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Nuestras graves preocupaciones sobre el manejo de la pandemia de COVID por parte de los gobiernos de las naciones del Reino Unido

Publicada el 04/01/2022 - 04/01/2022 por raas

Escribimos como médicos, enfermeras y otros profesionales sanitarios aliados que no tienen ningún interés en hacerlo. Por el contrario, nos enfrentamos a un riesgo personal en relación con nuestro empleo por hacerlo y/o el riesgo de ser «difamados» personalmente por aquellos a quienes inevitablemente no les gustará que hablemos.

Por varios autores*
22 de agosto de 2021

Sr. Boris Johnson, Primer Ministro

Sra. Nicola Sturgeon, Primera Ministra de Escocia

Sr. Mark Drakeford, Primer Ministro de Gales

Sr. Paul Givan, Primer Ministro de Irlanda del Norte

Sr. Sajid Javid, Secretario de Salud

Dr. Chris Whitty, director médico

Dr. Patrick Vallance, director científico

Estimados señores y señora,

Damos el paso de escribir esta carta pública porque nos ha quedado claro que:

• El gobierno (por lo que nos referimos al gobierno del Reino Unido y tres gobiernos / administraciones delegadas y asesores y agencias gubernamentales asociados, como CMO, CSA, SAGE, MHRA, JCVI, servicios de salud pública, Ofcom, etc., en lo sucesivo, «usted» o el «gobierno ”) Han basado el manejo de la pandemia de COVID en supuestos erróneos.

• Estos le han sido señalados por numerosas personas y organizaciones.

• No ha podido entablar un diálogo y no muestra signos de hacerlo. Le ha quitado a la gente los derechos fundamentales y ha alterado el tejido de la sociedad con poco debate en el Parlamento. Ningún ministro responsable de la política ha aparecido nunca en un debate adecuado con nadie con puntos de vista opuestos en ningún canal de los principales medios de comunicación.

• A pesar de conocer los puntos de vista médicos y científicos alternativos, no ha logrado garantizar una discusión abierta y completa de los pros y los contras de las formas alternativas de controlar la pandemia.

• Las políticas de respuesta a la pandemia implementadas han causado daños masivos, permanentes e innecesarios a nuestra nación, y nunca deben repetirse.

• Solo al revelar la total falta de aprobación generalizada de sus políticas por parte de los profesionales de la salud, el público exigirá un debate más amplio.

En relación a lo anterior, deseamos llamar la atención sobre los siguientes puntos. Se pueden proporcionar referencias de apoyo a pedido.

1. Ningún intento de medir los daños de las políticas de encierro

La evidencia de los efectos desastrosos de los encierros en la salud física y mental de la población está ahí para que todos la vean. Los daños son masivos, generalizados y duraderos. En particular, el impacto psicológico en una generación de niños en desarrollo podría durar toda la vida.

Es por esta razón que las políticas de encierro nunca fueron parte de cualquier plan de preparación para una pandemia antes de 2020. De hecho, fueron expresamente no recomendadas en los documentos de la OMS, incluso para los patógenos virales respiratorios severos y para el caso ni le dieron el cierre de fronteras, revestimientos de cara, y pruebas de personas asintomáticas. Ha habido una ausencia tan inexplicable de consideración de los daños causados ​​por la política de encierro que es difícil evitar la sospecha de que se trata de una evasión deliberada.

La introducción de tales políticas nunca estuvo acompañada de ningún tipo de análisis de riesgo / beneficio. Por malo que sea, es aún peor que después del evento, cuando se dispuso de muchos datos para medir los daños, solo se haya prestado una atención superficial a este aspecto de la planificación pandémica. Profesionales eminentes han pedido en repetidas ocasiones que se discuta sobre estos impactos en la salud en conferencias de prensa, pero han sido ignorados universalmente.

Lo curioso es que las políticas que se estaban llevando a cabo antes de mediados de marzo de 2020 (autoaislamiento de los enfermos y protección de los vulnerables, mientras que por lo demás la sociedad seguía cerca de la normalidad) eran equilibradas, sensatas y reflejaban el enfoque establecido por consenso antes de 2020. No se dio entonces ninguna razón convincente para el abrupto cambio de dirección desde mediados de marzo de 2020 y sorprendentemente no se ha presentado ninguna en ningún momento desde entonces.

2. Naturaleza institucional de COVID

En realidad, desde el principio, a partir de los datos italianos, estaba claro que COVID (la enfermedad, a diferencia de la infección o exposición al SARS-Cov-2) era en gran medida una enfermedad de las instituciones. Los residentes de hogares de ancianos representaron alrededor de la mitad de todas las muertes, a pesar de representar menos del 1% de la población. Las infecciones hospitalarias son el principal impulsor de las tasas de transmisión, como fue el caso tanto del SARS1 como del MERS. La transmisión se asoció con el contacto hospitalario en hasta un 40% de los casos en la primera ola en la primavera de 2020 y en el 64% en el invierno de 2020/2021.

Se produjo una enfermedad grave entre las personas sanas menores de 70 años (como se observa en las pandemias de gripe), pero fue extremadamente rara.

A pesar de esto, no se tomaron medidas tempranas, agresivas y específicas para proteger los hogares de ancianos; por el contrario, los pacientes fueron dados de alta sin pruebas a hogares donde el personal no contaba con el equipo de protección personal, la capacitación y la información adecuados. Como resultado, se produjeron muchas muertes innecesarias.

