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Mes: agosto 2021

Uruguay: ¿modelo de qué?

Publicada el 24/08/2021 - 24/08/2021 por ulises

La política es el arte de impedir que la gente se entrometa en las cuestiones que les atañen. Paul Valéry

por Luis E. Sabini Fernández –

Con una frecuencia que me resulta cada vez mayor, aparecen en “la prensa” tenida por seria grandes ditirambos al Uruguay, a su democraticidad, a su gobernanza, a su responsabilidad social, ambiental, política…

Conociendo, y ni siquiera profundamente al país, viviendo en él, pronto se capta que estas demasiadas periódicas exaltaciones de las excelencias del paisito responden a algo muy deliberado aunque no se sepa bien qué.

Que no es, ciertamente, descripción de la realidad.

Dificulta el diagnóstico a tanto elogio, cierta flaqueza de nuestra capacidad crítica. ¿A qué se debe semejante flaqueza en un país que dio muestras de tanta potencia intelectual como para haber dado formidables creadores, que no voy a enumerar para no olvidar a algunos, pero que hizo tan característico al Uruguay de fines del siglo XIX y buena parte del XX?

A mediados del s XX, con una crisis que ya no nos abandodó, luego de esfumadas “las vacas gordas” de la década del ’50, se fue configurando una corriente cada vez más pesante de “izquierda”, que deslumbrada por y apoyándose en la Revolución Cubana fue ganando peso hasta alcanzar el gobierno nacional en 2005, pero aquella conciencia crítica, que nucleó a la inmensa mayoría, no a todos, dentro de la intelectualidad uruguaya y sus elencos culturales, fue cumpliendo variaciones del llamado en Argentina  “Teorema de Baglini” (un senador radical de ese país), según el cual “a medida que un grupo se acerca al poder, va debilitando sus posiciones críticas” o, si se quiere, “que cuanto más cerca del gobierno está, más conservador se vuelve un grupo político”.

Y si el pensamiento crítico del Frente Amplio ya dejaba mucho que desear durante su proceso de formación, el abandono de la capacidad crítica cumplió con creces el mentado teorema.

Y con este panorama, el Uruguay fue empobreciendo desde hace años su “masa de pensamiento crítico”, ahora radicada a lo sumo en gente o grupos altamente politizados pero escasos de militancia e inserción, como decrecimientistas, ecologistas radicales, anarquistas, desengañados del Frente Amplio (caso Gustavo Salle), o entre quienes mantengan referencia a Guillermo Chifflet (1924-2018), cofundador del FA, pero con conciencia política propia, y algunos, a mi modo de ver militantes o críticos de la sociedad uruguaya, activos en nudos programáticos como la lucha contra la producción de alimentos con tóxicos, el enfrentamiento a la instalación de megaminería o celuloseras que recrean el país en función de intereses transnacionales, o en la brega por un referendo contra la privatización del agua o, últimamente, enfrentando la política de miedo de la OMS para tratar el Covid 19…

La enumeración de esas resistencias puede hacernos creer que la globalización galopante, tiene dificultades para adueñarse del país; nada sería más equivocado; las resistencias existen, ciertamente, pero los avances del gran capital transnacionalizado se llevan a cabo con mano bastante segura; es decir la entrega del país, de sus tierras o aguas, y de su soberanía, se hace con relativa impunidad.

La impudicia de un diario argentino, oficioso de la Embajada de EE.UU., califica al Uruguay como el sexto país del mundo por su grado de libertad y como el segundo mejor en el continente americano en “calidad de vida y oportunidad de los jóvenes uruguayos”.[1]

Sabemos que la exaltación de libertad del primer ejemplo se refiere a la libertad de los grandes privilegiados, pero una visión ingenua puede no ver nada negativo en el cuidado de esa libertad; el segundo ejemplo es un poco más indecente por cuanto la juventud uruguaya tiene que enfrentar no sólo las privaciones de la pobreza creciente y el angostamiento progresivo de los ingresos sino además la tasa de suicidio más alta del continente y de las más altas del mundo. Contra semejante trasfondo, alardear de oportunidades para jóvenes resulta otra vez impúdico.

Y nos obliga a inquirir por los autores de tamañas afirmaciones.

Los autores; –la firma es de Rosendo Fraga, la carga mediática de infobae– han extraído tales números de Freedom House, una oenegé que tiene su historia. Inmejorable. FH se dedica a medir el grado de acceso de la población a derechos políticos; allí ubicó FH al Uruguay con solo 5 estados en el mundo entero con un índice mejor.

Fraga ha recurrido a diversas instituciones, todas de EE.UU., para corroborar ese envidiable lugar de Uruguay en las tablas mundiales. Nos muestra que el Chandler Institute of Government, muy “prestigioso”, ubica a Uruguay segundo en las Américas, después de Chile en gobernanza. Es decir, en la capacidad de gobierno para que todo siga “tranqui”,  para que los inversores trasnacionales manejen sus negocios sin sobresaltos. ¿Qué más aplaude Fraga?  “Espectacular impulso del sector de los servicios financieros”.

Pero, ¿algunos de estos índices favorecen a la población local? Eso ni se menciona. Ni se observa. Se va a “lo que importa”. A las finanzas mundializadas.

La fuente que ha manejado Fraga para sus elogios generalizados no es, ciertamente, neutra. Freedom House fue fundada en 1941 para incentivar el apoyo del ingreso de EE.UU. a la 2GM. En la posguerra, con  el señorío mundial de EE.UU., que por un momento se creyó único y permanente, FH empezó a operar como polea del poder en la sombra en una creciente red de instituciones y organizaciones dedicadas al mismo fin sin formularlo nunca explícitamente: estuvo así en la fundación de la radio Free Europe y ya en los ’80 en la de la NED (National Endowment for Democracy [Fundación Nacional para la Democracia], donde “nacional” refiere a EE.UU.) y ha financiado muchas “democracias”, como con los cientos de miles de dólares regados en Ucrania tras el colapso soviético, para instaurar allí un régimen aceptable (para EE.UU., no para la gente). Luego del descalabro vietnamita, también participó en el manejo discrecional  de las maltrechas democracias centroamericanas, regadas por asesores estadounidenses con los que asesinaron a centenares de miles de habitantes, particularmente mayas en Guatemala.[2]

FH ha sido muy activo dentro de EE.UU. criticando duramente a legisladores antimonopolistas defendiendo así  “a grandes empresas de medios.” [3]

Resume Shan Jie el juicio que a China le merece: “Freedom House, una organización no gubernamental que juzga el nivel de libertad en países alrededor de todo el mundo es, en los hechos, una herramienta del gobierno de EE.UU. para interferir en los asuntos de otros gobiernos.” [4]

Si algo faltaba para medir la caradurez en la “objetividad” de FH: no se le conocen críticas a violaciones de derechos humanos dentro de EE.UU.

