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Categoría: Poder mundializado

¿De dónde proviene la buena conciencia de quienes torturan, vejan y matan?

Publicada el 21/12/2025 por luissabini

LUIS E. SABINI FERNÁNDEZ

19 DICIEMBRE 2025

OBSERVACIONES SOBRE ESTALINISMO Y SIONISMO

La repugnante impunidad moral y política que se encarna en el sionismo y en los sionistas me ha hecho recordar otra actitud del mismo orden; la de los estalinistas ante la monstruosidad soviética y los “crímenes de Stalin”.

Es un proceso de total bloqueo mental, de inocencia deliberada y contumaz ante hechos ante los que uno tendría que reaccionar ¡y de qué modo!

Tuve un tío estalinista. De pura cepa. Cuando el vigésimo congreso del PCUS, durante meses negó “las noticias de la prensa burguesa”. Cuando finalmente, se descorrió no sé qué velos en su magín, estuvo borracho, casi sin solución de continuidad, durante un año. Nunca se desmoronó por la escalera yendo a su vivienda en un segundo piso, porque su pareja lo esperó siempre, pacientemente, a la entrada del edificio. Su prédica a un sobrino adolescente e interesado en cuestiones sociales y políticas terminó por llevar al sobrino, a llevarme, a un anarquismo irreductible a las miserias políticas (y necesariamente morales o psíquicas) que mi tío contaba con tanto orgullo.

Era de quienes estaban esperando el golpe falangista o fascista desde tiempo atrás y que, por lo tanto, el 17 o el 18 de julio, 1936, se puso su “mejor chaqueta dominguera”, como me decía risueño, y enfiló a la Casa del Partido para iniciar la resistencia, el contragolpe.

No fue todo como esperaba porque había pensado, como rezaba la propaganda, en ‘salir a defender la República’ y en la sede, lo que le ofrecieron, además de un arma, fue salir a nombre del PC. A sus 18 años ─pura inocencia y desprendimiento─, le pareció no adecuado, estrecho, y “el Partido” lo encarceló dentro de su propia sede, junto a dos adolescentes más, con la misma actitud (tardó poco esa rebeldía: a los diez días salió a “defender la República” con el emblema del PC, impaciente porque quedaba fuera de los inminentes vítores… (que jamás de produjeron).

Este hombre, pura fe, tenía libros. Un puñado. Recuerdo uno, en el que un autor norteamericano explicaba puntualmente cómo León Trotski, un sátiro, viejo y desmedido, había procurado seducir (o seducido, o violado) a una de sus secretarias y el novio, ofendido, había terminado matándolo. Cero política; mucha pasión. Tenía otros ejemplares de otros comunistas estadounidenses. Tan rigurosos en su futurismo como el de los escarceos sexuales que recuerdo.

Mi impresión entonces, todavía adolescente, es que la gente puede “armar” una defensa cerrada con sus convicciones al margen de toda verosimilitud. Y conservar una magnífica “buena conciencia.”

Han pasado muchos años y un viejo amigo de los veinte, argentino de origen, a quien tanto apreciaba por su ponderación de juicio, optó por la guerrilla tupamara, por lo cual debió cumplir 13 años de penitenciería, de los cuales sobrevivió, su ponderación perdida o mejor dicho intercambiada con una certeza doctoral fruto de esos 13 años de estudios sistemáticos o mejor dicho de machaconeo ideológico, tal vez mecanismo inconsciente de defensa para no ser triturado en tan largo ínterin.

Mi amigo salió finalmente de la cárcel. Yo seguía exiliado. Me contó entonces que su hermana, menor, ─que en lugar de hacerse tupamara había optado por hacerse comunista, y que evitado la cárcel─ también estaba exiliada o autoexiliada, en París, con su pareja. Que resultó ser un rentado de aparato del PCU. Me pidió que la visitara.

Fui a su bohardilla parisina. Y vi al rentado. Y aproveché ─le dije─ para hacerle una pregunta, que me quemaba: ¿cómo barajaba él, como ser humano, su relación con el PC, con el comunismo (todavía sacralizadamente soviético), la existencia de “los campos”, de los millones de internados, que seguramente ahora no eran tantos, pero que todos los samizdat llevaban a pensar que seguían existiendo; con el trabajo esclavo, en suma, con la prisión por discrepancias….

El tipo escucha y me dice, como disculpándose: ─Sabés que de esto no sé nada… Y le pregunto: ¿cómo podés cobrar de un aparato así, y no sabés nada? El tipo concede en silencio, desarmado.

Le digo: ─bueh, en tal situación, no tenemos nada más que hablar. Me levanté y me fui.

Pero volvamos a la pureza psíquica, la limpieza de conciencia. Como a mi tío, nada afectaba al joven exiliado rentado. Tenía una excelente buena conciencia. Virginal en el rubro de la represión de “su” orden.

En algún momento, con la crisis progresiva del comunismo, puede que algunos reaccionen. Pero en Chile, una de los dos protagonistas de las elecciones nacionales, 2025, era una comunista hecha y derecha. Así que sigue con derechos psíquicos, no sólo políticos.

Claro que todas las monstruosidades del comunismo se van alejando en el tiempo. Salvo excepciones, cada vez más contadas, ya no llegaron ni a Gorbachov. Para la candidata chilena, Jeanette Jara, todo ese universo está muy lejos en el espacio y en el tiempo.

Volvamos ahora al sionismo. La pregunta es cómo los sionistas, los judíos proisraelíes en general, pueden seguir teniendo “buena conciencia” mientras el Estado de Israel ha torsionado tanto la vida de los palestinos, hollados, desalojados, aislados, golpeados, reprimidos, despojados, hambreados, torturados, vejados, burlados, abusados, asesinados, hasta límites pocas veces vistos.

Lo han hecho desde los primeros tiempos sionistas, con el llamado Nuevo Yishuv, a principios del s xx, pero eso ha recrudecido en la Franja de Gaza (FdG) a partir de 2006, cuando elecciones limpias con veedores internacionales de confianza le dieron la victoria a Hamás, tanto en Gaza como en Cisjordania (aunque con menos margen en Cisjordania). Israel encarceló a los candidatos triunfantes de Hamás que pudo y en Cisjordania y Jerusalén, la ANP retuvo “el mando”, simbólico, porque el poder real era y es el israelí. Pero pese a la represión, Hamás retuvo el gobierno en la FdG. Desde entonces, la FdG quedó totalmente aislada, por aire, mar y tierra y sometida a la más variada represión, impidiendo cultivos, quebrando todos los servicios, de agua, cloacales, cibernéticos.

Así, la represión, el despojo y la tortura, los asesinatos colectivos, eran visibles y preocupantes antes del 7 oct. 2023 ─como por ejemplo cuando las invasiones con artillería pesada a las ciudades y pueblos de Gaza (2006, 2008, 2012, 2014)─, tras el copamiento palestino al cuartel regional israelí sobre la FdG, inevitablemente violento, y el operativo de toma de rehenes, [1] la reacción israelí se hizo irrefrenable, sin límites. Derribando viviendas por miles, permitiéndose aniquilar la vida de 15 inocentes o ajenos al objetivo, si el objetivo, un humano, era poco relevante y permitiéndose matar hasta cien de quienes estaban “en el camino” si el objetivo era aniquilar un militante considerado importante de la guerrilla palestina; es decir, una represión genocida.

Se reafirmó la vieja política de Ariel Sharon de hacerles “invivible” la vida a los palestinos. Sin agua, sin energía, sin cloacas, sin alimentos, sin abrigo, sin medicamentos. Aunque escamoteando las cifras de “bajas” (tras muchos meses de ese machaconeo convirtiendo cada ciudad o pueblo gazatí en pilas de escombros, los muertos siguieron proclamados en decenas de miles, cuando estimaciones no oficiales empezaron a ponderar los muertos en centenares de miles).

Si desde Israel se ignora el daño inmenso causado a la población gazatí (y a la palestina en general, porque la represión jamás ha cedido en Cisjordania o en Jerusalén Oriental), a su vez se ha informado de las acciones palestinas de manera falaz. Brutalmente, mintiendo. Los bebés decapitados del presidente Biden, las mujeres desventradas, los niños Bibas asesinados por palestinos, que resultaron matados en bombardeos israelíes, porque estaban entre los rehenes israelíes tomados el 7 oct. 2023 (el padre y esposo de la madre y los dos pequeños así matados, había sido canjeado en enero de este año).

Afortunadamente, como pasa tantas veces, judíos con dignidad y amor a la verdad han desmontado algunos de los mitos fabricados desde Israel, como es el caso con el mismo 7 de octubre y sus narrativas israelíes. Max Blumenthal presentó el documental Atrocity Inc.[2]  Allí nos dice el realizador que “esas narrativas falsas sirven con un propósito estratégico del personal israelí; deshumanizar a los palestinos retratándolos como animales humanos, según las palabras de Yoav Gallant”, entonces el ministro de Defensa, mejor dicho de Guerra, o de Muerte de Israel.

¿Cuál es la coraza psíquica que blanden sionistas para no reconocer sus propis atrocidades?

Visualizo dos facetas o aspectos de esta ceguera psíquica y moral. Una primera, del mismo orden que vimos entre estalinistas durante décadas, convencidos militantes de la causa-del-pueblo, que negaban los campos de concentración, denunciados por Alexandre Solzhenitsin, por ejemplo.[3]  Esa suerte de impunidad o protectorado psíquico para no ver la realidad, escamotearla (deben ser todos traidores), se ampara, empero, en cierta universalidad, al menos teórica. Se los llevaba presos, se los mataba porque violaban conductas que, teóricamente, compartíamos.

Pero el sionismo tiene otro aditamento, que se escurre de toda universalidad.

Tuvo que ser un judío lúcido y honesto para con la humanidad ─Israel Shahak─[4], quien ha afrontado la carencia de universalidad del Talmud y de la Biblia judía.

