Saltar al contenido

revista futuros

del planeta, la sociedad y cada uno…

  • Inicio
  • Revista Futuros
  • Otros escritos
  • Sobre el autor
  • Contacto

Guatemala. Redefinir su destino: ¿plurinacional u occidental?

Publicada el 17/01/2024 por luissabini

MAYAS Y PALESTINOS

 

por Luis E. Sabini Fernández

 

El maniqueísmo es una tentación porque simplifica, si no la realidad, al menos su visión.

El con razón admirado  Carlos Quijano, figura destacada del antimperialismo dentro de nuestro país, junto con muchos otros  créditos políticos, como haber resistido la estampida febrerista y peruanista que arrastró a casi todo el Frente Amplio en febrero de 1973, tuvo empero, otros enfoques que merecen una reflexión crítica, que nos sirva de aprendizaje.

En 1944, cae finalmente en Guatemala la dictadura de Jorge Ubico, catalogado por el inolvidable  maestro Julio Castro −cobardamente asesinado por los militares de la dictadura uruguaya de  1973−, como la más abyecta de las atroces dictaduras latinoamericanas que infestaron el siglo XX (Castro pertenecía al grupo político cofundador del inolvidable semanario Marcha dirigido por Quijano).

Ubico fungió como lugarteniente “extraterritorial” y extratemporal de Theodor Roosevelt, el forjador norteamericano de “la política del garrote” para tratar a las sociedades al sur del río Bravo, con la cual comenzara Roosevelt el siglo XX. Una aplicación pragmática de la geopolítica imperial de EE.UU. para con la América no sajona, de aquella voluntad de apropiación  expresada por James Monroe como “América para los americanos” (1823). La presidencia de Theodor Roosevelt terminará en 1909, pero el garrote seguirá vigente por décadas…

Pero no para siempre. La resistencia desde el sur creció y con la crisis y caída de Ubico, pareció también llegada la hora de una nueva política desde EE.UU., ya no la del garrote, sino una “de buena vecindad”, a cargo de otro Roosevelt, Franklin Delano (1933-1945; el presidente  con más años como tal en EE.UU.).

Desde nuestro país, quienes tenían una visión crítica hacia el intervencionismo estadounidense –las intromisiones reiteradas en incesantes incursiones (México, Colombia,  América Central)−, como Quijano y el grupo forjador de Marcha, saludaron  con enorme alborozo el derrumbe de tamaña dictadura y  el advenimiento de una nueva camada política, cívico-militar, con Juan José Arévalo, Jacobo Arbenz, Jorge García Granados y otros. Todos blancos, de origen europeo.

Guatemala, junto con Bolivia, son los únicos llamados países “latinoamericanos” que cuentan con mayoría de poblacion indígena (así como Haití, incluido en ese mismo grupo, tampoco cuenta con mayoria de población europea; su tronco étnico principal no es nativoamericano sino africano; Haití también fue repoblado por el colonialismo, inicialmente el francés).

Aquella mayoría originaria le dio a Guatemala uno tinte político especial: la minoría blanca, los herederos de la colonización y el genocidio consiguiente español, mantuvieron su dominio de un modo más férreo, cruel, que los engendrados en proyectos políticos, también coloniales, también abusivos para con los originarios, pero que gozaron y se aprovecharon de mayorías demográficas, como los países platenses, por ejemplo.

Guatemala es así uno de los estados americanos donde más ancha ha sido la brecha entre “pobres y ricos”, brecha que pasa lo más cerca posible de los orígenes étnicos.

 

Ironías de la historia: Guatemala irá cosechando, con la nueva dirección política de 1944, progresista, una alianza creciente con el flamante Israel fundado por sionistas, divorciándose de la vieja colonia judía palestina (el Antiguo Yishuv).  Ese sionismo,  que apenas si reconoce a los judíos semitas, hablantes de árabe o castellano (antiguo), proviene de Europa Oriental, y son hablantes de yiddish.[1]

Israel lleva adelante un plan de segregaciòn, persecución, desnaturalización, erradicación y, junto con el enrarecimiento político y social que provoca la acción sionista, de exterminio de la poblacion palestina oriunda.

