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Autor: ulises

OMINOSO PRESENTE II: CLAUDICACIÓN DE HUMANIDAD

Publicada el 05/06/2024 por ulises

Palestina – Israel                  

Luis E. Sabini Fernández                                                                                                                                 26 mayo 2024

 

Pasa el tiempo e Israel parece cada vez más empecinado en la política genocida que iniciaran “suavemente” con el aislamiento cerrado a cal y canto de la Franja de Gaza [en adelante FdG] en 2005, y que reafirmaron con la Directiva Hannibal del 7 de octubre ppdo., un recrudecimiento de la violencia entre el Estado de Israel y la población palestina.

Porque, afirma la dirección sionista en la persona de su ministro militar Yoav Gallant: “son animales”, criaturas vivas pero no humanas; recogiendo la visión del judaísmo más extremista. Que un analista inolvidable, Israel Shahak, junto con Norton Mezvinski  se tomó el trabajo de darnos a conocer traduciéndolo del hebreo al inglés.[1]

La “línea general» emprendida desde Israel; aprovechar el golpe de mano palestino del 7 de octubre para arrancar de cuajo a la sociedad gazatí y su gente mediante todos sus recursos: acoso, terror, política de escasez de agua, alimentos, electricidad, movilidad y muerte, mucha muerte… queriendo hacernos creer que el copamiento del 7 de octubre fue un acto traicionero, un estallido de violencia en cielo sereno.

Nada más falso. Hamás sitúa el estado de situación de manera más certera, reconociendo la historicidad del asunto:

“En primer lugar ¿Por qué la Operación Diluvio de Al-Aqsa? 1. La batalla del pueblo palestino contra la ocupación y el colonialismo no comenzó el 7 de octubre, sino hace 105 años, incluidos 30 años de colonialismo británico y 75 años de ocupación sionista.”[2]

En rigor, Israel trata de “poner a punto” lo que establecieran para la Franja de Gaza en 2005, para “disolver” la resistencia de los palestinos: control absoluto de su producción de alimentos (malogrando suelos, restringiendo los permisos de pesca y convirtiendo así una zona de proverbial calidad alimentaria en un yermo),[3] control absoluto del ingreso de alimentos (una vez vencida la soberanía alimentaria local), igual control de cualquier otro tipo de suministros, abrigos, sanitarios, edilicios; control total del desplazamiento por enfermedades a medida que lograron quebrar la autonomía sanitaria gazatí.

Lógicamente, esta seguidilla de medidas y políticas de muerte, o promoción de la muerte (de los palestinos) califica como genocidio. Y la discusión al respecto de si Israel es genocida va perdiendo sentido, a medida que cada vez más instancias lo verifican, desde el Lemkin Institute for Genocide Prevention,[4] la mismísima ONU a través de su relatora en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese (“Anatomía de un genocidio”) y diversas organizaciones internacionales de derechos humanos. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, también condena el uso de la inanición como política e “insta” al embargo de armas a Israel, aunque uno tiene la impresión de que tales tomas de posición, desde las poltronas de la ONU, no sobrepasan la declaración.

El Tribunal Penal Internacional (TPI) “ordena” a Israel el suministro de alimentos a Gaza “sin demora”. ¡El 29 de marzo de 2024! Seis meses después de iniciada la operación de bloqueo absoluto a la FdG, que incluía ciertamente el de alimentos.  Con innumerables asesinatos desplegados por “el ejército más moral del mundo” sobre trabajadores sanitarios, alimentarios, periodistas y matando a miles de pobladores palestinos en una más que grosera política para adueñarse de la tierra… palestina, la más que tardía respuesta onusiana es un escarnio. Esa parsimonia sólo se acompasa con la deliberada “muerte a fuego lento” decidida por Israel para con los derechos y con la vida de la población palestina.

Por su parte, La Corte Penal de Justicia de La Haya, que procura ejercer justicia con las personas físicas, con igual lentitud decidió, tras ocho meses, pedir la detención de Beniamin Netanyahu y Yoav Gallant, premier y ministro de seguridad israelíes. Y mediante una igualación quimérica y un democratismo formal y táctico, violando niveles de responsabilidad e institucionalidad, al mismo tiempo decidió la detención de jefes guerrilleros palestinos, Yahya Sinwar y Mohammed Diab Ibrahim al Masri y del conocido referente político de Hamás, Ismail Haniyeh, quien  alcanzó la primera magistratura palestina en la Franja de Gaza mediante elecciones debidamente refrendadas por veedores internacionales. Es cierto que similar argumento se podría esgrimir con Netanyahu, comandando la política genocida del estado miembro de la ONU, Israel, con el “debido” respaldo institucional. Pero aun considerando ese paralelismo, resulta jurídicamente penoso poner en el mismo plano la labor institucional pública y estatal de un estado y la de una organización constituida en la resistencia a esa misma institucionalidad.

No corresponde juzgar la voluntad de exterminio que pudiera tener un grupo de resistencia porque lo que está presente, antes, es la voluntad de exterminio de una entidad ya establecida, con todos los atributos de la legalidad internacional, que constituye la causa de la reacción de esos grupos de resistencia. Porque no podemos saber si tal resistencia adoptaría su virulencia actual si no hubiera tenido que enfrentar la voluntad exterminadora del estado institucionalmente existente.

Por eso, lo que corresponde tratar es el abordaje de la política genocida realmente existente. Y ella sí, se percibe, hasta la saciedad, en Israel. Y esto se va viendo cada vez más, desde la más cruda realidad hasta desde los organismos establecidos para atender esta problemática.

Hagamos una recorrida sucinta, desde lo más patente y directo hasta lo más elaborado.

Basta ver las selfies que complacientes mujeres soldados del “ejército más moral del mundo” se sacan ante y entre los escombros de la devastación producida con el ataque israelí bombardeando las edificaciones y las ciudades de Gaza; basta ver el bloqueo permanente a la llegada de víveres a una población sometida a hambruna por decisión política israelí, la negativa terminante israelí de que llegue a la población gazatí alimentos desde los tantos rincones del mundo que han procurado ayudar; basta ver canciones infantiles como las que niños preadolescentes cantan en un país tan militarizado como Israel;

«Somos los niños de la generación de la victoria /

el otoño cae en las playas de Gaza /

y los aviones bombardean, destrucción, destrucción /

Vemos al Ejército de Defensa /

cruzando las líneas /

para aniquilar a los que llevan las esvásticas /

en un año no habrá ya nada allí /

y podremos volver con seguridad a nuestros hogares /

en un año aniquilaremos a todos /

y podremos volver a arar nuestros campos /

Y vamos a recordar a todos /

los hermosos y los puros, /

nunca dejaremos que nuestros corazones /

olviden tal amistad /

amor santificado con sangre […]”.[5]

 

Vale la pena recordar que todos los regímenes militaristas y con alta regimentación (que siempre termina siendo mental) construyen himnos para sus jóvenes y niños; los balila fascistas, el komsomol soviético, la Hitlerjugend, entre otros.

Una verdadera educación racista de pueblo señorial (tan cara a los nazis y a tantos otros racistas, sólo que menos ostentosos y explícitos que los nazis): sembrando estos vientos en cabecitas judías aparecen tempestades como en Gaza.[6]

Pero los sionistas judíos no están solos para tomar partido por “Occidente” y “sus” verdades. Véase este título de la BBC, emisora oficial del British Empire: “La historia de la Franja de Gaza, el antiguo territorio del Imperio Otomano que los palestinos consideran ‘la mayor cárcel al aire libre’ del mundo”.

¿Son los palestinos a quienes se les antoja que la FdG es ‘la mayor cárcel del mundo al aire libre’? La decisión israelí de haberla construido ni se menciona.

”Muchos de los residentes [tácita y tácticamente están descritos entonces como no permanentes] de la FdG que estos días regresan a sus hogares sólo encuentran escombros.” Con el escamoteo informativo constante, podríamos alegrarnos de que la BBC no atribuya los escombros a los palestinos.

“Y más de 100.000 personas tuvieron que huir de sus casas en la Franja, gobernada de facto por el grupo militante Hamás.” ¿Tuvieron que abandonar sus viviendas por presión o decisión de Hamás? No exactamente: por amenaza de bombardeos y bombardeos realizados por Israel: en la augusta BBC no sólo se escamotea el motivo, sino que se induce a pensar en otro.