Los preparativos para el próximo invierno, incluida la garantía de capacidad suficiente y las medidas preventivas, como las soluciones de ventilación, no se han priorizado.

3. La naturaleza exagerada de la amenaza.

La política parece haber estado dirigida a la exageración sistemática del número de muertes que pueden atribuirse al COVID. Las pruebas se diseñaron para encontrar todos los ‘casos’ posibles en lugar de centrarse en las infecciones diagnosticadas clínicamente y los números de casos exagerados resultantes se transmitieron a los datos de muerte con un gran número de personas que murieron ‘con COVID’ y no ‘de COVID’ donde la enfermedad era la causa causa subyacente de la muerte.

La política de publicar una cifra diaria de muertes significaba que la cifra se basaba completamente en el resultado de la prueba de PCR sin aportes de los médicos tratantes. Al incluir todas las muertes dentro de un período de tiempo después de una prueba positiva, las muertes incidentales, con pero no debidas a COVID, no se excluyeron, exagerando así la naturaleza de la amenaza.

Además, en los titulares que informan sobre el número de muertes, no se incluyó una categorización por edad. La edad promedio de una muerte etiquetada por COVID es de 81 años para los hombres y 84 para las mujeres, más alta que la esperanza de vida promedio cuando nacieron estas personas. Este es un hecho muy relevante para evaluar el impacto social de la pandemia. La muerte en la vejez es un fenómeno natural. No se puede decir que una enfermedad que afecta principalmente a los ancianos sea la misma que una que afecta a todas las edades y, sin embargo, el mensaje del gobierno parece diseñado para hacer pensar al público que todos corren el mismo riesgo.

Se pidió a los médicos que completaran los certificados de defunción sabiendo que la muerte del difunto ya había sido registrada como una muerte por COVID por el Gobierno. Dado que sería virtualmente imposible encontrar evidencia que descartara categóricamente al COVID como factor contribuyente a la muerte, una vez registrado como “muerte por COVID” por el gobierno, era inevitable que se incluyera como causa en el certificado de defunción. Siempre es difícil diagnosticar la causa de la muerte y la reducción de las autopsias inevitablemente habrá dado lugar a una mayor inexactitud. El hecho de que las muertes por causas no relacionadas con COVID en realidad se movieron hacia un déficit sustancial (en comparación con el promedio) a medida que aumentaron las muertes etiquetadas con COVID (y esto se revirtió a medida que disminuyeron las muertes etiquetadas con COVID) es una evidencia sorprendente de la atribución excesiva de muertes a COVID.

La tasa general de mortalidad por todas las causas de 2015 a 2019 fue inusualmente baja y, sin embargo, estas cifras se han utilizado para comparar con las cifras de mortalidad de 2020 y 2021, lo que ha hecho que el aumento de la mortalidad parezca sin precedentes. Las comparaciones con datos de años anteriores habrían demostrado que la tasa de mortalidad de 2020 se superó en todos los años anteriores a 2003 y, como resultado, no es excepcional.

Incluso ahora, los casos y muertes de COVID continúan agregándose al total existente sin el rigor adecuado, de modo que los totales generales crecen cada vez más y exageran la amenaza. No se ha hecho ningún esfuerzo para contar los totales en cada temporada de invierno por separado, lo cual es una práctica estándar para todas las demás enfermedades.

Ha seguido adoptando publicidad de alta frecuencia a través de medios de difusión y publicación para aumentar el impacto de los «mensajes de miedo». El costo de esto no se ha publicado ampliamente, pero los sitios web de contratación pública revelan que es inmenso: cientos de millones de libras.

La retórica de los medios de comunicación y el gobierno ahora se está moviendo hacia la idea de que «Long Covid» va a causar una gran morbilidad en todos los grupos de edad, incluidos los niños, sin discutir la normalidad de la fatiga posviral que dura más de 6 meses. Esto se suma al miedo público a la enfermedad, fomentando la vacunación entre aquellos que tienen muy pocas probabilidades de sufrir efectos adversos por COVID.

4. Supresión activa de la discusión sobre el tratamiento temprano utilizando protocolos que se están implementando con éxito en otros lugares.

El daño causado por COVID y nuestra respuesta deberían haber significado que se aceptaran los avances en la profilaxis y la terapéutica para COVID. Sin embargo, la evidencia sobre tratamientos exitosos se ha ignorado o incluso se ha suprimido activamente. Por ejemplo, un estudio en Oxford publicado en febrero de 2021 demostró que la budesonida inhalada podría reducir las hospitalizaciones en un 90% en pacientes de bajo riesgo y una publicación de abril de 2021 mostró que la recuperación también fue más rápida para los pacientes de alto riesgo. Sin embargo, esta importante intervención no se ha promovido.

La Dra. Tess Lawrie, de la Consultoría Médica Basada en Evidencia en Bath, presentó al gobierno un análisis exhaustivo de los beneficios profilácticos y terapéuticos de la ivermectina en enero de 2021. Más de 24 ensayos aleatorizados con 3.400 personas han demostrado una reducción del 79-91% en infecciones y una reducción del 27-81% en las muertes con ivermectina.

