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La ceguera mental como pretendida virtud

Publicada el 02/01/2016 - 10/05/2018 por ulises

por Luis E. Sabini Fernández.

Marcelo Birmajer acaba de sufrir la muerte de su hermano. Una muerte violenta, sorpresiva, injusta y absurda como toda muerte en esas circunstancias.

Y probablemente, por los efectos psicológicos de tal impacto Marcelo Birmajer ha hablado a calzón quitado. Una suerte de penoso in vino veritas.
Su hermano, rabino en Israel, fue acuchillado al parecer junto a otro israelí por dos palestinos jóvenes en Jerusalén. Las policías intervinientes balearon a los dos palestinos y mataron a un judío mizraji, indudablemente por su aspecto; los palestinos fueron rematados por civiles israelíes a patadas.

Marcelo Birmajer recordó a su hermano en una alocución en una sede judía askenazi en Buenos Aires, rodeado de referentes religiosos judíos y de la representación diplomática israelí. En un acto de alto contenido institucional, difundido todo el acontecimiento por la Agencia Judía de Noticias, Argentina.

Y MB, que se invoca a sí mismo ─suponemos que humildemente─ como “famoso escritor”, nos revela así un modo de pensar, sentir,  altamente significativo, porque reconocemos en sus afirmaciones el eco preciso de tantas opiniones, pareceres, decla-raciones, que nos llegan desde las voces oficiales del Estado de Israel, de los defenso-res del Estado de Israel, desde el sionismo supremacista y otras expresiones afines.MB empieza su alocución siguiendo el método del manual del periodista noticioso, planteando el quién. Quién mató a su hermano.

Y contesta con certeza. Con la certeza del dogma que prescinde de la realidad. MB afirma que “lo mató Amán, lo mató el Faraón.” Amán fue un amalecita duramente enfren-tado con las tribus judías. MB no necesita conocer el presente, nuestro presente. Porque ya tiene, de antemano, desde siempre, la respuesta. A su hermano no lo mataron palestinos desesperados, desalojados, patoteados, bloqueados, hambreados, incluso sedientos ─porque el Estado de Israel dosifica con crueldad y desigualdad el agua disponible otorgándole seis veces más a un habitante israelí que a uno palestino─, jóvenes palestinos desesperados, habitantes de una ciudad despojada en brutal proceso de judaización (contra la propia historia jerosolimitana, albergando judíos, cristianos y musulmanes).

Dice MB a continuación: “Pero sobre todo lo mataron los nazis”. Esto es al menos un avance contra aquella fijeza bíblica inicial. “Los palestinos que mataron a mi hermano, son exactamente los hitlerianos que mataron a la familia de mi abuelo, no hay ninguna diferencia. Es una guerra de los idólatras contra el pueblo de Israel.
Aunque MB ha logrado presentar dos tiempos, uno bíblico, que no se puede entender como histórico, sino en todo caso como relato; semihistórico, semilegendario, y otro, el del Tercer Reich en la primera mitad del s. XX, MB persiste en un afán de prescindencia de lo histórico.
La historia palestina, la del último siglo, la del último milenio, por ejemplo. ¿Qué fundamento tiene esas supresiones, tamaña simplificación histórica? MB dice sencillamente, como un oráculo, que no necesita fundamentar lo dicho: que es una guerra de idólatras contra el pueblo de Israel…

Ya vamos viendo como se configura el mundo de MB: nada que ver con lo que filóso-fos y pensadores han elucubrado sobre “la humanidad”, su destino y sus miserias; sobre la fraternidad humana, tan escasa por cierto, sobre la sociedad de los humanos. No, la cues-tión está entre quienes tienen o pertenecen al dios verdadero, que sería “el pueblo de Is-rael” y los demás, el resto de la humanidad, los que siguen a falsos dioses, ídolos o reyes…

En esa curiosa ecuación, ¿dónde está o quién es realmente el titular de la humanidad? Infiero que para MB la humanidad es el pueblo de Israel y consecuentemente el resto “de la humanidad” no es humana. Descubrimiento antropológico de enorme importancia que ha sido pasado por alto por casi todo el mundo… O tal vez ─inferencia optativa─, todo ese conglomerado del cual él denominara a Amán, al Faraón, a los nazis, a los palestinos, sería la humanidad… pero en tal caso, “el pueblo de Israel” que no puede ser lo mismo que semejante rejunte, vendría a ser una sobrenhumanidad o superhumanidad, algo en el espíritu con el cual algunos rabinos, como Dov Lior, sostienen que: «Mil vidas no-Judías no valen la uña de un Judío.»

MB no se va con chiquitas. Los nazis no conocieron, mejor dicho, conocieron apenas al Estado de Israel en formación. En rigor, durante la década de los ’30 nazis y sionistas tuvieron más coincidencias que diferencias. A medida que el nazismo perseguía cada vez más duramente a los judíos, discriminándolos primero, aislándolos después, hasta el inicio de la 2GM, incluso hasta 1940, los judíos sionistas retuvieron algunas prerrogativas, porque su estrategia de defensa del pueblo judío buscando hacer una sociedad aparte coincidía con la defensa del pueblo alemán que proclamaban los nazis con una Alemania “sin judíos”.

Adolf Eichmann, por ejemplo, hasta se puso a estudiar hebreo para mejor administrar una solución de estados separados…
Pero la historia nos muestra que los nazis terminaron matando a la familia del abuelo de MB como a tantos otros judíos (y gitanos y homosexuales y cristianos y anarquistas y comunistas…). Y pese a la intemporalidad militante de MB, inmediatamente después de recordar que los nazis eran ”los que quieren extinguir al pueblo judío” (como los urugua-yos, por entonces todavía los orientales, quisieron extinguir a los charrúas, los argentinos a los ranqueles, los alemanes imperiales a los hereros en la actual Namibia, los californianos estadounidenses a los yaquis y tantos, tantos otros ejemplos de racismo radical, de atroci-dades), nos dice, llamativamente: “No hay ningún conflicto territorial”… ¿dónde? ¿en Pales-tina, por casualidad? Curiosa mención de la soga en la casa… el territorio, la territorialidad…

MB prosigue: “no tienen ningún problema político. No hay nada que hayamos hecho mal en la Tierra de Israel, creamos el mejor país del mundo, Israel es el mejor país del mundo, el más humano, el más culto, el más liberal, el más respetuoso de sus minorías, es lo mejor que le pasó al siglo XX, es el país donde más paz debería haber en el mundo.”

MB remata su credo de absolutos con un condicional; “debería haber”. Que significa que no la hay. Algo falló. ¿Qué falló? MB declara que el nosotros en el cual se incluye hicieron el mejor país del mundo. Envidiable inmodestia. Pero no sorprendente, tratándose de gente que no hace cosas mal. Que más bien hace las cosas buenas del mundo…
¿Construir un bastión europeo contra la bárbara Asia, como predicaba A. Herzl, ¿no es colonialismo?
¿Expulsar cientos de miles de pobladores palestinos mediante amenazas y asesinatos (las estimaciones más serias hablan de cientos de miles de expulsados y miles de asesinados, amén de la pulverización de medio millar de aldeas palestinas durante el adueñamiento de 1948), no es abuso y atropello?

¿Jugar tiro al blanco con los campesinos expulsados que a la noche volvían, tras la Nakba, desarmados, y a veces con alguna herramienta, para procurar seguir cuidando sus cultivos, los cultivos que se habían visto obligados a abandonar por la expulsión, matando así ─el “moral” ejército israelí, “humano”, “culto”─ a decenas, centenares de palestinos, ¿no es desprecio por la vida humana?

MB ensalza de los abusivos militares israelíes, no sólo su moral, su humanidad, su cultura; agrega: “el más respetuoso de sus minorías”. Vamos entendiendo. No respeto a minorías cualquiera; solo a las propias.
El desprecio por la vida humana se va entendiendo: no eran vidas sionistas.

MB admira a Ariel Sharon, más conocido como el Carnicero de Sabra y Shatila.

MB, apresado en su dolor, ha revelado sus sentimientos y convicciones más profundas y menos diplomáticas. Lo cual nos permite ver que es un mentecato. Ese calificativo proviene, etimológicamente, de un estado del alma que se advierte cautiva: mente captada, mente capta. Y resulta prístino que MB tiene una mente captada por una idea o sensación de que lo judío es algo al margen y por encima de casi todas las sociedades humanas (salvo, obviamente, la judía).
Uno termina preguntándose si la división entre homo sapiens sapiens pasa por donde MB la ve; una sociedad judía, la mejor por no decir la única del mundo, y el resto de los humanos alojados en sociedades que no son “del libro”, ¿por qué se sacrifica MB albergándose entre “nosotros”?

Publicado en Palestinos / israelíes

La falsa, falaz igualdad del opresor y el oprimido

Publicada el 30/12/2015 por ulises

por Luis E. Sabini Fernández.