“Casi 800.000 personas no tenían acceso a agua potable, señaló la agencia de Naciones Unidas para la infancia, UNICEF.” ¿Y a qué se debe esa falta de acceso al agua que compasivamente registra la BBC? No es el Gran Bonete. Es Israel, que desde hace décadas administra a piacere el agua que necesitan los palestinos…. para sobrevivir. Más cara que la que consume la población israelí, sin depurar, impidiendo la acumulación de agua de lluvia, dañando o anulando depósitos… todo para fragilizar todavía más la penosa vida cotidiana… de los palestinos. No de los de Hamás. De los palestinos.[7]

Jonathan Cook, con su excelente cobertura desde Palestina, residiendo desde hace décadas en Nazaret, en el mismísimo 2023 ya se preguntaba si Occidente no sería “los malos de la película”.[8] Explicablemente, porque «Los políticos occidentales han insistido en el “derecho de Israel a defenderse”», ignorando olímpica –u occidentalmente– la historia del atropello y la política de conquista sionista sobre la sociedad palestina desde hace ya más de un siglo. Ignorando que el copamiento de Hamás no es nada más ni nada menos que el recurso desesperado, resentido y violento de palestinos que vienen siendo ultrajados, discriminados, desplazados, desalojados, martirizados, sacrificados, desde hace ya tanto tiempo y particularmente cada vez con mayor ferocidad desde 2005, con la implantación del feroz cerco a la Franja de Gaza, un asedio cada vez mayor al Jerusalén musulmán[9] y un nudo corredizo sobre los suministros a la Franja de Gaza, a la vez invadida y bombardeada como si se tratara de cuarteles y barcos de guerra y no de barrios civiles y barcazas pescadoras.

El despotismo étnico, racista y religioso de Israel, cada vez más desembozado, está a su vez amparado por lo que Alastair Crooke califica como “la bestia de la ideología occidental”,[10] que, veremos, está tan sacralizada en lo que llamamos “el mundo occidental”. Nos dice Crooke: “La categoría de ‘discurso de odio’ promulgada como ley se ha vuelto tan ubicua y fluida que las críticas a la conducta de Israel en Gaza y Cisjordania se tratan ahora como una categoría de extremismo y como una amenaza al Estado. Ante las críticas a Israel, las élites gobernantes responden con furia.” (íd.) Y además, “La dura, y a menudo violenta, represión policial de las protestas estudiantiles en EE.UU. y Europa, a raíz de las continuas masacres palestinas, expone la pura intolerancia hacia quienes expresan su condena contra la violencia en Gaza.”(ibíd.)

Y la violencia en Gaza es de todo tipo: militar clásica, bombardeando, no cuarteles, ni barcos de guerra, ni pelotones de combate, sino viviendas civiles, escuelas, hospitales, mezquitas, calles de tránsito, lugares de recreo. Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA, comisión designada por la ONU para atender los campos de refugiados palestinos, declara: “el número de niños muertos en guerras en todo el mundo en los últimos cuatro años ha alcanzado los 12.193; [el de los niños] muertos en Gaza [en los últimos seis meses] ha superado los 12.300 niños. Y resume: ‘El número de niños muertos por la violencia y el hambre alcanza en Gaza cifras aterradoras.’ [11]

Esa comisión que trabaja desde hace décadas atendiendo la dificilísima vida de los campamentos palestinos, fue acusada  en esta coyuntura por Netanyahu de ser cómplice de Hamás. La acusación fue débil; denuncian que 12 de sus trabajadores (de un plantel de varios miles) colaborarían con Hamás, pero sin pesentar pruebas; ¡como si Israel no hubiera mentido nunca! Pero la acusación sin fundamento tuvo sí efecto. Explica Chris Hedges, desde largo tiempo periodista dedicado al Cercano Oriente:

“El papel de la UNRWA en la documentación del genocidio, así como en el suministro de alimentos y ayuda a los palestinos, enfurece al gobierno israelí. El Primer Ministro Benjamin Netanyahu acusó a la UNRWA […] de proporcionar información falsa a la Corte Internacional de Justicia de la ONU. Israel, que ya tenía a la UNRWA en la mira desde hacía décadas, decidió que la agencia, que ayuda a 5,9 millones de refugiados palestinos en todo el Cercano Oriente con clínicas, escuelas y alimentos, tenía que ser eliminada.”[12]

“El mundo al revés” que dejan colar los medios masivos de incomunicación es el que expresa con ironía Philip Giraldi, otro conocido analista politico estadounidense: “Tal vez algunos se sientan sacudidos por la extraña situación de que un grupo de gente que está llevando a cabo un genocidio tengan ‘pase libre’ en los circuitos mediáticos, en tanto aquellos que tratan de frenar tales asesinatos resultan golpeados, encarcelados y en algunos casos se les llegue a negar la foja curricular que han aprobado durante hasta cuatro años de cursos secundarios o universitarios.” [13]  Se refiere a la enorme cantidad de estudiantes estadounidenses que han procurado instalar campamentos en los campus universitarios criticando las matanzas israelíes en la Franja de Gaza en particular y en Palestina en general. Cometieron además “pecado mayor”: reclamaron contra la “generosa” financiación que el lobby judío estadounidense mantiene en prácticamente todas las universidades de EE.UU., condicionando sus actividades.

¿Cómo puede Israel avanzar en una política tan descaradamente asesina de vidas civiles cualesquiera dentro de Palestina?

“No entregaríamos ayuda humanitaria a los nazis”; “no existen civiles no involucrados en Gaza”, sostiene el ministro de Planeamiento israelí Amichai Eliyahu el diario Times of Israel.[14] No fue lo único que expresó el ministro y que refleja cierto universe ideológico, como lo señala la fuente que acabamos de citar; también barajó lanzar bombas atómicas sobre territorio palestino, lo cual revelaría cierta cortedad de miras respecto de su poder contaminante. A esta altura, empero, casi lo menos significativo…

Pero Eliyahu no está solo en su mentecatez. Mike Johnson, vocero de la bancada parlamentaria republicana, nada menos, ha declarado: “La batalla en Gaza es entre el Bien y el Mal.” Así de sencillo. No hace falta precisar qué encarna el Bien.[15]

 

El desprecio. No ha sido el odio, que es lo que siente el débil ante el fuerte. Es el desprecio que el fuerte siente, junto con hastío, ante el débil (o el debilitado). Es semejante actitud la que les permite a tantos israelíes ignorar el increíble sufrimiento que han provocado en la población palestina, que tuvo “el error histórico” de vivir en la tierra que un libro, no de historia sino de religión, como la Biblia, le habría concedido a quienes serían antecesores, hace miles de años, de quienes hoy reclaman esa tierra. ¿Demasiadas condicionalidades, decurso hipotético? ¿No sería lógico albergar precaución ante tantas “certezas milenarias”?

Pero la cuestión no es abordable entre seres racionales, enormemente ignorantes, sino ante fanáticos religiosos que parten de sus certezas incondicionales, absolutas… y netas.

Volvamos a Alastair Crooke para dimensionar la cesura provocada en nuestro presente con el copamiento del 7 de octubre y la reacción israelí:

“Los errores surgen de las rigideces ideológicas subyacentes en las que están atrapados los estratos gobernantes: la aceptación de un Israel bíblico transformado que hace mucho tiempo se separó de la visión del mundo actual del Partido Demócrata estadounidense; […] y la noción de que la coerción política estadounidense por sí sola puede revivir paradigmas en Israel y Medio Oriente que desaparecieron hace mucho tiempo.”

”La noción de que se pueda imponer una nueva Nakba israelí de palestinos a la fuerza en las gargantas del público occidental y global es a la vez ilusoria y apesta a siglos de viejo orientalismo.”

”¿Qué más se puede decir cuando el senador Tom Cotton publica: «Estas pequeñas Gazas son asquerosos pozos negros de odio antisemita, llenos de simpatizantes pro-Hamás; fanáticos y monstruosos?»[16]

Un reencuentro con los Eliyahus…

Nuestro ya multicitado Crooke recoge a su vez una frase del analista hiperconservador  John Gray, que, sin embargo, mantiene un buen ojo sobre lo real:  “En el fondo, el ataque liberal a la libertad de expresión [en Gaza] es una apuesta por un poder sin control. Al trasladar el centro de decisión de la deliberación democrática a los procedimientos legales, las élites pretenden aislar sus programas sectarios [neoliberales] de la contestación y la rendición de cuentas. La politización del derecho y el vaciamiento de la política van de la mano”.

“Los judíos han estado disfrutando de una especie de impunidad desde la 2ª.GM.”[17] Sabia observación de Kevin Barrett.

Despotismo absoluto y no el vapuleado por el marxismo, oriental.

Netanyahu, Shaked, Bennett, Ben Gvir, Smotrich, Gallant, Begin, Sharon, Nuland, Albright y tantos otros (y otras) no parecen haber leído nunca a Blas Pascal. Que nos dejó una lección perdurable: “El hombre es medio dios y medio bestia, y cada vez que quiere convertirse totalmente en dios, se convierte totalmente en bestia.”