Shahak bucea en textos en hebreo que en general no están al alcance de la población no judía (y probablemente tampoco al alcance de muchos judíos) y deslinda desde el vamos las raíces de esas creencias judías. Mucho más talmúdicas que bíblicas, nos explica.

Según las cuales, la sangre judía es incomparable con la sangre (humana) no judía. Y la excepcionalidad judía confiere un sitial único a los judíos en la especie humana. Con lo cual, nos advierten Shahak y Mezvinski “la derecha entera israelí está unida en su resentimiento a la idea de normalidad”.

Nuestros autores revelan la unión entre religiosos judíos supertradicionalistas, atados al pasado y el sionismo militante, porque los religiosos “proveen la larga historia de la relación especial entre dios y el pueblo elegido.” Con sorna, un analista de religiones, Laurent Guyénot, ha titulado uno de sus trabajos: “Tenemos el mismo dios, pero él nos ha elegido a nosotros”.

Shahak y Mezvinski citan a Menahem Friedman, un investigador judío reconocido por su estudio sobre los haredim (judíos intensamente religiosos): “El mundo haredi es judeocéntrico. La esencia del pensamiento haredí es la noción de que un abismo separa a los judíos de los gentiles.[…] Asumen que no judíos y judíos son polos separados.

Esta zanja infranqueable perdura dentro de las organizaciones israelíes como la Kneset. ‘Ningún haredí recibirá directivas rabínicas de otros partidos también haredim’, nos explican Shahak y Mezvinski. Las organizaciones haredim se rigen por pautas ajenas al universo democrático, abierto, público.  La misma ajenidad nos rige hasta en las organizaciones que se presentan como democráticas, abiertas, públicas. Pero los haredim van un paso más: sus “deliberaciones son mantenidas en secreto, sus decisiones no están sujetas a ninguna apelación desde que son consideradas como de inspiración divina […] Si muere un miembro del Consejo, su sucesor es designado por los miembros remanentes.” Una verdadera olig-arquía en su sentido etimológico, y de derecho divino.

Sostiene el rabino Yosep:“Yerusalén, por ejemplo, es asiento de varias iglesias, mezquitas y sinagogas. Y el Estado de Israel se ha comprometido a preservar esos otros cultos en ‘la ciudad de las tres religiones [monoteístas]’. Pero: “nuestra ley [religiosa] nos ordena destruir toda la idolatría y a sus servidores hasta que la desarraiguemos de todos los sitios de nuestra tierra y de todas las áreas que seamos capaces de conquistar.” [5]

Otro rasgo preocupante para los alcances democráticos es la pretensión haredi: “El derecho de nuestro público a no saber ciertas cosas.” Este último “derecho” le viene como el guante a la mano a mucha gente que no quiere saber de actos represivos brutales ejercidos por el Mossad y su gente, o por “el ejército más moral del mundo” según propia definición), actos, asesinatos, diagramados para ser resueltos desde instancias de alta tecnoloqía, obviando la mano humana.

Tengo, mejor dicho, tuve un amigo, entrañable, que en los ’60 hizo su aliá a Israel. Como judío laico y prácticamente ateo hizo su aliá junto a su pareja criolla. goi. Y era tanto su desapego al experimento israelí que el primogénito se negó a hacer el servicio militar y quedó marcado para siempre como un minusválido, no intelectual o físico, sino un fuera-de-la-colmena (hijos siguientes ya no serían de los dos sino, también, de la sociedad israelí).

Cuando empezaban las “diferencias”, entre mi amigo y yo; dirigentes de su kibutz, de Hashomer Hatzair, “la izquierda” israelí, de visita al Uruguay, proponían la solución militar ante la crisis de los ’60, y empecé a ver el trato ”policial” a los palestinos, mi amigo sostenía serenamente: ─No, represión, tortura no hay, porque en Israel eso no se permite, no se tolera.

Mi amigo, antiestalinista, socialista judío, estimaba a su jefe de gobierno, David Ben Gurión como un ser más allá del bien y del mal. No sabía yo entonces que Ben Gurión revistó en la Unión Soviética en 1924, momento en que ya se estaba consolidando un comunismo bajo el terror.

Junto a ese Ben Gurión de los ’20, veamos el de los ’60 que nos recuerda el citado Guyénot: “Creo en nuestra superioridad moral e intelectual, en nuestra capacidad de servir como modelo para la redención de la raza humana”.[36] En una declaración publicada en la revista Look el 16 de enero de 1962, predijo para los próximos 25 años:  Todos los ejércitos serán abolidos y no habrá más guerras. En Jerusalén, las Naciones Unidas (unas verdaderas Naciones Unidas) construirán un Santuario de los Profetas para servir a la unión federada de todos los continentes; este será la sede de la Corte Suprema de la Humanidad, para resolver todas las controversias entre los continentes federados, como profetizó Isaías.”[6]

Estamos hablando del namberuán del sionsimo israelí. Su arrogancia, su petulancia intelectual, su supremacismo, son apenas superados por sus errores garrafales acerca de lo futuro.

Todo fue cada vez peor. ¿Lograría mi examigo preservar su buena conciencia?

Retomando características de ideologías tan tóxicas como el estalinismo pese a su genealogía socialista, y el sionismo; un salvacionismo empeñado en instrumentar nociones de absoluto, ambas otorgan ─como en general toda ideología manumisora─, una coartada fuerte para preservar buena conciencia.

Pero la apelación a una ideología que ni siquiera blande el motivo-excusa de su condición universal, como en el socialismo, nos resulta todavía más penosa, porque el sionismo habilita el racismo, al separar a humanos en dos humanidades; una “del libro”, “de dios”… y la otra.[7] □


[1] Que únicamente se puede explicar por la política sistemática y de larga data, de toma de rehenes que despliega Israel en los territorios palestinos.

[2]      https://institute.aljazeera.net/en/ajr/article/2876.

[3]     No fue el único: Valentín González, “El Campesino”, comunista español que llegó a la URSS como refugiado y terminó huyendo de la URSS a campo traviesa, para luego denunciar la pesadilla del socialismo ruso. Hubo varios que desde visitas a la URSS con desenlace inesperado, o pasando por cárceles y “campos de reeducación” también denunciaron la sórdida, patética realidad: entre otros André Gide, Panait Istrati, Anton Ciliga, Bruno Ricci,  Jan Vaclav Majaiski, Viktor Kravchenko, Vicente Monclús Guallar, Fernando de los Ríos, Ángel Pestaña, Ida Mett, Margarete  Buber-Neuman, quien acumuló en su vida unos cuatro-cinco años en cárceles soviéticas y fue transferida en 1940 a cárceles de la Alemania nazi, donde siguió incomunicada por otros cuatro-cinco años y vio morir exhausta a Milena Jesenská, novia de Franz Kafka y presa por su actividad antinazi, una semana antes de la clausura de esa cárcel, en Ravensbruk.

[4]  Israel Shahak y Norton Mezvinski, El fundamentalismo judío en Israel, Editorial Canaán, Bs. As., 2015.

[5]  Ob. cit., p. 78.

[6]  https://www.unz.com/article/zionism-crypto-judaism-and-the-biblical-hoax/.

[7]  “La otra”, como explican Shahak y Mezvinski, ni siquiera es considerada humana.

Publicado en Conocimiento, Palestinos / israelíes, Para salir del repollo, Poder mundializado, Política, Sociedad e ideologíaDejar un comentario

La impunidad israelí

Publicada el 21/12/2025 por luissabini

25 noviembre 2025

por Luis E. Sabini Fernández

La violencia

En mi vida particular siempre fui escéptico de los golpes de mano guerrilleros que experimenté o de los que supe en el Cono Sur (aunque algunos simpatiquísimos y prácticamente todos con enorme apuesta personal, de “entrega a la causa”), porque me resultaban potencialmente autócratas, facilitando con demasiada velocidad el entronizamiento de otros dirigentes, siempre a costa del protagonismo de “la gente como uno”.

Tales mis vivencias respecto de la guerrilla latinoamericana, particularmente, dispuesta con mucho coraje y entrega, pero también ceguera. Así acordé con el testimonio de un exagente secreto cubano, hijo del famoso guerrillero argentino Ricardo Masetti, ungido por Guevara para cr9+

ear un foco revolucionario en sus planes “continentales” para el sur americano, quien prácticamente apenas si pudo poner en pie dicho emprendimiento. El hijo, argentino pero criado en Cuba, Jorge Masetti, fue educado y capacitado como agente revolucionario. Fidel quería hacer con el hijo lo que no pudo con el padre. Y ya totalmente “a punto” renunció a ese camino, cuando vio la seguidilla de fracasos guerrilleros latinoamericanos (y una etapa subsiguiente, casi inevitable: delincuencia común y silvestre). Comentó entonces: “Qué suerte que no ganamos”.[1]

Palestina

Todo este preámbulo para reconocer que la violencia existente en Palestina es distinta, radicalmente distinta. La violencia de abajo, desde los palestinos, es apenas la respuesta, ante la maquinaria israelí que es apabullante.

La imagen del niño o los niños con piedras delante de un tanque es de una precisión extraordinaria para mostrar los quantum de cada lado. La autodefensa así, el contraataque civil, desesperado, como el de la jovencita amenazante que blandía en la calle una tijera de costura, porque no podía más y fue muerta a tiros sin mediaciones (y sin necesidad). Porque así reprime Israel, de un modo brutal, aniquilador, sin ley aunque con exceso de técnica.[2]

Estamos ante un tratamiento peculiar del enemigo. Lo ha dicho y reiterado Netanyahu y otros dirigentes: combaten a animales, no a humanos, o sí, son humanos, pero amalecitas. Y su dios les ha dado permiso, hace unos miles de años, para matarlos (véase Éxodo, de la Biblia).