Uruguay recibe plácemes de diversos organismos, casi todos de la esfera de poder estadounidense, pero no son gratis.

Hace unos años, el Financial Times, el vocero principal de la City londinense, hizo “su” encuesta y “comprobó” que el entonces ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori, era el mejor ministro del ramo del mundo. Es decir, etimológicamente, el mejor servidor del ramo en el mundo. ¿Y a qué se refería el FT para tamaño calificativo? En Uruguay, en la cofradía de don Danilo hubo una pequeña confusión: se pensó que ese título se depositaba en el país ad majorem gloriam. Pero el FT agradecía a Danilo Astori la benevolencia con que en Uruguay se trataba al capital trasnacional, al capital de cualquier parte del mundo… Uruguay era el modelo a seguir entre las economías periféricas y dependientes, rebautizadas, más eufemísticamente como “emergentes”.

Uruguay tiene desde mucho tiempo atrás una relación no conflictiva con el capital extranjero. Debemos recordar la actitud que por diccionario cabe calificar de cipaya, del batllismo, ante el capital estadounidense y su penetración y asentamiento en el país. Que se hizo pretextando un marcado anticolonialismo británico (como siglos atrás se llegara a desplazar lo que quedaba de influencia española mediante la colaboración con el nuevo colonialismo de entonces, el británico…)

Uruguay supo acompasarse a las zonas francas que el capital transnacional empezó a expandir particularmente a partir de la segunda mitad del s XX. Pero en ese tiempo inicial, el desarrollo de esos ‘islotes de desarrollo capitalista apátrida’ se aplicó a territorios que interesaban más al capital crecientemente mundializado, como regiones con excelencias mineras o mano de obra cuasiesclava (así se produce el destrozo del Sudeste asiático, las Filipinas, buena parte de África, América Central,  Ecuador). En Uruguay, entonces, apenas se erigieron zonas francas para el tráfico de vehículos o los ingredientes concentrados de Coca-Cola. Pero poco a poco fueron ingresando más y más rubros en régimen de zona franca y hoy, la producción íntegra de celulosa que se realiza en suelo uruguayo, por ejemplo, se tramita toda mediante zonas francas. Producción que, por tanto, no aporta casi nada al país, privado de su exportación y los impuestos consiguientes (aunque no de los deterioros ambientales y sociales que la producción transnacional descarga localmente).

Contrasta el laudatorio informe de FH sobre Uruguay con lo que el FMI expresara, por ejemplo, en un informe suyo sobre lavado de dinero e incluso financiación del terrorismo. En su informe de diciembre de 2006 establecía que: “Uruguay es un centro financiero offshore y un riesgo para el  lavado  de  dinero  y  la  financiación  de  terrorismo,  particularmente  a  partir  de operaciones  de  no  residentes  y trasnacionales.  Tiene […]  un significativo   componente   offshore   que   abastece   mercados  latinoamericanos, incluyendo Argentina y Brasil. [y] una  importante  concentración  de  clientes  no  residentes  y  una  economía altamente  dolarizada.”

[…] ″Jerarcas  policiales  y  judiciales  uruguayos  evalúan  que organizaciones  criminales  colombianas,  mexicanas  y  rusas  están  operando en Uruguay. Hay una sostenida preocupación sobre el crimen organizado trasnacional desde Brasil.”

[…] ″Uruguay también permite la incorporación relativamente sencilla de bancos offshore”, que se conocen localmente como “instituciones financieras externas”, o IFE. Su  capital  mínimo  es  de  500  mil  dólares.  […]  exceptuado  de  cualquier impuesto a cualquiera de sus actividades, líneas de negocio, ingresos o bienes. “Es interesante  que  no  requieran  un  agente  bancario  registrado  localmente.” Así resume Andrés Alsina la política de “manos abiertas” del Uruguay frente al capital financiero, que más que golondrina habría que llamar de rapiña.[5]

Y el puerto de Montevideo goza del triste título de ser el segundo puerto con más trasiego de pesca ilegal del mundo entero.[6]

Esta triste aseveración surge de la aplicación de la “doctrina María Julia Alsogaray”, una funcionara de la “era Menem” en Argentina que postulaba la confianza plena en las declaraciones juradas de los consorcios transnacionales.[7]

A esto hay que agregar que la empresa belga Katoen Natie acaba de recibir la prórroga de su concesión en el puerto por 60 años más –hasta 2081– a sola firma presidencial, pese a que el mismísimo Tribunal de lo Contencioso Administrativo había dictaminado en contra de la prioridad de esta empresa en el puerto.

Pero el domino del capital financiero va mucho más allá de que nos gobierne y/o exprima extramuros o dentro de nuestras fronteras.

Lo acontecido en los primeros años de gobierno del Frente Amplio con algunos titulares de las finanzas nonsanctas nos muestra que ese gobierno extranacional en las sombras se atreve incluso a desplegarse a la luz, con las debidas asistencias políticas. El caso de  Rolando Rozenblum lo ilustra.

Remitimos a los artículos de Sergio Secinaro [8] y a las esclarecedoras notas de Mónica Robaina (desde Brecha). Muy sintéticamente, un par de empresarios uruguayos, activos en Curitiba, Brasil, fueron enjuiciados por la justicia de ese país como grandes evasores fiscales y por delito de estafas reiteradas fueron llevados a la cárcel. Bajo la acusación de robo al fisco de 80 millones de dólares (en ese momento, 2006).