Muchos médicos son comprensiblemente cautelosos acerca de una posible interpretación excesiva de los datos disponibles para los medicamentos mencionados anteriormente y otros tratamientos, aunque debe tenerse en cuenta que no parece haberse aplicado tal precaución en relación con el tratamiento de los datos en torno a las intervenciones del gobierno (por ejemplo, la eficacia de los cierres cerrados o las máscaras) cuando se utilizan en apoyo de la agenda del gobierno.

Cualquiera que sea la opinión de uno sobre los méritos de estos medicamentos reutilizados, es totalmente inaceptable que los médicos que han intentado simplemente abrir una discusión sobre los beneficios potenciales de los tratamientos tempranos para COVID hayan sido censurados de manera severa e inexplicable. Saber que los tratamientos tempranos que podrían reducir el riesgo de requerir hospitalización podrían estar disponibles alteraría la visión completa que tienen muchos profesionales y legos sobre la amenaza que representa el COVID y, por lo tanto, la relación riesgo / beneficio de la vacunación, especialmente en los grupos más jóvenes.

5. Uso inapropiado y poco ético de la ciencia del comportamiento para generar miedo injustificado.

La propagación de una narrativa de miedo deliberada (confirmada a través de documentación gubernamental de acceso público) ha sido desproporcionada, dañina y contraproducente. Solicitamos que cese de inmediato.

Para dar solo un ejemplo, las políticas de cobertura facial del gobierno parecen haber sido impulsadas por el asesoramiento de la psicología conductual en relación con la generación de un nivel de miedo necesario para el cumplimiento de otras políticas. Esas políticas no parecen haber sido impulsadas por razones de control de infecciones, porque no hay evidencia sólida que demuestre que el uso de una cubierta facial (en particular de tela o máscaras quirúrgicas estándar) sea eficaz contra la transmisión de patógenos respiratorios aerotransportados como el SARS-Cov-2. Varias instituciones e individuos de alto perfil son conscientes de esto y han abogado en contra de cubrirse la cara durante esta pandemia solo inexplicablemente para revertir su consejo sin ninguna justificación científica de la que tengamos conocimiento. Por otro lado, existe mucha evidencia que sugiere que el uso de mascarillas puede causar múltiples daños, tanto físico como mental. Esto ha sido particularmente angustiante para los niños en edad escolar de la nación, quienes han sido alentados por la política del gobierno y sus escuelas a usar máscaras durante largos períodos en la escuela.

Finalmente, el uso de cubrimientos faciales es altamente simbólico y, por lo tanto, contraproducente para hacer que las personas se sientan seguras. El uso prolongado corre el riesgo de convertirse en un comportamiento de seguridad arraigado, que en realidad impide que las personas vuelvan a la normalidad porque atribuyen erróneamente su seguridad al acto de usar una máscara y no al riesgo remoto, para la gran mayoría de las personas sanas menores de 70 años, de contagiarse. el virus y malestar grave con COVID.

6. Falta de comprensión de la naturaleza ubicua de las mutaciones de los virus emergentes.

La mutación de cualquier virus nuevo en cepas más nuevas, especialmente cuando se encuentra bajo presión de selección debido a restricciones anormales de mezcla y vacunación, es normal, inevitable y no es algo de lo que preocuparse. Ya se han identificado cientos de miles de mutaciones de la cepa original de Wuhan. Perseguir cada nueva variante emergente es contraproducente, dañino y totalmente innecesario y no hay evidencia convincente de que cualquier variante recién identificada sea más mortal que la cepa original.

Las cepas mutantes aparecen simultáneamente en diferentes países (a modo de «evolución convergente») y el cierre de las fronteras nacionales en un intento de evitar que las variantes viajen de un país a otro no tiene un propósito significativo de control de infecciones y debe abandonarse.

7. Malentendido de la propagación asintomática y su uso para promover el cumplimiento público de las restricciones.

Está bien establecido que la propagación asintomática nunca ha sido un factor importante de una pandemia de enfermedades respiratorias y nos oponemos a sus mensajes constantes que implican esto, que deben cesar de inmediato. Nunca antes habíamos pervertido la práctica centenaria de aislar a los enfermos aislando a los sanos. Los mandatos repetidos a personas sanas y asintomáticas de autoaislamiento, especialmente los escolares, no tienen ningún propósito útil y solo han contribuido a los daños generalizados de tales políticas. En la gran mayoría de los casos, las personas sanas son sanas y no pueden transmitir el virus y solo se debe aislar a las personas enfermas que presenten síntomas.

Se ha demostrado que la afirmación del gobierno de que una de cada tres personas podría tener el virus es incompatible entre sí con los datos de la OMS sobre la prevalencia de la enfermedad en la sociedad, y el único efecto de este mensaje parece haber sido generar miedo y promover el cumplimiento de las restricciones gubernamentales. El mensaje del gobierno de «actuar como si tuvieras el virus» también ha provocado miedo innecesariamente, dado que es muy poco probable que las personas sanas transmitan el virus a otras personas.

La prueba de PCR, ampliamente utilizada para determinar la existencia de «casos», ahora se reconoce indiscutiblemente que no puede detectar de manera confiable la infecciosidad. La prueba no puede discriminar entre aquellos en quienes la presencia de fragmentos de material genético que coinciden parcialmente con el virus es incidental (tal vez debido a una infección pasada), representa una infección activa o indica una infecciosidad. Sin embargo, se ha utilizado casi universalmente sin calificación o diagnóstico clínico para justificar políticas de bloqueo y para poner en cuarentena a millones de personas innecesariamente a un costo enorme para la salud y el bienestar y para la economía del país.

