Saltar al contenido

revista futuros

del planeta, la sociedad y cada uno…

  • Inicio
  • Revista Futuros
  • Otros escritos
  • Sobre el autor
  • Contacto

Destino de país. Uruguay 2018, Qué comienzo!…

Publicada el 02/03/2018 - 03/04/2018 por ulises

por Luis E. Sabini Fernández –

Esquemáticamente, hay dos formas de enfrentar las dificultades que se han presentado “inopinadamente” este enero y febrero; el cuestionamiento a la política del gobierno hacia “el campo” y el recrudecimiento de violencia en las calles.

El gobierno ha desechado los reclamos inicialmente y luego se avino a alivios fiscales en el primer caso y en el segundo, ha sopesado cómo atender y/o enfrentar a pobres embravecidos por las privaciones o estropeados por la droga.

Otra opción es rastrear orígenes. Ver así la clave de estos dos problemas en una causa. Casi todos los habitantes de barrios empobrecidos de la capital, vienen o han venido “del campo”. “−Mi viejo laburaba con ovejas, las esquilaba, las cuereaba… pero quedó sin trabajo… se  acabaron los asados de cordero y anduvimos yirando… en Guichón, en Paysandú y ahora en el Manga…

Con el sacudón de Durazno en enero se ha repetido hasta el cansancio: en los últimos diez años  han desaparecido 11 000 producciones agropecuarias; el 90% pequeñas y con ello, han desaparecido entre 100 000 y 200 000 pobladores rurales.

¿Dónde están? En Montevideo, en Casavalle, Piedras Blancas, Manga, Conciliación, Casabó, Maroñas, Marconi, Malvín Norte…

¿Qué es lo que expulsa la población del campo? Desde tiempo inmemorial: la gran propiedad. Antes era el latifundio. Ahora, las agroindustrias. Aquél, alambrando campos, expulsaba población que no “necesitaba”; éstas, mediante tecnificación, globalización, mercado mundial.

Pero ahora se ha presentado un nuevo factor en juego: la agroindustria acrecienta productividades “racionalizando” mano de obra, pero sobre todo, contaminando suelos y aguas.

Es el estado actual del Uruguay: uno de los países mejor irrigados del planeta, pero como un reconverso rey Midas, la agroindustria hace mierda el agua que toca.

Pero no es mierda. La mierda, en un organismo sano, es apenas el residuo del cual se desprenden los organismos vivos; la tierra agrícola se prepara como potrero de vacas, cabras u ovejas: ese estiércol favorecerá los cultivos.

La agroindustria es un rey Midas que no hace ni mierda ni oro; hace dólares y veneno. Lo segundo es un subproducto inevitable. Por eso es tan peligroso exaltar “las virtudes” de “la revolución tecnológica”: como con las vaquitas de Yupanqui, los dólares son para los agroindustriales y el estado; el veneno, para el pobrerío.

De los acontecimientos sonados en enero y en febrero de 2018 pasar a causas mediatas no significa ignorar eslabones intermedios, desde los cuales a menudo hay que operar sobre la realidad. Pero con este abordaje optamos por tratar de ir al fondo de los problemas, no arar en el mar.

 

 

La intensificación decisiva de la agroindustria fue impulsada desde las usinas ideológicas del USDA (Ministerio de Agricultura de EE.UU., por su sigla en inglés), a mediados de los ’90 para, “las praderas norteamericanas y las pampas argentinas”.[1] Ésa es la razón por la cual durante el siglo XX hubo solo dos países con cultivos “industriales” de soja transgénica en todo el mundo; EE.UU. y Argentina, en ese orden. La bandera de sumisión pirata fue la de Monsanto.

La alta rentabilidad que tanto seduce a productores modernos y gobiernos ávidos de dólares tiene, tiene esa gravosa contracara: la contaminación, un verdadero pacto fáustico.

¿No vemos acaso cada vez más niños, o adultos, en la calle, en paradas de ómnibus, con deformaciones óseas, pelo ralo, niños con manos sin dedos? ¿No vemos acaso cada vez más seres humanos con miradas erráticas, extraviadas (las enfermedades mentales también figuran entre las producidas por la contaminación)? Si los que aquí vivimos no nos damos cuenta, basta preguntar a forasteros, que se asombran de la frecuencia de tales presencias.

Los que vivimos permanentemente en un sitio normalizamos situaciones que pueden resultar absolutamente anormales; el periodista italiano Gaetano Pecoraro visitó a fines de 2016 las zonas sojeras argentinas y ha vuelto a Italia espantado haciendo un informe sobre las atroces secuelas de la agroindustria.[2] En Argentina, los medios de incomunicación de masas apenas si lo han registrado.

Ese proceso, que vimos desarrollado por el USDA, ese círculo vicioso, empezó en Argentina en 1996. En Uruguay, en 2002. Ya estamos ingresando al  mismo espanto.