El asentamiento y el consiguiente dominio blanco-europeo sobre los oriundos mayas en Guatemala tiene cierto paralelismo con la colonizacion sionista de Palestina. Tiene, sí, una diferencia fundamental: en tanto los blancos guatemaltecos tienen interés en explotar a la poblacion originaria (y, fundamental,  apropiarse de su territorio), los sionistas no quieren ni siquiera explotar a los palestinos (o hacerlo “apenas” como un mal necesario); en todo caso, eliminarlos si no se los puede ahuyentar. Ésa ha sido la política israelí desde 1948 y la sionista aun sin estado israelí, desde décadas antes.

 

Que Carlos Quijano apostara políticamente a esa renovación indudable de la dirección política guatemalteca en 1944, se entiende porque nuestro intelectual economista no hizo jamás eje en los originarios de nuestro país (invisibilizados con su escasísima cuantía).

La manifestación más prístina de progresismo latinoamericanista se expresará en  el papel de Guatemala en la legitimación de Israel, fundado desde la ONU, en 1948.[2] Y Uruguay, en la misma comisión onusiana –UNSCOP (Comisión Especial de la ONU sobre Palestina, por su sigla en inglés)−, cumplirá el mismo papel. La progresía guatemalteca, ciega a su población originaria, mayoría en el país (decisiva diferencia con Uruguay), al abordar la situación palestina, el diferendo israelopalestino, ni siquiera llega a distinguir judaísmo de sionismo.[3]

 

La modernización del  ’44 implicaba cierta vida política civil, cierto menoscabo al poder omnímodo del mundo empresario que hacía sus negocios en el país –fundamentalmente los  la United Fruit−, resultó excesiva para ese mundo de los negocios que acabó con el interregno democrático mediante una invasión al estilo paleocolonial, con 500 hombres armados y despachados desde EE.UU.; un miniejército privado al mando de Castillo Armas, que, sin embargo, tuvo dificultad en imponerse, mostrando que Guatemala no era “pan comido”.

Liquidado el paréntesis del Roosevelt “democrático” con esa invasión de Castillo Armas, y su propio asesinato, a mediados de los ’60 Guatemala es introducida en una espiral de violencia que no logra extirpar la guerrilla guevarista ni la maísta y menos todavía los paramilitares patrocinados desde el Hermano Mayor, dedicados a incrementarla.

Durante buena parte de ese período de opresión extrema y terror –segunda mitad del s xx y estas primeras décadas del xxi− Guatemala ha seguido siendo estrecho aliado con Israel (y con EE.UU.). Durante los atropellos bestiales a los derechos humanos de sus habitantes, Israel ha “cooperado” en varios planos, desde asesores en las más abominables torturas hasta comercio de armas que el régimen guatemalteco pagó y empleó en sus matanzas de guerrilleros y/o de refractarios a las numerosísimas violaciones a una convivencia democrática. Todo bajo auspicios del gobierno norteamericano.[4]

Y cuando el Estado de Israel avanza con sus planes de insraelización de Palestina que implica obviamente la negación de los palestinos que la configuran, e invita a los demás estados a emplazar sus embajadas ya no en Tel-Aviv, la capital sionista de 1948, sino en Jerusalén, violando las propias resoluciones de la ONU, Guatemala está entre los primeros estados en la mudanza.[5]

 

Con la condena terminante contra Efraín Ríos Montt y todos sus atropellos, a fines del s xx, Guatemala fue ingresando en aguas políticas más suaves, restaurando instancias democráticas.  Los mayas sufrieron la peor mortandad por cantidad de habitantes de toda la ola represiva de la América al sur del río Bravo. Guatemala conserva, empero, cordialísimas relaciones con Israel.

En 2017, un partido nuevo, con perfil socialdemócrata y vínculos con progresía norteamericana, apareció en el firmamento político guatemalteco.

Y en 2023 un hijo de Juan J. Arévalo, el presidente elegido en 1944, nacido en su exilio en nuestro Montevideo, Bernardo Arévalo, egresado universitario, 65 años, resulta elegido para la presidencia de Guatemala.[6] Para asombro y escarnio de la sociedad “blanca” entronizada.

¿Por qué asombro y escarnio? Porque la sociedad “blanca” guatemalteca se ha puesto nerviosa con la prédica decisiva de Arévalo; lucha radical contra la corrupción.

Se produce una suerte de “segundo tiempo” y con el mismo apellido, nada menos. La sociedad dominante, heredera de la implantacion colonial (ya no solo hispana sino cada vez más estadounidense), se había descansado en varios candidatos que parecían llevarse “el premio presidencial” como el partido Prosperidad. [¡sic!]