Los países que han eliminado las restricciones comunitarias no han visto consecuencias negativas que puedan atribuirse a la flexibilización. Los datos empíricos de muchos países demuestran que el aumento y la disminución de las infecciones es estacional y no se debe a restricciones o cubrimientos faciales. La razón del impacto reducido de cada oleada sucesiva es que: (1) la mayoría de las personas tienen algún nivel de inmunidad, ya sea por inmunidad previa o por inmunidad adquirida a través de la exposición; (2) como es habitual con los nuevos virus emergentes, parece que se ha producido una mutación del virus hacia cepas que causan una enfermedad más leve. La vacunación también puede contribuir a esto, aunque su durabilidad y nivel de protección contra variantes no está claro. 

El gobierno parece estar hablando de “aprender a vivir con COVID” mientras aparentemente practica de manera sigilosa una estrategia de “cero COVID” que es inútil y, en última instancia, dañina para la red.

8. Pruebas masivas de niños sanos

Pruebas repetidas de niños para encontrar casos asintomáticos que es poco probable que propaguen el virus, y tratarlos como una especie de peligro biológico es dañino, no tiene ningún propósito de salud pública y debe detenerse.

Durante el período de Semana Santa, se gastó semanalmente una cantidad equivalente al costo de construir un Hospital General de Distrito en hacer pruebas a los escolares para encontrar algunos miles de ‘casos’ positivos, ninguno de los cuales era grave hasta donde sabemos.

Los bloqueos son, de hecho, un contribuyente mucho mayor a los problemas de salud infantil, con niveles récord de enfermedades mentales y niveles elevados de infecciones no COVID, que algunos expertos consideran que son el resultado del distanciamiento que resulta en el descondicionamiento del sistema inmunológico.

9. La vacunación de toda la población adulta nunca debería haber sido un requisito previo para poner fin a las restricciones.

Basándose simplemente en los primeros datos de vacunas «prometedoras», está claro que el gobierno decidió en el verano de 2020 seguir una política de supresión viral en toda la población hasta que la vacuna estuviera disponible (que inicialmente se dijo que era solo para los vulnerables, pero luego se modificó – sin un debate adecuado o un análisis riguroso – a toda la población adulta).

Esta decisión se tomó a pesar de los daños masivos resultantes de los bloqueos continuos que usted conocía o debían haber sido determinados para ser considerados en el proceso de toma de decisiones.

Además, en relación con la campaña de vacunación se han violado una serie de principios de buena práctica médica y estándares éticos previamente impecables, lo que significa que, en la mayoría de los casos, se debe cuestionar seriamente si el consentimiento obtenido puede considerarse verdaderamente como “plenamente informado”:

• El uso de la coacción respaldado por una campaña mediática sin precedentes para persuadir al público de que se vacune, incluidas amenazas de discriminación, ya sea con el apoyo de la ley o alentado socialmente, por ejemplo, en cooperación con plataformas de redes sociales y aplicaciones de citas.

• La omisión de información que permita a las personas tomar una decisión totalmente informada, especialmente en relación con la naturaleza experimental de los agentes de la vacuna, el riesgo de COVID de fondo extremadamente bajo para la mayoría de las personas, la aparición conocida de efectos secundarios a corto plazo y los efectos desconocidos a largo plazo.

Por último, observamos que el Gobierno está considerando seriamente la posibilidad de que estas vacunas, que no tienen datos de seguridad asociados a largo plazo, puedan administrarse a los niños sobre la base de que esto podría proporcionar algún grado de protección a los adultos. Consideramos que esa noción es una inversión espantosa y poco ética del deber aceptado desde hace mucho tiempo que recae sobre los adultos de proteger a los niños.

10. Dependencia excesiva del modelado mientras se ignoran los datos del mundo real

A lo largo de la pandemia, las decisiones parecen haberse tomado utilizando modelos no validados producidos por grupos que tienen lo que solo puede describirse como un historial lamentable, sobrestimando enormemente el impacto de varias pandemias anteriores.

Los equipos de toma de decisiones parecen tener muy poca información clínica y, en la medida de lo posible, ninguna experiencia en inmunología clínica.

Además, los supuestos subyacentes al modelo nunca se han ajustado para tener en cuenta las observaciones del mundo real en el Reino Unido y otros países.

Es una admisión asombrosa que, cuando se les preguntó si SAGE había considerado los daños colaterales, la respuesta fue que no era de su competencia, simplemente se les pidió que minimizaran el impacto de COVID. Eso podría ser perdonable si algún otro grupo asesor estuviese constantemente estudiando el lado de daños del libro mayor, pero parece que no ha sido así.

Conclusiones

El enfoque del Reino Unido hacia COVID ha fracasado palpablemente. En el aparente deseo de proteger a un grupo vulnerable – los ancianos – las políticas implementadas han causado daños colaterales generalizados y desproporcionados a muchos otros grupos vulnerables, especialmente a los niños. Además, sus políticas han fallado, en cualquier caso, para evitar que el Reino Unido alcance una de las tasas de muerte por COVID más altas del mundo.