Junto con ese proceso de “desarrollo tecnológico” tenemos también la tasa de suicidio más alta de América Latina. Los suicidios no brotan de la depresión sino de la exclusión, el desarraigo, la crisis de las relaciones socio-afectivas (y en muchos casos, también causados por  la contaminación).

La alternativa, entonces,  no es incrementar la agroindustria con monocultivos forestales o sojeros, con su acompañamiento inevitable de fertilizantes y plaguicidas. Algo que vemos como “solución”, para tantos referentes de los nucleados en Durazno, en enero. Para éstos, las “mochilas” pasan por los costos altos, los ahogos crediticios, los endeudamientos, el precio asfixiante de la energía. Todas esas objeciones son certeras, pero hay que asumir que encarar tales “mochilas” sirve para afianzar la agroindustria; seguir contaminando y despoblando el campo.

El éxito de los feed-lot en Argentina, donde se puede producir carne concentrando mil vacas en 1 ha convertida en un lago de excrementos las 24 hs., con las consiguientes enfermedades y matanza de vaquillonas (porque la sobrevida en esas condiciones es corta), no ha podido reproducirse (con tanto éxito) en Uruguay. Alegrémonos. Tenemos óptimas condiciones naturales para apostar a otro tipo de producción en lugar de commodities. Están las specialities, que exigen mucha mano de obra y no necesitan contaminación, ni tanto suelo.[3]

El FAEPNM acentuó la política de “modernización” y extranjerización de la tierra de la mano de una filosofía presuntamente científica, en rigor regida por los desarrollos de emporios tecnológicos transnacionales.

Durante los últimos años de la primera década del s. XXI la Bolsa Agrícola de Chicago mantuvo como estrella a la soja transgénica− su “viento de cola” aparejó un cierto éxito para gobiernos inclusionistas, como el FAEPNM, el kirchnerismo, el PT y su “hambre cero”. Ese ciclo se ha evaporado.

El FAEPNM acentuó la geopolítica de dependencia al capital monopólico transnacional que llevaban adelante los partidos “tradicionales”, en particular el Colorado, tan identificado con el centro geopolítico estadounidense. El imperio, globalizador, es insaciable.

En los ’70 se expandieron las zonas francas, reencarnación de las economías de enclave del viejo colonialismo. Otra forma  de “prestar” o ceder población a empresas extranjeras. Y no solo población. Ahora también rolos…

¿Tenemos que aceptar el avance de enfermedades por contaminación, el de la locura de los frustrados, el de la pobreza sobre los desplazados del proceso de concentración económica, quebrando el espinazo del proyecto de país que, como sociedad, tanto hemos valorado?

[1]  Dennis Avery, Salvando el planeta con plásticos y plaguicidas, Hudson Institute, Indianapolis, Indiana, EE.UU., 1995.

[2]  Hay traducción: “Italia difunde la tragedia argentina de los agroquímicos”, El Federal, Bs. As., 3/11/2016.

[3]  Ya lo explicó César Vega, agrónomo: plantando ajo se gana tanto como con soja o maíz transgénicos, pero con la centésima parte de la tierra.

Compartir:

Publicado en Agronecrófilos, Centro / periferia, Uruguay. Qué hacer

Navegación de entradas

Lo que está en juego con el 23 enero 2018
Sternhell visualiza en el sionismo algo del “nazismo incipiente”

Entradas recientes

  • Palestinos                                                                                                                   25 05 06
  • BASURA NUESTRA DE CADA DÍA
  • URUGUAY: DESTINO DE PAÍS
  • EE.UU. e Israel: una cuestión de élites
  • No other land: ¿Hay que ser judío para criticar a Israel?
  • ¿REFRENDAR O NO REFRENDAR? (That’s the Question)
  • GENOCIDIO AL DESNUDO Y A LA VISTA DEL PÚBLICO
  • Contaminación omnipresente: un límite planetario olvidado
  • Aplicando el sagrado principio de desigualdad ante la ley
  • ¡La bolsa o la vida!
  • ¿QUIÉN DECIDE ACERCA DEL AGUA EN NUESTRO PAÍS?
  • Israel ataca pero declara defenderse
  • Democracia y simulacros
  • CONTAMINACIÓN: ¿RASGO PRINCIPAL DE NUESTRA CIVILIZACIÓN?
  • Vicisitudes del pensamiento crítico en Uruguay
  • Sionismo al desnudo
  • Nazismo y sionismo: un poco de historia
  • MI REENCUENTRO CON SUECIA
  • LA CONQUISTA DE PALESTINA
  • URUGUAY ANTE EL GENOCIDIO ISRAELÍ CADA VEZ MÁS “A LA VISTA DEL PÚBLICO”
  • Algunas observaciones sobre impunidad judeoisraelí
  • MODERNIDAD Y CONTAMINACIÓN PLÁSTICA DE ANIMALES Y HUMANOS EN TODO EL PLANETA
  • ANTROPOCENO, CADA VEZ MÁS PRESENTE… Y PESANTE
  • OMINOSO PRESENTE II: CLAUDICACIÓN DE HUMANIDAD
  • OMINOSO PRESENTE: UNA CLAUDICACIÓN DE HUMANIDAD