Es un permiso de larga, larguísima duración. Porque según las “Escrituras” ese conflicto sobrevino en tiempos muy remotos. Y “goza” de excelente vigencia en pleno siglo 21.

¿Pero quién le dijo a Netanyahu que los palestinos son (los) amalecitas?

El comportamiento de la población israelí es llamativo. Veamos a los colonos en Cisjordania. Nunca autorizados por la ONU, pero asentándose de facto, en territorio internacionalmente reconocido como palestino, con la anuencia no expresa del gobierno israelí. Hace unos años, eran decenas de miles y en grupetes, amparados por el ejército ─israelí─ que acompañaba pasivamente las operaciones de hostigamiento, se acercaban a las aldeas palestinas y las apedreaban, dañaban los olivares, los limoneros. Hachas, cascotes, a veces producían heridas. Ahora, los colonos son cientos de miles ─siempre amparados por el ejército que acompaña a retaguardia─, se agrupan en bandas de decenas o centenares, armados ellos mismos, y arrasan una aldea palestina, dañando viviendas, instalaciones, cultivos, vehículos y a menudo los cuerpos de palestinos que encuentran a su paso. Tratando de generar terror.

Últimamente, el ejército tomó la iniciativa: so pretexto de buscar “terroristas” ha destruido barrios enteros, con población civil palestina, desarmada: destruye, en rigor, todos los elementos materiales de la vida social, viviendas, ropas, jardines, juguetes, libros, enseres. La gente queda con lo puesto y a menudo sin hogar. Luego, el ejército ha rematado sus operativos diezmando a los pobladores. Las familias, generalmente numerosas en Palestina, quedan así entrecortadas, rotos sus vínculos, en el mismo momento en que se han quedado sin vivienda, o sin muebles o sin sus medios de vida. Y a menudo sin familiares, asesinados en una infame dosis diaria, casi hasta ahora.

Es prácticamente la política de “tierra arrasada” que se atribuye a algunas invasiones como la de los hunos, “bárbaros” de los siglos 3 y 4 de la era cristiana.

Desde hace ya décadas, vamos viendo los efectos del Plan Yinon anunciado por Israel a principios de la década de los ’80. Oded Yinon, analista militar, diseñó un plan para descomponer a los estados circundantes a Israel en unidades políticas menores y así más manejables; entendía apropiado para los intereses israelíes, particionar al Líbano en dos o tres; a Egipto en cinco o seis; a Irak en otros tres y a Sudán en dos… y así sucesivamente.

Vemos que la acción israelí, abierta o mediante “coberturas” tipo DAESH, ha ido logrando escalonadamente, sus objetivos tanto en el Magreb norafricano como en Asia Occidental; Libia, Irak, Siria, Sudán, Líbano, Palestina han sido modificadas, deglutidas, despedazados por la política de agresión y desgaste israelí, siempre secundada, materialmente, por EE.UU. que ha funcionado como furgón de cola y abastecimiento de la maquinaria imparable israelí.

Ese apoyo incondicional de EE.UU. a la geopolítica israelí tiene varias explicaciones; hay un cierto paralelismo en los desarrollos históricos de EE.UU. e Israel, aunque en muy diferentes coyunturas históricas. Una base religiosa relativamente común, porque los protestantes son los cristianos que revalorizaron aspectos del Antiguo Testamento, que es el núcleo ideológico de la religión judía. Y son los colonizadores de América del Norte, exterminadores de las población autóctona. Con la  Biblia en la mano.

Pero sobre todo, porque al fin de la 2GM, cuando EE.UU. corta vínculos con la obsoleta Sociedad de Naciones (fenecida por extinción en 1946)  y funda “su” ONU (octubre 1945), la élite WASP, fundadora de EE.UU., ya había sido parcialmente sustituida por la élite judía a través de una serie de artilugios: think tanks, la intelectualidad judía tiene cada vez mayor peso; la Reserva Federal (el capital financiero judío pasa a ser mayoritario entre los diez bancos fundadores, en 1913); Hollywood (de siete grandes empresas, seis serán en los ’30 de propiedad y dirección judía, así cada vez más las imágenes de EE.UU., serán producidas con ojos judíos; y sobre todo mediante la financiación dispendiosa al personal político estadounidense, para lo cual en 1954 se funda AIPAC.[3] Sin tales subsidios se le convertiría muy trabajosa la inserción social a la mayoría de tales legisladores.

Por eso una de las imágenes más simplonas y equivocadas de ciertos analistas de política internacional ha sido, y frecuentemente, invocar al ‘submarino de la Armada de EE.UU.’ para hablar de Israel en el Cercano Oriente. Más acertada parece la imagen (wag the dog), muy conocida dentro del pensamiento crítico estadounidense, de que la cola mueve al perro.

Dos hechos recientes, en la órbita de la ONU, el viejo instrumento que EE.UU. se arrogó al final de la 2GM para ordenar y/o administrar el mundo, nos muestra hasta qué punto Israel lleva la voz cantante, cambiando incluso las modalidades de dominio.

Hasta hace poco, muy poco, el poder solía ocultar sus rostros, o fauces, y solía encubrir sus acciones mediante “voluntad de paz”, “búsqueda de fines democráticos”, “conciliación”, allanamiento de dificultades”. Al fin y al cabo, el resultado de la 2GM, en 1945, fue la victoria contra todo tipo de dictaduras (quedaba allí, “tras la cortina”, una diz que proletaria, y por lo mismo totalmente distinta a las conocidas hasta entonces; también quedaba la de Franco en España, pero esta última ─como tantas otras de América “Latina”─  formaba parte de aquella política pragmática yanqui de cuidar al hijo de puta si es “nuestro”).

Es decir, la defensa de lo democrático tenía su dificultad, pero se invocaba.

1. El 11 de noviembre ppdo. el Consejo de Seguridad de la ONU ha tomado una resolución “sobre el conflicto en Gaza” que exonera de todo cargo a Israel. Aceptando tácitamente el papel de víctima del “terrorismo de Hamás” que Israel se ha autoasignado, eludiendo todo el infame tratamiento, extorsivo, constrictivo, abusivo que Israel aplicara por décadas a la Franja de Gaza ─y que están en la base del comportamiento de Hamás del 7 oct. 2023. Israel no sufre así ni un rasguño político (ni económico) con la resolución del “Consejo de Seguridad” de la ONU del 17 nov. ppdo.

Ni siquiera tendrán que dar cuenta de los asesinatos colectivos y sus monstruosas “equivalencias” en vidas humanas,[4] ni indemnizar por el brutal daño ocasionado a un territorio que parece triturado y machacado como pocas veces se ha visto. Ni afrontar los gastos que demandarán la recuperación de suelo, viviendas, redes de comunicación y sanitarias, ni por el restablecimiento de hospitales, sin mencionar los miles de seres humanos destrozados por el solo hecho de vivir en el círculo del infierno diseñado por Israel.

El presidente de EE.UU. con aspiraciones a mantener la hegemonía que recayó en 1945 sobre elos, se atribuye ahora una virtual presidencia o gobernación de la Franja de Gaza, para ─proclama─ su reconstrucción, buscando siempre, la prosperidad (lo único bueno en este proceder sería quitarle a Israel las tenazas sobre ese territorio, pero lo pongo en condicional, porque no es precisamente Trump quien decide).

El Plan estima dos años para la recuperación urbanística y edilicia. Dado el daño a la vista, su extensión y alcance, parece exiguo el plazo.

Algún aspecto positivo tiene: se abandona la idea del exilio forzoso de los gazatíes, tan promovida por el gobierno israelí. Al contrario, al menos en la letra, la resolución declara voluntad expresa de que permanezcan sus habitantes históricos en la Franja.

De todos modos, el plan no esconde sus búsquedas de negocios: traer muchos capitales para crear zonas de confort, no para los gazatíes precisamente, sino para los milmillonarios que Jared Kushner tanto se afanara por atraer al futuro resort de Gaza.

No podemos olvidar que prospecciones han verificado la presencia de al menos gas en el Mediterráneo a la altura de la Franja de Gaza. Y que la regencia transnacional e imperial que procuran encarnar Trump y Blair ─nada menos─ tienen marcada preferencia por la prosperidad… propia.

ONU no le exige cuentas a Israel. Siempre absuelto de todo. Por derecho de nacimiento, tenemos que suponer. Pero además, de hecho, ONU restablece el colonialismo puro y duro: un poder imperial, ─EE.UU.─ designa “rey y virrey” de esos dominios, Trump y Blair, para restablecer el ámbito colonial.  Solo que no es el colonialismo israelí, sino el estadounidense.

La tarea que se asignan los jefes colonizadores es ardua: se proponen “cambiar las mentalidades y los relatos palestinos”, para persuadir, por lo visto, a estos salvajes “de los beneficios que puede reportar la paz.” (¡sic!)

Si estos maestros pedagogos ─Blair y Trump─ quisieran proclamar las virtudes de la paz, tendrían que dirigirse con urgencia a la formación política sionista, que ha hecho a lo largo de cien años siempre un camino de violencia, no de paz, un camino de guerra y conquista, invadiendo tierras ya ocupadas milenariamente, mediante dudosa documentación bíblica. Confundiendo deliberadamente religión y leyenda con historia documental.

La resolución del 11 nov. 2025 correspondió al Consejo de Seguridad de ONU ampliado; no ya los 5 originarios (EE.UU. R.U., Francia, Rusia, China) sino además los actuales miembros: Argentina, Italia, España, México, Colombia, Pakistán, Corea del Sur, Turquía, Indonesia y Alemania.

Apenas dos abstenciones (con magra fundamentación) de Rusia y China. Nadie preguntó, ninguna de las 15 representaciones nacionales, por qué a Israel su comportamiento violento, racista y genocida, le sale gratis.