Ahora, a pesar de las tasas de vacunación muy altas y las tasas de muerte y hospitalización por COVID actualmente muy bajas, la política continúa apuntando a mantener a una población discapacitada por el miedo extremo con restricciones en la vida cotidiana que prolongan y agravan los daños derivados de las políticas. Para dar solo un ejemplo, las listas de espera del NHS ahora ascienden oficialmente a 5,1 millones y, según el anterior Secretario de Salud, es probable que otros 7 millones requieran tratamiento que aún no se ha presentado. Esto es inaceptable y debe abordarse con urgencia.

En resumen, es necesario que haya un cambio radical dentro del Gobierno, que ahora debe prestar la debida atención a los estimados expertos fuera de su círculo íntimo que están haciendo sonar estas alarmas. Como involucrados en la salud, estamos comprometidos con nuestro juramento de «primero no hacer daño», y ya no podemos quedarnos en silencio observando políticas que han impuesto una serie de supuestas «curas» que de hecho son mucho peores que la enfermedad. se supone que deben abordar.

Los firmantes de esta carta le piden a usted, en el Gobierno, que sin más demora amplíe el debate sobre la política, consulte abiertamente con grupos de científicos, médicos, psicólogos y otros que comparten puntos de vista alternativos cruciales, científicamente válidos y basados ​​en evidencias y que deben hacer todo lo que esté en su poder para devolver el país lo más rápidamente posible a la normalidad con el mínimo de daño adicional a la sociedad.

Tuyo sinceramente,

Dr. Jonathan Engler, MB ChB LLB (con honores) DipPharmMed

Profesor John A Fairclough, BM BS B Med Sci FRCS FFSEM, Cirujano consultor, dirigió el programa de vacunación para un brote de poliomielitis, ex presidente BOSTA, para cirujanos ortopédicos, miembro de la facultad FFSEM

Sr. Tony Hinton, MB ChB, FRCS, FRCS (Oto), cirujano consultor

Dr Renee Hoenderkamp, ​​BSc (Hons) MBBS MRCGP, Médico general

Dr. Ros Jones, MBBS, MD, FRCPCH, pediatra consultor jubilado

Sr. Malcolm Loudon, MB ChB MD FRCSEd FRCS (Gen Surg) MIHM VR

Dr. Geoffrey Maidment, MBBS, MD, FRCP, médico consultor jubilado

Dr. Alan Mordue, MB ChB, FFPH (retirado), consultor jubilado en medicina de salud pública

Sr. Colin Natali, BSc (Hons), MBBS FRCS FRCS (Orth), Cirujano consultor de columna

Dra. Helen Westwood, MBChB MRCGP DCH DRCOG, Médico general

Otros firmantes(ver en el link original)

Por qué debería firmar esta carta

El propósito de la carta se establece en él, pero en resumen es para:

• Notifique al gobierno y a los ciudadanos del Reino Unido que:

1. Al contrario de lo que informan los principales medios de comunicación, no se ha alcanzado un consenso científico en la mayoría de las áreas de la respuesta a la pandemia, ya que no se ha permitido un debate científico riguroso y abierto.

2. Un número significativo de profesionales de la salud no está de acuerdo con muchos aspectos de las políticas de manejo de pandemias.

• Generar demanda pública para que se permita un debate público más amplio.

Si desea agregar su nombre a la carta, complete el formulario a continuación.

Para obtener más información sobre «Speak Out«, el servicio de denuncia de irregularidades de la Asamblea Covid19

Comparta esta carta con otros profesionales que deseen firmarla.

Texto traducido automáticamente con Google Translate.

fuente: https://www-covid19assembly-org.translate.goog/doctors-open-letter

texto en PDF

Publicado en Ciencia, Conocimiento, Destrozando el sentido común, General, Poder mundializado, Salud. Y enfermedadEtiquetado como confinamiento forzado, confinamiento masivo, Covid-19, sars-cov2

El vapor, el sombrero caliente y la poción de las brujas

Publicada el 31/10/2021 por raas

Un cuento de hadas

Por Margaret Anna Alice
MargaretAnnaAlice.com
a Través del Espejo
agosto 2021

Érase una vez en una tierra próspera, un rumor recorrió el reino de que había un vapor invisible flotando en el aire. Muchos vapores habían llegado antes, pero este era tan extraordinario que requería una respuesta extraordinaria. Este vapor, gritaban los pregoneros, podría matarte en cualquier momento y en cualquier lugar. Puedes contraerlo hablando, respirando o cantando.  Puedes contraerlo parándose o caminando demasiado cerca de alguien. Incluso puedes conseguirlo jugando. Y lo más aterrador de todo: podrías conseguirlo y ni siquiera saber que lo tenías.

La única forma de escapar era esconderse en el interior, mantenerse alejado de la gente y frotarse las manos con una gelatina, un gel transparente cada vez que tocaba algo. Los comerciantes dejaron de comerciar, los aprendices dejaron de aprender y la gente dejó de ver a la gente.

Todos los días, los pregoneros del pueblo gritaban la cantidad de personas que habían captado el vapor; la mayoría no lo sabía ya que se sentían igual que de costumbre, solo que mucho más asustados. Solo supieron que lo tenían debido a un cierto hechizo, una profecía que un hechicero había escrito antes de que llegara el vapor. 

El hechicero había dicho que se suponía que no debía estar hecho para vapores y que no podía decirle a la gente si habían atrapado un vapor o no. Pero el hechicero había muerto, y los consejeros del rey decidieron lanzar el hechizo, de todos modos, y así fue como la gente descubrió que tenían el vapor.