 

 

Me he permitido citar y glosar a varios periodistas, analistas, y fuentes documentarias palestinas e israelíes, procurando atender lo decisivo: un genocidio a la luz del día, que ha cambiado sustancialmente su ritmo de realización, a partir, precisamente de una acción violenta de grupos armados palestinos. Parto de la base que esa acción, de la madrugada del 7 de octubre de 2023, es apenas un capítulo de una pausada y metódica toma de tierras, que el sionismo ha encarado pacientemente desde principios del s XX y que ese derramamiento de sangre, judía, ha decidido a la plana mayor del sionismo a “acabar de una vez por todas”.

Así planteadas las cosas, tengo la impresión que estamos ante una verdadera tragedia, no ya en el obvio derramamiento de sangre, sobre todo palestina, aunque también judía, sino en su sentido escatológico, de ‘fin de los tiempos’.□

[1]  Traducido al castellano: El fundamentalismo judío en Israel, Editorial Canaán, Buenos Aires, 2010.

[2]   Oficina de Prensa de Hamás, 21 enero 2024, https://drive.google.com/file/d/1GNGxrFvCDKwuRiuYyJtIvzk0GEr8vU2f/view.

[3]   Por su significado cultural, una de las “piezas mayores” de esas operaciones biocidas del sionismo en Palestina ha sido el derribo de olivos, plantas a veces centenarias y no sabemos si milenarias.

[4]   Instituto Lemkin para la prevención de genocidios, instaurado en EE.UU. en 2021, en referencia y reconocimiento a Raphael Lemkin, un judío que sufrió  muchas muertes en su familia directamente como producto de la política nazi, y que estableció en los ‘40 la definición, hoy aceptada, de genocidio.

[5]   The Friendship Song 2023. Rosenbaum Communication. Electronic Intifada / @intifada. El video fue emitido y difundido, luego borrado por @kann_news. Electronic Intifada lo retuvo y tradujo al inglés: FULL STORY: https://electronicintifada.net/blogs/ali-abunimah/watch-israeli-children-sing-we-will-annihilate-everyone-gaza.

[6]   Pocas veces tantas falsedades en tan pocas líneas; una clara muestra de lo insustancial del racismo: el primer verso muestra el deseo; las playas de Gaza, y luego, el plan; la muerte.  Las mentiras vienen en apoyo: que los atacados son nazis, y que ellos, “los buenos” podrán “volver”, es decir que quienes allí viven no podrán volver y que se asentarán los sionistas que jamás estuvieron en esas playas, y que van a arar los campos que los sionistas nunca araron: el despojo de tierras así justificado. Con sangre, desolación y terror.

[7]   https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-57180604.

[8]  ‘Are we the baddies?’ Western support for genocide in Gaza means the answer is yes”. https://www.middleeasteye.net/opinion/israel-palestine-war-baddies-western-support-genocide-gaza-yes, 27 dic. 2023.

[9]   Y también a los barrios cristianos de Jerusalén.

[10]    https://www.unz.com/article/the-beast-of-ideology-lifts-the-lid-on-transformation/, 6 may 2024.

[11]    https://es.euronews.com/2024/03/13/el-numero-de-ninos-muertos-en-gaza-por-la-guerra-y-el-hambre-alcanza-cifras-aterradoras.

[12]  The Chris Hedges Report, Let Them Eat Dirt, 8 feb. 2024.

[13]   https://www.unz.com/pgiraldi/the-enemy-is-among-us/, 2 mayo 2024.

[14]  https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/guerra-en-medio-oriente-un-ministro-israeli-sugirio-la-posibilidad-de-tirar-una-bomba-atomica-en-nid05112023/

[15]  https://www.unz.com/aanglin/house-rushes-through-insane-working-definition-of-antisemitism-bill-that-says-anti-zionism-is-anti-semitism/, 2 mayo 2024.

[16]  Véase n. 10. El mismo artículo fue publicado en México, en castellano, con el sugerente título “Ante las críticas a Israel, las élites gobernantes responden con furia”, Agencia Católica de Noticias, 8 may 2024.

[17]  https://www.unz.com/kbarrett/palestine-vs-israel-there-has-never-been-such-a-clearcut-case-of-good-vs-evil/, 25 ene 2024.

Publicado en Centro / periferia, Destrozando el sentido común, EE.UU., Globocolonización, Palestinos / israelíes, Poder mundializado

OMINOSO PRESENTE: UNA CLAUDICACIÓN DE HUMANIDAD

Publicada el 05/06/2024 - 05/06/2024 por ulises

ISRAEL DISPUESTO A ACABAR CON LOS PALESTINOS                                                                                          marzo 2024

por Luis E Sabini Fernández

Aunque todavía estamos en el pleno y agónico presente, a partir del operativo guerrilleril de la resistencia armada palestina en la Franja de Gaza el 7 de octubre de 2023, su gravedad, la acumulación de dolor, vesania, fake news y muerte, es tal que nos atrevemos a afirmar que, como el 11 de setiembre del 2000 con las torres neoyorquinas esfumadas, y varias otras efemérides históricas, este 7 de octubre ha forjado un tiempo nuevo. No necesariamente mejor. Más bien, ominosamente peor.[1]

Nunca antes el ejército israelí ha experimentado la muerte de dos o tres centenares de soldados en enfrentamientos con la resistencia palestina (que, como se sabe, no tiene ejército). Por ejemplo, el operativo israelí “Plomo fundido”, en 2008, que provocó miles de muertos palestinos, arrojó a su vez cinco soldados israelíes muertos. Lo mismo ha pasado en las intifadas, en las sucesivas “invasiones punitivas” o en la resistencia a los desalojos: los muertos son puestos por los palestinos, no por las tropas de ocupación, salvo excepciones y “accidentes”.[2]

La reacción israelí ante su primera derrota militar y securitaria significativa con palestinos el 7 de octubre, 2023, parece haber funcionado como “un juego de la verdad” poniendo a la luz del día, ya sin afeites más o menos diplomáticos, lo que Israel siente por Palestina, lo que los judíos israelíes consideran que tienen que hacer con los palestinos.

El trastorno ”estadístico”, el revés político y policial generado por el operativo palestino, “ayudado” o no por la seguridad israelí (una hipótesis parte de la base que la sofisticación securitaria israelí no puede haber omitido la observación y el control de preparativos que hasta los servicios egipcios registraron y advirtieron a “sus colegas” israelíes como de “inminente invasión”. Para quien esto escribe es de segundo orden saber si el operativo fue así “ayudado” o desencadenado sólo desde la misma resistencia. Porque lo importante es la huella dejada.

En ese penoso balance con soldados israelíes ejecutados el 7 de octubre, hay que anotar también los asesinados mediante la Directiva Hannibal, un criterio según el cual Israel mata incluso a sus “hijos” para que no caigan en manos de “el enemigo”, ni siquiera para un canje con preservación de vidas. En ese caso, en ese mismo 7 de octubre estamos hablando de israelíes matados… por israelíes. Israel oculta celosamente cuántos.

Una “directiva” como la Hannibal nos permite otear el alcance del orden dispuesto (e impuesto) por Israel. Si están dispuestos a matar a propios, ¿qué podemos vislumbrar para quienes son sus enemigos?

Luego de ser Palestina y los palestinos bombardeados en sus viviendas, comercios, mezquitas, escuelas, calles, usinas, universidades, hasta derribar edificaciones a veces de diez o más pisos, con el consiguiente tendal de desolación, muerte, heridos, Netanyahu rubrica semejante daño prosiguiendo el sitio: “no alimentos, no agua, no electricidad, no combustibles, no medicina.”

Tras una estudiada demora dejando a Israel hacer lo que considera necesario, es decir admitiendo el poder de Israel como superior, incombatible, prácticamente el único, aliados mediadores inician tímidamente movimientos apaciguatorios. Un mes después del 7 octubre, Anthony Blinken se atreve a recordarnos que  «demasiados palestinos han sido asesinados» en Gaza.[3] Habla entonces de cientos.

A cinco meses, diversos informes nos hablan de guarismos cercarnos a treinta mil muertos palestinos: Anna Lekas Miller menciona 27 131 asesinados en la FdG, en febrero  2024.[4]  La Union Juive Française pour la Paix (UJFP), antisionista,[5] registraba en enero 2024  “más de 30 000”. Y la TV española en marzo: “Al menos 30.878 palestinos han muerto por los ataques israelíes desde el 7 de octubre”.[6]

¿Por qué desde hace ya meses, los asesinados mediante bombardeos y derribo de gran parte de las estructuras urbanas de la principal ciudad gazatí  (y de otras como Khan Younis) siguen rondando los 30 000? Las cifras habían crecido a ritmo infernal desde los cientos de noviembre (declarados ya muy a la baja por Blinken) hasta los tan reiterados treinta mil.