Una vez más, los m i m introyectan en la mentalización dominante su versión de los hechos como si fuera LA versión, esta vez con ocasión del llamado papal navideño: “El Papa llama a la paz con una Tierra Santa de luto. Francisco instó al diálogo entre israelíes y palestinos. […] 1
El “diálogo entre palestinos e israelíes” da por sentada una equivalencia, una equiparación, entre usurpador y despojado, entre avasallador y avasallado, entre conquistador y refractario que no ayuda en absoluto a entender la cuestión planteada y menos todavía, los comportamientos en juego.
Esta interesada simetría persiste aun hoy, con una fluidez informativa y una ampliación mediática que nos permite a cada vez más interesados visualizar e inteligir más y más data.
En el ejemplo que hemos tomado; la labor de zapa del sionismo para adueñarse de todo el territorio palestino, haciendo sufrir a los natives condiciones de vida absolutamente indignas, abusando, cercenando, encarcelando, ultrajando, robando, asesinando, cada vez más ─si uno compara los estilos de comportamiento sionista entre comienzos del siglo XX y estos comienzos del s XXI─, la desviación mediática se hace todavía más patente porque a la vez que el papa católico iguala a las partes, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que no ha sido particularmente atento a la “causa palestina” o a la de los pueblos avasallados, por su función de “mediador” que se supone le corresponde a un secretario de la ONU, ha declarado, simultáneamente que ‘la ola de violencia palestina’ es el resultado de “casi cinco décadas de ocupación israelí”. Repare el lector que Ban Ki-moon es absolutamente partidario del establecimiento sionista, que es a su vez un fruto de la diplomacia de la ONU, puesto que al referirse a “casi cinco décadas” data la ocupación desde 1967, momento en que el Estado de Israel se adueña de los territorios palestinos que no habían sido firmemente ocupados hasta entonces (Jerusalén oriental, Franja de Gaza y Cisjordania). Ignora, como buen burócrata al servicio de las potencias occidentales, la ocupación del territorio palestino anterior a 1967 y particularmente todo el atropello mediante el terror y la muerte, para el establecimiento del Estado de Israel. Incluso más: ha sido defensor de la causa sionista, como cuando los militares israelíes asesinan a varios pasajeros del Mavi Marmara, buque turco insignia de la Flotilla de la Libertad que procuraba compensar mínimamente el torniquete impuesto por Israel a la FdG, que asfixiaba la salud, la calidad del agua y el suelo, restringía los alimentos y el cemento para reconstruir lo que el ejército israelí había devastado en ese maltrecho territorio definido como “la cárcel a cielo abierto más grande del mundo actual”. Tras la incursión sionista bautizada con el siniestro nombre de “Plomo fundido”, en 2008-2009, Israel crea un operativo de interceptación de los buques solidarios provenientes de muchos países y organizaciones de derechos humanos y en 2010 aborda en la noche, violentamente, el Mavi Marmara. Pero un núcleo duro de turcos, aunque sin armas, resiste con arrojo físico a los piratas e incluso logra desarmar y neutralizar a tres de ellos. Imaginamos que el riesgo de que todo el operativo de copamiento fracasase por esa resistencia, debe haber llevado a los restantes atacantes a balear y asesinar así a una decena de pasajeros, que en ningún momento hicieran uso de las armas que inicialmente les habían arrebatado a los atacantes, una señal del carácter no violento de la resistencia al abordaje. Para “atender” ese episodio, que desnudaba una vez más el carácter violento, opresor del estado sionista, Ban Ki-moon no tuvo nada mejor que designar como miembro informante a un hombre vinculado a los servicios israelíes y a algunas otras causas de similar calibre; Álvaro Uribe. El informe de Uribe, como era de esperar, defiende el bloqueo de Israel a la FdG, documento que Norman Finkelstein calificara como “probablemente el documento más mendaz y corrupto emitido nunca bajo la égida de la ONU.” 2
Pese a tales antecedentes, Ban Ki-moon culpa ahora del deterioro de la situación, a fines de 2015, a “la empresa de los asentamientos” judíos en territorio palestino. 3 Considera que ‘los jóvenes palestinos están cansados de promesas rotas y no ven la luz al final del túnel’. Y revelando que conoce algo de la situación se refirió al ‘miedo, la humillación, la frustración, la desconfianza’ que alberga el ánimo de la población palestina.
¡Cómo será la escandalosa situación actual en Palestina/Israel para que un protector de los intereses israelíes y de la ONU en general desnude el carácter defensivo y reactivo de los acuchillamientos!
La asimetría entre los abusos israelíes y la desesperación palestina es tan evidente que parece mentira haya que desmentir no ya la falsa igualdad “de los contendientes” sino además, el sesgo informativo que presenta siempre o casi siempre a los palestinos como los atacantes y a los israelíes como los que se defienden: “Ataques a fuerzas israelíes en Gaza y Cisjordania”. 4 El diario El País, modélicamente, nos presenta una foto con un par de tiradores de piedras semiocultos en ruinas y el epígrafe dice:”Choques. Dos de los palestinos que atacaron en la Franja de Gaza.”
¿Es que el periodista que garabatea estos textos no sabe que la Franja de Gaza es uno de los escasísimos territorios palestinos que no ha sido totalmente dominado por Israel y que en términos del derecho internacional más consagrado los palestinos en Gaza SE DEFIENDEN y en todo caso, los que atacan son los israelíes? El derecho internacional reconoce la defensa con todo tipo de medios ante una ocupación…
¿Es que los periodistas que procesan tales “noticias” no saben que un ataque a cuchillo es producto de la desesperación, la impotencia, la humillación, que puede a veces llegar a matar a un israelí y que los ataques israelíes con aviones y drones siembran decenas de muertos; los de la infantería y motorizados matan a varios por “acción” y en las invasiones “periódicas” asesinan de a miles a palestinos, mujeres, niños, ancianos, hombres y entre tantos, algún combatiente? ¿Y que encima del atropello militar, la política de torniquetes aplicada a toda la sociedad palestina a través de checkpoints, asfixia, traba, humilla? ¿Es que los periodistas no están informados que no se trata de un combate entre dos ejércitos sino de un combate entre un pueblo al que se lo está despojando de su territorio, de sus modos de vida, y de la misma vida, y una entidad ocupante? Finkelstein nos recuerda que Mary Robinson, la irlandesa que fuera comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, afirmó: “En Gaza, se ha destruido la civilización y no exagero.” 5 La afirmación de la expresidenta irlandesa coincide con quien se atreva a usar sus ojos; Sara Roy escribió en 2007 en la London Review of Books: “Estamos asistiendo al colapso de toda una sociedad”. Roy agrega algo que es decisivo y explica la impunidad israelí: “Apenas hay reacción alguna a nivel internacional”.6
¿Es que los periodistas que procesan estas noticias no saben que es lo que causa esa destrucción, ese colapso civilizatorio? ¿Es que el control que ejerce el sionismo con el apoyo de las comunidades judías afines alojadas en los m i m es tan grande?
Entiendo altamente significativo al aporte de Johannes Wahlström, un analista judeo-sueco al respecto, quien presentara en una nota, nociones sobre libertad de expresión a cargo de importantes voces de muy connotadas organizaciones judías. 7 Wahlström pasa revista a una serie de intervenciones sumamente llamativas. Aquí, un par de “perlas”:
“Afirmar que existe un lobby sionista que acalla periodistas, eso es antisemitismo.” Henrik Bachner, del Comité Sueco contra el Antisemitismo (SKMA, por su sigla en sueco) en la Universidad de Jerusalén, 1993.
Wahlström entiende que la palma de la ilógica más elemental se la lleva Kenneth Jakobson, miembro de la Liga contra la Difamación (la mayor organización judía en EE.UU. dedicada a actividades de cabildeo en pasillos del poder; ADL, por su sigla en inglés) quien resumió su “razonamiento” en tres frases:
“La única superpotencia planetaria tiene una posición muy pro-israelí, lo cual obedece a que los judíos tienen una posición particularmente prominente en la élite de los medios de comunicación de masas. Es algo de lo que podemos estar orgullosos.”
Agrega: “hasta en EE.UU. sobreviene el antisemitismo que se basa justamente en la afirmación de que los judíos tienen demasiado poder sobre los medios.”
Después de este salto mortal, la lógica sin red debería yacer exánime. Pero nuestro hombre tiene resto:
“Hay que luchar contra este antisemitismo por todos los medios concebibles: no menos a través de una actividad de lobby para conseguir un mejor control sobre lo que los medios emiten.”
Bueno, al menos la sinceridad, o el desparpajo, no han faltado a la cita. Y el enfoque de influyentes referentes como Jakobson podría explicar la impavidez mundial, casi mundial, ante las atrocidades a que están siendo sometidos, desde hace décadas, los palestinos.

Nos quieren hacer creer, tanto los buenos como Francisco como todo ese periodismo paniaguado, que hay un conflicto entre iguales. Se escamotea sistemáticamente la naturaleza de las “dos partes” en conflicto.
No quiero ni pensar que diría toda la prensa bienpensante, occidental y “progre” si entre los palestinos hubiese algún referente, algún grupete que postulara la muerte y el asesinato de israelíes, judíos o sionistas.
Pues en Israel surgen cada vez más, agrupaciones a la descubierta, que envalentonadas postulan la aniquilación lisa y llana de los palestinos, que sobran en el sagrado territorio de las escrituras bíblicas.
Tuvimos que escuchar (en video) coros de alegres israelíes cantando en calles y plazas estrofas festivas acerca de que no hay más escuelas en Gaza, literalmente arrasadas, pero para qué las va a haber, puesto que ya no quedan niños. Aludiendo a que en la última incursión el ejército “más moral” del mundo asesinó en la Franja de Gaza (julio-agosto 2014) a unos 600 de ellos…
Estos coros son apenas una manifestación de una sociedad crecientemente supremacista que a medida que se siente más fuerte, necesita ocultar menos su dominio, una sociedad a la cual le brota el racismo y el abuso como el de aquel doctor Strangelove 8 al que se le levantaba “solo” el brazo para hacer el saludo nazi cada vez que se entusiasmaba.
Veamos otro ejemplo absolutamente reciente: la periodista mexicana Yuriria Sierra (Excelsior TV, 24/12/2015) transmitió: «Extremistas judíos celebran la muerte de un bebé palestino. Cantaban y bailaban y acuchillan la foto de un bebé palestino. Se trata del bebé quemado vivo el verano pasado [junto con su padre y su madre también asesinados; un hermanito mayor, logró sobrevivir aunque con atroces quemaduras].» 9
El “acto” resulta tan atroz y fanatizante que hasta el mismísimo Netanyahu, jefe actual del gobierno israelí, lo ha comentado críticamente. Pero ¿de qué pueden valer sus reparos cuando él mismo ha constituido un gabinete, este mismo año de 2015, con orgullosos y desfachatados racistas, asesinos y programadores del exterminio palestino? Al pie pongo apenas tres ejemplos: 10 (mi nota completa: “¿Sensibilidad repentina o cómo esquivar responsabilidad ante lo indefendible?”, publicada-e, agosto 2015).
Por otra parte, aunque Netanyahu critique esta “yapa” de burla a la víctima asesinada, le cabe la pregunta de por qué la policía israelí, reputada como de las más eficientes, no ha podido dar con los perpetradores del asesinato “familiar”. Pregunta retórica, claro.
Porque la sociedad israelí está cada vez más identificada con el exterminio de lo palestino. Con una modalidad ligeramente diferenciada de la nazi o la estalinista, pero los integrantes de “Rompiendo el silencio”, exsoldados israelíes que no aceptan “la obediencia debida”, lo expresan con todas las letras: “A los soldados israelíes les ordenaron que mataran a los civiles en los ataques que llevaron a cabo en Gaza el verano pasado.” 11 “Se trata de entrevistas con militares israelíes de medio rango, que ponen de relieve la extrema crueldad demostrada durante los 51 días de la ofensiva: podían utilizar tanta munición como quisieran.” (ibíd.)
Avraham Burg, jerarca histórico de la dirección sionista, mirando hacia atrás, confesaba hace décadas que el sionismo estaba perdido porque se había forjado una “sociedad sin compasión”. 12
En octubre de 2015 Khaled Hassan Manasra, un adolescente de 15 años acusado de atacar a pasajeros de un bus, es múltiplemente baleado por la policía y queda tendido, sangrante, en la calle: la reacción y los comentarios de los transeúntes fue de insultos, desearle la muerte que estaba sufriendo y hasta zamarrearlo como una bolsa de papas… 13 Considero que el juicio de Burg es patéticamente acertado.