Lúcidos, y valientes, designados o funcionarios de la mismísima ONU, a lo largo de tiempo, como Francesca Albanese, Susan Akram o Richard Falk en tiempos recientes e incluso Folke Bernadotte en los mismos inicios de la ONU, y tantos otros, no alcanzan para contrabalancear el papel imperial, luego neoimperial que, aun con retaceos y recortes, cumple, sigue cumpliendo la ONU.

2. El 21 de noviembre ppdo., la Asamblea General de la ONU emitió un dictamen contra el uso de la tortura. El plenario contaba con 176 delegaciones nacionales y fue aprobado por abrumadora mayoría (hubo 4 abstenciones; todo un interrogante, entre ellos las de Nicaragua y Rusia), pero sobre todo, contó con la oposición encendida de tres representaciones nacionales: EE.UU., Israel y Argentina. Que defendieron, entonces, eso precisamente; el uso de la tortura.

Nubarrones oscuros campean en nuestro presente: ya no sólo se usa la tortura; hay quienes la postulan, al mejor estilo de dictaduras como las famosas “latinoamericanas” de Trujillo o Pinochet, o la del sha iraní y, sobre todo hoy día, como las muy perfeccionadas de Israel y su racionalísimo sistema de dominio que incluye tantos tipos de tortura.

Si estará dada vuelta nuestra trama cultural que una militar israelí, Yifat Tomer, fiscal que, aun ignorando tantos atropellos y torturas anteriores, optó por criminalizar recientemente a cinco soldados del “ejército más moral del mundo” por haberle introducido caños metálicos en el ano a un preso palestino y (obviamente) dañarlo. La info-de-todo-el-mundo habla de la detención de la fiscal pero no de la salud (o la muerte) del palestino; la fiscal ha sido, ella misma, encarcelada.

Netanyahu condenó la difusión hecha por Tomer porque, claro, “daña la imagen”.

Daña la imagen que es lo que le importa a Netanyahu, no la realidad (seriamente dañada).

Lo acontecido con Tomer es un claro ejemplo del comportamiento emprendido y defendido por los gobiernos de EE.UU., Israel y Argentina.

De lo vergonzante, siquiera como pose, hemos ido al “a mucha honra”. Torturan los “legítimos” y no sólo no se deshonran, deshonrándonos a todos; ahora hasta se enorgullecen.□


[1]  Escribió un libro, El furor y el delirio, Tusquets, Barcelona, 1999.

[2]  El ejército israelí elude responsabilidades personales mediante el ardid tecnológico de organizar los raids de todo tipo, con drones, aviones o mera artillería, a través de dispositivos tecnológicos. Quitar la decisión a humanos permite además, incrementar la intensidad del daño mediante la velocidad que los dispositivos tecnológicos multiplican por encima de toda escala manual.  Doble ventaja: aumenta el daño y decrece la responsabilidad por sus consecuencias, porque, claro, a los asesinados los cosechó el dron, o el programa, no un yo.

[3]  AIPAC (American Israel Public Affairs Committee – Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos – Israel). Se estima que hoy las tres cuartas partes de los representantes y senadores del Poder Legislativo de EE.UU. reciben suculentas donaciones de organizaciones como AIPAC. Como quien dice, las votaciones están ganadas de antemano.

[4]  Los militares israelíes han establecido tablas compensatorias de víctimas: para ubicar y ultimar a un guerrillero de poca monta, se permiten matar hasta quince pobladores desarmados a menudo ajenos; si se trata de un jefe guerrillero ─definido por ellos─ se permiten matar hasta cien ajenos al objetivo en sí.

Publicado en Centro / periferia, Palestinos / israelíes, Poder mundializadoDejar un comentario

El colonialismo sobreviviente y una tercera guerra mundial

Publicada el 21/12/2025 por luissabini

9 noviembre 2025

por Luis E. Sabini Fernández

Un viejo y áspero aforismo chino nos recuerda que cuando el dedo señala la luna el estúpido mira el dedo.

Y así estamos, cada vez más, en nuestra sociedad del espectáculo.

Hablamos de Hamás, no del sionismo.

Hablamos de beepers y intercomunicadores, no de quienes los construyeron. Y por qué.

Hablamos del ejército israelí pulverizando ciudades enteras con su población incluida, pero no de lo que le otorgó a los militares sionistas la impunidad para fabricar escombros con mampostería y cuerpos humanos incluidos; una argamasa que a gatas podemos formular, tan atroz y fuera de todo sentimiento humano nos resulta.

Hablamos de las lanchas explotadas en alta mar en el Caribe o en el Pacífico y no del dios de la guerra que resulta tan hermanado con la modalidad american de vivir-en-el-mundo.

Todo ello nos señala un aumento de la brutalidad política, un despliegue de incontinencia y de arrogancia. Desde las cúpulas planetarias, porque en los llanos, en los marasmos, en las costas, en los suburbios, lo que aumenta es la exclusión y las víctimas.

¿Estamos en la tercera guerra mundial, tantas veces anunciada? Por lo visto, sin que la inmensa mayoría de nosotros lo sepamos y sin precisar desde cuándo.

Varias fechas pueden otorgarse esa patética y trágica efeméride.

14 mayo 1948

Entonces se “funda” el Estado de Israel. Y con ello se reactualiza el colonialismo rampante con que se iniciara la Modernidad occidental en los siglos 15 y 16. 

El ciclo del colonialismo parecía clausurado con el florecimiento de la democracia “universal” en 1945. Muy pronto, se vio que el colonialismo no había desaparecido ni mucho menos, sino que había cambiado sus ropajes, rebautizado ahora neocolonialismo: la diferencia fundamental era que el viejo colonialismo, del British Empire, por ejemplo, llevaba muy orondo, por todos los mares, su bandera británica.[1] Y el colonialismo remozado a partir de 1945, inauguró nuevas banderas para las colonias, para cada colonia más o menos ex. Banderas propias.  Una afirmación de lo propio, pero sólo simbólicamente, en la bandera.

Así que públicamente y con grandes discursos “de emancipación y soberanía nacional” se dio por clausurado el ciclo colonial, vergonzante de abusos, robos y genocidios. Entrábamos a una era de “paz sin violencia”. Democracia para todos, o mejor dicho for everybody. Y vamos a ir viendo que todos no son todos, incluso peor, apenas resultan una minoría.

Pero, ¡oh maravillas de las políticas imperiales! Así como se continuaba con renovados bríos tecnológicos el colonialismo de un modo más artero en el “Tercer Mundo”, cambiándole hasta de nombre y habilitando así con bombos y platillos, estados nuevos, modernos y democráticos, en 1948 se inauguraban (también) estados del viejo cuño: Israel era erigido con población ajena al territorio (en un 95-98%, aunque ingresada gradualmente a lo largo de décadas) y a la vez vaciando en ese territorio más del 50% de su población histórica,[2] y otro estado de viejo cuño en 1948 cambiaba apenas su camisa: la República Sudafricana pasaba a denominarse Unión Sudafricana u establecía con toda legalidad la política de apartheid.[3]

No todo era neocolonial, como por ejemplo, Nigeria, Túnez o Birmania.

En la Unión Sudafricana se le reconocía a los colonizadores europeos derechos sobre tierra despojada a poblaciones africanas; zulú, kongo, luba y otras. Los europeos que habían construido la Unión Sudafricana, eran británicos, llegados al sur africano en el siglo 19, pero holandeses se habían instalado allí mismo desde comienzos del siglo 17 y, más tierra adentro reclamaban ser más “oriundos” que los británicos. En rigor, eran colonialistas exterminadores anteriores; zanjaron sus diferencias en una guerra entre blancos donde los ingleses no dudaron en exterminar a los Boers en el cambio de siglo del 19 al 20. Entender eso le costó a la ONU, unas cuantas décadas… y 27 años de cárcel a Nelson Mandela.

Por configurar el asalto sionista a Palestina una acción tipo “guerra de conquista”,[4] bien se la puede considerar fecha o anuncio de “tercera guerra mundial”. Sin embargo, la inmediatez histórica a una guerra finiquitada con la destrucción de “El Eje”, en 1945, hacía poco imaginable que la humanidad se viera nuevamente envuelta en otra guerra mundial.

La posibilidad de “tercera guerra mundial” adquirirá nueva vigencia entonces cuando desaparezca el “equilibrio de las dos superpotencias” (que tuvo vigencia de 1945 a 1991).

Entonces, EE.UU., sus élites de poder, sienten ─otra vez─ llamada su hora, con el sueño de divisar el siglo 21 como “el nuevo siglo de EE.UU.”, ahora en exclusividad.[5]

11 setiembre 2001

Casi inmediatamente, el mundo será conmovido con el derribo de las Torres del NYC, la

implosión del Edificio 7 y el bombazo o cohetazo contra o en un lateral del Pentágono. Parece demasiado para ser todo llevado a cabo por células terroristas de origen árabe (aunque parece indudable que árabes también están en “el acontecimiento”: en el lugar de alguno de los atentados aparecieron pasaportes o documentos identificatorios de ese origen, maravillosamente enteros).

El 11 de setiembre de 2001 significó la detención inmediata y sumaria en Nueva York de tantos o más judíos e israelíes que de árabes. Centenares. Para tener en cuenta. Sin duda, con toda la violencia desplegada, ese atentado nos acercó muchísimo a una tercera guerra mundial con borroneadísimos personajes. La violencia y la ignorancia aumentan juntas. Lo que gana es la heteronomía. Sigue todavía el misterio sobre el 11 09 2001.

27 febrero 2014 o 24 febrero 2022 [6]

Con la expansión de la OTAN, los neoconservadores, supremacistas, tomaron nuevo viento en la camiseta, y con una craneoteca fundamentalmente sionista, la expansión se hace a costa de muchos estados excomunistas.