Porque las cifras de muertos y heridos provenían de los hospitales gazatíes y registraban el imparable aumento de muertos provocados por los bombardeos. Pero hace ya mucho tiempo que no hay registros luctuosos porque no hay más hospitales. Israel ha pulverizado todas las instancias e instituciones sociales, además de los cuerpos individuales de lo palestino.

Y la realidad, monstruosa, supera racionalidades y rutinas. Alguien que se ha atrevido a ponderar el daño material y todos los torniquetes que Israel ha aplicado a la FdG (y también a Cisjordania y el área palestina de Jerusalén), estima los muertos palestinos hacia febrero-marzo en unos 200 000 seres humanos, hombres, mujeres, infantes. Se trata de Ralph Nader, un estadounidense de origen libanés, alguna vez candidato presidencial (aunque de partidos menores como el Verde).[7]

Con sensatez, nos recuerda lo que ya vimos, que no hay más estadísticas confiables y advierte que tanto el gobierno israelí como Hamás están, por razones distintas, interesados en “achicar” la montaña de cadáveres. Aventura un juicio que me parece digno de tener en cuenta: “Hamás subestimó demasiado la comisión de crímenes de guerra por parte del vengativo ejército de ocupación israelí; un superpoder total e incondicionalmente respaldado por el superpoder militar norteamericano.”

Pero el argumento más contundente, a mi ver, es que los números que se publicitan no se parangonan con la realidad de los bombardeos. Nader se pregunta como conciliar una cifra de muertos que apenas sobrepasa el 1% de la población expuesta al ataque inmisericorde con la devastación y el alcance que las imágenes muestran (más ajustadamente 1,5%).

Y agrega que una estimación hecha, por ejemplo en diciembre 2023, desde la cátedra de Salud Pública de la Universidad de Edimburgo, alcanzaba al orden de medio millón de palestinos matados para 2024 (mantenidas las acciones como entonces).

Hay que agregar que estos guarismos crecen progresivamente aun sin nuevos bombardeos porque Israel, empecinado en llevar adelante el genocidio palestino mantiene el sitio en todos sus órdenes: sanitario, alimentario, energético, de traslados.

La muerte en esta situación busca más a la infancia. Que es lo que brota de la escasa información que puede venir rompiendo el cerco a costa de tanto riesgo de vida.

“Israel está matando de hambre intencionalmente a los palestinos de Gaza desde el 8 de octubre”, han denunciado esta semana expertos de la ONU.

“[…] La hambruna, la fase más crítica de la inseguridad alimentaria, es ‘inminente’.[8] Salvo lo ridículo del “inminente”, cuando hace ya mucho tiempo que la tortura del hambre, las enfermedades, el desamparo y la artillería están castigando… todos los cuerpos, y la inminencia ya ha quedado muy atrás.

Acerca de la política de estrangulamiento progresivo de Israel sobre la FdG, es importante tener en cuenta la observación de Jens Laerke, vocero de la UNOCHA[9] en Ginebra: “Una vez que se declara una hambruna es demasiado tarde para mucha gente”. Nos recuerda que en Gaza, hay medio millón de personas que en la práctica ya la sufren: no hay un flujo comercial de alimentos, los camiones con ayuda humanitaria entran a cuentagotas y tienen muchas dificultades para circular ‘porque Israel derriba toda edificación y destroza toda pavimentación.’ [10]

El 2 de marzo 2024, el reportero Ishaan Tharoor del Washington Post escribió: “El grueso de los más de dos millones de habitantes de [la Franja de] Gaza enfrentan la probabilidad del hambre; un estado de cosas que implica la pérdida de nutrición a una velocidad jamás antes vista de acuerdo con trabajadores dedicados a la ayuda de emergencia. La niñez es la que entra más rápidamente en la inanición. Las redes de asistencia han puntualizado que es la restricción dispuesta por Israel sobre el flujo de asistencia al territorio, la principal causa de las carencias. Algunos jerarcas del gobierno israelí reclaman abiertamente terminar con todo el flujo.”[11]

Y Nader también transcribe el testimonio de Jan Egeland, a cargo del Consejo Noruego de Refugiados: “Digámoslo claramente: los civiles gazatíes enferman por la falta de alimentos y agua porque Israel mantiene tan severas restricciones; todas las provisiones vitales para mantenerse vivos están intencionalmente bloqueadas; y las  mujeres y la niñez sobre todo, están pagando el precio.” (ibíd.)

Esta voluntad genocida de los israelíes, que sobrepasa la furia desatada el 7 de octubre, cuando los palestinos sorprendieron guardias israelíes que “se la habían hecho fácil” y que no pudieron responder a tiempo, sobrepasa el revanchismo.

Se nutre de algo más profundo. Tiene el viejo nombre de racismo. Siempre entrelazado con todos los proyectos colonialistas. En África, en Asia en el nuevo mundo de Colón.

El racismo es un rasgo básico que a todas luces nutre al sionismo (y a tantos otros movimientos, hoy en día incluso en auge): es el nervio ideológico mediante el cual cuando Israel salva del hambre de judíos falashas (etíopes afro), sin decir nada anudan las trompas de Falopio de las mujeres so pretexto de controles ginecológicos.

Porque, como dice el excelente Jonathan Cook: “Gaza no es sólo la primera línea de la guerra genocida contra el pueblo palestino; también es una primera línea en la guerra de la élite occidental contra nuestra capacidad de pensar críticamente.” [12]

 

[1]  Fechas que en la historia moderna, ya no solo nuestra, han operado como parteaguas: 20 marzo 2003, EE.UU. y los estados que le obedecen invaden Irak; 30 abril 1975, EE.UU. abandona Vietnam; 6 de agosto 1945, EE.UU. arroja bomba atómica en Hiroshima, Japón; 19 de julio 1936, fuerzas sindicales y políticas salen al paso del golpe de estado en España (desde África, el 17 de julio); y tal vez, aunque nos falte perspectiva histórica para verlo, 24 febrero 2022, Rusia invadiendo Ucrania. Del s xix, tenemos al 1º. Mayo ante matanza de obreros del 4 de mayo de 1886 (en Chicago, EE.UU).

[2]  Hubo una excepción; la huelga general, llamando a la resistencia de la sociedad palestina ante la intromisión creciente y avasallante de sionistas, en 1936. La sociedad palestina perdió unos 5000 hombres y tuvo unos 15000 heridos. Por su parte, británicos y judíos tuvieron unos 300 muertos cada sector (que no se enfrentaron entre sí, sino que actuaron juntos contra los huelguistas y rebeldes palestinos). Israel ha sufrido sí mayores pérdidas en vida humanas en guerras con estados árabes (aunque siempre muchísimo menores que las sufridas por sus antagonistas).

[3]  https://edition.cnn.com/videos/cnn-en-espanol/2023/11/10/blinken-palestina-muertos-guerra-gaza-crisis-israel-cnn-dusa.cnn.

[4]   https://mondoweiss.net/2024/02/operation-al-aqsa-flood-day-119-israel-vows-to-push-forward-into-rafah-leaving-palestinians-with-nowhere-left-to-flee/ , 2 febrero 2024.

[5]   https://ujfp.org/ils-nassassinent-pas-seulement-les-palestinien-nes-ils-tuent-aussi-le-judaisme/?utm_source=mailpoet&utm_medium=email&utm_campaign=le-newslettertotal-communique-de-lujfp-14297.

[6]   https://www.rtve.es/noticias/20240308/gaza-guerra-israel-hamas-franja-de-gaza-estados-unidos-puerto-ayuda-humanitaria-joe-biden/16004979.shtml.

[7]   https://www.unz.com/article/how-many-gazans-have-already-died-perhaps-200000/.

[8]   https://elpais.com/planeta-futuro/2024-03-10/la-inminente-hambruna-en-gaza-como-hemos-llegado-aqui.html.

[9]    Sigla de Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

[10]   https://news.un.org/es/story/2024/03/1528032.

[11]   Cit. p. Ralph Nader.

[12]   “ ‘Are we the baddies?’ Western support for genocide in Gaza means the answer is yes”. (¿’Somos los malos? Que Occidente apoye el genocidio en Gaza significa que ‘nosotros somos los malos’). https://www.middleeasteye.net/opinion/israel-palestine-war-baddies-western-support-genocide-gaza-yes. 27 dic. 2023.

Publicado en Centro / periferia, Destrozando el sentido común, EE.UU., Palestinos / israelíes

«Sería mi mayor desazón ver a los sionistas hacerle a los árabes palestinos mucho de lo que los nazis le hicieron a los judíos.»