1  El País, Montevideo, 26/12/2015.
2  Método y locura. La historia de los ataques de Israel a Gaza, Editorial Akal, Buenos Aires, 2014.
3  Reuters, Kim Hong-li, 26/12/2015, “Ban Ki-moon atribuye última ola de violencia palestina a «la ocupación israelí».
4  El País, ob. cit.
5  Finkelstein, ob. cit., p. 78.
6  “Failing Peace: Gaza and the Palestinian-Israeli Conflict”, Londres, 2007. Cit. p. Finkelstein, ob. cit.
7  “Israels regim styr svenska medier” [El régimen israelí controla los medios de comunicación suecos], Ordfront, Estocolmo, no 12/2005. Editado en castellano bajo el título “¿Libertad de expresión o de lobby?”, futuros, no 9, Río de la Plata, otoño-invierno 2006.
8  Doctor Insólito, dirigida por Stanley Kubrick, con Peter Sellers en el personaje.
9  http://www.prensalibre.com/internacional/festejo-por-asesinato-de-bebe-palestino-por-extremistas-judios-conmociona-a-israel.
10 Moshe Yaalon, ministro de Seguridad, definió a los palestinos como un cáncer… “Algunos dicen que puede ser necesario amputar… por el momento estoy aplicando quimioterapia.” Naftali Bennett, ministro de Deportes, ha declarado: “He matado a muchos palestinos en mi vida. No hay problema con eso.” Ayelet Shaked, la rubia y tersa ministra de Justicia (¡sic!) aboga por el asesinato de madres palestinas para que no den a luz “ofidios que atacan” a Israel…
11 Patrick Strickland, The Electronic Intifada, 4/05/2015.
12 “El sionismo está muerto”, Le Monde, 11/9/2003. Editado originariamente en Israel, Yediot Aharonot. Traducción al castellano: futuros, no 8, Río de la Plata, invierno 2005.
13 “Una multitud de israelíes insulta a menor palestino herido de muerte”, http://www.lapagina.com.sv/internacionales/111051/2015/10/14/Una-multitud-de-israelies-insulta-a-menor-palestino-herido-de-muerte, San Salvador, El Salvador.

 

Publicado en Palestinos / israelíes

Monsanto, los clanes Kirchner y Macri y un común denominador

Publicada el 10/12/2015 por ulises

por Luis E. Sabini Fernàndez.

En esta lucha tan ardorosa, que parece campear en nuestra América Lapobre, entre progresistas y neoliberales o, si se quiere, entre inclusionistas y promitentes demócratas made in USA, algunos puntales permanecen inamovibles.
Es el caso de Lino Barañao, actual ministro de Ciencia y Técnica.
Durante el menemato, a fines, alcanzó la jefatura de CONICET, nombramiento y premio seguramente vinculado con su pasaje como investigador por universidades en EE.UU.
Con el cambio de siglo formó parte del equipo monsantiano que logró implantar una hormona transgénica en las vacas para incrementar su “producción” de leche.
Se trató de una transgénesis que fue muy cuestionada por varias autoridades bromatológicas y alimentarias, por ejemplo en la Unión Europea y en Canadà.
Por lo cual, EE.UU y Argentina quedaron como únicos cultores de tal “adelanto” tecnocientífico. 1
La implantación de somatropina en EE.UU. su cuna, no fue hecha con facilidad. Samuel Epstein, un muy destacado oncólogo estadounidense que pusiera al desnudo la pésima política del establishment médico de EE.UU. ante los cánceres, cada vez más omnipresentes en la sociedad, dijo sobre la somatropina: “Con la complicidad de la FDA [Dirección Federal de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.] el país entero está siendo sometido a un experimento que implica la adulteración de la dieta común establecida de antiguo, por un producto biotecnológico de pobres características y sin etiquetar… esto supone grandes riesgos potenciales para la salud de toda la población estadounidense.” 2
Pero ‘para eso están los amigos’. Argentina se convirtió en el aliado principal de EE.UU. en la implantación de dicha hormona, siendo el primer estado con producción de leche transgénica con dicha hormona. Y sin tantos cuestionamientos como los vividos “en casa”. Lo ha recordado con orgullo Lino Barañao.  3
Esa alianza iba a prosperar: durante el resto del s XX. EE.UU. y Argentina fueron los únicos estados del planeta que cultivaban soja transgénica. Una vez más, desde EE.UU. se diseñaba la política con una estrategia tecnocientífica y en Argentina se aplicaba dicho diseño. Se trataba de un proyecto de grandes proporciones puesto que con el s XXI, la soja GM pasó a extenderse por buena parte de la humanidad.
La craneoteca del USDA (United States Department of Agriculture; Ministerio de Agricultura de EE.UU.) creía que iban a alimentar al mundo con cultivos transgénicos “plantados en las praderas norteamericanas y en las pampas argentinas”.4 De allí esa exclusividad de la Argentina del menemato; una satelización integral y gozosa.
Lógicamente, para que el plan tuviera éxito, la soja GM vino con mucho dinero bajo el brazo. Fue el acuerdo fáustico que estableció el USDA con el elenco político-gremial y tecnocientífico argentino de entonces (el Poder Ejecutivo, la CONABIA y los sojeros). Se cosechaban dólares a granel apenas a cambio de “una pizca” de contaminación; difusión de agrotóxicos y de formas de vida sin antecedentes… que podían salir bien o no se sabe… genes sin experiencia alguna anterior.
La aparición de los dólares provino de la maravillosa estructura del mercado de valores agropecuarios asentado en Chicago, EE.UU., que entre otros instrumentos para valorizar la soja fomentó la venta a futuro, un mecanismo que facilita enormemente los sobreprecios. En Argentina durante años, los dólares parecían cumplir aquel adagio de que “caían de las ramas de los árboles”, en rigor de las matitas de la soja.
El ejecutor de esa política fue, en EE.UU. y en Argentina, Monsanto.
A caballo de lo que los gobiernos llaman desarrollos científicos, aunque en realidad se trata de caminos elegidos para determinado desarrollo científico totalmente contingente, la soja transgénica implantada en Argentina como país laboratorio, o mejor dicho país cobayo, se hizo permanente.
Ni la Alianza ni los gobiernos transitorios del 2001 procuraron desembarazarse de ella. ¡Cómo para perder la gallina de los huevos de oro!, justo en el momento histórico, único, en que las materias primas periféricas tenían buena cotización en el mercado de Chicago.
Si la gallinita a la vez envenenaba el aire, el agua, la tierra… era un asunto menor. Que “escapaba” a la ciencia, mejor dicho a los titulares de las empresas que se presentan como tecnocientíficas. Ahora ya sabemos: los principales afectados fueron, son, “los pobres del campo”.
En realidad, hace tiempo lo sabemos o deberíamos saberlo: la política alimentaria de EE.UU. es la que convierte a los alimentos en “arma de destrucción masiva” como tan gráficamente nos lo expresara Paul Nicholson en su momento coordinador de la región europea de la Vía Campesina. 5

Con antecedentes, como su estrecha colaboración con Monsanto, no es de extrañar que el gobierno K nombrara a Lino Barañao ministro de Ciencia y Técnica. “La década ganada” conservó celosamente la orientación tecnocientífica que había desembarcado en el país durante el menemato. 6
Lo anterior no quiere decir que el kirchnerismo haya sido la continuación del menemato; el mismo Barañao en su gestión K puso el acento en lo nacional en muchos aspectos, a diferencia de la colonización mental y satelitaria del menemato, porque el gobierno K es lo más parecido a la primera presidencia de Perón que ha vivido la Argentina en el último medio siglo.
Pero hay permanencias, como la sacralización que se invoca de lo tecnocientífico como un saber incuestionado e incuestionable.
Por eso lo abrazaron los menemistas para vehiculizar su entrega a “las relaciones carnales”; lo abrazaron los kirchneristas para reinstaurar un ciclo inclusionista de distribución (parcial, por cierto) de la riqueza; lo abraza el elenco Macri, porque esto ─pese a la frase gancho de “Cambiemos”─ NO se cambia….