Allí, al mejor estilo Alec Guiness como perdulario que trasmuta mediante soborno una pena de muerte en una liberación, los Rozenblum evaden la prisión acusados de haber sobornado a los guardias. Isidoro, el padre, con un infarto masivo, no vivirá mucho para contarlo, pero Rolando, el hijo, retorna al Uruguay con los millones de dólares en resguardo, y de inmediato procede a hacer inversiones, promesas o contactos en su sitio de residencia, Punta del Este. Entra rápido al círculo áulico del gobernador local, Enrique Antía y brega, ¡oh paradojas!, por implantar una red de cámaras antidelito en las calles, ofreciendo el know how de una empresa israelí que le cobrará al gobierno fernandino (no, claro, al proponente) unos 20 millones de dólares por instalar un millar de tales cámaras. Nuestro hombre se constituye en pivot del CIPEMU, Comunidad Israelita de Punta del Este, Maldonado, Uruguay, y, a mediados de la segunda década del siglo XXI, en fundador del International College, de Punta del Este.

Rozenblum es el arquetipo, sólo que no de las virtudes sino de los defectos, de los contactos, las “gauchadas”, los sobornos, y de la ligereza con que una sociedad frívola y corrompida admite como virtuoso un verdadero círculo vicioso.[9]

Los Financial Times, los International College, los Freedom House cantan loas al Uruguay. Para mejor asentar sus privilegios.

Pero la realidad es terca y nos dice otra cosa, prácticamente su opuesto: el país se endeuda, y muchos habitantes se endeudan, los desalojos forzosos aumentan. La contaminación, cada vez más generalizada; el agua es un trágico exponente de esa situación, de ese deterioro.

La carestía es inclemente y creciente, los costos de los servicios (agua, luz) cargan a los habitantes, y con descaro exoneran a las empresas; aumenta la desocupación o la ocupación que no permite un autosustento digno, aumenta la tugurización y la población en asentamientos “informales”, aumenta la emigración, baja la tasa de natalidad, sigue la expulsión de los pobres del campo y el desmembramiento de lo rural. Ahora se proyecta hasta eliminar el ya casi fantasmal Instituto de Colonización.

Y el aumento de los suicidios nos revela, como escuché en alguna radio, “enormes falencias comunitarias”.

La situación real del Uruguay es problemática. Por cierto que tiene muchas luces, que aquí ni mencionamos, al lado de las muchas sombras que apenas hemos espigado.

Pero lo que llama la atención es la insistencia desde usinas estadounidenses en pintar al paisito como modelo. Y surge brutal la pregunta del título… y una más: ¿por qué?

notas:

[1]  Rosendo Fraga, “La nación presidida por Luis Lacalle Pou fue calificada como la sexta más libre del mundo por octavo año consecutivo”, https://www.infobae.com/america/opinion/2021/08/14/uruguay-un-pais-donde-pasan-cosas.

[2] El escándalo de los asesinatos masivos en la década de los ’80 en América Central fue tal que el Congreso de EE.UU. se vio necesitado a retirar sus interventores militares y policiales en varios de esos países (El Salvador, Guatemala, Honduras y hasta de la Nicaragua flamante neosandinista); los mandos estadounidenses delegaron en oficiales argentinos de la dictadura de entonces y en oficiales israelíes, de la democracia de entonces, la prosecución de semejante asesoramiento en represión y tortura (Noam Chomsky, La quinta libertad).

[3] Global Times, 28 oct. 2020, Freedom House. https://www.globaltimes.cn/page202010120497.sthlm.

[4]  https://www.globaltimes.cn/content/1204976.page212110120497.sthlm.

[5] “Uruguay, la Suiza de América”, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=211619. Difundido inicialmente desde Brecha, Montevideo.

[6] https://revistapuerto.com.ar/2019/01/nadie-controla-la-pesca-en-el-atlantico-sur, Mar del Plata, ene 2019.

[7] De ese modo, Argentina llegó a recibir en los ’90 contenedores con restos inclasificables  e irreciclables, se dijo que hasta con mierda, declarados como de papel.

[8] http://cronicasdeleste.com.uy/Noticias/ex-recluso-y-profugo-de-carcel-brasil-es-el-catalizador-de-las-camaras-de-la-idm.html

[9]  La constelación del CIPEMU no se limita a lo social o económico; interviene políticamente, como verdadero lobby ideológico: dispuso que el intendente Antía negara los locales de reunión a la asociación de docentes de historia del Uruguay para su congreso, hace pocos años, alegando antisemitismo en filas docentes; un calificativo falso pero efectivo.

Publicado en Centro / periferia, Destrozando el sentido común, Globocolonización, Poder mundializado, Uruguay, Uruguay. Qué hacer

¿Nos ahoga el antisemitismo o la injusticia? Insisten en la victimización; celebran la matanza

Publicada el 12/08/2021 - 23/05/2022 por ulises

por Luis E. Sabini Fernández –

Como si se tratara de una tragedia griega, los protagonistas de esta historia van acentuando sus rasgos, eliminando grisuras y medias tintas y ahondando la situación.

A comienzos del siglo pasado, con el conflicto ya desatado, había quienes creían en soluciones si no felices, al menos incruentas (Martin Buber) y quienes si bien no se hacían tales ilusiones, procuraban negociar o al menos apelaban a negociaciones en las que el sionismo jamás estuvo dispuesto a conciliación alguna, aunque siempre con ropajes democráticos (David Ben Gurion).

Hubo, empero, un dirigente de la plana mayor sionista, Zeev Jabotinski, que no se engañaba al respecto y por lo mismo no llamaba a engaño: de ideas fascistas, sostenía explícitamente que había que arrebatarles la tierra a los palestinos a sangre y fuego. Con la violencia que fuere necesaria. Agregaba: si yo fuera palestino, enfrentaría a los sionistas a balazos.

Pero el sionismo oficial adoptó los ropajes que campearon tras las Segunda Guerra Mundial: el fascismo quedó desacreditado, al menos de palabra, y llegó el momento de las democracias.

Para “hacer lo que había que hacer”, pero sin decirlo con el descaro fascista o jabotinskiano.

Y durante un largo siglo hemos visto el desplazamiento palestino y el asentamiento judíos, por etapas, por oleadas, pero siempre con violencia aunque a veces, se invoquen presuntas legalidades.

Si bien ya hace un siglo se sabía cuál era la parte débil y cuál la fuerte –en la huelga de la sociedad palestina con levantamiento y resistencia violenta; una intifada, 1936-1939–  los muertos palestinos fueron varios miles a manos de ingleses y judíos (y además, muy significativamente, ingleses muertos fueron unos 200 y judíos, aproximadamente el mismo número). No hubo un solo muerto entre ingleses y judíos, mostrando que estaban del mismo lado; reflejando así la articulación del poder colonial en Palestina).