Publicada el 16/11/2023 por ulises

pos Luis E. Sabini Fernández

En el cambio cuantitativo en la represión y el ahogo sionista a los palestinos, cuantitativo y no cualitativo, porque esta modalidad en el trato; estrangulamiento de la sociedad palestina, desconocimiento de su dimensión social, afectiva, material, intención genocida no es nueva sino, en todo caso, intensificada.

Ante tan sombrío, mortuorio panorama, han proliferado las invocaciones a una cita de Albert Einstein, en cierto sentido conmovedora:

«Sería mi mayor desazón ver a los sionistas (judíos) hacerle a los árabes palestinos mucho de lo que los nazis le hicieron a los judíos.» [1]

Tengamos en cuenta que Einstein murió en 1955. Alcanzó entonces a vivir en el tiempo de los enfrentamientos mortales de palestinos con sionistas en los ’20 y las matanzas más generalizadas de sionistas (junto con el poder colonial británico) a  palestinos en los ’30. Y sobre todo, la Nakba, de 1948, con miles de fusilados en un operativo de destierro violento y generalizado.

Por otra parte, Einstein, judío y con simpatía con el sionismo primigenio, se fue haciendo pacifista y otra de sus citas, es: “No puedes simultáneamente prepararte para evitar y para hacer la guerra”, con lo cual se divorcia radicalmente del sionismo.

La cita en cuestión viene siendo utilizada en relación con la peripecia palestina, al menos desde 2014, cuando el Estado de Israel mató a miles de palestinos civiles, hombres, mujeres, infantes, con bombardeos sobre ciudades, barrios enteros en la Franja de Gaza con el argumento de que allí se escondían milicianos violentos. Y en medio del silencio sepulcral del mundo alrededor, y no tan alrededor.

Siempre  munidos, los israelíes, de un “permiso para matar”.

El rastreo-e de la cita comprueba múltiples usos, aunque también aparece una entrada cuestionando su autenticidad. El argumento en este caso es, empero, endeble: que Einstein era sionista. Justamente su sionismo, hasta por su edad, está matrizado en tiempos del más temprano sionismo, todavía, como dijimos, con pacifistas en su seno.

Desechando las meras transcripciones como fuente de autenticidad; queda únicamente esa entrada-e que la niega y otra que la reafirma, que por su fecha me resulta más confiable y definitoria.

Me voy a permitir, empero, barajar las dos posibilidades. Si se tratara de una cita apócrifa, se contextualizaría adecuadamente con el pensamiento pacifista de Einstein, y aunque yo la he encontrado en escritos desde 2014, el recopilador A. A. Douglas la menciona ante la muerte de Einstein, en 1955, cuando la violencia sionista era ya “muy mayor de edad”.

Si estamos, como mucho parece señalarlo, ante una cita auténtica, hay que sacarse el sombrero por la independencia ideológica de Einstein, que le ha sido tan reconocida.[2]

Que la cita sobre hacerle a los palestinos lo que los nazis le hicieran a los judíos haya aparecido al menos desde 1955, me hace pensar en su autenticidad (puesto que Einstein murió justamente ese año)  y ubica perfectamente el temor fuerte, y la repulsión, el desencanto de su parte, pero sobre todo, su conciencia clara del carácter genocida del sionismo.

No fue el único en percibir ese rasgo. Yeshayahu Leibovitz (1903-1994), un pensador judío formidable, venía tipificando a Israel como engendro colonial y (necesariamente asesino) desde por lo menos la década de los ’60, es decir, grosso modo, contemporáneamente o casi a Einstein. Leibovitz había caracterizado ese sionismo agresivo como el de “nazisionistas”.

No hay nada de qué extrañarse. Benzion Netanyahu, el padre del mandamás del Israel actual, era un ferviente fascista, admirador de Benito Mussolini; el Duce les había ofrecido a los sionistas llamados revisionistas un campo de entrenamiento militar en las afueras de Roma.

Pero Zeev Jabotinski, el líder del sionismo fascista entonces, que santificaba la violencia que sacrificaba hombres, mujeres y niños palestinos, porque se trataba de una violencia terrorista, tenía el descaro de asumir su violencia opresiva, aclarando, con honestidad intelectual, que si él fuera palestino enfrentaría violentamente al sionismo… (solo que para un pueblo que  no había consolidado un estado propio era muy difícil estructurar una fuerza armada que pudiera enfrentar ejércitos invasores…).

Esta percepción del sionismo genocida no es sólo del pasado “remoto” de los ’50 o ’60, ni recomenzó ahora con el capítulo de bestialización pos 7 octubre. En una de las descargas su violencia brutal sobre el campo de concentración que construyeron encerrando a la Franja de Gaza, en 2012 hacen una de sus incursiones mortales, y Kiswani, una joven palestina señala, por ejemplo, que “la mayoría de los judíos israelíes han olvidado lo que han pasado en el llamado ‘holocausto’  y agrega: ‘la inmensa mayoría de los judíos israelíes tratan de justificar lo que están haciendo, apelando a lo que ellos han pasado con el holocausto’.[3]

Por si todo lo que acabo de recorrer no alcanzara, a confesión de parte, relevo de prueba. En un excelente artículo, Renán Vega Cantor cita a un aviador israelí: “Al principio piensas que eres un soldado nazi […] y después […] olvidas esa idea, porque, ¿cuánto tiempo puedes sentir que eres un nazi?” y a otro: ”Los colonos son los peores nazis judíos que he conocido […].[4]

Así que al día de hoy, noviembre 2023, aun sin haberse precisado el carácter, las causas, y la trágica cadena de acontecimientos del 7 de octubre ppdo.,  sin conocer la razón por la cual un numeroso comando palestino pudo campear durante por lo menos 6 horas en el supercustodiado territorio israelí, sin saber siquiera el alcance de la violencia ejercida (si fueron matados miles, centenares o decenas), lo que sí ya sabemos es que lo acaecido entonces ha sido continuado por bombardeos y artillería, desde tierra, mar y aire sobre las viviendas civiles de las ciudades de la Franja de Gaza, arrasando edificios enteros y matando incontables habitantes, sepultados vivos, ataques que se han concentrado en  la red hospitalaria, bombardeada hasta lograr deshacer todas sus funciones de auxilio bajo el pretexto de que allí se escondían milicianos de Hamas. Y eso ha significado la muerte, por ejemplo, de centenares de bebes que no han recibido más la protección de incubadoras por falta de electricidad, ni alimentos por desmantelamiento radical de suministros y tendal de muertos alrededor y dentro de los hospitales.

Tengo para mí que las dimensiones de la violencia y el terror desatados por Israel tras lo del 7 de octubre 2023 son inéditos, aunque son apenas peldaños, siempre peores,  en la construcción de un campo de concentración y de exterminio de las dimensiones de la Franja de Gaza.

Y que en diversos países y sitios, con altibajos, con la generalización de las comunicaciones instantáneas, se ha sentido el sacudón y empieza a haber población que quiere decirle “¡Basta!” al abuso israelí; el taparrabos del antisemitismo empieza a descubrir  la desnudez de la escamoteada voluntad genocida; hacer desaparecer (de la tierra palestina de mínima, de la vida misma, de máxima) a los molestos palestinos.

¿Tendremos la dignidad y el vigor, como sociedades, para rechazar esa “lucha contra el terrorismo y el antisemitismo” y defender la vida de una sociedad, la palestina, contra un destino como el que en su momento les tocó vivir a vietnamitas, mapuches, argelinos, mayas, pieles rojas, zulúes y tantas otras poblaciones despojadas, expulsadas, reducidas por el colonialismo y su hermano siamés, el racismo?

[1]   Figura en la recopilación con más de cien citas, de Arthur Austen Douglas, Las últimas citas de Albert Einstein, EE.UU., 1955.

[2]  Su definición de “antisemitismo”, ahora que está tan de moda invocarlo, es memorable y muy profunda, remitiendo a la estructura misma de la congregación judía: «El antisemitismo no es más que la actitud de rechazo producida en los no judíos por el grupo judío. Ésta es una reacción social normal. El grupo judío ha prosperado gracias a la opresión y al antagonismo que siempre ha encontrado en el mundo… La causa fundamental es el uso de enemigos que crean para mantener la solidaridad entre ellos.” (ibíd.)

[3]   Transcribo literalmente pasajes del sitio sionista canarymission, una suerte de chequeado sionista que pretende corregir errores u omisiones, a menudo formidables verdades como las de la “acusada” Kiswani, que procuran desestimar. En un título sesgado canarymission escribe: “Igualando sionistas con nazis”. Sin embargo, la transcripción asevera, impecablemente: ”No afirmamos que todo el Ku-Klux-Klan sea el rostro de la cristiandad, que todos los alemanes son nazis y que todos los judíos sean sionistas.” Tendrían que aprender a titular mejor…

[4]  “Mentalidad genocida y cinismo criminal de los nazis sionistas de Israel”. Vega Cantor recoge esos testimonios de soldados que testimoniaran desde Breaking the Silence.