Los pregoneros del pueblo gritaban los últimos números de muertos con tanta frecuencia que sus voces se volvían roncas. Casi todos los que murieron eran muy, muy viejos o muy, muy enfermos o muy, muy gordos. Casi nadie más murió, y al final del año, resultaría que había muerto aproximadamente el mismo número que en otros años.

Aun así, era un vapor muy aterrador, y todo el reino tuvo que cambiar por el bien del público. La tierra ya no era próspera, pero el rey simplemente acuñó más monedas y las arrojó a sus súbditos para que no se dieran cuenta de inmediato. Con el tiempo, se les dijo a las personas que podían salir de su escondite y que el mercado podría volver a abrirse si todos seguían algunas reglas. 

Tenían que usar un sombrero caliente y áspero que les cubriera las orejas y los ojos para que el vapor no pudiera entrar en sus oídos o en sus ojos. Tenían que saltar cinco veces hacia adelante y cinco veces hacia atrás si accidentalmente se acercaban demasiado a otra persona. Verdaderos saltamontes. Y, por supuesto, tuvieron que frotarse las manos con gel después de tocar cualquier cosa.

Algunas personas pensaban que con los sombreros parecían tontos e incluso que eran un poco peligrosos, ya que les dificultan oír y ver y los hacían sudar en el verano. Hacer el salto tomó tanto tiempo y trabajo, que la gente no pudo hacer mucho.

Cuando esas personas no usaban los sombreros ni saltaban, el resto de la gente se enojaba mucho y decía que era su culpa que la gente muriera y se enfermara y no pudiera vivir como solía vivir.  Algunos incluso empezaron a usar dos o más sombreros para una protección adicional contra los Anti-Sombreros y Anti-Saltos.

De vez en cuando, el rey le decía a la gente que se escondiera de nuevo adentro porque demasiada gente estaba atrapando el vapor. No podían trabajar, comprar ni visitar a las personas que amaban. No había mucho que hacer además de estar escuchando a los pregoneros del pueblo, que siempre le hacen saber a la gente lo asustados, enojados y resentidos que deben sentirse todos, especialmente hacia los Anti-Sombreros y Anti-Saltos.

De repente, la gente comenzó a sentirse más esperanzada. Unas cuantas brujas que eran más ricas que todos los reyes y reinas del mundo combinados se ofrecieron a hacer una poción, un brebaje que la gente necesitaría tragar de vez en cuando para mantenerse a salvo del vapor, pero solo funcionará si todos la bebieran juntos.

Tomó algunos meses, pero eventualmente las brujas tenían su propio sabor (uva, naranja y coctel tropical) y estaban listas para verterlas en la boca de la gente. Siempre que se hacían pociones en el pasado, las brujas habían tenido que pasar años y años asegurándose de que fuera seguro antes de dárselas a la gente.

Esta vez, sin embargo, el vapor fue tan aterrador que se saltaron todos esos pasos para que la gente pudiera salvarse antes. Incluso consiguieron que el rey emitiera un decreto especial para que nadie pudiera herir a las brujas si les pasaba algo malo después de beber la poción, ese líquido salvador. El rey reunió las tres cuartas partes de las monedas que había recogido de la gente ese año y se las presentó a las brujas.

Casi todo el mundo estaba ansioso por beber la poción de ese licor con jugo de uva, naranja o tropical. Se jactan de ir a buscarlo y se lo contaron a todos después de tomar su primera y segunda bebida. Cuando se encontraron con alguien que no quería beberlo, se enojaron mucho.  Los pregoneros en alta voz les dijeron a todos que les gritaran a los Anti-Bebedores porque era su culpa que no pudieran volver a la vida como era antes del vapor.

Algo extraño sucedió después de que la gente comenzó a beber la poción. Algunos de ellos atrapan el vapor, de todos modos, pero eso fue porque era una versión del vapor que las brujas no habían planeado; aun así, era importante beber ambas dosis de la poción porque era mejor que no beberlas. 

Sin embargo, para estar seguros, los pregoneros dijeron que deberían volver a usar sombreros calientes y saltar, aunque la mayoría no se había detenido al principio porque temían lo que sucedería si lo hicieran (o peor, podrían confundirse con un Anti-Sombrerero, Anti-Saltos o Anti-Bebedero). Aún más extraño, algunas de las personas que habían bebido la poción murieron justo después o poco después de beberla. 

A diferencia de las personas que murieron por el vapor, estas personas a menudo eran muy, muy jóvenes o muy, muy sanas o muy, muy en forma. Los pregoneros nunca gritaron anunciando sobre estas muertes. Si alguien lo mencionaba enseguida, lo llamaron Anti-Sombrerero, Anti-Saltador y Anti-Bebedor.

Ser un Anti-Bebedor fue lo peor de todo porque todos saben que necesitas beber para sobrevivir. Si está en contra de beber la poción, seguramente también debe estar en contra de beber agua, y todos sabemos que no se puede vivir sin beber agua.

No todos los que bebieron la poción murieron. A algunos les sucedieron cosas extrañas en sus cuerpos. Temblaban todo el tiempo o tenían enfermedades raras o notaron que partes de sus cuerpos dejaron de funcionar. Estaban postrados en cama o cojos o heridos de diferentes maneras y no podían vivir como lo hacían antes o incluso después del vapor. Los pregoneros tampoco le contaron a nadie sobre estas personas. Y luego estaban los bebedores que se sentían perfectamente bien… por ahora. 