Pero a medida que el Estado de Israel desarrolló sus capacidades operativas  –Israel se cuenta entre los principales fabricantes y proveedores de armas militares y policiales del mundo entero; y mantiene asesoramientos en seguridad sobre cada vez más estados del mundo– Israel reafirmó su poder fáctico, aumentó su impunidad por el uso de violencia, en tanto los palestinos, la sociedad despojada casi sin estructuras políticas propias, con escasos recursos materiales, fue disminuyendo su ya insignificante capacidad de fuego.[1]

La situación entonces, en los últimos veinte años, se ha ido agravando. Desde 2006, con la primera invasión propiamente dicha del ejército “de defensa” israelí a la Franja de Gaza.[2] Y las siguientes, cada vez peores, 2008, 2012, 2014, 2018…

Simultáneamente con este proceso de brutalización, coexiste la declarada preocupación con el aumento del antisemitismo, por ejemplo.

Como resume muy gráficamente un escritor judío, Michael Lesher, “judíos religiosos insisten en su victimización mientras celebran la matanza”. [3]

En rigor, la victimización judía no es nada nuevo, refiriéndonos a  situaciones de poder (muy distinto es el reclamo de judíos victimados, tan respetables como afros o gitanos, europeos o aborígenes también victimados).

Hace décadas, una sionista de primera línea, Golda Meir, acusaba a los jóvenes palestinos, que reaccionaban contra el arrebato de sus tierras, y les enrostraba que eran responsables de “hacerse matar por nuestros muchachos” (jóvenes sionistas perfectamente equipados y entrenados).

Los sionistas asesinaban, pero la culpa era de los asesinados.

Con tales inversiones de perspectiva (y valores) se hace difícil cualquier ecuanimidad, cualquier abordaje racional…

Pero lo señalado por Lesher y lo ilustrado por Meir, es un rasgo en permanente expansión, junto con el poder de control y fuego israelí para adueñarse de la tierra palestina, que denominan su “redención”, haciéndola sagrada otra vez.

En esa “redención” hay que entender el arrasamiento de la Franja de Gaza, una lengua de tierra poblada, como el resto de Palestina, por palestinos desde tiempo inmemorial, que recibió buena parte de los fugitivos provenientes de la Nakba de 1948, e incluso otra vez a los refugiados llegados en 1967,  ante un nuevo avance territorial israelí.

Dueño militar de la situación, Israel envió “pioneros” a ocupar la FdG, ahora sobrepoblada, a fines de los ’60. Por alguna razón, la ocupación judía no sobrepasó nunca los 5000 colonos, aunque con un despliegue material desconocido en esa tierra. Carreteras, redes de agua corriente, las mejores tierras de cultivo y para dominar panorámicamente, locomoción, suministros, que convirtió sus colonias en enclaves dentro del territorio empobrecido y diezmado de la Franja.

En 2005, el “Carnicero” Ariel Sharon decidió retirar a los colonos de la FdG para poder castigar más genéricamente a sus habitantes oriundos. Para “hacerles la vida imposible”, como aclaró. Los ocupantes sionistas, al retirarse destruyeron todas sus instalaciones para que ningún palestino gozara siquiera fugazmente de los “chiches” con que habían vivido los judíos allí, asolando a los natives. Y se esmeraron por dejar todos los escombros y desechos como “recuerdo”. A la noche, tras la evacuación la aviación israelí hizo vuelos rasantes con aviones supersónicos sobre la franja rompiendo varios tímpanos y provocando enuresis en niños.

Pero todo eso iba a ser peccata minuta al lado del infierno de artillería y  bombardeo con que se empezaron a “dedicar” a tratar la FdG. Con el significado político, psíquico, mediático, ideológico de tales procedimientos.

Un ejemplo nos lo brinda otra vez Michael Lesher recordando las “marchas de retorno; la del 13 de mayo de 2018, como la de todos los viernes, fue recibida a sangre y fuego, en tanto palestinos, sin armas, apenas procuraban arrojar globos incendiarios sobre los campos israelíes. Lesher menciona el alegato de un rabino que dice conocer (de Passaic, Nueva Jersey). Cito: “¿Condenó el implacable ataque israelí que arrasó edificios de apartamentos y exterminó familias palestinas enteras en el gueto de Gaza?“ Y a continuación transcribe lo que dice el rabino: “turbas salvajes empeñadas en matar judíos deambulan por las calles…”  Lesher aclara: “cuando escribió ese mensaje, el ataque más reciente de Israel  ya había exterminado a 113 personas dentro de Gaza, 31 de ellos niños, y había herido a 600 más.”

Y Lesher aclara: “Cuando escribió sobre ‘turbas salvajes’, no se refería a las bandas de matones judíos que, durante semanas, habían estado destruyendo cultivos y olivares por toda la Cisjordania ocupada por Israel. Tampoco mencionó los asesinatos de niños palestinos a manos de soldados israelíes. Lo que preocupó al rabino fue el número relativamente pequeño de palestinos que estaban comenzando a contraatacar.”

Como se ve, Meir tiene seguidores.

  • El ejército “de defensa” israelí encierra a niños palestinos en invierno en jaulas de acero a la intemperie. Jaulas, que usan preferentemente bajo clima de tormenta, de noche.
  • Los servicios penitenciarios israelíes ubican a presos palestinos en “perreras” cuyas dimensiones cúbicas impiden que el preso pueda erguirse o estirarse en momento alguno. Burlonamente, aclaran que es un gran ablandador.
  • Piquetes de colonos, amparados por el ejército, ingresan a las tierras de agricultores palestinos con cultivos milenarios y arrancan de cuajo sus plantíos, por ejemplo, olivares y naranjos.
  • Desde territorio israelí se organiza el vertido de efluentes tóxicos camino al mar, pasando por territorio todavía en poder de los palestinos, para emponzoñarles la tierra y sus cultivos.
  • En un clima seco, árido, con escasas lluvias, los militares israelíes derriban toda cisterna o depósito de agua de lluvia, que incluso se usaban ancestralmente en Palestina: los palestinos ahora ocupados (desde 1948) no pueden atesorar agua. Los militares destrozan esos emplazamientos a veces antiquísimos.
  • El Estado de Israel ha bombardeado con artillería aérea y terrestre ciudades como Gaza en la franja, con especial predilección sobre usinas, depuradoras, puertos, hospitales, escuelas, aeropuertos, mezquitas, carreteras, viviendas en edificios, a veces de 5 o 10 pisos, pulverizados parcial o totalmente.