La favorita Sandra Torres (Unión Nacional de la Esperanza) no alcanzó el porcentaje para ser designada en primera vuelta y en el balotaje perdió con el segundo, Bernardo Arévalo a la cabeza del Movimiento Semilla (la apuesta a la derecha dura de la hija del pesadillesco Ríos Montt, alcanzó un menos que mediano sexto puesto,  identificada con Bukele y su realización carcelaria).

No alcanzaron todas las zancadillas legales presentadas, por ejemplo, por la fiscal general de la nación, Consuelo Porras, suspendiendo la personalidad jurídica de Semilla primero  y en otra instancia, impugnando ya no la elección presidencial pero sí los nombramientos parlamentarios de Semilla, para dejar al candidato triunfante sin apoyo legislativo.

Semilla cuenta en su plana mayor, junto al “montevideano” Arévalo, con dos dirigentes de origen norteamericano (EE.UU. y Canadá) y con una de la etnia mayoritaria aborigen.

Las trabas y los impasses reglamentarios de la asunción prevista para el 14 enero 2024, a las 17 hs., terminaron de allanarse  hacia la medianoche de ese día. El motor decisivo de ese triunfo parece haber sido la promesa radical y muy enérgica de Bernardo Arévalo de acabar con la corrupción, tan íntimamente  ligada al dominio de la casta blanca en Guatemala. Para tomar la posta de su padre, se valió, como él, del apoyo de “otros” EE.UU., el EE.UU. democrático, que nos parece mentira, pero también existe. Y de ese modo, podríamos decir que Semilla “repite” la apertura democrática de 1944.

Una diferencia tal vez sustancial con aquel 1944 es que la presencia indígena es ahora mucho más real y políticamente vigorosa. Las redes de la Guatemala maya y kiché se mantuvieron inicialmente más bien ajenas a la brega presidencial, pero terminaron apoyando a Semilla.[7] Porque conocen el daño que han sufrido a manos de quienes se opusieron tanto al ascenso de Semilla. Y el Ministerio Público jamás los ha reconocido.

Pese a que en la dirección del partido vencedor hay únicamente una originaria, lo cual traduce el verdadero tono de la agrupacion Semilla; el de un universo blanco europeo socialdemócrata que de todos modos se desmarca de las viejas pretensiones de dominio omnímodo.

Como sostiene Illamná Ollantay, Semilla no apuesta a la plurinacionalidad en un país tan multicultural como Guatemala. Semilla no gana por hacer causa común con los originarios sino por emprender una lucha sin cuartel contra la corrupción.[8]

Hay un problema con esa lucha: que es y ha sido a menudo encarnada por corruptos. O por privilegiados.

Grosso modo, se visualizan así tres “actores” enfrentados entre sí: la vieja oligarquía hispanista que tiene mucha conciencia de su diferencia radical y de sus redes de privilegios respecto de la población maya, kiché; los  indígenas  que están movilizados, luchando por ampliar sus derechos, enfrentados a la vieja oligarquía, enfrentando la violencia con la que se les quiere arrebatar sus tierras. Para los mayas y kichés el enemigo mayor, exterminador, es la vieja oligarquía antes hispanista ahora pronorteamericana. Y el tercer “actor” ahora protagonista es el movimiento Semilla, enemigo jurado de los primeros. ¿Y de los segundos?

Un analista de la publicación Ojalá dice: “Semilla representa una fracción de la clase media alta y mestiza.” [9]

Una prueba decisiva para Semilla será ver cómo se ubica ante la plurinacionalidad reconociendo (o sustrayéndose  a) la igualdad radical de todos y todas.

Otra prueba significativa aguarda a Semilla: su relación con Israel. Un estado ahora abiertamente  genocida y colonizador, que ya no emplea método alguno “por las buenas”, ni siquiera “por las malas”, porque está desembozadamente aplicando “las peores”: erradicación forzosa con decenas de miles de muertos; miles de bebes incluidos. Un estado que extermina a “sus” mayas.□

[1]  Investigaciones antropológicas más recientes no le reconocen a ese sionismo origen en Palestina y zonas aledañas sino en Eurasia entre los mares Negro y Caspio, en el reino judío jázaro. Su lingua franca, el yiddish, se nutre de las lenguas germanas, eslavas y el hebreo bíblico.