La poción nunca había sido probada por más de unos meses, por lo que nadie estaba realmente seguro de lo que sucedería en el próximo año o dos o más. También era un tipo de poción diferente a la que nadie había bebido antes.

Esta poción cambió algo dentro de ti que nunca podría deshacerse. La gente también necesitaría beber nuevas versiones de la poción cada pocos meses, y el rey tendría que seguir dando tres cuartos de las monedas del reino a las brujas para siempre, o al menos mientras existiera el reino. Todos los bebedores supervivientes estaban agradecidos con las brujas y les agradecieron por salvarles la vida. Mostraron con orgullo una marca en la barbilla que significaba que habían bebido la poción. Los que lo habían bebido dos veces tenían dos marcas.

Los que no tenían ninguna marca eran los culpables de los problemas del reino. No se les permitió comprar en el mercado ni trabajar o ser aprendices ni participar en ninguna actividad pública. Fueron avergonzados y rechazados por ser una amenaza para la gente de la tierra. 

Estas personas empezaron a sentir que debían dejar el reino, pero no se les permitía viajar sin las marcas dobles y, además, todos los demás reinados eran iguales a los suyos, de todos modos. No quedaba ningún lugar donde la gente no tuviera miedo del vapor y donde no exigieran que todos bebieran la poción. Pronto, el rey decidió que los Anti-Bebedores eran tan peligrosos que tendrían que estar encerrados en un calabozo hasta que aceptaran beber la poción. Eran libres de elegir el sabor que quisieran. Si decidían no beber, simplemente permanecerán en el calabozo. Depende totalmente de ellos.

Pasó un año y luego otro. Cada vez quedaban menos personas en el reino. Finalmente, quedaron tan pocas personas que el rey ya no pudo recolectar suficientes monedas para pagar a las brujas. El resto de reyes y reinas de todo el mundo estaban en la misma situación. Decidieron unirse en un gran reinado de reyes para poder recolectar suficientes monedas para comprar la poción.

Después de que pasaron ocho años más, no quedaba suficiente gente en todo el mundo para cubrir las cuotas de las brujas. Los gobernantes decidieron que todo lo que pertenecía al pueblo ahora pertenecía al gran reino de los reinos. La gente aún podría vivir en sus chozas, pero no poseería nada. Podrían ganarse la vida con el trabajo; de hecho, ¡podrían ponerse a trabajar haciendo la poción!

La gente ya no necesitaba decidir lo que quería hacer o ser en la vida porque el reino de todos los reinos el Nuevo Reino Mundial decidiría por ellos. La gente no necesitaba pagar nada porque todos los sujetos recibían cantidades igualmente pequeñas de las necesidades. Todos lucían iguales, actuaban igual y pensaban igual.

La mayoría de la gente no recordaba cómo era antes del vapor. Algunos ni siquiera sabían que existía ese momento. Los gobernantes, en cambio, nunca quisieron nada. Tampoco sus amigos, los pregoneros del pueblo. Las brujas eran las más ricas de todas, y con razón, ya que habían salvado al mundo del vapor mortal. No pasó mucho tiempo antes de que no hubiera más sujetos. Los gobernantes, los consejeros, los pregoneros y las brujas tenían todas las riquezas de la tierra para sí mismos, y vivieron felices para siempre.

fuente: http://www.postaportenia.com.ar/notas/12051/el-vapor-el-sombrero-caliente-y-la-poci%C3%B3n-de-las-brujas/

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Carta abierta a todo argentino que tenga de alguna manera responsabilidad sobre los niños y adolescentes

Publicada el 19/10/2021 - 19/10/2021 por raas

Por Liliana Szabó*
10 de octubre de 2021

Quiero expresar públicamente que a pesar de ser Socia Titular de esta entidad (Sociedad Argentina de Pediatría) desde 1983, estoy en completo desacuerdo y repudio totalmente la decisión de la SAP de aconsejar vacunas anti Covid 19 a niños entre los 3 y 11 años, así como su anterior apoyo a la vacunación de adolescentes y la vacunación en embarazadas.

La SAP, entidad ante la cual rendí mi examen de Pediatra con orgullo y alegría hace tantos años, se ha transformado. Ya no responde a inquietudes de los socios (al menos ya varias veces rechazaron las mías) ni a los intereses de la verdadera salud infantil. Ya no se acepta debatir ni cuestionar ni hacer intercambios científicos abiertos con todos los que tengamos una mirada diferente a la del Comité Directivo.

Como socia, he enviado en marzo de 2019 una carta firmada por más de 45 profesionales de la salud a la Presidencia de la SAP y a varios de sus Comités Científicos. En dicha carta planteábamos nuestra preocupación ante el incremento sostenido del número de vacunas obligatorias administrados a los niños y a las embarazadas, sin haberse realizado previamente ningún estudio de seguridad ni de necesidad, coincidiendo tal incremento con el enorme crecimiento de la morbimortalidad infantil atribuible justamente a los componentes de dichas vacunas recibidas

Planteamos en dicha carta la necesidad de un debate científico abierto y público para poder re-evaluar el Calendario Nacional de vacunas. En la misma carta acompañamos nuestra preocupación con 30 ejemplos seleccionados entre los miles de trabajos científicos existentes a nivel mundial que apoyaban nuestra inquietud, además de la evidencia clínica directa en nuestra práctica diaria en consultorio. La única respuesta que recibimos fue de parte de la entonces Presidenta de la SAP, Dra. Diana Pasqualini, en la que literalmente respondió: “no me envíen más Spam”. De los Comités Científicos no recibimos respuesta alguna.