Y todo ello, a lo largo de décadas por parte de un país que es presentado por las grandes potencias mundiales como una democracia.

  • A menudo, sonriendo, dirigentes israelíes han prometido volver a los habitantes de la FdG “a la edad de piedra”. Sin que a ningún progresista se le mueva un pelo.
  • Humorísticos dibujantes han estampado en remeras un tiro al blanco sobre el vientre de una mujer palestina embarazada explicando que se puede matar a dos con una sola bala. Aritmética orgullosa de lo atroz.
  • Los israelíes en general niegan estatuto humano a los palestinos. Salvo honrosas excepciones, como el citado Lesher. Y como siempre, con la mayoría que no hace las mayores brutalizaciones, pero las deja hacer.
  • Más de un millón y medio de seres humanos tratados así desde 2006… Quince años. El trato a palestinos fuera de la FdG, en Cisjordania, en Jerusalén, es similar. ¿Y la ONU, la OMS, la OMC., la Corte Internacional de Justicia de La Haya, la UE y tantos otros organismos y redes de la sociedad general, no han tenido nada que decir ni que objetar, ni preguntar? Tratándose, justamente, de una democracia modelo, como es presentada y vendida en el mercado político mundial el Estado de Israel.[4]
  • Hace menos de dos años una red de derechos humanos israelí, Adalah, informó de los reglamentos que siguen los militares israelíes, que autorizan expresamente a tirar a matar a niños palestinos, incluso por la espalda. Obsérvese que estamos hablando de asesinatos llevados a cabo con premeditación y particularmente alevosía. Sobre niños.[5] Programados en frío.
  • También se puso de moda, hace pocos años, atropellar niños palestinos en la calle. Un colono descarga así no sabemos si el odio o el desprecio. La policía nunca toma nota de tales atropellos, salvo para cubrir la retirada del conductor.[6]
  • Joan Cañete Bayle, comentarista y periodista barcelonés, ha comentado: “Ultraja que un estado que acaba de demoler veinticinco mil viviendas [con lo cual se mataron no sabemos si centenares o miles de sus habitantes] esté reclamando que sean sus empresas constructoras las que se beneficien de la reconstrucción financiada por la comunidad internacional. Esto sí que es chutzpah judía.” [7]

A la luz de este comportamiento no ya del Estado de Israel sino de la sociedad israelí, judeoisraelí, ¿cómo se entienden las quejas y lamentos que proliferan en los últimos tiempos?

Aquí hago un sucinto e incompleto relevamiento, extraído de autores judíos, muy preocupados por el aumento del “antisemitismo global”.

“Vocablos como genocida, apartheid, limpieza étnica, han colocado, erróneamente, un conflicto con claras aristas nacionalistas, territoriales y hasta religiosas, como parte integral, por ejemplo, de la búsqueda global de justicia y equidad racial.” ¿Qué significa esta falsa oposición? ¿Es que se pueden hacer conquistas territoriales a sangre y fuego y a la vez propender a la justicia y la equidad racial? ¿Existe siquiera algún caso?

Si eso no tiene sentido, evitemos el macaneo.

La autora de la cita [8] entiende que los vocablos que denuncia constituyen “una concepción ideologizada” de la realidad.

¿Y el sionismo qué es? ¿No es una ideología? O pretende Siegel Vann que el comportamiento de Israel carece de tal?

¿O no será un juego de palabras de Siegel Vann para evitar hablar de la realidad, cruda, atroz, que se esconde detrás de su palabrerío?

La misma autora, en el párrafo siguiente enuncia: “Independientemente de las interpretaciones subjetivas sobre este nuevo capítulo que abarca los designios genocidas de Hamás” […].

Una vez más el recorte, la mirada tuerta, muy bien recortada: da por sentados “los designios genocidas de Hamas”, pero omite los designios genocidas de Israel y el sionismo en la región, que son mucho más antiguos y de mayor alcance que los de Hamas y con un carácter similar (nadie dice ser directamente genocida; ambas partes proclaman la expulsión, la desaparición de la escena, no necesariamente del planeta…).

“En Estados Unidos, los judíos desde hace varios años se sienten cada vez más vulnerables […] el 88% de los judíos en dicho país está convencido de que esta patología social es un problema serio.”

Si hablamos de patología damos a entender que los palestinos están enfermos (locos incurables o alguna otra variante); si miramos la realidad y escarceamos (apenas) en la historia, vemos que los palestinos no están dementes sino despojados, maltratados, discriminados, engañados, torturados, encerrados, masacrados, asesinados…  Y por eso, algunos, muy pocos (como en cualquier sociedad) reaccionan y muestran su frustración y enojo ante tanto atropello.

Así que precisemos los términos de la cuestión: no existe, al menos en el caso palestino, una patología explicando cierta reactividad contra judíos; es el atroz comportamiento israelí el que levanta reacciones (entre palestinos, porque en el plano institucional, muy pocas, por no decir ninguna).

Más adelante nuestra comentarista se pregunta y nos pregunta por “la deslegitimación de Israel, la negación del derecho judío a la autodeterminación nacional, o sea lo que se conoce como antisionismo no es antisemitismo, es falsedad de falsedades.”

Si no entendemos lo problemático de pretender el “derecho judío a la autodeterminación nacional” en el territorio de Palestina, precisamente, no vamos a entender la cuestión de la que pretendemos hablar.

Nos permitimos citar lo que entendemos sabias palabras al respecto, pronunciadas ante la comisión especial designada por la flamante ONU para atender el reclamo sionista, pronunciadas en 1947 por el abogado palestino Henri Cattan, explicando que la Declaración Balfour (1917) se contradecía con otras promesas hechas a los árabes y precisando que “la Declaración Balfour fue hecha sin el consentimiento, por no decir el conocimiento del pueblo más directamente afectado por ella; cuando consideramos que es contraria a los principios de soberanía nacional y democracia y también a los principios enunciados por la Carta de la ONU, cuando consideramos que era incompatible con promesas hechas a los árabes antes y después de ella, tenemos la seguridad de que el deber de UNSCOP [la comisión especial de la ONU por su sigla en inglés] será investigar la legalidad, validez y ética de este documento.” [9]

Nada de lo que supuso Cattan fue tenido en cuenta por la UNSCOP.