De modo que, de los casi 18 estados que constituían junto a Rusia, la URSS, las deserciones voluntarias de estados y sociedades exsoviéticas, ansiosas de quitarse de encima el bozal soviético (las riendas y la sobrecarga), fueron mayoría. Rusia logrará sostener una relación, supuestamente fraterna, apenas con una media docena de estados circundantes, constituyentes de la actual Federación Rusa; Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia, Tayikistán y Kazajstán.

Letonia, Lituania, Estonia, Finlandia, Uzbekistán, Polonia, Eslovaquia, Bulgaria, Rumania, Hungría, Chequia, abandonaron la influencia rusa antes soviética y han ingresado al llamado campo occidental, mediante la integración a la UE, desde entonces francamente agrandada.

Un país de considerables dimensiones en la escala europea; Ucrania, unos 700 000 km2 y unos 45 millones de habitantes, entregando las reservas de bombas atómicas que pertenecieran a la URSS, quedó en “tierra de nadie”. Rusia exigió mantener la neutralización de ese estado, como se había concertado cuando el colapso soviético. Pero las pretensiones hegemónicas de EE.UU., o de fuerzas en su interior (“el estado profundo”), cambiaron su posición.

Ucrania es prácticamente uno de los mayores estados constituyentes de la exURSS, y la craneoteca norteamericana, con Victoria Nuland al frente, entendió que era fruto maduro para la cosecha occidental. Por las buenas o por las… peores. Se produjo la caída de una presidencia amistosa con Rusia, y mediante movilizaciones violentas que dejaron un tendal de decenas de muertos, se estableció finalmente un gobierno más afín a “Occidente”.

El “giro de los acontecimientos” se hizo cada vez más antirruso; supresión de textos y cursos en idioma ruso, cuando hay una considerable porción de población rusófona, hostigamiento incluso violento a “los rusos”, que probablemente también respondían a “viejas cuentas pendientes”. Surgió una contrarresistencia de los sectores rusófonos de Ucrania, inmediatamente apoyada por Rusia. Al punto que algunas gobernaciones o municipalidades entraron a desobedecer al gobierno ucraniano (los municipios de Donetz y Lugansk, la península de Crimea) y finalmente, para impedir la inclusión de Ucrania en la UE, Rusia, al mando de Vladimir Putin ─aunque con muchas advertencias─ invade al mejor estilo clásico, el país. La reacción militar había tardado 8 años.

Otro escenario posible de comienzo de tercera guerra mundial, aunque se perciban a la vez esfuerzos para conjurar semejante desenlace.

7 octubre 2023

Como si ya no tuviéramos suficientes casus belli, el 7 octubre 2023 surgió una situación que otra vez nos puso, nos pone, a las puertas de la ya trajinada tercera guerra mundial. Como que hay ganas de llevarla a fondo, porque a mucha gente, lo que más la intranquiliza y llena de insatisfacción, es la indefinición.

Lo que sobreviene ─está sobreviniendo─ es nada menos que un genocidio que cumple todos los requisitos que desde Raphael Lemkin ─el forjador del término y su sentido─ se consideran básicos. Es un genocidio de manual. Y viene con firma. Orgullosamente. Del sionismo, de gobernantes orgullosamente sionistas. Aunque los medios de incomunicación de masas se han apresurado a pintar el cuadro de situación como un ataque artero de irregulares musulmanes ─Hamás─, la verdad es muy otra.

No estábamos en el mejor de los mundos cuando Hamás desencadena su raid mortal. Es todo lo contrario. Edward Said describió la situación de Gaza en 2002 (muere en 2003 y por lo tanto no alcanza a testimoniar el brutal agravamiento de las condiciones que él describiera, cuando en 2006 Israel encierra a la Franja de Gaza por aire, mar y tierra, agravando lo indecible la ceñida descripción de Said: “Gaza está rodeada por una cerca electrificada por tres lados, aprisionados como animales, los gazatíes están imposibilitados de moverse, de trabajar, de vender sus verduras o frutas, imposibilitados de ir a la escuela. Expuestos todo el día a aviones y helicópteros, baleados como si se tratara de pavos de corral, tanto desde el aire como desde tierra. Empobrecidos y hambreados, Gaza es una especie de pesadilla […] con miles de soldados dedicados a la humillación, el castigo y al debilitamiento de cada palestino, sin importar su edad, su sexo, su salud. La atención médica no entra al territorio, a las ambulancias se les dispara o se las detiene. Cientos de viviendas son demolidas y cientos de miles de árboles frutales son destruidos, así como al suelo arado, castigos colectivos contra población civil y desarmada […]”.[7]

Veinte años después, el torniquete no sólo no había cedido un ápice sino que todo se había ido deteriorando y agravando. Todavía más. Ya no hay verduras o frutas en la otrora vigorosa agricultura gazatí, saboteada de mil maneras.

Israel se sintió maltratado por los palestinos, por Hamás, en 2023. Se sintió atacado. Fue atacado. Le pareció horrible lo que los irregulares habían hecho incursionando con bicicletas, parapentes, excavadoras y motos. Que un aluvión de agresión y violencia se había abatido sobre ellos. 

Pero ¿qué pretendían? Como bien explica Enzo Traverso[8] “el discurso dominante sobre el 7 de octubre fue como el brote de una epifanía negativa, la súbita aparición del Mal que desencadenó una guerra de reparación. El 7 de octubre, Israel puso el contador a cero, como si los sucesos de ese día fueran la única causa de la tragedia.”

Como si todo lo que le estaba haciendo Israel a Palestina y a Gaza en particular no existiera. Israel y todo el aparato mediático bajo su influencia asignó a cada uno “su” papel: ya sabemos el que le cupo a Hamás; el de perpetrador y ¡oh, sorpresa!, a Israel le cupo, una vez más, el de víctima. El discurso dominante; patética inversión de la verdad histórica. El ofensor se siente ofendido; el torturador, torturado; quien dispone de vidas y haciendas ajenas, víctima.

Pero la realidad es tozuda. Y la fluidez mediática actual, como ya dijimos, le arrebata al poder constituido la clásica disposición de casi todas las cartas.

Hemos visto la reacción de buena parte de judíos, sobre todo jóvenes, rompiendo con “las verdades consagradas”; la resistencia a creer que Israel es la víctima-de-todo.

El papel de Israel en el mundo es tan pero tan conmocionante, y aterrador, que estamos viendo como en Europa y Asia, pero sobre todo en EE.UU., los reclamos por la verdad y el rechazo de “las verdades oficiales” está tomando cuerpo.

Un periodista derechoso, trumpista, pero ávido de conocer la verdad y no los espejismos ─Tucker Carlson─ está empeñado en remover la basura mediática que nos inunda cada día. Está, por ejemplo, al frente de un movimiento, una movida, para reanalizar los asesinatos de los Kennedy, cuando ha pasado ya más de medio siglo (y tras ello, inevitablemente sobrevendrá una necesidad de verdad también ante los “acontecimientos” del 2001… más de tres mil muertos están allí esperando).

La “viveza” israelí se ve, por ejemplo, en GHF; la institución creada para “alimentar” gazatíes: reparten en 4 locales que obliga a caminatas de 5 o 10 km para recibir balas, fideos, arroz. Literalmente. Y sin agua, un detalle de sadismo ejemplar, en clima seco. Por Gaza, y por toda Palestina, campea la impunidad impúdica, como la de esas oficiales femeninas israelíes acicalándose delante de edificios derruidos a bombazos. Tanta a


[1]   Muchas veces la Corona alternó el uso de esa bandera con las varias piratas. Usando legalidad y discrecionalidad fuera de la ley, según conveniencia.

[2]    Nakba; el desplazamiento forzoso y el arrebato de sus propiedades inmuebles y muebles se practicó con violencia fríamente instrumentada: tropas sionistas llegaban a una aldea, y se urgía a sus habitantes a abandoner todo de inmediato. Piénsese en el choque de semejante “orden” para una población establecida allí por siglos. Si la población procuraba escabullir semejante orden, se concentraba a la población y se entresacaba cuatro o cinco adolescentes y se los mataba sin miramientos. Ese “argumento” resultaba convincente y si todavía había renuencia o resistencia, los sionistas atrapaban a otros cuatro o cinco jovencitos y se los mataba del mismo modo. Abandonar la aldea se extendía con el terror…

[3]  Significativamente estos dos estados “nuevos”, Israel y la Unión Sudafricana, elaborarán un estrecha alianza bicontinental en todos los planos imaginables; y particularmente el comercial y el militar. Pero cuando en los ’90 se inicie el declive irreversible del racismo asesino sudafricano, Israel retirará prestamente todos sus apoyos, una verdadera lección de oportunismo (Abdelwahab Elmessiri y Richard Stevens, The Progression of a Relationship, New World Press, N.Y., 1976).

[4]  Véase Miguel Ibarlucía, Israel: estado de conquista, Editorial Canaán, Buenos Ares, 2012.

[5]  Véase A Report of The New Project for the New American Century, set. 2000. Llamativamente en dicho paper, se aspira, se anuncia, un hecho fortuito de inusual violencia que permitiría a EE.UU. reasumir el liderazgo mundial, luego que el paper explicara la declinación militar que había sufrido EE.UU. tras el colapso soviético. Los estrategos de la Casa Blanca apremian: “Una estrategia de transformación que se centrara exclusivamente en las capacidades para proyectar fuerza desde EE.UU., […], generaría problemas entre los aliados estadounidenses. Además, el proceso de transformación […], probablemente será largo, a menos que ocurra algún evento catastrófico y catalizador, como un nuevo Pearl Harbor.”

Repare el lector que esto está escrito en agosto de 2000: un cierto Pearl Harbor se produce en setiembre 2001.