[2]  La decisión propiamente dicha, será judía; la ONU carecía de atribuciones para engendrar estados, pero dicha resolucion de facto contará con la anuencia de la ONU, es decir con el visto bueno de EE.UU.

[3]  El trabajo mayor al respecto, 300 páginas de The Birth of Israel (Así nació Israel), de Jorge García Granados ni siquiera discrimina entre judaísmo y sionismo.

[4]  Cuando finalmente en la década del ’80, los legisladores estadounidenses retiran el apoyo a la tortura y a los asesinatos seriales  ya inocultables de los militares guatemaltectos y el personal “asesor“ respectivo,  habrá un “enroque” con “técnicos” en el rubro, torturólogos procedentes de Argentina (dictadura militar de 1976) e Israel (democracia modelo del Cercano Oriente… ¿o qué?).

[5]   Jerusalén alberga arquitectónica y simbólicamente las sedes o representaciones de las tres religiones monoteístas más grandes (judaísmo, cristiandad e Islam), y diversas iniciativas han procurado darle un estatuto de internacionalidad.

[6]   La lista de candidatos presidenciables da un perfil de la historia reciente del país: exprimera dama, exdiputado, hija de Efraín Ríos Montt, jefe de MINUSTAH,  exministro, diputado al Parlamento Centroamericano, director de la Policía, embajador en ONU, exalcalde, embajador en España (Arévalo), director penitenciario, otro diputado al P.C., exdiputado, embajador en Israel y un par más sin perfil a la vista.

[7]  https://www.ojala.mx/es/ojala-es/la-vara-manda-apuntes-sobre-el-levantamiento-indigena-en-guatemala.

[8]   https://www.telesurtv.net/bloggers/Por-que-Semilla-no-apuesta-por-la-plurinacionalidad-en-un-pais-multicultural-como-Guatemala-20230728-0001.html

[9]   https://www.ojala.mx/es/ojala-es/guatemala-la-politica-electoral-desde-los-territorios-indígenas.

Compartir:

Publicado en Globocolonización, Los pueblos nativoamericanos, Palestinos / israelíes, Uruguay

Navegación de entradas

Uruguay: tierra de promisión, ¿pero de quién?
“A 100 días del 7 de octubre de 2023…”

Entradas recientes

  • Palestinos                                                                                                                   25 05 06
  • BASURA NUESTRA DE CADA DÍA
  • URUGUAY: DESTINO DE PAÍS
  • EE.UU. e Israel: una cuestión de élites
  • No other land: ¿Hay que ser judío para criticar a Israel?
  • ¿REFRENDAR O NO REFRENDAR? (That’s the Question)
  • GENOCIDIO AL DESNUDO Y A LA VISTA DEL PÚBLICO
  • Contaminación omnipresente: un límite planetario olvidado
  • Aplicando el sagrado principio de desigualdad ante la ley
  • ¡La bolsa o la vida!
  • ¿QUIÉN DECIDE ACERCA DEL AGUA EN NUESTRO PAÍS?
  • Israel ataca pero declara defenderse
  • Democracia y simulacros
  • CONTAMINACIÓN: ¿RASGO PRINCIPAL DE NUESTRA CIVILIZACIÓN?
  • Vicisitudes del pensamiento crítico en Uruguay
  • Sionismo al desnudo
  • Nazismo y sionismo: un poco de historia
  • MI REENCUENTRO CON SUECIA
  • LA CONQUISTA DE PALESTINA
  • URUGUAY ANTE EL GENOCIDIO ISRAELÍ CADA VEZ MÁS “A LA VISTA DEL PÚBLICO”
  • Algunas observaciones sobre impunidad judeoisraelí
  • MODERNIDAD Y CONTAMINACIÓN PLÁSTICA DE ANIMALES Y HUMANOS EN TODO EL PLANETA
  • ANTROPOCENO, CADA VEZ MÁS PRESENTE… Y PESANTE
  • OMINOSO PRESENTE II: CLAUDICACIÓN DE HUMANIDAD
  • OMINOSO PRESENTE: UNA CLAUDICACIÓN DE HUMANIDAD