En su abordaje, Cattan  aclaró que el reclamo sionista de la tierra palestina se basa en que hace unos dos mil años, los judíos habrían tenido allí un reino: “Si este documento se tomara como base para determinar cuestiones internacionales, ocurriría una dislocación mundial de enorme magnitud.” (ibíd.) Cattan mostró el peligro de encarar semejante método de asignación de territorios. Observe el paciente lector que no estamos hablando de dos siglos atrás, que ya sería altamente problemático, sino de dos milenios atrás…

Cattan mostró enorme lucidez e independencia de criterio: aun luego de acabada la 2GM y con el devastador panorama a la vista de asesinados, internados, desplazados, de millones de seres humanos, muchos de ellos judíos, se atrevió a sostener que: “Palestina no tenía nada que ver con los desplazados judíos que andaban por Europa.” (ibíd.)

A la luz de las matanzas y expulsiones que llevó a cabo el sionismo para adueñarse de esa tierra bíblica, el veredicto de Cattan contradice radicalmente la presunta legitimación de Israel: los palestinos son el atroz testimonio de ese arrasamiento llevado a cabo por el colonialismo occidental bajo ropajes sionistas.

Nuestra funcionaria del Comité Judío de los EE.UU. no escatima falsedades: se refiere a que un “supuesto control judío de los medios de comunicación” no es sino “reflejo del antisemitismo más rancio.” Le sugeriría no mencionar la soga en la casa del ahorcado. Y si su temeraria información fuera inocente, la invito a hacer estadísticas y leer historia.

El poder constituido se vale del viejo refrán “Mejor es no meneallo”: dar por buena la historia oficial o dominante.

La naturalización de la realidad por más sórdida y violenta que resulte es tan manifiesta en escritores como Dina Siegel Vann que se ofende porque: “Cinco países latinoamericanos, incluyendo desafortunadamente México y Argentina, avalaron  –en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU– una resolución injustificada exigiendo la creación de una Comisión Internacional de Investigación en Gaza e incluso en el propio Israel.”

Dicho consejo está constituido de modo variable año a año; y su composición ronda los 50 países miembros. Y tal vez, cierto desplazamiento político de dicho consejo inquiete a Siegel Vann. En la reunión plenaria de 2019, el CDH condenó sin ambajes los abusos criminales de la seguridad israelí contra la Marcha por la Tierra, que palestinos llevaron a cabo muchos viernes, pacíficamente, sin armas. Pero pese a la condena, el remate “político” del CDH entonces fue: “Algunas de esas violaciones pueden constituir crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad y deben ser investigadas inmediatamente por Israel», borrando con el codo lo que tímidamente había dado a entender, al entregar la capacidad de juicio al cuestionado.

Pero con la persistencia de la brutalidad israelí y la total falta de respeto por la vida de palestinos, en el encuentro anual del CDH de fines de mayo 2021, el dictamen final fue más duro: ya no es Israel que se juzga a sí mismo; es Israel lo que debe ser juzgado. Allí estuvieron “los cinco países latinoamericanos” que preocupan a Siegel Vann (particularmente, Argentina y México) firmando esta resoluciòn.[10] Que está en consonancia con las investigaciones que, con pie de plomo, llevó adelante la fiscal general de la Corte Penal Internacional de Justicia de La Haya, Fatou Bensouda, que llegó a conclusiones similares (particularmente centradas en torturas). Bensouda cumplió su mandato sin avanzar, a mediados de 2021 y su presentación quedó suspendida. Tendremos que ver qué pasa con el nuevo fiscal de la CPI, el británico Karim Khan.

Siegel Vann se extraña porque el Consejo de Derechos Humanos “ignora violaciones severas de muchos de sus miembros.” Un filósofo cristiano, Lanza del Vasto, nos advirtió de una matemática elemental: que alguno de esos estados tenga en su haber violaciones sistemáticas a los derechos de su población, lo cual es seguramente certero, ¿resta, descarga, las que haya cosechado Israel? ¡De ningún modo! Los delitos no se restan ni se compensan en cuenta corriente; en todo caso, agrava el cuadro.

 

Para no prolongar este texto con ejemplos, termino sosteniendo que la táctica sionista de dar por bueno lo acontecido en 1948, les permite luego ponderar qué hacer con los reclamos palestinos desde, por ejemplo, 1967. Y quejarse porque son excesivos, inaceptables. Que fue lo acontecido, exactamente en 1948, sólo que entonces en favor de la causa sionista.

[1]   Apenas un ejemplo: de los cohetes Kassam –que nunca fueron mísiles como tanta prensa occidental los ha considerado–, las brigadas que los han empleado contra Israel (Hamas, Yihad), han visto reducida su capacidad de fuego a globos incendiarios. Los palestinos no han dispuesto en las últimas décadas casi de armas de fuego, salvo la policía de la Autoridad Nacional Palestina, que las recibe, con instrucción incluida, del propio Estado de Israel, y consiguientemente son armas que se usan contra la población palestina.

[2]   Oleadas, con muertos, siempre palestinos, a veces miles, ha habido en 1948, 1967, 1987, 2000 antes de las que recordamos en el cuerpo principal como “invasiones”.

[3]   https://israelpalestinenews.org/a-jewish-reflection-on-israels-crimes-and-israeli-hubris/

[4]  Nos referimos a las actuaciones de todos esos supraorganimos en los últimos 20 años. (En 1947, cuando un comisionado de la flamante ONU, Folke Bernadotte, hizo un informe señalando los abusos sionistas, fue asesinado.) En tiempos recientes, hubo una excepción, entendemos que malograda en sí misma. El informe del juez enviado por ONU, Richard Goldstone, tras el atroz asalto de artillería contra poblaciones civiles en sus viviendas en la Franja de Gaza, condenó la actividad del Estado de Israel y la acción armada de Hamas. La sola comparación de poderes de fuego, la lista de matados en ambos bandos habla del nivel de responsabilidad de cada parte: 1400 palestinos matados (miles de heridos) y 14 israelíes; 11 de ellos militares. El informe Goldstone, inicialmente lapidario con el comportamiento israelí, fue reescrito (luego de tiempo y presiones) y Goldstone aligeró muchísimos de los cargos contra el comportamiento israelí.