Declaraciones muy recientes de Lino Barañao hacia el final del ciclo K han sido significativas: “Mi principal compromiso es más pragmático que ideológico.” 7
Esta forma de pensar, tan característica en EE.UU., presupone que se puede actuar objetivamente, sin sesgo ideológico. Que se puede actuar sin ideología. Y que los que pueden hacer eso son, claro está, los científicos. El saber científico como un saber incontaminado.
Ya vamos a ver lo que semejante pureza ha significado en el desarrollo real de la modernidad en que estamos sumidos.
Pero antes rematemos el análisis de las tan frescas declaraciones de LB. Ya vimos que NO es “ideológico”.
Nos dice que es “pragmático”. Lo que presupone un valor primordial de lo pragmático. Poniendo lo utilitario por encima… ¿de qué?, ¿de la salud?, ¿de la vida?, ¿de los seres vivos? Porque eso es precisamente lo que vemos: que el desarrollo tecnocientífico que se ostenta está volcado a la destrucción sistemática, a manos de científicos y técnicos pragmáticos, extractivistas, eficientistas, de todo el planeta, cada vez más. A la extracción y al uso, aprovechamiento inmisericorde de todo lo existente, tanto lo mineral como la biodiversidad; la flora y la fauna. Sin medir consecuencias ni secuelas, en el aire, en el agua. Y que semejante despreocupación, por todo lo que sistemática y calculadamente destruimos, constituye una curiosa irresponsabilidad que podríamos llamar infantilización mediante la cual no nos hacemos cargo de toda la caca que “producimos”, aunque en rigor es mucho más contaminante, tóxica, que la simple mierda.
Tendríamos que decir que la ciencia y la técnica que la modernidad nos ha deparado nos ha servido primordialmente para poder gastar por encima, muy por encima, de nuestros recursos. Como decía muy bien Friedrich Soddy, hace casi un siglo, consumiendo en un par de siglos la energía solar acumulada bajo la forma de petróleo (gas, carbón) que le llevó al planeta varios millones de años elaborar. Y lo que llamamos “desarrollo tecnocientífico” no nos ha servido solo para aprender a dilapidar: la ciencia y la técnica ─eso sí, bien pragmáticas─ nos han servido asimismo para desentendernos de nuestros desechos que ahora han alcanzado todos los rincones del planeta, envenenándolo. Y no cualquier rincón: los plásticos blandos ocupan superficies oceánicas de mayor tamaño que países como Argentina… y tales “islas” de ruptura radical de ciclos bióticos, es decir de muerte, se repiten ya en todos los océanos. Y sin embargo, hay algo aun peor: tal vez lo crucial es que el principal reservorio de vida de todo el planeta, ─los fondos oceánicos─ están recubiertos en un porcentaje altísimo por partículas, a veces microscópicas, de plástico, que interrumpen así toda cadena biótica.
En realidad, más que “ciencia y técnica” lo que nos ha conducido al presente callejón sin salida aparente han sido quienes se han arrogado su representatividad; los grandes consorcios, civiles y militares que motorizan la modernidad.
Además de dilapidar, y “producir” desechos, hemos aprendido entonces a desentendernos de ellos. 8 Nosotros nos desentendemos de nuestros desechos, pero ellos vuelven sobre nosotros aniquilando los circuitos vitales.
Y eso es en gran medida, porque nuestras ínfulas sobre los desarrollos tecnocientíficos no han sabido medir consecuencias o secuelas, o mejor dicho, se han despreocupado de ello.
Un ejemplo bien claro de esa ignorancia arropada en suficiencia: la “ciencia” económica. Hizo buena parte de sus desarrollos basados en la noción de externalización de costos. Sólo así las empresas más modernas no solo cubrieron sus costos sino que, detalle agravante, obtuvieron sus (fastuosas) ganancias (y los deslumbrantes avances, es cierto). Pero la externalización de costos, el pagadiós, como el boomerang australiano, está alcanzándonos. En agua degradada, en temporales más frecuentes, en aumento del nivel del mar océano, en derretimiento de las nieves y los polos, en aumento de radiactividad, en atmósfera con menos ozono, en alimentos cada vez más artificializados, en cánceres, en infecundidad. 9
Estamos forjando una humanidad a la vez más sabia y más ciega, con mejoras en la calidad de vida, en el conocimiento, y más frágil y menos potente, aunque disponga cada vez más de mejores prótesis. Para empeorar el cuadro todavía más, prolifera una pérdida generalizada de calidad de vida de muchísimos humanos que no están alcanzados por las ventajas de la modernidad; particularmente en regiones y países más castigados, como en África, Asia, el Caribe (y un poco en todas partes).
Siempre ha habido dos, varias humanidades; la de amos y esclavos, la de ricos y pobres… y aunque los desarrollos tecnocientíficos alcancen ahora a casi todo el mundo, el abismo, la grieta, que separa privilegiados y desamparados sigue abierta, ahondándose.
Cada vez son menos quienes tienen la mitad de la riqueza del mundo y controlan la economía planetaria. Una plutocleptocracia. La que nos quiere hacer creer que estamos sólo en el mejor de los mundos, que nunca hemos tenido tantos chiches, tanto tiempo libre, tantas posibilidades a nuestro alcance, con avances realmente formidables en investigación, en cirugía, en velocidad, en los medios de transporte, en los de comunicación. Nos cuesta darnos cuenta que estamos mejor y peor a la vez y el cuadro se dificulta cuando los cientificistas invocan incluso el desarrollo sustentable…
Únicamente si vemos el deterioro generalizado del planeta, la pérdida de biodiversidad, la contaminación generalizada de los mares, la expansión irrefrenable de las alteraciones hormonales; peces con ambos sexos pero atrofiados, cocodrilos de la península de Florida con penes tan empequeñecidos que no pueden aparearse; gaviotas norteamericanas que confunden funciones sexuales y constituyen parejas con dos hembras,  10 podemos darnos cuenta que no todo anda tan bien como se nos quiere hacer creer. ¿Por qué vamos a creer que lo que pasa ─y está fehacientemente comprobado─ con peces, gaviotas, cocodrilos, no nos va a pasar a nosotros? ¿Porque los humanos seamos tan creativos que una alteración hormonal sirva para forjar un movimiento de derechos cívicos de nuevo tipo?
¿Acaso los científicos como Lino Barañao no se han dado cuenta que sus “adelantos” y “progresos” van dejando, sistemáticamente, el tendal?
Hasta Karl Marx, hace siglo y medio, cuando todavía no se había llegado al grado de intoxicación ambiental generalizado de nuestra contemporaneidad, cuando todavía estábamos muy lejos de la selva química contemporánea con decenas de miles de productos de los que en el 90% de los casos se desconoce sus efectos salvo alguno bien preciso y utilitario (que es el que dio lugar a su existencia), cuando no había ingeniería genética ni agrotóxicos que “ahorran” trabajo; cuando no existía la nanotecnología que permite generar entidades fuera de los órdenes naturales (animales, vegetales), en aquella “prehistoria” que conoció Marx, hasta un cientificista como él, gracias a su percepción de la compleja realidad, se pudo dar cuenta que ‘cada progreso económico es al mismo tiempo una calamidad social’, como la sombra sigue al cuerpo.

En esto estamos ahora. Lino Barañao representa de manera estable, continua, la ciencia que nos está llevando al abismo, en todo caso, al paraíso y al abismo. Una ciencia pragmática como con perspicacia, tal vez involuntaria, lo ha expresado el mismo actual ministro de Ciencia y Técnica.
Su nombramiento, una vez más, nos muestra el hilo conductor de la sociedad que vivimos. De la sociedad que algunos cráneos nos están diseñando para vivir.
El desarrollo tecnocientífico de nuestro tiempo es el reino de la heteronomía. Cuidadosamente cultivada por las élites que disfrutan el vértice de la pirámide.
Pero si el quiebre del constructo humano, cada vez menos natural (es decir cada vez menos ligado a las reglas o constantes de la naturaleza) en que vivimos se llega a fracturar ─mediante el calentamiento global o cualquier otro factor irruptivo─ la crisis no va a ser solo nuestra, los del suelo planetario; también abarcará a los actuales privilegiados y usufructuarios del agribusiness, la nube digital, el mundo de las corporaciones y lo que ahora llamamos ─en neocastellano básico─ sus CEOS: la tecnoesfera que nos mostrara Andrew Kimbrell no puede existir sin las respectivas socioesfera y biosfera.

1  No sabemos si el desarrollo de dicha hormona, también llamada somatotropina (la versión transgénica se apocopa: somatropina) estuvo relacionado con un accidente o incidente laboral en Azul, prov. de Buenos Aires, en 1987, donde murieran dos ordeñadores. Y no lo sabemos porque esas muertes quedaron siempre en la penumbra.
2  Ecologistas en acción, no 15, Madrid, dic. 1998.
3  Diario de Río Negro, 2/10/2003.
4  Dennis Avery, Hudson Institute, Indianápolis, 1995.
5  Vìa Campesina es la internacional de trabajadores rurales a la que pertenece, p. ej., el MST brasileño. Entrevista publicada en futuros, no. 6, Río de la Plata, otoño 2004.
6  En realidad viene de lejos. Expresa sencilla y lacónicamente la relación entre el centro planetario y la periferia colonial o neocolonial; esa relación es de dependencia y hasta de deslumbramiento. Por eso en EE.UU. se pueden rastrear los Epstein y en Argentina los Barañao. Pero eso cambia. Lo probó Andrés Carrasco. Pese a lo que podría preferir el flamante gobierno de Argentina 2015: conservar la fe en una ciencia apolítica.
7  La Nación, Buenos Aires, 3/12/2015.
8  El significado del reciclado, la recuperación y otras eres que se han ensayado no cambian la estructura general de nuestra sociedad, que en términos económicos es lineal ─extracción, industrialización, consumo, desechos─ y no circular como eran las sociedades tradicionales ─elaboración, uso, reúso, recuperación, compostaje─. Los intentos, es cierto que cada vez más frecuentes e intensos para recuperar desechos, no modifican sustancialmente el cuadro, sobre todo, porque mucho de lo que se recicla es cuidado de imagen, modificaciones cosméticas. Lo cual no significa que no haya que hacerlo; sencillamente advertir que NO es la solución.
9  En EE.UU. se han hecho estadísticas sobre la calidad espermática: a lo largo de las cinco décadas de la segunda mitad del s XX, la calidad espermática de los estadounidenses ha disminuido escalón a escalón sin interrupción. Y lamentablemente como todo lo del american way of life este dato escalofriante también nos alcanza a todos, a lo sumo, apenas diferido (Our Stolen Future, hay traducción al castellano; Nuestro futuro robado; Colborn, Myers y Dumanovski, Ecoespaña, Madrid, 2001).