[6]  La fecha de la invasión rusa parece ser signo indubitable de esa tercera Guerra mundial que estamos tratando de ubicar; pero el 24 feb.2022 no es sino la respuesta ─enérgica, violenta─ a la intención estadounidense de romper la neutralidad ucraniana aceptada en los ’90, y esa movida ─neocon─ se desplegó desde 20 feb. 2014, con Maidan… y dólares.

[7]   Edward Said, From Oslo to Irak, Pantheon Books, N.Y.,2004, cit. p. Traverso, E., Gaza Faces History, Other Press, N.Y., 2024.

[8]   Gaza Faces History, ob. cit.

Publicado en Globocolonización, Medios de incomunicación de masas, Palestinos / israelíes, Poder mundializadoDejar un comentario

banderas palestinas NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER

Publicada el 05/10/2025 - 14/12/2025 por ulises

por Luis E. Sabini Fernandez – 22 setiembre 2025
                                                    
En Uruguay, los sionistas  (no sabemos si todos judíos o no) han puesto el grito en el cielo: “Hay niveles”, nos dicen.
“Así no se puede vivir” se titula el reclamo, el “basta” de “organizaciones y jóvenes” “que denuncian un aumento de expresiones antisemitas”.
Un diccionario aquí. Y un ejercicio de vocabulario y lógica.

Cuando jóvenes, políticos profesionales (Gandini, Sotelo) y suponemos que también profesionales no políticos revelan que “así no se puede vivir”, ¿se refieren a la población gazatí en la Franja de Gaza o a los palestinos en Cisjordania cada vez más rodeados por colonos israelíes?
Porque si no se refieren a ese genocidio en proceso, hay que ser muy, pero muy… para mencionar la soga….

“Aumento de expresiones antisemitas”.
“Gaza resiste”, ¿es antisemita?
Ilan Volkov, israelí y director de orquesta detenido el 19 set. 2025 en la frontera entre Gaza e Israel,  ¿es antisemita?

La flotilla Sumud, declarada por Israel como terrorista al servicio de Hamás, ¿es antisemita?
Condenar y entorpecer el tráfico de mercancías como carne kosher entre Uruguay e Israel, ¿es antisemita?
Condenar la política israelí sobre Gaza, con su campaña de exterminio “a fuego lento” iniciada por Ariel Sharon en 2006 y continuada por Benjamin Netanyahu,   con amplísimo apoyo de la población israelí, ¿es antisemita?

Dije “a fuego lento”, y a veces es rapídísimo, como cuando, buscando a un soldado capturado por “irregulares”, Gilad Shalit,[1] en 2006, asesinaron a unos 250 palestinos (decenas de menores incluidos) en menos de dos meses de falsos allanamientos; como cuando desencadenaron la operación “Plomo fundido” –reparemos en el nombre–  en 2008 y destruyeron barrios enteros y mataron a miles de pobladores en Gaza. ¿Delitos que pretendían combatir?  No simpatizar con el asfixiante gobierno de Israel ni con el de la Autoridad Nacional Palestina.
Rechazar la política de desprecio absoluto y genocida de la sociedad israelí (aunque no de todos sus individuos), ¿es antisemita?

Condenar lo que dice y hace Netanyahu y todos sus secuaces, israelíes, sionistas y judíos, con Palestina, con sus ciudades y campos, con sus habitantes, hambreados, asesinados, con sus servicios, diezmados, incendiados (en carpas), ¿es antisemita?

Señorones de OSU, del Centro Israelita del Uruguay: aprendan a usar el idioma.
Lo que ustedes toman por antisemitismo, palabra cuyo significado incluye a árabes, también semitas, se refiere a antisionismo, que ustedes confunden con antijudaísmo.
El desprecio por la vida, no es sólo la de palestinos; pensemos lo que Israel ha hecho con libaneses, con sirios, con Rachel Corrie (y tantos otros estadounidenses).

Hay sí judíos que respetan derechos de otros, no judíos. Como Ilan Volkov. Como Mats Edelman,[2]  tratado como héroe al fin de la 2GM y que por ser judío, el gobierno de Ben Gurión, el primer presidente israelí, lo invita a Israel. Edelman se negó a legitimar con su presencia esa estado colonialista y racista.
Viva Edelman. □            

notas:
[1]  Véase mi nota “Palestina 2023: matanzas cada vez más desnudas“, donde detallo algo más el caso. https://revistafuturos.noblogs.org.
[2]  Luchador sobreviviente del Gueto de Varsovia, 1943, resistió la invasión nazi a Varsovia, 1944, siguió  sus interrumpidos estudios haciéndose médico. En los ’80, brindó su expertís vital a Solidarinosc.

Publicado en Palestinos / israelíes, Para salir del repollo, Poder mundializado

El desprecio de la vida (que no es «la nuestra» y por tanto no es humana)

Publicada el 29/08/2025 - 14/10/2025 por ulises

por Luis E. Sabini Fernández

Estamos viviendo, la sociedad humana en general, y particularmente lo que llamamos Occidente (Europa y las tres Américas), un momento clave, altamente relacionado con el striptease represivo de Israel (con epicentro en la Franja de Gaza, pero extendiéndose a Cisjordania, Jerusalén Oriental, Líbano, Siria, Irán e cosi via.

La masa cultural en que estamos inmersos ha adquirido una cierta temperatura y las reacciones y movimientos empiezan a parecerse, en plasticidad, en movilidad, a lo que acontece cuando la temperatura ha dado mayor plasticidad a determinados materiales.

Un video, difundido por youtube recientemente, de Denzell Washington, lo ilustra. Es un discurso no corto, concentrado en analizar una crisis de AIPAC, la herramienta del lobby judío por excelencia (aunque tal vez con mayor precisión habría que denominarlo sionista), que ha funcionado como gobierno paralelo de EE.UU. desde hace ya muchas décadas (y cuando digo paralelo es apenas una figura geométrica, porque en general ha resultado ser “el” gobierno).

Que un video, un abordaje circunstanciado como el de DW pueda circular libremente habla de cierta tolerancia mediática en el dominio institucional establecido. Pero nosotros necesitamos hablar de Gaza y lo que significa su destrucción y en todo caso, inteligir lo que AIPAC y sus recursos emplean para administrar esa destrucción.

Israel ha iniciado un proceso de hybris desencadenado con la irrupción violenta de Hamás en “su” frontera y en el cuartel israelí instalado en la FdG, así como en las incursiones para el muy problemático recurso de tomar rehenes que la resistencia palestina, desesperada, encaró llevar adelante el  7 octubre 2023 (y que en rigor no es sino el comportamiento espejo de la política de toma de rehenes que Israel emplea desde hace décadas en los territorios palestinos ocupados por Israel). En rigor, todo el operativo, incluso con muertes sumarias, no ha sido sino el muy pálido reflejo de lo que Israel lleva a cabo, con impunidad judicial y sordidez policial desde hace ya incontable tiempo (décadas).

Algo muy diferente, claro, de la versión mediática dominante.

Vamos a recapitular algunos sinsentidos e ignorancias tenazmente blandidos por quienes podríamos suponer intelectuales y por lo tanto pensantes. Veamos el testimonio, fresco, de Edward Hudgins, director  e integrante titular de The Atlas Society, un think tank estadounidense, apoyado en la ideología –objetivismo– de Ayn Rand, clave en la toma del poder cultural de EE.UU. por parte de la élite judía, desplazando a la WASP (un proceso que llevó décadas a mediados del s. xx).

Hudgins rememora hoy los afanes que Ayn Rand tuviera en 1973[1] para “ayudar” a Israel en su guerra contra Egipto (Yom Kippur).

Lo que argumenta Rand (y nos recuerda Hudgins): “Los árabes pertenecen a una de las culturas menos “desarrolladas”[2] que existen. En rigor, se trata de nómades.” Lo dice sin siquiera sonrojarse. Rand afirma su occidentalismo enceguecido: “se quejan de Israel porque es la única cabecera de playa de ciencia moderna y de civilización en su continente.” (¡sic!). Aparte del simplismo intelectual es llamativa y reveladora la alusión a la imagen militar de la “cabecera de playa”, como si supiera sin asumirlo que se trata de una conquista de índole militar..

Ejemplificando su ignorancia supina sobre lo que pontifica, Rand continúa “explicando que los inmigrantes judíos sionistas de la primera mitad del s xx a Palestina abrazaban una visión moderna y científica del mundo. Favorecían una sociedad abierta y tolerante con instituciones  democráticas.” Rand ignora o se niega a reconocer el ingreso sionista, histórico, dictatorial, a Palestina, prohibiendo a judíos palestinos (el Antiguo Yishuv) a tener ni siquiera conversaciones con árabes, y matando a un judío como Jakob de Haan, que desacata esa orden de aislamiento.

Mostrando escaso conocimiento de la realidad pero un acentuado moralismo abstracto, Hudgins nos recuerda que para Rand las diferencias entre los neocolonos sionistas y la población árabe allí asentada estaba en “la envidia”. La que sentirían, según Rand, los palestinos.

Rand los apostrofa: “En lugar de decir queremos unirnos a ese proyecto maravilloso, la mayoría de los árabes dijo: queremos destruirlos”.

Si los conceptos racistas de Rand resultan penosos, los de  Hudgins, lo son todavía más. Porque Hudgins “prosigue”, impertérrito, cinco décadas después, el discurso de Rand sobre los árabes. “Por cierto, los árabes no son salvajes, en las cinco décadas que median entre el juicio de Rand y nuestro presente, Egipto y Jordania han hecho las paces con Israel [¡lo cual mostraría que ya no son salvajes!]. Pero, nos aclara  Hudgins, el surgimiento de ISIS puede solo ser descrito como “salvaje”.

¡Y ahora tenemos redivivos a los salvajes de Rand! Y para “Hudgins: Irán es el mayor proveedor de los salvajes de Hezbollah y Hamás que amenazan a Israel en su frontera norte.