[5]   Leandro Albani, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=258021&titular=el-ej%E9rcito-israel%ED-tiene-v%EDa-libre-para-asesinar-a-ni%F1as-y-ni%F1os-palestinos-por-la-, 6 jul. 2019.

[6]   SILWANIC, Jerusalén, 15 abr. 2015.

[7]   https://decimaavenida.wordpress.com/2014/09/04/mercado-cautivo/.

[8]   Dina Siegel Vann, directora del Instituto Belfer del American Jewish Committee, Washington DC., EE.UU., en una nota titulada ¿Cómo impacta a América Latina el incremento del antisemitismo global”, 7 jun 2021.

[9]  Cit. p. Jorge García Granados, Así nació Israel, Biblioteca Oriente, Buenos Aires, 1949.

[10]  Los restantes latinoamericanos: Bolivia, Cuba, Venezuela. Brasil se abstuvo y Uruguay tuvo “el penoso honor” de ser el único país del sur americano en apoyar a Israel.

Publicado en Palestinos / israelíes, Para salir del repollo

Covid 19. Raíz de la regimentación sanitaria

Publicada el 12/08/2021 - 23/05/2022 por ulises

por Luis E. Sabini Fernández –

Me voy a permitir citar un párrafo inicial que entiendo que se ajusta como el guante a la mano con la coyuntura presente (igual, nadie recordará haber leído ese párrafo al inicio de otra nota mía):

“Carlos Vaz Ferreira, nuestro filósofo de la primera mitad del siglo XX, calificó de «colonialismo mental» una actitud tan difundida en nuestra sociedad, de ver con ojos deslumbrados lo que proviene del centro planetario. Particularmente todos los «adelantos tecnológicos» reciben una aceptación incondicionada, que sin embargo a veces ni reciben en el mismísimo origen.”

Vayamos a la reciente resolución del gobierno que, preparando la reapertura de fronteras para incentivar el disminuido turismo proclamó: “[…] que aquellos propietarios extranjeros que estén vacunados puedan ingresar”.[1]

En el mismo  momento que países que han sido tan o más maltratados aún por las estadísticas de muertos en contagiados por el Covid 19 que Uruguay –EE.UU., Alemania– han remarcado que no la emprenderán con la obligatoriedad de la vacuna por la razón de artillero; porque son vacunas o mejor dicho inoculaciones  experimentales, que no han cumplido todos los requisitos para constituir obligatoriedad; en el mismo momento en que ni la misma OMS, eje fundamental de esta secuencia que se apresuró a definir como “pandemia” al Covid 19, quebrando usos anteriores de semejante concepto, se ha animado a declarar obligatoria la llamada vacunación (resolución del 7 dic. 2020).

Pero además, hay datos de la realidad que aconsejan cierta mesura en la administración de estas inoculaciones. No hay antecedentes de tantas reacciones adversas, incluida la muerte, con ninguna de las vacunas precedentes. Lo dijo el epidemiólogo (que por cierto no es antivacunas) Eric Caumes: «Nunca he visto una tasa tan alta de efectos adversos en una vacuna […] hay más [de tales efectos]  en gente joven que en personas mayores.»

Se trata de miles de casos adversos en millones de inoculaciones y aritméticamente se podría decir ‘son un porcentaje decimal no significativo, pero hay que saber que con las reacciones adversas en el curso de vacunas con los 4 niveles de experimentación aprobados, que se solían exigir, se registraban decenas de casos adversos por millón, no miles, como ahora.

Así que en este caso, la pretensión de obligatoriedad para las inoculaciones contra el Covid 19 carece del marco legal que siempre necesitaron las vacunaciones, y del sentido común que aconseja actuar precautoriamente. Sobre todo, cuando se sabe que existen diversas medicaciones para afrontar la patogenicidad del Covid 19 (aspirinas, ivermectina, antiinflamatorios como cortisona, dióxido de cloro, y varios otros medicamentos que desconozco).

La pregunta que surge ante la pretensión del gobierno uruguayo (que no es el único con estos afanes obligacionistas) es de dónde proviene ese presunto celo.

Entendemos que responde a una campaña de miedo.

Y que, eso sí, ha tenido éxito. Un éxito obsceno, pero bien real, confirmando, una vez más, cómo se mueve la población, mejor dicho cómo puede ser movida.

Veamos, si podemos seguir “el hilo de Ariadna” y arribar a alguna referencia o conclusión que nos resulte valiosa.

Algunos hitos:

• El papel de la OMS. Ha sido decisivo. Convertida en una red financiada por contribuciones de particulares, que cambió su naturaleza, de organización internacional sostenida burocráticamente por aportes de estados nacionales, a estructura de poder privatizado, de tipo mecenazgo, más acorde a estructuras conocidas en el Medioevo, por ejemplo.

• El del Big Pharma, estrechamente ligado por redes interempresarias con la OMS y por personajes como Bill Gates, elevado a la categoría de gurú sanador convertido en jugador primordial de la sociedad humana.

• Los medios de incomunicación de masas (que uno nunca sabe si funcionan solamente como polea de transmisión de las consignas del poder o incluso pretenden funcionar como usinas ideológicas), que revelaron su enorme, aplastante poder, cuando establecieron sus oficinas de chequeado mediante la cual controlar los flujos informativos y desechar todo planteo que les resultara “inconveniente” al mejor estilo de cualquier esquema totalitario de viejo cuño.

• Finalmente, los gobiernos nacionales, con mucha dependencia ideológica ante la filosofía del progreso y escasa tonicidad política para comportarse con independencia, pese a las consabidas declaraciones gubernamentales de soberanía, se revelaron magníficas correas de transmisión para lo política establecida en las sociedades mediante una heteronomía radical y más radical, justamente, por escamoteada: no existe el gobierno nacional que diga: “seguimos directivas que nos han lleg…”

Con este cuadro de situación, hemos llegado a que sólo “se habla” de vacunas y vacunaciones. Así nos “bombardean” por igual periodistas de “izquierda” y de “derecha”, encarnando aquel ácido aforismo de Nicanor Parra: “La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas”.

Procuremos seguir buscando el hilo conductor de la situación actual, que podríamos denominar “Cama redonda de vacunas”.