Publicado en Centro / periferia, Cultura dominante, Palestinos / israelíes, Poder mundializado

Derecho a la vida… ajena

Publicada el 09/11/2023 por ulises

por Luis E. Sabini Fernández

 

El 7 de octubre, hace un mes, milicianos de Hamas penetraron al Estado de Israel (en adelante EdI) por una decena o veintena de puntos desde la aisladísima Franja de Gaza (en adelante FdG), con cohetes primero y luego tripulando parapentes, motocicletas y una excavadora. Invadieron pequeños poblados, un kibutz y una fiesta rave, providencialmente trasladada a 3 km de la frontera, pocos días antes. Secuestraron a centenares, mataron al parecer también a varios soldados y probablemente a otros israelíes, durante un operativo de copamiento increíblemente largo, unas 6 horas hasta la llegada de militares israelíes que alcanzaron a reprimir a los que todavía no se habían retirado.

 

La seguidilla de fracturas de la cerca de seguridad que rodea a la FdG, la increíble duración del operativo, despierta interrogantes. ¿Fue estimulado o facilitado, un golpe de mano esperado por quien iba a ser el sorprendido? Cui bono? No fue favorecida la población del sur israelí; pero sí ciertamente Netanyahu y sus halcones que ahora han salido a matar en una escala sin precedentes, actuando como si fuera en defensa propia.

Y ahora, luego de lo acontecido el 7 de octubre,  ¿cuál es el estado del mundo?

Primera pregunta:

¿De dónde proviene esta tendencia a no ver el daño genocida, pésimamente construido sobre el relato bíblico, que descarga el EdI sobre las, una vez más, victimadas víctimas. ¿Por qué no se desmarca la gente, el ciudadano común, de un relato tan pavorosamente maniqueo, como el que ampara la furia israelí?

Una primera razón que advierto es porque los judíos están como “preservados”, como si sus acciones  no pudieran recibir el mismo trato que otras acciones humanas de igual violencia, que de pronto, sí repugnan, y son terminantemente rechazadas.

Para muchos, judíos y no judíos, lo acontecido a los judíos durante el 3er. Reich es lo único que puede considerarse genocidio completo y cabal. La peor ordalía imaginable.  EL genocidio por antonomasia, por no decir el único.

¿Por qué? Por la inconmensurable maldad goldhagiana de lo alemán (ya no nazi).[1]

¿Y sobre qué relato se basa la creencia en semejante genocidio?

Es una tarea que dejamos a historiadores. Puedo ofrecer datos, pinceladas.

En Europa, luego de las luchas en los albores de la modernidad entre dos potencias marítimas, talasocráticas, España e Inglaterra, va quedando una “reina” con un dominio cada vez más indisputado; su Majestad  Británica, que desde 1588 hasta bien entrado el s. XX será “reina y señora de los mares” (reforzada por un vástago colonial, los EE.UU., que en un primer momento se desplegará bajo la modalidad telurocrática; el robo de tierras a nativoamericanos, a franceses, a españoles, a mexicanos…).

El par anglonorteamericano irá asentando lenta pero sostenidamente, un poder cada vez mayor fuera de fronteras y el s XIX será testimonio acabado de su dominio occidental.

Sin embargo, en la segunda mitad del s XIX surge otra potencia, industrial, con rasgos telurocráticos; la Alemania imperial, el gobierno de Otto von Bismarck, con menor inserción colonial, transfronteriza. Su desarrollo minero e industrial resulta excepcional dentro de Europa,  en competencia con otras potencias europeas como Francia, Inglaterra, Holanda, los estados del centro europeo, como Hungría, o las naciones nórdicas (Dinamarca, Suecia). Alemania empieza a estar, tras la reunificación de 1870 y en poco tiempo, “picando” entre las primeras potencias.

Celos, consternación: nadie abandona gustoso un pedestal.

Cada vez hay más historiadores que desechan la versión adocenada de los vencedores de la 1GM, de que la culpa la tuvo Alemania, el imperio austrohúngaro o incluso “el hombre Hombre enfermo” como se designaba, con aire de superioridad, a Turquía, que constituyeran la Triple Alianza; “el bando de las potencias centrales” enfrentado a Inglaterra, Francia, Rusia, Bélgica, Holanda e Italia (y desde 1917, EE.UU.); la Triple Entente.

Historiadores insospechables de izquierdismo o socialismo, como Edward Mc Null Burns, estadounidense, se inclinan a pensar que la 1GM fue una jugada preventiva del British Empire para cortar el ascenso del águila alemana que ostentaba, en competencia,  también carácter imperial.

Y la comprobación de que los argumentos no eran limpios lo rubricó la Paz de Versalles: un acta de rendición abusivo, draconiano, que obligó a los alemanes a pagar los gastos, todos los gastos de la guerra, de una guerra que ni siquiera habían provocado. Que dejó en la miseria al país. Tanto vejamen y sufrimiento está sin duda en el resentimiento alemán, almácigo donde pudo fructificar el nazismo. Todo esto en un país, donde más del 90% de los capitales quedaron en manos judías. Algo que le dará mucha fuerza al nazismo proclamando que la nación debía pararse sobre sus pies, con capitales propios, no “ajenos”.

Rendición tan onerosa que los alemanes, y particularmente los nazis, sintieron afrentosa porque a su vez, se consideraban un pueblo señorial, es decir de amos.

Cuando Alemania, con el 3er Reich, a fines de los ’30 reasienta su poderío (basándose, por ejemplo, en un formidable desarrollo químico que le dio mucha influencia en un presente crecientemente industrial), su gobierno, con Adolf Hitler como premier, considera que los alemanes están en la cima de la humanidad, diferenciándose de los pueblos débiles, jóvenes o de segunda, colonizables.

Por eso, la Alemania nazi no busca guerra con Inglaterra (desmintiendo las versiones maniqueas oficiales). Al contrario, al comienzo de la guerra, el nro. 2 del régimen nazi, Rudolf Hess, encara un vuelo solitario de Alemania a Escocia. Y se tira en paracaídas. Según analistas como Noam Chomsky, llevaba un encargo de Hitler: negociar una paz ofreciendo un dominio compartido de los pueblos señoriales en el mundo entero en conflagración. Un reparto del botín, obviamente, entre ingleses y alemanes.

Según Chomsky, Winston Churchill rechazó de plano semejante invitación, molesto de la impertinencia de los alemanes; si Inglaterra ya tenía un dominio planetario indiscutible (apenas festonado por la presencia de segundo orden de franceses, holandeses o norteamericanos; no necesitaban a alemanes).[2]

El 3er Reich tenía un formidable ejército (pero apenas un sexto del total de tropas de la Triple Entente). Dato interesante en su composición: el ejército, la Wermacht, disponía de  un fuerte contingente de alemanes que entonces se llamaban 50% judíos (2 abuelos judíos) y otro aun mayor de 25% judíos (un abuelo judío), lo cual es particularmente relevante, por cuanto entre ellos había militares con mando de tropa e incluso integrantes del Estado Mayor alemán bajo el nazismo. Algo que rompe la imagen estereotipada.

Junto con el desmantelamiento de ese ejército sobrevienen los juicios de Nurenberg que condenarán a muerte a varios jerarcas nazis. Pero en 1945 estamos lejos todavía, en el tiempo, del “Holocausto”, así con mayúscula. Se habían desalojado los campos de concentración con prisioneros enflaquecidísimos, muy debilitados. Pero también se sabía que la Alemania nazi, acercándose a una derrota inevitable carecía hasta de lo más elemental, no sólo entre los prisioneros sino incluso entre los carceleros y sobre todo en la población general. Los campos de concentración agravaban todas las privaciones, porque el hambre, la falta de comida, de higiene, generaban todavía más enfermedades y causas de mortalidad, encima del trabajo esclavo y los malos tratos, característicos de dichos campos.

Antes de la lectura de la historia establecida por el Holocausto y su administrador o albacea ideológico,  IHRA (International Holocaust Remembrance Alliance, Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto), se hablaba que el tifus había sido causa primordial de muerte en “los campos” del nazismo.