Archivos

  • mayo 2025 (1)
  • abril 2025 (3)
  • marzo 2025 (2)
  • febrero 2025 (2)
  • enero 2025 (5)
  • diciembre 2024 (5)
  • agosto 2024 (2)
  • julio 2024 (2)
  • junio 2024 (3)
  • marzo 2024 (1)
  • febrero 2024 (3)
  • enero 2024 (2)
  • diciembre 2023 (2)
  • noviembre 2023 (5)
  • octubre 2023 (1)
  • septiembre 2023 (2)
  • agosto 2023 (5)
  • julio 2023 (10)
  • abril 2023 (4)
  • febrero 2023 (7)
  • diciembre 2022 (3)
  • noviembre 2022 (3)
  • octubre 2022 (2)
  • septiembre 2022 (4)
  • agosto 2022 (2)
  • julio 2022 (3)
  • junio 2022 (6)
  • mayo 2022 (3)
  • marzo 2022 (2)
  • enero 2022 (1)
  • noviembre 2021 (3)
  • octubre 2021 (2)
  • septiembre 2021 (1)
  • agosto 2021 (3)
  • julio 2021 (1)
  • junio 2021 (5)
  • mayo 2021 (1)
  • abril 2021 (1)
  • diciembre 2020 (1)
  • agosto 2020 (2)
  • julio 2020 (3)
  • junio 2020 (2)
  • mayo 2020 (3)
  • abril 2020 (2)
  • febrero 2020 (5)
  • enero 2020 (1)
  • diciembre 2019 (4)
  • noviembre 2019 (1)
  • octubre 2019 (2)
  • agosto 2019 (3)
  • julio 2019 (2)
  • junio 2019 (3)
  • mayo 2019 (1)
  • abril 2019 (2)
  • marzo 2019 (3)
  • febrero 2019 (2)
  • enero 2019 (1)
  • diciembre 2018 (3)
  • noviembre 2018 (5)
  • octubre 2018 (2)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (4)
  • julio 2018 (2)
  • junio 2018 (4)
  • mayo 2018 (1)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (3)
  • febrero 2018 (1)
  • enero 2018 (2)
  • diciembre 2017 (5)
  • noviembre 2017 (2)
  • octubre 2017 (5)
  • septiembre 2017 (4)
  • julio 2017 (1)
  • junio 2017 (2)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (2)
  • febrero 2017 (3)
  • enero 2017 (1)
  • diciembre 2016 (2)
  • noviembre 2016 (2)
  • octubre 2016 (2)
  • septiembre 2016 (4)
  • julio 2016 (2)
  • abril 2016 (1)
  • marzo 2016 (2)
  • febrero 2016 (3)
  • enero 2016 (3)
  • diciembre 2015 (2)
  • noviembre 2015 (1)
  • octubre 2015 (1)
  • septiembre 2015 (1)
  • agosto 2015 (3)
  • julio 2015 (1)
  • abril 2015 (1)
  • febrero 2015 (1)
  • diciembre 2014 (1)
  • noviembre 2014 (1)
  • agosto 2014 (1)
  • julio 2014 (1)
  • junio 2014 (1)
  • mayo 2014 (4)
  • abril 2014 (1)
  • marzo 2014 (3)
  • enero 2014 (1)
  • diciembre 2013 (1)
  • noviembre 2013 (1)
  • octubre 2013 (2)

Ultimos comentarios

  • Imagen: la clave teledirigida del poder actual – CUARTA POSICIÓN en Imagen: la clave teledirigida del poder actual
  • Nuestro insensible camino hacia un totalitarismo | Revista SIC - Centro Gumilla en Nuestro insensible camino hacia un totalitarismo

Etiquetas

Agatha Christie amortalidad de los humanos Antidefamation League artilugios tecnológicos biowarfare catástrofe alimentaria colonialismo complejidad económica confinamiento masivo Consejo de Derechos Humanos de ONU Covid-19 ecología EE.UU. el sionismo Estados Unidos Federación Rusa Franja de Gaza guerreristas hambruna Ian Fleming Jonathan Greenblatt la Caída del Muro Luis E. Sabini Fernández matanza de palestinos matanzas selectivas menor calidad alimentaria momento histórico Naciones Unidas ombliguismo progresivamente invasivo OMS OTAN periodistas asesinados poblaciones tradicionales poder sionista poderío israelí Project for the New American Century Ray Kurzweil Roald Dahl Samuel Huntington sars-cov2 tecnoperfeccionamiento territorio ucraniano Uruguay Vladimir Putin Yuval Noah Harari

Meta

  • Registro
  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.org
Funciona gracias a WordPress | Tema: micro, desarrollado por DevriX.