Hudgins confunde, iguala ISIS, Hezbollah, Hamás. Solo que ISIS, pequeño detalle, es un invento israelí y Hezbollah y Hamás son organizaciones de origen árabe enfrentadas con Israel (Israel ha cooperado con ISIS, curando a sus heridos y reenviándolos al combate”, pequeño detalle del amo israelí que Hudgins ni percibe).

El conocimiento de lo real no parece importarle a Hudgins; “la difusión  de los ideales de la razón iluminando mentes, individualismo y libertad será lo único que lleve el Cercano Oriente a la paz.” Con las leyes de Murphy, soluciones falsas son fáciles de aplicar a cuestiones complejas.

Si el nivel de comprensión de la realidad de estas cabezas pensantes nos preocupa y hasta nos aterra, las aplicaciones de ese mismo origen sólo aterran (y tal vez sea lo único que desean).

Israel, acusando sin pruebas a UNRWA de complicidad con Hamás, mató directa e individualmente a trabajadores de UNRWA (la organización identificó a más de 300 de sus trabajadores así asesinados), y reclamó su retiro absoluto de los territorios palestinos.

Como Israel dispone de un poder del que la ONU carece, se hizo la voluntad de Netanyahu.

Como sucedáneo y como para mostrar su atención a la provisión de alimentos y demás provisiones vitales para la subsistencia, hecha trizas con los hechos del 7 de octubre 2023 y días siguientes, Israel presentó “su” Fundación Humanitaria de Gaza.        

Que dispone de 4 puestos  para proveer a millones de seres humanos, hasta entonces atendidos por 400 puestos de entrega de UNRWA.

De inmediato se produjeron reiteradas muertes entre los palestinos hambreados al límite, que procuraban obtener algún alimento; lo de ”humanitaria” suena a escarnio, como el de los de jóvenes israelíes que creyeron ocurrente burlarse de palestinos heridos en medio de la matanza ejercida por “sus” soldados, remedando heridas en sus rostros y cuerpos, que difundieron en videos con humor macabro.

Cuatro puestos, a decenas de km de distancia entre sí con lo cual se aseguran que solo los habitantes más fuertes del territorio gazatí puedan pasar a retirar sus mendrugos (en un territorio de unos 8 km de ancho por unos 50 km de largo…). Los portones de acceso son estrechos, curiosamente en espacios abiertos y despoblados. Los accesos estrechos aseguran poner a tiro a quienes por allí pasan y a ser fotografiables por escáneres biométricos.

Israel sigue construyendo un archivo general de rostros.

El uso de seres humanos como medios o utensilios para otros humanos es una obra cumbre del judeosionismo israelí (aunque por cierto, no tienen el monopolio). Forma parte de los avances de la heteronomía en nuestro presente.

Pero tenemos que ir un paso más atrás.

Porque nuestro presente es atroz; lo que pasa en Gaza alcanza registros tal vez de la mayor brutalidad en nuestro mundo contemporáneo (y, hay que reconocer, con una fuerte competencia).

Lo que está pasando desde setiembre de 2023 no surge ex nihilo.

Veamos el papel respectivo de los distintos factores en juego, en general, muy diversos, a los que generalmente los medios de incomunicación de masas ignoran.

De 1917 a 1947. Aunque el sionismo evaluó, con racionalidad estratégica, el asentamiento sionista en África (Uganda) y América (Argentina), prevaleció el acento bíblico. El Reino Unido fue el “protector” del proyecto inicial de “Hogar Judío” a erigirse finalmente en Palestina en 1917. A la vez, sigue formándose una resistencia social palestina que va percibiendo la presencia de un poder ajeno y oculto, que va recortando la vida de los palestinos sin avisar ni cómo ni cuánto (en mí resuena la imagen del cuco que se adueña de nido ajeno y termina matando a las crías anfitrionas).[3]

La ONU fue creada en 1945 para atender la nueva geopolítica mundial, ahora desde EE.UU. La Sociedad de Naciones (SdN, 1920-1946), había procurado regir destinos internacionales (relación centros imperiales-colonias) con eje en la influencia del British Empìre.  El desenlace de la 2GM será clave para el surgimiento de la ONU.

Hubo grandes movimientos migratorios, muchos forzosos y violentos, como  los desplazamientos a que se vieron obligados los alemanes a partir de 1945, de territorios donde habían vivido desde larga data (alemanes del Volga, abandono de tierras checas o checoesalovacas entre otros), la huida de judíos de regímenes hostiles, como el zarismo en el siglo xix y el nazismo en el xx. Estos últimos asentaron en EE.UU, a la mayor cantidad de judíos. Que iniciaron una puja con la élite WASP a la que irán desplazando. En la década del ’30, y más aún en la del ’40 la élite judía es ya dominante en EE.UU.

Uno de sus recursos básicos para asentar ese domino será alegar el sentirse desplazados  y discriminados; Hollywood, que en la década del ’30 estaba compuesta por una red empresaria gigantesca (de las 7 Major, 6 eran de propiedad judía), generará películas denunciando la discriminación que sufrirían los judíos (algo que efectivamente había pasado, pero ya no era sino residual cuando Hollywood se convirtió en el referente cultural de EE.UU.).

En 1942, el Congreso Sionista Mundial[4] reunido en Nueva York decide, por sí y ante sí, cambiar de padrino político; desprenderse del auspicio y protección del Imperio Británico que entiende exhausto, agotado, y adoptar como tal a EE.UU., que juzga fresco, vigoroso (y cuenta además con la mayor colonia nacional judía del mundo entero).

¿No le llama la atención al lector que sea el ahijado el que decida designar a su padrino? Era apenas uno de los indicios de quiénes iban a gobernar EE.UU.

Israel y sus servicios secretos iban a ser cada vez más decisivos en la conducta política de EE.UU. (coexistiendo durante un período su influencia con la de la menguante élite WASP).

Hoy ya hay muchos indicios y datos que muestran la importancia decisiva de, por ejemplo, los servicios secretos israelíes en los asesinatos de los Kennedy. Y una buena cantidad de analistas considera clave el papel de Israel en los acontecimientos del 11 de setiembre de 2001.

* Los grupos sionistas forjadores del Estado de Israel, se valen del terrorismo puro y duro para obtener sus objetivos. Estamos a fines de la 2GM con su inenarrable violencia y enorme cantidad, millonaria, de víctimas. Las vicisitudes y persecuciones sufridas por los judíos durante la 2GM podrían haber constituido un legítimo motivo de una violencia-de-respuesta de victimados judíos. Pero más allá de las apariencias, la historia real es bien distinta: porque el sionismo inicia su práctica política violenta antes, mucho antes, que el nazismo iniciara la suya.

* Cuando el nazismo inicia una política de represión física, violenta y mortal  contra los judíos (en 1938 en respuesta a un atentado mortal de un joven judío a un jerarca nazi), con la Noche de los Cristales Rotos, hace décadas que distintas formaciones sionistas ejercían violencia, a menudo mortal contra sus refractarios, incluyendo judíos, como de Haan, asesinado en 1906. O en 1933,  el “ajusticiamiento” de Chaim Arlosoroff, uno de los gestores del proyecto de intercambio comercial  Ha’avara (entre nazis y sionistas). Pero además, sionistas de los autodesignados “revisionistas” asesinan a lord Moyne, en 1940, diplomático británico en Egipto, castigando así la política británica de frenar un tanto el flujo sionista a la crecientemente convulsionada Palestina (un año antes, apenas, la alianza británico-sionista había ahogado en sangre una rebelión de la población palestina mediante la matanza de varios miles de palestinos, y tras la carnicería, el colonialismo británico procuraba “aquietar las aguas”. La ”huelga revolucionaria” (1936-1939) había sido un intento de la población palestina de acabar con la creciente intromisión y dominio sionista en Palestina.

* La fuerza del sionismo, ya convertido en árbitro y juez dentro de la nueva configuración internacional matrizada con la ONU, se verifica con dos atentados a cargo de sionistas (radicales, siempre orquestados con los moderados, alcanzando juntos sus objetivos): a) atentado con explosivos alojados dentro del gran Hotel David, de Jerusalén en 1946,[5] dejando un tendal de cien muertos (de todo tipo) y b) asesinato de Folke Bernadotte, el primer mediador designado por la mismísima ONU, quien procuró ser ecuánime  precisamente en el diferendo palestino-israelí, ecuanimidad que no toleraron los sionistas que iban, como hoy, a todo (para sí) y nada (para Palestina y los palestinos).