10  Estudios de campo relevados en el libro precitado, Our Stolen Future.

Publicado en Agronecrófilos

El racismo, nervio motor del sionismo

Publicada el 20/11/2015 - 26/11/2015 por ulises

Por Luis E. Sabini Fernández / Es el racismo como ideología gratificante la que permite tener rostros risueños entre los centenares de blanquitos sonriendo alrededor del cuerpo de un humano negro balanceándose colgado de la cuerda con la que lo han ahorcado. Esas sonrisas, de superioridad moral, son las que permitirán la popularidad del Ku-Klux-Klan en EE.UU., fundamentalmente al sur, a principios del s. XX, con millones de adherentes.

linchamiento, 1919

Es el racismo el que le permitirá al nazismo sentir con soberbia, su superioridad moral respecto de los múltiples obstáculos y enemigos de su plenitud imperial y su derecho sobre pueblos “débiles”, y el que le permitirá creer que su superioridad innata le alcanza para lanzarse a un guerra contra los que resultarán Los Aliados que sextuplicarán sus recursos humanos y materiales; su superioridad era tanta, según ellos mismos, que podían permitírselo.

Es el racismo boer y sudafricano el que le permitirá a los blancos europeos del norte instalados en el sur africano imaginar sus derechos allí como “naturales”, propios, históricos, que los autorizaba éticamente a robarle la tierra a los pobladores ancestrales, robarle la energía de sus propios cuerpos, arrinconarlos en lo que más tarde se llamarán bantustanes ─campos de concentración ligeramente ampliados para constreñir la vida de los natives allí adentro─, cuando no estaban al servicio de la sociedad blanca, la superior, la buena, la que merecía ese nombre.

Es el racismo que impera en Israel, desde su misma fundación, el que a través de un strip-tease creciente, horrendo, monstruoso, permite ahora en 2015, que un adolescente baleado, de 13 años, Ahmed Manasrah, ensangrentado, yacente, reciba insultos de los transeúntes, que gozan con su agonía, en tanto nadie hace nada por salvar su vida y que incluso hasta un guardia lo patee, como si se tratara de un perro o un fardo. Hasta Netanyahu tuvo que atenuar su versión inicial de que el niño había matado a otro niño judío (nada se sabe, ni siquiera si empleó violencia antes de ser baleado).

Estos lodos venían ínsitos en aquellos polvos “liberadores” sionistas de hace un siglo.
¿Qué vénero nutrió esta monstruosidad que es ahora la sociedad israelí que le ha permitido a Netanyahu formar un gabinete con alegres asesinos de palestinos?
– ¿La ideología supremacista wasp, que le permitió a los EE.UU. erigirse como imperio, y a la vez como presunta tierra de libertad y dignidad? 1
– ¿La ideología bíblica de los “piadosos” cristianos sudafricanos que fundaban o creían fundar su despótico dominio sobre la población sudafricana en sus
“verdades” bíblicas?, las que los llevaba a sostener sin que se les cayera la cara de vergüenza, que eran legítimos dueños de sus territorios y que los “envidiosos” negros querían invadirlos (sic) y expulsarlos (sic, sic)?
– ¿La ideología de un socialismo del cual se nutrió inicialmente el sionismo pero solo como estrategia de trabajo y táctica de enganche? El sionismo invocó reiteradamente al socialismo para su construcción de “el estado judío”, pero negando sus fundamentos universalistas (el socialismo, al menos en todas sus variantes iniciales no reconocía diferencias de valor o jerarquía entre naciones o razas ─al menos teóricamente─) y el sionismo surgió para afirmar un particularismo expreso, radical  2 (el socialismo nacional alemán de posguerra, llamado en mal castellano nacionalsocialismo, el nazismo, también tendrá ese rasgo anti-universalista, porque la dimensión nacional es una clara negación a lo que el socialismo considerara básico: el internacionalismo).

El sionismo retuvo lo instrumental del socialismo, con lo cual erigió los kibutzim, esas piezas altamente operativas para la instalación en la tierra palestina y su apropiación por parte de quienes no eran de oficio campesinos.

Con la consolidación autoritaria y verticalista la URSS tuvo una rápida metamorfosis hacia un estado policiaco, totalitario. El sionismo retuvo esa modalidad tan “soviética” de suprimir al discrepante; en 1924, el cuerpo militar judeosionista semisecreto, la Haganá ─embrión de lo que ahora llaman ejército de Israel, con el calificativo orweliano de Defensa─ asesinó a sangre fría a un judío en Palestina. El primer asesinato político ”moderno” en esa sacrificada tierra que es Palestina. Jakob de Haan, un referente judío del llamado antiguo Yishuv ─la población judía palestina anterior a la instalación sionista con sus aliah (oleadas)─. El delito “capital” de de Haan fue el mantener relaciones y diálogo con los palestinos árabes con los que convivía de tanto tiempo atrás, y por lo tanto no ser sionista ni acompañar sus campañas.
La depuraciòn sionista de comienzos de la década del ’20 no es sino el atroz anticipo de ese estilo en el “campo socialista” (así como fue siempre el habitual para el colonialismo occidental enfrentando las resistencias locales)

¿La ideología del supremacismo nazi, que era antisemita porque entendían que gran parte de la problemática del pueblo alemán provenía del control financiero de la banca judía, podía conciliarse con el sionismo? Parece difícil, porque el sionismo es judío, precisamente. Pero así y todo coincidieron inicialmente. En un aspecto bien concreto: los arios” querían que los judíos se fueran del “cuerpo alemán”, los judíos querían irse de Alemania e instalarse en “la tierra prometida”.

Esa coincidencia les permitió una cierta luna de miel, a comienzos del III Reich, que se expresó en encuentros y visitas de nazis a la Palestina sionista. Por ejemplo, Adolf Eichmann a cargo de la población judía en la invadida por los nazis Austria (Anschluss, 1938), había sido invitado ─a mediados de la década de los ‘30─ a visitar los kibutzim en Palestina, que los sionistas iban estableciendo en los territorios que ocupaban. Eichmann no pudo ingresar porque las autoridades británicas le negaron su ingreso por nazi y anfitriones frustrados y visitante debieron hacer su encuentro en El Cairo. Hubo otras actividades conjuntas entre sionistas y nazis (en el mismo momento en que otros judíos empezaban a ser muy maltratados, expulsados, perseguidos, asesinados en el Tercer Reich), por ejemplo, una suerte de alianza comercial (Ha’avara) que facilitaba la venta de productos alemanes en el Cercano Oriente a cambio de la migración de sionistas a Palestina (quienes debían viajar sin dinero, que les era girado únicamente contra la venta de productos alemanes en el Cercano Oriente). 3

¿Blancos “puros” al estilo yanqui o sudafricano, estalinistas o nazoides? El sionismo ha recogido un poco en cada vertiente. Por ejemplo, respecto de la Unión Sudafricana, hubo todo un idilio desde 1948 hasta entrada la década de los ’90 en que Israel estrechó los vínculos con la Unión Sudafricana, la del apartheid, pero no bien la élite que gobernaba Israel atisbó el derrumbe del apartheid sudafricano, abandonó prestamente esa alianza y fue de los primeros estados en reconocer a la nueva República de Sudáfrica [1994] borrando toda afinidad que habían sostenido por décadas con los devenidos apestados políticos de los ’90. 4

Desde entonces, los esfuerzos ideológicos sionistas han pasado por buscar una creciente identificación con EE.UU. Por eso, la política de quebrar la sociedad palestina, de aislar a sus integrantes, ya no pasa tanto por la “limpieza” radical de esa tierra para apropiársela por completo sino que pasa por la identificación de lo palestino con la población nativoamericana en EE.UU. reducida a Indian Reservations; las etnias aborígenes americanas fueron quedando reducidas a mano de obra aislada del mercado estadounidense; se promueve, p. ej., la minería, siempre tan contaminante en sus pequeñísimos territorios (de uranio, por ejemplo, radiactivo) o las salas de juego a las cuales pueda concurrir la sociedad mayor, la principal, la “verdadera”, convirtiendo lo indio en algo para disfrutar, un exotismo de entrecasa y, juego mediante, altamente corrompible.
Los judíos israelíes, sionistas, no quieren ni pueden ver las diferencias entre la formación social de EE.UU. y la de Israel. La identificación cada vez mayor con EE.UU., que en tan buena medida responde a las necesidades del estado sionista, seguramente ni les permite captar el peligro de pensar por analogía.

Porque así como hay rasgos comunes, entre, por ejemplo, los indians y los palestinos ─como también los hay entre paraguayos y uruguayos o entre rubios y pelirrojos─, también hay rasgos específicos que malogran toda identificación salteando el cúmulo de diferencias. Por ejemplo, una temporal, histórica: no es lo mismo ocupar la tierra colonial en el siglo XV, o incluso a finales del siglo XIX y comienzos del XX, que hacerlo en el mismo momento ─mediados del s XX─ en que se proclama el fin de todos los colonialismos (aun cuando en rigor, se haya tratado sólo de un cambio de nomenclatura, porque las relaciones de sujeción, explotación y dominio seguirán desde mediados del s XX como eran antes, y aun mejor “presentadas”, ahora en nombre de iguales). Sin embargo, el fin del ─como se dice ahora, relato colonial─ sobreviene porque la sociedad ya no admite las formas abiertas de dominio y expolio, y los poderes mayores deben esforzarse para mantener su hegemonía; ya no cuentan con la ignorancia generalizada de otrora, por ejemplo.