El IHRA se funda casi en el cambio de siglo (1998), pero al menos desde los ’70 algunas organizaciones judías y aliadas se dedicaban a otorgarle a la brutal represión ejercida por el  nazismo una exclusividad, una especificidad sin precedentes y sobre todo, una matanza de judíos sin precedentes.[3]

Thomas Dalton, norteamericano autor de varios libros sobre los judíos, las guerras y sus causas, cuestiona la especificidad del guarismo de 6 millones, por haber comprobado que es un número reiteradamente usado por la prensa judía para dimensionar a los judíos perseguidos en distintas circunstancias y países, como en Rusia, e incluso desde antes del s XX.[4] ; p. ej., “Seis millones de judíos viven en tierras donde son oprimidos, explotados, aplastados y despojados de todos los derechos humanos inalienables.” [5]

La diferencia sustancial es que los escritos del tiempo de la 1GM se referían a vicisitudes y penurias de 6 millones de judíos, y los de la 2GM se refieren al asesinato de esa cantidad de humanos. Lo que llama la atención es la persistente referencia a “seis millones” en circunstancias y momentos muy diversos, casi como una referencia cabalística.

Un investigador de enorme valía y con una óptica para nosotros interesante porque es judío, con familiares asesinados por el nazismo, Norman Finkelstein, escribió una investigación con un título sugerente, La industria del holocausto.[6] Aclara que el holocausto “de la industria” que denuncia ‘tiene una correspondencia, aunque pálida, con la realidad’.

Los testimonios judíos, y sobre todo, su reproducción industrial a través de los mass media, Hollywood incluido, han confeccionado los imaginarios sociales hoy dominantes: campos de concentración con sádicos amantes de la música clásica. Finkelstein se pregunta cuánto de eso es historia.

Si eso ha pasado con lo alemán, ¿qué vemos con lo palestino?

Vemos otra vez al pueblo judío que sintiéndose victimado por un golpe comando que no alcanzamos a entender de dónde  y cómo surgió: ¿cómo se abrió la cerca de la FdG en tantos lugares a la vez, cuando los sistemas de bloqueo y aislamiento entraban en acción hasta por el paso de un gato? El gobierno israelí, aparentemente en respuesta, encara la matanza generalizada de palestinos mediante bombardeos masivos sobre población civil, sus viviendas, escuelas, lugares de oración, hospitales; todos “santuarios” proclamados por presuntas leyes de la guerra que, al menos teóricamente, la ONU debe respetar y hacer respetar. El Ejército de “Defensa” israelí proclama que tales sitios son santuarios de Hamas y por ello los pulveriza mediante artillería pesada con seres humanos adentro.

Conociendo los recursos, métodos y ardides que ha usado el poder sionista para tener encarcelado a tantos miles de palestinos, en cárceles por vía administrativa, conociendo la negativa sin excepciones a todo lo referido a la vida social y económica de palestinos, y reconociendo el carácter monstruoso de establecer campos de concentración para millones de seres humanos, no se entiende cómo nunca nadie ha cuestionado el invocado carácter democrático y moral, del que tanto alardea Israel (por ejemplo, Israel define a su ejército como “el más moral del mundo”).[7]

 

Desde el principio, la  implantación del sionismo en la Palestina histórica significó adueñarse de la vida de otros. Como recordaba el abogado palestino Henri Cattan, no se puede pasar por encima de siglos de historia, para restaurar un hilo histórico supuestamente cortado, varios siglos antes –en rigor, milenios–  ignorando la historia real y concreta de un lugar, en este caso Palestina, desde, pongamos el año 70 de la era cristiana hasta el 1900…

La pregunta que se hizo Cattan en 1948, y nosotros hoy, es por qué, al contrario, los poderes constituidos y dominantes, de EE.UU, del Reino Unido, la han dado carta blanca el integrismo bíblico israelí.

Craig Mokhiber, director de la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU en Nueva York, lo dice claramente en su carta de renuncia a la ONU tras el genocidio apenas escondido del 7 de octubre (y días siguientes) de Israel en la FdG.[8]

En su carta de renuncia Mokhiber acusa a EE.UU, Reino Unido y buena parte de Europa de “ser completamente cómplices de la horrible agresión”. Y añade:

“No solo están rechazando sus obligaciones para asegurar respeto a las Convenciones de Ginebra, sino que de hecho están activamente armando la agresión, proveyendo apoyo económico y de inteligencia y dando cobertura diplomática y política a las atrocidades de Israel”,

El operativo de “limpieza étnica”, es decir en lenguaje más llano, de racismo, violencia y asesinatos colectivos, no se ha limitado a la FdG. Mostrando que se trata de un verdadero palestinicidio, simultáneamente, han matado como nunca antes, en frecuencia, a 132 palestinos en las aldeas cisjordanas en las últimas 3 semanas.[9]

Y hace pocas semanas, expulsaron a toda la población bereber asentada milenariamente en el desierto de Neguev. Algo que los medios masivos ni siquiera advirtieron. Porque se trata de una población dispersa, nómade, de algún modo apátrida.

 

La política de un fascista militante se basa en las odiosas ”sagradas escrituras” que llaman a la matanza de los  que Yahvé condena, por ejemplo de los amalecitas, que Netanyahu con oportunismo asimila a los palestinos. ¿Ha abandonado Occidente la investigación histórica sustituida por los relatos bíblicos?

En los países enriquecidos de Occidente; en Francia, por ejemplo, “tierra de libertad”, se ha prohibido la bandera palestina. No ya la de Hamas, sino la que muestra el verdadero carácter de la movida israelí: la palestina.  En Inglaterra, con un poco de tapujos, están buscando establecer la misma prohibición, en los antípodas de todo liberalismo.

A la recién premiada Adalin Shibli, palestina, se la invitó a la Feria del Libro de Frankfurt, considerado el mayor cónclave literario del mundo, pero tras el 7 de octubre se levanta la entrega de dicho premio, se la cancela sin darle explicaciones o con subterfugios penosos; el juicio israelí se universaliza.

Como remata Ilan Pappé, historiador: “Quien no tiene memoria no tiene futuro […] La elite política israelí […] derivó una lección muy diferente de los acontecimientos de 1948: tú puedes, como estado, expulsar a la mitad de la población de Palestina, destruir la mitad de sus pueblos y salirte con la tuya sin una pizca de crítica.” [10]

Occidente abandona la historia, sustituida por los relatos bíblicos.

Occidente proclamaba la igualdad ante la ley, que poco y nada se cumplía. Pero desde esta ordalía a cargo de Israel, la igualdad ha desaparecido hasta de la ley.

Y la actual consigna sionista: “No mires para otro lado” les asegura el ombliguismo.

[1]  Daniel Goldhagen es un autor estadounidense que ha presentado a los alemanes, como una población fuertemente antisemita, llevando ese antisemitismo a casi una cuestión fisiológica, estructural, esencialista… y asesina. Presuntuosa ignorancia de lo histórico.

[2]   Hess quedó en Escocia y fue trasladado a Inglaterra, prisionero. Y con el fin de la IIGM y la condena del nazismo como non plus ultra del mal quedará preso de Los Aliados, hasta su muerte, a los 95 años, décadas después (y a la vez como bandera viva de los neonazis).

[3]  Se estima en unos 6 millones los judíos asesinados directa o indirectamente por el nazismo.

[4]   “the  Holocaust of six million jews in World War I” despierta interrogantes.  https://www.unz.com/article/the-holocaust, 2020.

[5]   Hasta donde lo permite suponer el texto de Dalton, se trataría de un escrito de 1917.

[6]   Editado en EE.UU., 2000.

[7]   Los prisioneros son a veces –suponemos que como castigo– ubicados en “celdas para perros”; calabocitos construidos donde el prisionero  jamás puede estar erguido, estirado, parado o acostado; siempre semiplegado porque ninguna pared, ni el piso, mide más de, digamos 1,20, 1m 30… Lo tienen patentado como “ablandador”. Testimonio de Gilad Atzmon, sionista entusiasta en su hogar, pero devenido crítico radical del invento sionista, conmovido, entre otras causas, por esos cubículos y sus habitantes forzados, tratados con burla por los militares “más morales” del mundo.

[8]   https://docs.google.com/document/d/1iyo16SHWngHRnjYTB30xWWqOlyzy6QjLwxu OdEMnXIg/edit?usp=sharing.

[9]   Olga Rodríguez, https://rebelion.org/occidente-ante-la-masacre-en-gaza/, 3 nov. 2023.

[10]  https://www.observatori.org/paises/pais_53/documentos/E_PAPPE.pdf.

Publicado en Centro / periferia, Globocolonización, Palestinos / israelíes, Poder mundializado, Sociedad e ideología

Occidente y sus medios de comunicación están actuando como un bloque monolítico de naciones blancas empeñadas en imponer su voluntad en todo el mundo

Publicada el 07/11/2023 por ulises

ASAD ABUKHALIL* 1 nov 23

 

Se ha vuelto costumbre que a los árabes invitados a los programas de la televisión occidental se les pida, desde el principio, que condenen tal o cual acto que Israel clasifica como terrorismo.

Cuando llegué a Estados Unidos en 1983, esto ya era una práctica habitual. Pero en aquel entonces, los “terroristas” palestinos eran laicos: por eso la propaganda mediática hablaba de las peligrosas conexiones comunistas de la Organización de Liberación Palestina.