  • El dominio psicopolítico de que disponía el sionismo organizado fue tal que la ONU ni chistó frente a semejante atropello a las funciones “sagradas” y de estreno de la novísima ONU.
  • Si el sionismo organizado y su criatura, Israel, ya podían dictar las condiciones, sólo nos resta concluir que el poder de lobby judeosionista  era ya entonces insoslayable y omnímodo.
  • El que le permitirá, Guerra de los 6 Días mediante, apropiarse de otra fuerte tajada palestina (reduciendo la mitad inicial a la cuarta parte).
  • Ni las intifadas de 1987 y 2000 lograrán alterar el progreso constante del proyecto sionista pese a la mucha sangre (palestina) derramada: sólo se verifica la energía indómita palestina, su extraordinaria capacidad de sacrificio.
  • 2006 será año clave. Los palestinos cuestionaban la democraticidad, y por lo tanto la representatividad de la Autoridad Nacional Palestina y sus dirigentes. Yaser Arafat acaba de morir, y surgen dudas sobre la causa de su muerte. Más que legítimas, dada la enorme cantidad de muertos accidentales, suicidados o matados entre los refractarios al poder israelosionista).
  • Con Arafat desaparece el último histórico luchador por la independencia palestina.
  • Se hicieron elecciones generales palestinas con supervisión de instancias internacionales confiables, James Carter al frente. Y el resultado fue sugestivo: escasísimo apoyo al estado confesional y discriminador israelí, poco apoyo a la ANP y todas sus “negociaciones” con el estado sionista, y victoria electoral, aunque ajustada, para Hamás, Como evaluara Rashid Khalidi, la población palestina estaba cansada de los manejos burocráticos, corruptos, de la ANP.
  • Mostrando las cartas del poder, nada democrático por cierto, Israel puso fuera de la ley a los elegidos de Hamás que fueron detenidos y encarcelados, al menos en Cisjordania. En Gaza, Hamás logró hacerse fuerte, resistir el golpe de estado y la ANP debió iniciar su propio “exilio”.
  • El carácter del asentamiento sionista en Palestina y de su poder cada vez incontrastable,  se irá expandiendo. Muy poco después de las elecciones de 2006, tras una escaramuza, con muertos de ambos lados, entre guerrilleros palestinos y soldados israelíes, Gilad Shalit fue aprisionado (se lo mantuvo prisionero hasta su intercambio por mil palestinos presos, en 2011). Israel procuró ubicar a Shalit en varios procedimientos y allanamientos. Y expresó el valor que asignaba a la vida de los palestinos: durante el primer mes o mes y medio de “búsqueda”, fueron ultimados  unos doscientos palestinos, una parte menores (porque se trataba de allanamientos de hogares).
  • Israel dispuso un cerco total sobre la franja, impidiendo la llegada de alimentos o materiales ajenos a Israel. Ese cerco se inicia controlando la cantidad ceñida de calorías por habitante, se irá acentuando siguiendo la técnica del torniquete: cada vez menos agua, menos alimentos (fruta será lo primero que desaparece), menos medicamentos, menos bienes de la vida doméstica, menos papel, menos ropas, menos conexiones-e). Se impedirá manu militari toda provisión desde las Flotillas solidarias internacionales, desde el único acceso no israelí (egipcio). Mediante fuego intimidatorio se impedírá la pesca en barcos (un recurso gazatí tradicional), también bajo fuego se impedírá el uso de tierras de cultivo “por razones de seguridad”. Y finalmente, se irá amenguando la entrada de camiones a la Franja (grosso modo, se estimaba unos 400 diarios para una población cercana a 2 millones de seres humanos, adultos y niños).
  • En 2019, y todavía en 2020, los palestinos, cada vez más aislados, regulados, debilitados, formarán las Marchas por la Tierra; gigantescas manifestaciones cada viernes de gazatíes desesperados ante la frontera reclamando solo una cosa: tierra. El sitio implantado desde 2006 los estaba dejando sin “aire”.
  • No llevan palos ni piedras: sólo gritan por la tierra.
  • Israel responde dedicándose únicamente a balearlos con comodidad. Hileras de francotiradores acomodados en taludes al efecto, eligen los blancos: los ijares de los manifestantes: empiezan a morir con imprevista frecuencia, desangrados.
  • Los mandos militares no contaban tal vez con tantos muertos: cambian de blanco: a los tobillos. Menos muertos y más lisiados. Les parece brillante.
  • La represión contribuye así a aumentar la carga social de tales lesiones en una sociedad ya tan  castigada con privaciones y enfermedades y daños emergentes.
  • Danila Zizi, directora de Handicap International, afirma que la cantidad de discapacitados en la Franja de Gaza alcanza la escalofriante cifra de 440000 habitantes (datos recientes, 2024), estimado un 21% de la población total.[6] Estimo que no debe haber ningún otra sociedad igual.[7]
  • Cuando sobreviene la irrupción violenta del 7 de octubre, ¿estábamos en cielo sereno? como pretende el sionismo con su teoría de la puñalada trapera de Hamás?
  • Palestina, cada vez más asfixiada por la técnica constrictor de Israel. La Franja de Gaza había logrado algunas provisiones mínimas con un costo altísimo mediante túneles de km de longitud que habían molestado sobremanera a Israel, porque desconocían sus recorridos. Como contendiente con un poder desigual y aplastante, no podían aceptar ni soportar que el debilísimo adversario/enemigo contara con algún elemento que ellos no  controlaban.[8]
  • Luego de todas las sangrías que levantamientos generalizados, huelgas, rebeldía ante tantos atropellos, defensa desesperada de cultivos, de hogares ante desalojos en la noche, sin aviso, deteniendo y maltratando a adultos y niños, de inmolaciones procurando un suicida llevarse consigo un torturador o un enemigo público de la sociedad palestina; la política de torniquete va asfixiando a lo que queda de la sociedad  palestina, bombardeadas sus viviendas, sus hospitales, sus mezquitas, sus universidades, sus usinas (de producción o servicios); erradicando sus cultivos, sus talleres, las crías de animales domésticos como fuente nutricional, el operativo de copamiento del 7 de octubre de 2023 fue un bofetón a la pretensión de aplastamiento generalizado. (No incursiono en la disputa si fue una acción pura sorpresa para Israel o fue una operación “ayudada” por algunos sectores de la seguridad israelí para habilitar la respuesta del “ofendido”, del atacado-a-traición): una u otra no cambian el estado de situación estructural.
  • El establishment israelí acostumbrado a una cuasi absoluta impunidad en sus atropellos cotidianos contra una población aherrojada, inerme, despojada, no pudo soportar la caída intempestiva de sus poderes, tratada la sociedad israelí, por un momento, como vulnerable.
  • Pero tras el 7 de octubre de 2023, han practicado el derribo de viviendas, universidades, escuelas, mezquitas, hospitales, carreteras.
  • Los médicos informan con desazón cómo llegan infantes palestinos baleados: un día, todos o casi todos ellos con balazos a menudo mortales en sus cabecitas; otro día llegan niños todos o casi todos  baleados en sus pechos, otro día llegan con ijares baleados, como si los soldados eligieran las partes del cuerpo a ser baleadas, al parecer como si fuera en competencia entre tiradores.
  • Israel Shahak y Norton Mezvinski, judíos ellos mismos, han tenido el coraje cívico de mostrar la ideología extremista judía, para la que todo  cuerpo goy no vale ni una uña del dedo más chico de un judío.
  • Semejante equivalencia,  mejor dicho inequivalencia, no augura nada bueno en un conflicto como el que existe entre los intrusos recién llegados sionistas (último siglo) y una población asentada milenariamente en el territorio judío bíblico.
  • Como con todas las colonizaciones,  el recién llegado cree valer mucho más que los que allí habitan. Que no se los estima ni por el valor de una uña del meñique.
  • Como pasó con los ingleses en la India, en la tierra de los zulúes, en la de indios norteamericanos. El racismo constituye la columna vertebral de esa política.
  • Palestina está escribiendo su historia. La historia de su tenacidad y su aferrarse a la vida. Con los niños y niñas y sus sonrisas.
  • Con la sensibilidad de un Mahmud Darwish, de  Ahed Tamimi, de Ahmad Jacob, su mujer y sus tres hijos pequeños, de Yahya Sinwar y su genio militar, de Ismail Haniyeh, y su admirable serenidad y de todos los miles, millones de palestinos que han defendido su soberanía, su tierra y su gente, su historia, y de los otros, imprescindibles, como Rachel Corrie.
  • Los que no parecen escribir historia alguna son los referentes y representantes democráticos y respetuosos de los derechos institucionalizados… ¿derechos de quién? □

notas:

[1] Ayn Rand de origen rusojudío, nació en 1907, emigró a EE.UU. en 1926 y murió en 1982.

[2] El atributo que Rand niega a “los árabes” revela su fuerte ideologismo: invoca desarrollismo, hiperconservador, tributario del American Way of Life.

[3] Palestina estaba poblada por una abrumadora mayoría árabe, musulmana. Había también una minoría árabe cristiana. Y una pequeñísima minoría de pocos miles de judíos hablantes de árabe, como cristianos y musulmanes. Se podría decir, redondeando, que había un millón de árabes musulmanes, unos cien mil cristianos y unos diez mil judíos. y su lingua franca, árabe.

El sionismo es otra cosa. Es un movimiento de asentamiento de judíos provenientes del Oriente europeo. Que no hablan hebreo sino yiddish. Y que fundan un Nuevo Yishuv, negándose de plano a la lengua árabe (que apenas aprenderán como “arma de guerra”, que irán librando contra los natives).

[4] Una red que empezó a fines del s xix, constituyéndose en una suerte de internacional judía, pero sionista, con reuniones intercontinentales aproximadamente bienales.

[5] El mismo método que diversos analistas han entrevisto en la AMIA, de Buenos Aires (1994), y sin duda alguna, en la Embajada de Israel, asimismo en Buenos Aires, 1992.

[6] Iñaki Urdanibia, https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2024/10/11/palestina-la-estrategia-colonialista-de-mutilacion-de-los-cuerpos/.

[7] En 2019 el Campeonato Mundial de  Natación Paraolímpica iba a tener como país anfitrión a Malasia. Los anfitriones avisaron que no iban a aceptar la participación de Israel puesto que ese país se dedicaba a producir lesiones como política de castigo. De inmediato  el Comité Mundial Paraolímpico le retiró a Malasia su condición de anfitrión, eso sí, sin comentario acerca de la “producción sistemática” de lesionados en Palestina (no en Israel, ciertamente).

[8] En la llamada Guerra de Vietnam (comienzos de los ’60 hasta 1975), los vietnamitas fueron construyendo una red de túneles que les permitió resistir la invasión: era una población mucho más numerosa, unos 40 millones y se estima que los militares estadounidenses lograron arrancarle la vida al 5% de la población. El ejército de EE.UU. “cosechó” 58 mil muertos. La relación 35 vietnamitas matados por cada soldado yanqui muerto, resultó muy gravosa, psíquicamente, para la sociedad estadounidense.

Publicado en Palestinos / israelíes, Poder mundializado

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