Tampoco es comparable la invasión europea a la América del Norte, en donde con el tiempo los invasores se convirtieron en aplastante mayoría respecto de los natives, que la invasión bíblica de Palestina a manos del sionismo gestando una ocupación en la cual hay grosso modo tantos oriundos como implantados.
Hasta aquí procuramos rastrear hilos históricos buscando identificar el fenómeno denominado sionismo. Veamos ahora la práctica de esa “conquista bíblica” que el sionismo encarna.

Los fines no han cambiado en momento alguno; el objetivo del sionismo ha sido siempre quedarse con la tierra palestina llegando al extremo de autocalificarse como “movimiento de liberación nacional” cuando el sionismo jamás enfrentó poder colonial alguno. 5  Y no ceder nunca ni un palmo, pese a proclamas confusionistas de personajes sionistas, palestinos y de mediadores privilegiados, como los de EE.UU., que han constituido negociaciones para definir alguna área de soberanía palestina que jamás se ha concretado. Nunca hemos conocido cesiòn alguna de tierras conquistadas por el sionismo.

Ni Ben Gurión, ni Meir, ni Begin, ni Barak, ni Shamir, ni Rabin, ni Sharon ni Netanyahu, obviamente, ningún dirigente sionista ha propiciado más que un retroceso de las exigencias del lado palestino, sobre la base de insinuaciones. Así se ha ido “corriendo” el mapa: insinuaciones sionistas contra cesiones palestinas.
La misma formulación, ese polvo bíblico inicial, deja entrever el festival de lodo y sangre que sobrevendrá. La misma formulación carece de toda lógica: el sionismo, inicialmente un movimiento cìvico, entre judíos preocupados con razón por el papel que cumplían los judíos en tantas sociedades cristianas (o musulmanas o laicas) decide valerse de los escritos bíblicos como si fueran históricos y documentales para reclamar las tierras cananeas.

Como bien señalaron varios autores desde el inicio de tal reclamo, ¿qué mundo tendríamos si cada etnia, cada grupo nacional, idiomático, reclamara el retorno a una tierra habitada mil años antes? El trastorno sería mayúsculo y poco y nada reconoceríamos de las fronteras estatales vigentes. Como sostenía Mahatma Gandhi, “Palestina pertenece a árabes (palestinos) así como Inglaterra a los ingleses”. Por cierto que mil años antes, podría haber estado poblada por otras etnias ligera o profundamente distintas de las actuales. Pero, agregaba, “es inhumano imponer a los árabes la aceptación de los judíos”.

Esto lo escribía Gandhi en 1938. Pero con la violencia genocida de los ataques nazis contra los judíos (y otras etnias y agrupamientos humanos, como los gitanos, homosexuales, minusválidos y comunistas), el sionismo logró una inesperada repercusiòn entre judíos y se recreó la historia haciendo creer a la gente, a través de los medios de incomunicación de masas y sobre todo a través de esa fábrica de sueños (que bien pueden ser pesadillas aunque arteramente condicionadas) que es Hollywood, que el Estado de Israel era la respuesta al nazismo…

“Respuesta” bastante anticipada puesto que nació décadas antes del surgimiento del mismo nazismo…
El rasgo que entiendo dominante del asentamiento sionista en Palestina es su brutalización, creciente y progresiva, cumpliendo una vieja ley de hierro: a medida que el estado sionista adquiere más fuerza y mejor respaldo, más acentuados devienen sus rasgos de violencia, atropello y desprecio por quienes no son, bíblicamente hablando, sus prójimos.

Esa brutalizacion que hemos señalado, ese strip-tease de la verdadera ideología, antiuniversalista, racista, supremacista del sionismo, que tanto ha halagado a tantos judíos se ha ido desplegando en el tiempo, con el éxito y la fuerza material cada vez mayor. En los comienzos del s.XX, cuando los sionistas se valían sólo de la policía turca para expulsar a los campesinos palestinos de las tierras que los sionistas les habían comprado a latifundistas casi siempre ausentes de las tierras que usufructuaban, la violencia se incubaba, pero no era tan omnipresente; ante los desalojos, los sionistas parecían caballeros prescindentes.

Esa etapa ─que comienza con el s. XX─ es formalmente democrática y terriblemente abusiva. Con la implantación protegida por el colonialismo del Estado de Israel, en 1948, entramos en otra etapa, otra modalidad: mediante la Ley de Ausentes, las organizaciones sionistas se apoderan de tierras trabajadas milenariamente, por palestinos mediante la “comprobación” de que sus dueños la habían abandonado. En rigor, habían sido expulsados violentamente, mediante asesinatos selectivos, amenazas y terror. Y a veces los campesinos despojados estaban luego de la huida, a pocos km, en campamentos “administrados” por la ONU que nunca tuvo tiempo ni ojos para observar la triquiñuela y desmontarla.

Miles de esos campesinos despojados volvían a la noche , sin armas, a lo sumo con alguna herramienta para cuidar sus cultivos: las tropas sionistas se hicieron un festín del “tiro al blanco” con ellos; historiadores dignos como Ilan Pappe registra que fueron miles los así matados.

Mediante la expulsión masiva de 1948, la Franja de Gaza pasó de ser una franja costera con algunos miles de palestinos a constituirse un territorio de refugio tolerado por Israel, con cientos de miles de palestinos amontonados que, con los años, se fue convirtiendo, mejor dicho los israelíes han ido convirtiendo, en una prisión a cielo abierto da casi un millón y medio de apretujados habitantes reclusos, extorsionados, aislados, sin asistencia judicial ni sanitaria, hambreados, intoxicados, enfermados y hasta sedientos.
Solamente una ideología que encarne un desprecio hacia “el otro” puede permitirse semejantes “soluciones”. Y una ideología que absorbe sin problemas éticos semejantes comportamientos, que al contrario, los justifica, es el racismo; ese rechazo radical de todo el resto de la humanidad…

Con las guerras expansionistas que Israel ha ido administrando, la modalidad de apropiación de tierras también se ha ido modificando; en el presente, ya adueñados de buena parte del territorio, los colonos, tapian accesos y caminos, ocupan calles, vacían aldeas e incluso campos y hasta ingresan por la fuerza a viviendas, expulsan a sus habitantes, que a veces quedan allì mismo, en la vereda con sus precarias pertenencias, en tanto colonos o soldados toman posesión de tales viviendas, siempre armados hasta los dientes y celosamente protegidos por “la única democracia de Oriente” como vocifera la propaganda oficial israelí.

El experimento sionista es una patética expresión de la inversión de la realidad, algo que George Orwell tan lúcidamente describiera precisamente en el año de la fundación del Estado de Israel: el amor es el odio, la verdad es la mentira, la democracia es la dictadura, el victimario es la víctima y la víctima el victimario, el justo es el arbitrario y el salvaje, el primitivo, el arrojador de piedras, es el más cuerdo de los humanos, el que más reclama una sociedad menos enferma; es el héroe resistente de nuestro tiempo.
Una única, y tenue, luz al final de este atroz túnel del tiempo palestino: parece haber un cierto despertar, todavía mínimo y parcial, minoritario, entre judíos que les cuesta seguir haciendo de monos sabios.
En Israel, en EE.UU., hasta en Argentina, en que se han agrupado judíos que han roto con DAIA-AMIA, las organizaciones oficiales de la comunidad judía argentina a la que estos judíos protestatarios consideran mero apéndice del Estado de Israel. Y no solo rompiendo relaciones con semejantes órganos del poder sionista: judíos asimismo se han agrupado como “los otros judíos” para tomar distancia, para denunciar su rechazo a la política etnocida israelí, de cerco y aniquilamiento de la entidad palestina. Auspicioso.

notas:

1 Véase su configuración a comienzos de este fatídico año de 2015; el ministro de Defensa Moshe Yaalon tratando al pueblo palestino de cáncer; la ministra de Justicia Ayelet Shaked proponiendo matar no sólo a los niños palestinos sino a sus madres, mediante el tropo literario de considerar ─a los niños, serpientes─; el de Educación, Naftali Bennet, explicando que ha matado multitud de palestinos y que “no hay problema con eso” (fte.: R. Silverstein, “El gobierno más racista y extremista de la historia de Israel”).
2  Lo que Gilad Atzmon denomina “la tribu”, el tribualismo.
3  Algunos autores sostienen que esa coincidencia de intereses se tradujo hasta en una medalla conmemorativa, con la esvástica a un lado y la estrella de seis puntas al otro, atribuida a un jerarca nazi, Leopold von Mildenstein. Sin embargo, otros autores cuestionan su veracidad histórica.
4  Fue una década prolífica en “apestados”…
5  Hay un corto período de hostilidades terroristas del sionismo contra las autoridades britànicas en Palestina alrededor de 1948, para forzar el retiro británico, pero el sionismo había sido estrecho aliado con Gran Bretaña durante la guerra mundial y poco antes, durante la resistencia palestina de 1936 a 1939 donde colonialistas y sionistas actuaron juntos masacrando la revuelta aborigen.
Del mismo modo que los agasajos nazis a los nórdicos le valieron el favor o la aquiescencia de muchos escandinavos a Hitler; que el culto a una Roma renacida por parte del fascismo le valió cierta indulgencia ante muchos italianos y que el culto a la Gran Rusia del estalinsimo le permitió a la URSS conseguir apoyo hasta en emigrantes rusos muy anteriores al origen soviético, porque jugaba el chovinismo, porque la pertenencia es gratificante; análogamente, muchos judíos aceptaron el sionismo que enaltece muchísimo la importancia de los judíos. Y su poder.