Archivos

  • mayo 2025 (1)
  • abril 2025 (3)
  • marzo 2025 (2)
  • febrero 2025 (2)
  • enero 2025 (5)
  • diciembre 2024 (5)
  • agosto 2024 (2)
  • julio 2024 (2)
  • junio 2024 (3)
  • marzo 2024 (1)
  • febrero 2024 (3)
  • enero 2024 (2)
  • diciembre 2023 (2)
  • noviembre 2023 (5)
  • octubre 2023 (1)
  • septiembre 2023 (2)
  • agosto 2023 (5)
  • julio 2023 (10)
  • abril 2023 (4)
  • febrero 2023 (7)
  • diciembre 2022 (3)
  • noviembre 2022 (3)
  • octubre 2022 (2)
  • septiembre 2022 (4)
  • agosto 2022 (2)
  • julio 2022 (3)
  • junio 2022 (6)
  • mayo 2022 (3)
  • marzo 2022 (2)
  • enero 2022 (1)
  • noviembre 2021 (3)
  • octubre 2021 (2)
  • septiembre 2021 (1)
  • agosto 2021 (3)
  • julio 2021 (1)
  • junio 2021 (5)
  • mayo 2021 (1)
  • abril 2021 (1)
  • diciembre 2020 (1)
  • agosto 2020 (2)
  • julio 2020 (3)
  • junio 2020 (2)
  • mayo 2020 (3)
  • abril 2020 (2)
  • febrero 2020 (5)
  • enero 2020 (1)
  • diciembre 2019 (4)
  • noviembre 2019 (1)
  • octubre 2019 (2)
  • agosto 2019 (3)
  • julio 2019 (2)
  • junio 2019 (3)
  • mayo 2019 (1)
  • abril 2019 (2)
  • marzo 2019 (3)
  • febrero 2019 (2)
  • enero 2019 (1)
  • diciembre 2018 (3)
  • noviembre 2018 (5)
  • octubre 2018 (2)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (4)
  • julio 2018 (2)
  • junio 2018 (4)
  • mayo 2018 (1)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (3)
  • febrero 2018 (1)
  • enero 2018 (2)
  • diciembre 2017 (5)
  • noviembre 2017 (2)
  • octubre 2017 (5)
  • septiembre 2017 (4)
  • julio 2017 (1)
  • junio 2017 (2)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (2)
  • febrero 2017 (3)
  • enero 2017 (1)
  • diciembre 2016 (2)
  • noviembre 2016 (2)
  • octubre 2016 (2)
  • septiembre 2016 (4)
  • julio 2016 (2)
  • abril 2016 (1)
  • marzo 2016 (2)
  • febrero 2016 (3)
  • enero 2016 (3)
  • diciembre 2015 (2)
  • noviembre 2015 (1)
  • octubre 2015 (1)
  • septiembre 2015 (1)
  • agosto 2015 (3)
  • julio 2015 (1)
  • abril 2015 (1)
  • febrero 2015 (1)
  • diciembre 2014 (1)
  • noviembre 2014 (1)
  • agosto 2014 (1)
  • julio 2014 (1)
  • junio 2014 (1)
  • mayo 2014 (4)
  • abril 2014 (1)
  • marzo 2014 (3)
  • enero 2014 (1)
  • diciembre 2013 (1)
  • noviembre 2013 (1)
  • octubre 2013 (2)

Ultimos comentarios

  • Imagen: la clave teledirigida del poder actual – CUARTA POSICIÓN en Imagen: la clave teledirigida del poder actual
  • Nuestro insensible camino hacia un totalitarismo | Revista SIC - Centro Gumilla en Nuestro insensible camino hacia un totalitarismo

Etiquetas

Agatha Christie amortalidad de los humanos Antidefamation League artilugios tecnológicos biowarfare catástrofe alimentaria colonialismo complejidad económica confinamiento masivo Consejo de Derechos Humanos de ONU Covid-19 ecología EE.UU. el sionismo Estados Unidos Federación Rusa Franja de Gaza guerreristas hambruna Ian Fleming Jonathan Greenblatt la Caída del Muro Luis E. Sabini Fernández matanza de palestinos matanzas selectivas menor calidad alimentaria momento histórico Naciones Unidas ombliguismo progresivamente invasivo OMS OTAN periodistas asesinados poblaciones tradicionales poder sionista poderío israelí Project for the New American Century Ray Kurzweil Roald Dahl Samuel Huntington sars-cov2 tecnoperfeccionamiento territorio ucraniano Uruguay Vladimir Putin Yuval Noah Harari

Meta

  • Registro
  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.org
Funciona gracias a WordPress | Tema: micro, desarrollado por DevriX.