Tratemos de rastrear el proceso históricamente.

1) Al inicio de lo que pronto se llamó pandemia de Covid 19, el Big Pharma y sus respectivos voceros locales, los gobiernos nacionales de casi todas partes, empezaron a “tranquilizarnos”, primero con promesas de vacunas y luego con vacunas, dos tomas (en casi todos los modelos de inoculación): una dosis, aligeraba la enfermedad que se contrajera; dos, eran la certeza absoluta de estar “salvado” .

2) Con los meses, empero, el cuadro de suministros se fue desdibujando, con cantidad de situaciones en que no se podía llegar a la segunda inoculacion. Y a la vez, la información sobre infectados y muertos en relación con la vacunación también se fue problematizando.

3) Algunos estados nacionales empezaron una arrebatiña de vacunas. La escasez de arribos hacía difícil cumplir los plazos establecidos. Y aparentemente el intento de mantener dosis consideradas adecuadas en cada tipo de inoculación exigía una coordinación que aparentemente el mercado mundializado no podía enfrentar (plazos, destinatarios…).

4) Pero el mundo empresario, ayudado por autoridades “sanitarias” como la OMS, encontró la solución: empezar a inocular la que estuviera a mano. Poco importa si es ARN mensajero, virus atenuado, ADN modificado… nuestros pastores sanitarios nos aseguran que todas se fortalecen entre sí con las combinaciones.

¿Y el cuerpo que las recibe, qué tal? Si ya habíamos verificado que las reacciones a las inoculaciones contra Covid 19 han  generado muchísimos más casos problemáticos que cualquier vacuna anterior procesada con las cuatro etapas de rigor, ¿qué podemos esperar de esta ensalada que ya no es sólo rusa?

Veamos lo que está pasando en La Plata, capital provincial argentina: “En el mes de julio [… 2021] registró alrededor de 140 fallecidos. El 71 % de ellos había recibido una dosis de la vacuna contra el COVID-19. Otro 19 %, había logrado acceder al calendario completo.” [2]

“El optimismo es más fuerte”. Véase lo que declarara la misma fuente, pocos días antes: “[…] las vacunas probaron ser altamente efectivas. El porcentaje de fallecidos en relación al de vacunados se mantiene por debajo del 40 % para aquellos con una dosis y del 16 % entre aquellos con el plan completo.” [3]

Obsérvese que la mayoría de los muertos en La Plata en julio 2021 son vacunados y que eso está naturalizado, pese al planteo inicial (vacuna como garantía contra la muerte).

Por eso, no extraña que el mismo medio, finalmente, luego del paréntesis optimista, se pregunte, lo mismo que nosotros: “El discurso sobre la eficacia de la vacunación es por lo menos cuestionable. Inicialmente nos explicaron que si te vacunabas, ibas a evitar enfermarte. Después, cuando vieron que esto no se condecía con la realidad, afirmaron que, aunque podías contagiarte, la vacunación evitaba que la enfermedad se torne grave. Cuando salió a la luz que entre los vacunados también existían casos de gravedad, comenzaron a asegurar que la importancia de la vacuna es evitar la muerte por COVID. Sin embargo, hoy lo cierto es que las cifras oficiales dicen todo lo contrario. “ [4]

Pero como si esto no bastara, han llegado a los circuitos mediáticos dos videos que nos muestran el revés de la trama que hemos tenido que soportar en este año y medio: declaraciones de senadores republicanos estadounidenses [5] desnudando la trama de intereses y colusiones que han generado entre otros desastres más de medio millón de muertes en EE.UU., casi todas ellas evitables (y análogamente, en el resto del mundo).

Uno escucha a esos senadores, todos presumiblemente wasp,[6] explicando la trama de intereses que ha desmantelado de hecho cualquier rasgo democrático y racional en  el enfrentamiento al Covid 19, acusando a la República Popular China de haber desatado la pandemia (no sabemos si por descuido o deliberadamente, pero en cualquier caso cerrando e paso al contagio dentro de la sociedad china; los muertos declarados por Covid 19 en todo el territorio no alcanzan a cuatro mil), y uno siente que algo “anda mal”, pero muy mal: a quienes se presumía que eran resortes de un poder mundializado hay que escucharlos como otras tantas víctimas de un operativo a escala planetaria.

El segundo video, ligado al anterior, pero ya no de alegatos sobre responsabilidades y culpabilidades, sino palabras del médico cardiólogo Peter McCullough, en  un sentido mucho más explícito, con claves para entender lo que ha pasado. No es que no lo supiéramos por entero. Varios estábamos siguiendo las huellas de lo que, magistralmente, despliega McCullough (pienso en primer lugar en Nicholas Wade y Ron Unz, pero, afortunadamente, somos muchos más.).

El video de McCullogh, https://www.youtube.com/watch?v=-eJnr8QdvQY, que es apenas de 14 minutos, desnuda la defección del mundo médico ante presiones extracientíficas; gracias a su despliegue del curso de la pandemia nos preguntamos acerca del desdoroso papel de los GACH que han proliferado en tantos países, abandonando con armas y bagajes el juramente hipocrático, y el de los equipos de editores de publicaciones pretendidamente serias, cientificistas, algo que nos muestra de modo insuperable McCullogh.

Su papel desnuda a los correveidiles del Big Pharma. Voluntarios o involuntarios.

NOTA. Los videos están hablados en inglés, pero hay leyendas optativas en inglés y en castellano.

notas:

[1] La Nación, Buenos Aires,  3 ago 2021.

[2] https://realpolitik.com.ar/nota/44806/covid-19-en-la-plata-el-71-por-ciento-de-los-fallecidos-en-julio-estaban-vacunados/, 7  ago 2021.

[3] https://realpolitik.com.ar/nota/44746/casi-la-mitad-de-los-muertos-por-covid-19-estaban-vacunados, 4  ago 2021.

[4] Ibíd., 7 ago 2021.

[5] https://www.youtube.com/watch?v=DU154vdUkZA

[6] White, anglo saxe, protestants

Publicado en Centro / periferia, Ciencia, Destrozando el sentido común, Globocolonización, Medios de incomunicación de masas, Para salir del repollo, Poder mundializado, Salud. Y enfermedad, UruguayEtiquetado como Covid-19, negacionismo mediático

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