 

Publicado en Palestinos / israelíes

Las Fuerzas Operativas Especiales de EE.UU. desplegadas en 135 naciones

Publicada el 16/10/2015 por raas

Por Nick Turse* / TomDispatch / septiembre 2015 /

Se los puede encontrar en polvorientos paisajes achicharrados por el sol, en húmedas selvas tropicales y en los salpicados y salobres litorales del Tercer Mundo. Gozando de reputación en el juicio, sacudidos por el motor de un helicóptero o calcinados bajo el inmisericorde sol del desierto, instruyen, ordenan a los gritos, persuaden en tanto hombres flacos realizan sus aprendizajes bajo sus vigilantes ojos. En muchos lugares, su particular mezcla de camuflaje, mejor calzado y equipamiento los ubica aparte. Sus días están impregnados de olor rancio dulce y de pólvora; sus noches se gastan en rústicos locales de bares del Tercer Mundo.

Estos hombres, la mayoría son hombres, pertenecen a una fraternidad militar exclusiva que se puede rastrear hasta los mismos comienzos de la nación. Habitualmente, han pasado la mayor parte de una década como soldados, marineros, infantes de marina u hombres de la aviación convencionales, antes de hacer el pase. Probablemente han sido desplegados mar afuera unas diez veces. Los oficiales andan generalmente por la treintena de años, los que se enlistan andan por sus últimos veinte. Tienen más instrucción que la mayoría en el servicio militar.

Probablemente terminen casados y tendrán un par de hijos. Y día tras día, llevan adelante misiones en las sombras en muchas zonas del planeta; a veces se trata de desplazamientos secretos, más a menudo se trata de ejercicios ocultos que pueden tener lugar en el Chad o en Uganda, en Bahrein o en Arabia Saudí, en Albania o en Rumania, en Bangladesh o en Sri Lanka, en Belice o en Uruguay. Pertenecen a las Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF, por su sigla en inglés, como las subsiguientes). Son las tropas de élite del más alto nivel de EE.UU.; los del Birrete Verde o los SEAL de la Armada, entre otros, y existe la probabilidad de que si usted arroja un dardo a un planisferio o si para con su dedo un globo terráqueo en movimiento, y no encuentra agua, tropezará con un territorio  en que estuvieron algunos de estos hombres en algún momento en 2015.

EL ANCHO MUNDO DE LAS OPERACIONES ESPECIALES

Este año, las Fuerzas de Operaciones Especiales ya se han desplegado en 135 estados, de acuerdo con Ken McGraw, vocero del comando SOCOM de esas fuerzas. Se trata aproximadamente del 70% de los países del planeta. En los hechos, cada día la mayor parte de las tropas de élite de EE.UU. están llevando adelante misiones en 80 o 90 estados, practicando despliegues nocturnos y a veces llevándolos a cabo en la realidad, practicando la función de francotiradores y a veces dedicándose a dispararle a enemigos desde lejos, anónimamente. Como parte del compromiso en una estrategia global de guerra no declarada y permanente llevada a cabo en todos los continentes salvo Antártida, hoy en día han superado la cantidad y el nivel de las misiones especiales llevadas a cabo cuando los conflictos en Irak y Afganistán.

En los días menguantes del gobierno de Bush, las SOF solían tener un circuito de control desplegado en unos 60 estados en el mundo entero. En 2010, de acuerdo con los datos del Wash­ington Post, ese número se había acrecentado a 75. Tres años más tarde, ha saltado a 134 esta­dos, superando los 133 de 2013 y antes de llegar a una nueva marca sin precedentes; 135 para el año entrante. El incremento de un 80% en los últimos cinco años nos muestra la exponencial expansión que empezó a tener una velocidad sin precedentes luego de los ataques del 11 de setiembre.

Los fondos para el Comando de Operaciones Especiales, por ejemplo, se han más que triplicado,  de los 3 mil millones de dólares del 2001 a los casi 10 mil millones en 2014 a dólares constantes, de acuerdo con la Oficina Contable Gubernamental (GAO). Y tales fondos no incluyen los de varias ramas de servicio, que SOCOM estima en alrededor de 8 mil millones de dólares anuales, u otros importes de monto desconocido que GAO no ha podido rastrear. El número promedio de operaciones de las Fuerzas Especiales desplegadas en ultramar se ha casi triplicado durante estos mismos años, en tanto SOCOM duplicó y algo más su personal, de unos 33 mil en 2001 hasta casi 70 mil actualmente.

De acuerdo con el general Joseph Votel, comandante de SOCOM, unos 11 mil hombres se despliegan cada día o están estacionados fuera de las fronteras de EE.UU., amén de muchos más en disponibilidad, prestos para responder ante la eventualidad de una crisis en el extranjero.»Pienso que una cantidad considerable de nuestros recursos están radicados en Irak y en el Cercano Oriente, en Siria, concretamente. Allí es precisamente donde ha estado nuestra cabeza” dijo Votel, en el Aspen Security Forum, en julio. De todos modos, Votel remarcó que sus tropas no están haciendo nada en Siria, aun cuando han llevado a cabo un raíd nocturno en ese país hace un par de meses y más tarde se supo que las fuerzas especiales llevaron adelante una campaña masiva y secreta de golpes hechos con drones en Siria.

«Pienso que estamos ahora incrementando nuestra acción en Europa del Este», agregó. «Al mismo tiempo continuamos mejorando nuestro nivel de apoyo en América del Sur, por Colombia y por otros intereses que tenemos por allí. Y por cierto, estamos comprometidos en la zona del Pacífico con una gran cantidad de nuestros socios, dándoles apoyo, elaborando esas relaciones y manteniendo nuestra presencia en esos parajes.»

En realidad, el porcentaje promedio de operaciones especiales desplegadas en el Este ha decrecido en los últimos años. En 2006, el 85% de nuestros operadores especiales estaba desplegado apoyando al Comando Central o CENTCOM, al Comando de Combate Geográfico (GCC), que supervisa las operaciones de ultramar en esa región. En el último año ese número bajó al 69% de acuerdo con los datos de GAO. En el mismo intervalo, el Comando del Norte dedicado a la defensa de la patria, se mantuvo en el 1%, el Comando Europeo (EUCOM) duplicó su porcentaje, del 3% al 6%, el Comando Pacífico (PACOM) se incrementó del 7% al 10% y el Comando del Sur, a cargo de la supervisión de América Central y del Sur así como de la zona caribe, aumentó del 3% al 4%. El aumento mayor de todos modos de los despliegues de las fuerzas especiales fue en una región patentemente ausente de la gira de Votel. En 2006, apenas el 1% de los operadores especiales desplegados fuera de fronteras fueron enviados al área de operaciones del Comando África. El año pasado, eso fue 10%.

El desfile permanente por todo el planeta es el rasgo principal de SOCOM y no es ninguna casualidad que esté dividido en una serie de «subcomandos unificados» especialmente equipados: SOCAFRICA; SOCEUR, el contingente europeo; SOCCENT, el subcomando de CENTCOM; SOCKOR, particularmente enfocado a Corea; SOCPAC, que cubre el resto de la región Asia-Pacífico; SOCSOUTH, que dirige las misiones en América Central, Sudamérica y el Caribe; SOCNORTH, que está consagrado a la «defensa de la patria» y el mundialmente itinerante Comando Unido de Operaciones Especiales o JSOC, un subcomando clandestino (formalmente dirigido por Votel) basado en personal de cada rama de servicio, incluyendo los SEAL, los aviadores tácticos de las Fuerzas Aéreas Especiales y la Fuerza Delta de la Armada que se especializa en rastrear y matar sospechosos de terrorismo.

La elite de la elite de la comunidad de operaciones especiales, JSOC, cubre las operaciones encubiertas, las clandestinas y las de baja visibilidad en los sitios de mayor riesgo y fuego. Algunas operaciones encubiertas han salido a la luz en años recientes incluyendo una cantidad de misiones de la Fuerza Delta, entre ellas, una operación en el mes de mayo en la cual miembros de la fuerza de elite mataron a un comandante del Estado Islámico conocido como Abu Sayyaf, en la noche en un raid en Siria; la liberación en 2014 de un prisionero de mucho tiempo de la Armada de EE.UU., sargento Bowe Bergdahl; la captura de Ahmed Abu Jattala, sospechoso de ataques terroristas en Bengazi, Libia en 2012 y el secuestro en 2013 del militante de Al-Qaeda Anas al-Libi, en una calle en el mismo país. Análogamente el SEAL, entre otras operaciones, llevó adelante exitosamente un rescate de rehenes en misiones en Afganistán y en Somalía en 2012; otro intento con resultado desastroso en Yemen en 2014; un secuestro malogrado en 2013 en Somalía y el mismo año, una evacuación fallida en Sudán del Sur en la cual tres miembros SEAL fueron heridos cuando su nave aérea fue baleada por armas de pequeño calibre.

LA SOPA DE LETRAS DE  SOF Y  SOCOM

La mayor parte de los despliegues han sido, de todos modos, misiones de entrenamiento diseñadas por instructores con miras a forjar vínculos más estrechos con aliados. «Las Operaciones Especiales proveen un nivel individual de entrenamiento y otro colectivo, en clase», explica Ken McGraw, del SOCOM. «El entrenamiento individual puede ser en temas tan básicos como capacitación en tiros de precisión, navegación, operaciones aéreas y primeros auxilios. Proveen de un entrenamiento específico en una unidad de combate en cuestiones tan menores como tácticas de pequeñas unidades, contraterrorismo y operaciones marítimas. SOF puede también proveer entrenamiento formal en cursos con asistencia a clases en temas como el proceso de decisiones militares y el planeamiento de estado mayor.»