Entonces los islamistas fueron tratados con ternura e incluso admiración. Estuvieron del lado de EEUU en la Guerra Fría y Estados Unidos y Arabia Saudita reclutaron islamistas radicales para la guerra en Afganistán.

En los años 1980, la amenaza “terrorista” procedía del Líbano. Cuando aparecí en las principales cadenas de televisión (poco después de mi llegada a Washington, DC), me pidieron constantemente que condenara tal o cual ataque en el Líbano o en Palestina.

Al principio, obedecí, pero luego comencé a pensar en las implicaciones de tal ritual. No consigues un asiento (simbólico en el mejor de los casos) en la mesa a menos que condenes a los palestinos, de acuerdo con las definiciones israelíes de terrorismo y moralidad.

En la década de 1980, también se preguntó a los árabes si reconocían el Estado de Israel. ¿Qué significa eso? Digamos que eres un palestino nacido en Haifa o Jaffa. Si reconocieras al Estado de Israel, básicamente estarías reconociendo la legitimidad de la apropiación de tierras de tu hogar y la expulsión forzada de tus padres y abuelos de Palestina.

Si un árabe reconociera el Estado de Israel, estaría aceptando la desigualdad racista fundamental sobre la que se fundó el Estado de Israel. 

¿Y qué pasa si eres una persona laica que no acepta un Estado musulmán, un Estado judío o un Estado cristiano? En Occidente, uno puede oponerse (es más, se espera que se oponga) al régimen islámico de Irán desde un punto de vista secular, pero se le considera antisemita si se opone a la identidad religiosa del Estado de Israel.

Incluso las críticas “excesivas” a Israel merecen la etiqueta de antisemitismo (si se sigue la definición del Departamento de Estado ).

Mientras tanto, las críticas “excesivas” a Irán o Arabia Saudita no se consideran equivalentes a islamofobia. Claramente, se aplican estándares especiales a Israel para protegerlo de la crítica y la clasificación, mientras que se aplican estándares especiales al pueblo palestino para evitar que se oponga a Israel, militar o incluso pacíficamente (el movimiento BDS ahora es ilegal, o está severamente desalentado en más de 35 estados de EE. UU.) (Boicot, Desinversiones y Sanciones  Boycott, Divestment and Sanctions); Para Occidente, los palestinos tienen que aceptar mansamente de la ocupación israelí para demostrar su pertenencia a la raza humana.

He visto a invitados árabes en las últimas semanas aparecer en programas de noticias de la televisión occidental y siempre se les hacía la misma pregunta. ¿Condenas a Hamás? ¿Condenas el ataque? ¿Cree que Hamás debería ser eliminado, sí o no?

(Y sería difícil explicarles a estos presentadores de televisión que este movimiento, les guste o lo odien, ha captado el apoyo de al menos la mitad del pueblo palestino.) Me imaginé en esa silla y imaginé mis respuestas a esas estúpidas preguntas.

Cambiando las tornas

Yo respondería lo siguiente: ¿En qué calidad me hace esa pregunta? ¿Cómo llegó usted a ser mi juez o mi sacerdote? ¿Por qué me trata como a un acusado en un tribunal de justicia y no como a un invitado en un estudio de televisión?

Además, ¿qué le hizo sentirse moralmente superior a mí para determinar la manera en que puedo demostrar mi valía como ser humano? ¿Por qué mi ciudadanía está condicionada a la respuesta correcta a la pregunta, simplemente por mi origen étnico como árabe?

¿Por qué la humanidad de alguien nacido en Israel no está condicionada por los medios occidentales, pese a los miles de crímenes de guerra cometidos desde el día en que Israel se impuso ocupando la nación palestina existente?

De hecho, necesito darle la vuelta a su interrogatorio. Le pregunto, dado que Israel mató a palestinos a un ritmo de al menos uno por día sólo el año pasado, ¿condenó usted esos asesinatos diarios? 

Si condenara esos asesinatos, lo consideraría moralmente calificado para exigirme una respuesta. Si, por otro lado, no condenó cada uno de esos asesinatos, entonces lo considero moralmente incapacitado para plantear sus preguntas que aparecen formuladas por alguien que se considera moralmente superior.

De hecho, estoy más calificado para plantearle esa pregunta. Yo debería juzgar, no  usted. Soy una víctima de los crímenes de guerra israelíes y crecí sometido a los bombardeos israelíes semanales en el Líbano (contra palestinos y libaneses, civiles y combatientes sin tener en cuenta distinciones.).

Debería venir a EEUU para pedirle cuentas por su patrocinio militar y financiero o por los crímenes de guerra israelíes contra mí.

Yo, un ser humano que sobrevivió a duras penas a la invasión israelí de 1982 y al posterior asedio salvaje de Beirut, me niego a que nadie me pida que condene nada, especialmente alguien de Occidente que trabaja para un medio de comunicación que se especializa en perdonar los crímenes de guerra israelíes.

Responsabilizar a Occidente

Ustedes en Occidente deberían ser considerados responsables ya que los crímenes de guerra israelíes han continuado sin cesar, con todas las bendiciones occidentales, desde la fundación del Estado.

De hecho, la violencia masiva israelí contra los árabes comenzó ya en la década de 1890, según el relato del líder del sionismo cultural, Ahad Ha’am, quien reprendió a los colonos sionistas en Palestina por maltratar y abusar de los árabes y pensar en ellos como animales.

Necesito preguntarles a todos los medios occidentales sobre su responsabilidad criminal cuando cubren Oriente Medio con ignorancia y racismo y porque además ignoran y distorsionan las opiniones árabes y el sufrimiento de los pueblos árabes.

Que los medios y los gobiernos occidentales no valoren las vidas humanas por igual entre árabes e israelíes no es algo que deba demostrarse. Es demasiado obvio para necesitar documentación.  

Nos invitan a los árabes a sus programas y comienzan a bombardearnos en nombre del Estado de Israel tan pronto como nos sentamos.

Tu objetividad es algo de lo que nos burlamos. La objetividad es un truco que se aplica a los países en desarrollo para obligarlos a adherirse a sus normas políticas; también permite a las potencias occidentales imponer una hegemonía de ideas, especialmente en tiempos de guerra y ocupación (sus guerras y ocupaciones).

En lo que respecta a la condena, los condeno a todos por su racismo, sus estándares periodísticos poco profesionales y su producción de propaganda en defensa del neocolonialismo.

Gran parte de los medios occidentales publican estos días artículos extensos, todos ellos basados en afirmaciones no verificadas del ejército israelí; esto no es diferente de cómo cubrieron Ucrania, todo basándose en fuentes militares ucranianas y occidentales. A menudo insertan un descargo de responsabilidad indicando que la información contenida no ha sido verificada.

¿Pero no enseñan en las escuelas de periodismo en occidente que no se puede publicar información no verificada? Las afirmaciones militares o políticas árabes no verificadas nunca se publican a menos que sean realizadas por los ejércitos israelíes y de la OTAN para su verificación o refutación.

Lo que el mundo está viendo

Lo único que resultará de esto es que las personas de color en todo el mundo podrán ver por sí mismas hasta qué punto la raza y el origen étnico desempeñan un papel importante en la configuración de las políticas exteriores de los países occidentales. Los diferentes precios que se imponen a las vidas humanas nunca han sido tan claramente claros.

Los árabes y los musulmanes están comprobando estos días que no sólo sus vidas no importan a los occidentales, sino que su estatus en los países occidentales es inferior y escandalosamente discriminatorio

Occidente no está evaluando los efectos de la matanza de Gaza en su relación con Oriente o con África, Asia y América del Sur.

Occidente está actuando como un bloque monolítico de naciones cristianas blancas empeñadas en imponer su voluntad en todo el mundo. Y cuando China ofrece ayuda a las naciones del Sur sin pedir ninguna concesión política, Occidente tiene la temeridad de advertir a esos países de “motivos ocultos de los chinos”.

El mundo árabe y el extenso mundo musulmán no árabe están cada vez más radicalizados, y Occidente, con su reacción a los ataques israelíes contra Gaza, ha hecho que Hamás sea más popular que nunca.

Incluso aquellos que solían criticar a Hamás ahora encuentran difícil hacerlo.  El veterano periodista jordano Bassam Baddarin ha escrito que las encuestas afirman que el portavoz del ala militar de Hamás podría ser elegido en cualquier país árabe.

Esto es obra de los medios occidentales.

Profesor de ciencias políticas de la universidad estatal de California. observatoriocrisis.com/

Publicado en Centro / periferia, Destrozando el sentido común, Globocolonización, Medios de incomunicación de masas, Palestinos / israelíes, Poder mundializado

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