia.

IMAGINACION EMPRESARIA. LAS TELEFÓNICAS, OTRA VEZ, PERO DE CELULARES.  Las compañías celulares actualmente están cobrando 7 pesos por una llamada con una larga explicación mediante cinta grabada, que le envía al usuario, para ofrecerle un supuestamente tentador sistema para ganar puntos y ventajas de todo tipo. El “ofertón” proviene de la empresa que factura así la llamada… propia.

La empresa telefónica se arroga el derecho de “aconsejar” cobrándoles la minucia de la llamada, de algo que le reportaría al beneficiario, ventajas sin cuento. Lo decidió por sí y ante sí. Lo pagará, el adscripto al celular.

No se le puede negar ingenio al equipo de fabricantes de gastos… ajenos, que suponemos se denominará Gerencia de Curros. En este caso, el multiplicador de ganancias que venimos calculando es infinito.

CROISSANT A CROISSANT − x2  ¿Qué más rico que un buen café con leche con una media luna? −Bueno, un café con leche con dos medias lunas. En Buenos Aires, en el cambio del 2011 al 2012, tal “desayuno” estaba a no menos de unos 12 pesos.

En el mismo momento, un muy buen café con leche con un croissant, una media luna de las grandes, el equivalente de dos “porteñas”, salía en Barcelona, en Madrid o en París, indistintamente, entre un euro veinte y un euro cuarenta. Incluso, alguna vez, sobre el mostrador, 1,10 euros….

Las medias lunas, generalmente exquisitas o al menos aceptables, allí y aquí. El sabor del café, allí, excelente, café real, aromático. Algo que no podemos decir de gran cantidad de las cafeterías porteñas actuales que han cambiado, casi masivamente, al jugo de paraguas.

El 31 de diciembre de 2011 un euro cotizaba 5,60 (no había entonces oficial y blue). El desayuno indicado costaba entonces en las mencionadas ciudades europeas unos siete pesos argentinos, hasta ocho… Aquí, dijimos, doce…

Con el detalle ya conocido: los sueldos en Francia y España están siendo reducidos por la crisis que están sufriendo, pero así y todo el sueldo bajo europeo en euros andaba por los 500 euros, unos dos mil quinientos pesos argentinos entonces, unos tres mil quinientos al cambio oficial actual (o más de cinco mil argentinos cambiados en blue). No  son sueldos tan espantosamente bajos en Argentina: 2500 hace 2 años, 3500 ahora.

Es decir, una vez más que si el costo del desayuno es casi el doble en Buenos Aires respecto de las ciudades europeas  señaladas  (x 2), la incidencia real en el poder adquisitivo triplica en Buenos Aires las del otro lado del Atlántico (x 3).

Y esto sin considerar la calidad muy superior del café europeo, debido al peculiar proceso mediante el cual la mayoría de las cafeterías porteñas han decidido “bautizar” el café hasta la indecencia. ¡Para agrandar ganancias en época de hiperconsumo! Algo particularmente chocante en cadenas “importantes”, con nombres que procuran prestigio cafetero… invito al lector a que mire su café a trasluz (el vaso de vidrio es el mejor aliado para tal observación…)

Y dos perlitas de la vida cotidiana:

  • un medicamento que consumo, con prescripción médica, me costó en enero 2013, 62 pesos. En mayo, 104 pesos. Un aumento de 60,5%. En cuatro meses.
  • un cartucho de tinta para impresora, de los llamados alternativos: igual tamaño (XL), igual tipo, igual color, el mismo día (marcas distintas, desconocidas ambas): en un comercio, 85 pesos, en otro 171. Una pizca, apenas, más que el doble…

Aquí el x 2 es interno, en la ciudad.

Vayamos a un corte… de venas.

 

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