Del 2012 al 2014, por ejemplo, las Fuerzas de Operaciones Especiales llevaron a cabo 500 misiones anuales pertenecientes a la Junta Combinada de Entrenamiento e Intercambio (JCET) en nada menos que 67 estados nacionales. JCET está oficialmente dedicada a entrenar fuerzas de EE.UU., pero no obstante sirven asimismo como un aspecto clave en la estrategia del compromiso global de SOCOM. Las misiones «generan socios militares claves entre militares extranjeros, realzan las capacidades de las naciones asociadas para defenderse por sí mismas, y edifican una operatividad conjunta entre la SOF de EE.UU. y las fuerzas de las naciones asociadas”, de acuerdo con la visión que tiene McGraw del SOCOM.

Y las JCET son precisamente una fracción de esa historia. SOCOM lleva a cabo muchas otras operaciones de entrenamiento fuera de fronteras. De acuerdo con los datos de la Oficina del Subsecretario de Defensa, por ejemplo, las Fuerzas de Operaciones Especiales llevaron a cabo 75 ejercicios de entrenamiento en 30 naciones a lo largo de 2014.

«SOCOM brinda un premio a los socios internacionales, contribuyendo a su capacitación. Hoy en día, SOCOM mantiene socios estables dentro de unas 60 naciones a través de nuestros equipos de conexión con nuestras Fuerzas Especiales y con la Junta de Planificación y Equipos de Asesoramiento” afirmó Votel,  en una conferencia hace poco este año, llamando la atención hacia dos de los muchos tipos de Operaciones Especiales en las sombras que operan en el extranjero. Éstas, SOFLEs y JPATs, pertenecen a una sopa de letras de un alfabeto muy peculiar de entidades para operaciones especiales actuantes en todo el globo terráqueo, una mezcolanza de siglas opacas y de abreviaturas forzadas que enmascaran un mundo secreto de tareas clandestinas a menudo conducidas desde las sombras en países empobrecidos y controlados por regímenes más que problemáticos. La proliferación de este galimatías ─SOJTFs y CJSOTFs, SOCCEs y SOLEs─ refleja la expansión permanente de este comando, con su jerga militar que resulta indescifrable para la mayoría de los estadounidenses en la misma medida en que sus misiones les resultan también secretas.

Alrededor de todo el mundo, usted puede encontrar  Fuerzas Conjuntas de Tareas en Ope-raciones Especiales (SOJTFs), Fuerzas Conjuntas Combinadas de Tareas en Operaciones Especiales (CJSOTFs), y Operaciones Especiales Conjuntas de Fuerzas de Tareas (JSOTFs), Comando para Teatro de Operaciones Especiales (TSOCs) así como Comando de Operaciones Especiales y Elementos de Control (SOCCEs) y Elementos de Conexión de Operaciones Especiales (SOLEs). Y este listado no sólo incluye a quienes pertenecen al Comando de Vanguardia de Operaciones Especiales (SOC FWD), equipos pequeños que, de acuerdo con los militares, «configuran y coordinan la cooperación de las fuerzas especiales en operaciones, comprometiéndose en el apoyo al comando en el teatro de operaciones, al comando de combate geográfico y  a los objetivos del equipo nacional.»

El comando de Operaciones Especiales no divulga sus sitios, ni siquiera brinda una idea de las dimensiones de sus SOC FWDs por “razones de seguridad”. Cuando se le pregunta en qué sentido dar únicamente el número de operaciones podría poner en peligro la seguridad, Ken McGraw es indudablemente opaco. “La información es reservada” contestó. “Y yo no soy la autoridad que establece tales reservas así que no sé la razón específica por la cual es reservada.” Información accesible, de todos modos, sugiere que están agrupadas y bajo reserva para favorecer operaciones secretas como por ejemplo SOC FWD Pakistán, SOC FWD Yemen y SOC FWD Líbano, así como SOC FWD África Oriental, SOC FWD África Central y SOC FWD África Occidental.

Lo que queda claro es que SOCOM prefiere  operar en las sombras en tanto sus misiones y personal se expanden por todo el planeta pero sin que se le preste mucha atención. “La cuestión principal es que SOCOM resulta ser una fuerza global. Apoyamos a los comandos de combate donde quiera que estén, no estamos atados a las fronteras artificiales que  habitualmente definen las áreas regionales en que actuar. Así que lo que tratamos de hacer es operar a través de tales fronteras.” Son palabras de Votel en el Aspen Security Forum.

En el borroneo de fronteras, los oficiales de enlace de Operaciones Especiales (SOLOs) están protegidos por lo menos por 14 embajadas claves para poder asistir  a fuerzas especiales en varias naciones aliadas.  Operan así en Australia, Brasil, Canadá, Colombia, El Salvador, Francia, Israel, Italia, Jordania, Kenia, Polonia, Perú, Turquía, y el Reino Unido. El programa SOLO tiene la potencia, de acuerdo con Votel, para expandirse a otras 40 naciones para 2019. El comando, y particularmente JSOC, han forjado estrechos vínculos con la CIA, el FBI, la NSA y otros servicios a través del uso de oficiales de enlace y de los equipos de apoyo a las operaciones especiales (SOSTs).

“En los marcos actuales, nuestra efectividad está directamente vinculada con nuestra habilidad para operar con asociados locales. Como fuerza conjunta, tenemos que continuar institucionalizándonos mediante operaciones conjuntas, con integración e interdependencia entre fuerzas convencionales y fuerzas de operaciones especiales, a través de la doctrina, el entrenamiento y los despliegues operacionales”, dijo Votel ante el Comité de Servicios Armados del Senado esta primavera. “Desde el trabajo con fuerzas indígenas y gobiernos locales para mejorar la seguridad local, hasta operaciones contraterroristas de alto riesgo, SOF desempeña roles vitales llevando adelante tareas esenciales.”
SOCOM no nombra las 135 naciones en las cuales las más calificadas fuerzas de elite de EE.UU.  se han desplegado este año, para ni mencionar siquiera la naturaleza de tales operaciones. La mayor parte, fueron, sin duda, labores de entrenamiento. A través del Acta Constitucional sobre Libertad de Información, de todos modos, se obtienen documentos que nos muestran el intercambio en los entrenamientos de las Fuerzas Conjuntas Combinadas en 2013 y dan una idea de lo que hacen las Fuerzas Especiales cotidianamente así como de las capacitaciones requeridas para sus misiones en el mundo real: combate mediante armas de fuego, patrullajes, entrenamiento con diversas armas, formación de pequeñas unidades tácticas, operaciones especiales en territorio urbano, combate en barrios densos, uso avanzado de armas de fuego, entrenamiento para francotiradores, disparos de larga distancia, ataques deliberados y empleo de armas pesadas, además de cuidado de heridos, comportamiento atendiendo los derechos humanos, navegación, y planificación de misiones, entre otras.
Desde el Escudo de Fuerzas Camufladas para Tareas Conjuntas en Operaciones Especiales que actúa en la región subsahariana del África y el control del Comando de Operaciones Especiales en el Cuerno de África, hasta las Fuerzas Conjuntas de Control de Operaciones Especiales en la península arábiga, el crecimiento global de las misiones de SOF ha sido arrollador. SEALs o Birretes Verdes,  operadores de la Fuerza Delta o comandos aéreos están tomando constantemente lo que Votel se complace en denominar “los desafíos más complejos, demandantes, de alto riesgo de la  nación.”

Estas fuerzas llevan adelante operaciones casi por completo desconocidas para los ciudadanos, pagadores de impuestos, estadounidenses, que las financian  ─operaciones que están muy lejos de poder ser escrutadas por los medios de comunicación─; están fuera de cualquier mirada de la sociedad civil. Cada día, en unos 80 países, o más, que el Comando de las Fuerzas Especiales ni designa, están haciendo misiones de las cuales el comando se niega terminantemente a hacer comentario alguno. Existen en un mundo secreto de siglas abstrusas actuando en las sombras, con misiones misteriosas mantenidas en secreto ante el público estadounidense, para no mencionar a la inmensa mayoría de los ciudadanos de las 135 naciones donde se han desplegado este año.

Este verano, Votel comentó que más  operaciones de fuerzas especiales se han desplegado en más sitios y que están llevando a cabo más operaciones que en  el momento del apogeo militar  en las guerras en Afganistán y en Irak, y focalizó en dos conflictos en los cuales estas fuerzas han desempeñado papeles mayores pero que no han resultado gratos a EE.UU.

“Finalmente, el mejor indicador de nuestro éxito será el éxito (de los comandos emplazados en el terreno)”, nos dice el jefe de operaciones especiales, pero con los traspiés de las Fuerzas Especiales en el área de operaciones desde Malí y Nigeria hasta Burkina Faso y Camerún, y en la jurisdicción del Comando Central desde Irak y Afganistán hasta Yemen y Siria; en el PACOM, en relación con China y tal vez hasta en el EUCOM, en el área de operaciones ocasionada por Rusia, es más que dudoso cuál puede ser el tipo de éxito que se le pueda atribuir a esta expansión permanente de operaciones secretas de los militares secretos (sic) de EE.UU.

Considere el lector qué significa el constante aumento de este comando en los últimos años.
La comandancia de las operaciones especiales parece resignada a las muy claras limitaciones de lo que sus operaciones pesadamente armadas, muy bien financiadas, muy aparatosas, pero secretas, pueden hacer.

“Podemos comprar el espacio pero no el tiempo”, dice Votel, subrayando que SOCOM puede desempeñar un papel superclave enfrentando el “extremismo violento”, pero sólo hasta cierto punto, y este punto parece estar muy lejos de algo que se parezca a una victoria o al menos un cierto éxito político. “Usted sabe, de última los problemas como los que vemos en Irak y en Siria, no van a ser resueltos por nosotros”, remata.

*El autor es historiador, periodista de investigación, docente de la Universidad de Harvard.

Traducción: Luis E. Sabini Fernández

fuente http://www.truth-out.org/news/item/32947-us-special-ops-forces-have-deployed-in-135-nations

Publicado en Política

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