Recientemente en julio de 2021 hemos enviado en forma grupal otro pedido de documentación y explicaciones científicas sobre el tema vacunas y tampoco hemos recibido respuesta.

Por otro lado, varios miembros de alta jerarquía de las filiales SAP de lugares tales como CABA, Córdoba, Santa Fe y Mendoza fueron convocados este año a distintos programas radiales para dialogar y aclarar conceptos científicos y en ningún caso pudieron responder a nuestras preguntas ni mostrar los estudios que según ellos existen para probar la inocuidad de la vacuna que estaban defendiendo. Por el contrario, en el programa en el cuál participé la doctora (de SAP Córdoba) se retiró del programa muy enojada porque le solicité que me facilitara los datos de un estudio del laboratorio Moderna sobre su vacuna Covid 19 en niños, en el cual ella basaba su opinión de que dicha vacuna era inofensiva.

Hace pocos días la Dra. Marcela Witt, bioquímica, concurrió personalmente a la SAP a solicitar amablemente informes sobre los componentes de las vacunas anti Covid 19 y pidió que le compartieran los resultados de los supuestos estudios de seguridad sobre los que dicen que se están basando para afirmar que la vacuna es apta para uso en niños. No solo no le entregaron ninguna prueba de seguridad ni ningún estudio, sino que además le cerraron la puerta en la cara a los gritos (esto está filmado)

Paso a detallar ahora los motivos médicos y éticos por los que estoy en total desacuerdo con indicar ninguna de las vacunas Covid 19 existentes a ningún niño ni adolescente ni embarazada:

1- Para que sea necesario indicar una vacuna, dicha vacuna debe estar justificada al ser capaz de prevenir una enfermedad muy grave y letal que no tenga tratamiento alguno.

Nota: esta enfermedad llamada COVID 19 no solo no es mortal en la infancia (salvo casos muy raros de pacientes inmunosuprimidos que podrían morir por cualquier resfrío) sino que por el contrario produce cuadros muy leves que se curan espontáneamente en pocos días. La mayoría de los niños se inmuniza naturalmente sin enfermar ni contagiar* y de esta manera logra inmunidad de por vida como para cualquier virus, colaborando al efecto rebaño que a su vez protege al resto de la población. Por otro lado, actualmente ya se conocen cuáles son los tratamientos correctos para tratar esta enfermedad desde su inicio y prevenir la internación y la muerte.

(*Esto quedó demostrado en un estudio hecho en Wuhan, China con 10.000.000 de personas que mostró que los asintomáticos no contagian, en noviembre de 2020)

2- Para indicar una vacuna, esta tiene que haber probado no solo su eficacia (capacidad de aumentar el número de anticuerpos en sangre, lo cual NO indica que la persona sea inmune) sino fundamentalmente tiene que comprobarse su efectividad (la efectividad se demuestra mediante el descenso significativo del número de casos de enfermos y muertos en poblaciones vacunadas comparadas con las no vacunadas).

Nota: ya se ha visto en todos los países que han aplicado estas vacunas (de cualquier tipo y marca) que luego de la vacunación masiva curiosamente han aumentado los casos de contagiados y muertos dentro de los mismos vacunados, además de aparecer cepas llamadas “nuevas” entre los mismos. Por lo tanto pareciera que estas vacunas hasta el momento no previenen ni el contagio ni la muerte por Covid 19. Si no ha funcionado en adultos ¿qué criterio científico se está usando para creer que puede funcionar en niños?

3- Para elaborar una vacuna se necesita primero aislar el antígeno (en este caso un virus) contra el que se quiere proteger. Con dicho antígeno, a veces atenuado y a veces muerto, se elabora la vacuna, junto con muchos otros componentes que lo acompañan.

Nota: se nos ha dicho que el virus que provoca la enfermedad Covid 19 pertenece a la familia de los Coronavirus y se denomina SARS COV 2. Sin embargo, según declaran los virólogos a nivel nacional e internacional, hasta ahora dicho virus no se ha podido aislar, ya que no ha cumplido con los postulados de Koch que probarían totalmente su existencia. Por lo tanto ¿con qué antígeno o partícula viral han elaborado una vacuna, en el caso de la Sinopharm por ejemplo, si aún no se ha podido aislar el virus? Tampoco se ha podido demostrar la presencia del mencionado virus en las autopsias hechas en ninguna parte del mundo a muertos con diagnóstico de Covid 19.

4- Para indicar una vacuna a la franja etaria infantil para la cual no existe ninguna necesidad ni urgencia sanitaria y que además de encontrarse en pleno desarrollo, constituye el futuro de toda nuestra población, se deben hacer estudios de seguridad a corto, mediano y largo plazo para asegurarse de que no haya ningún tipo de riesgo causado por ninguno de los componentes de dicha vacuna. Un estudio verdadero de seguridad necesita varios años de seguimiento cercano y completo de los voluntarios vacunados.

Nota: acá se está hablando de un supuesto estudio de seguridad realizado en solo 2 meses, al que hasta la fecha no se tiene acceso público.

5- Para indicar una vacuna, además de evaluar si ésta realmente es necesaria y si va a traer más beneficios que problemas, se deben conocer, como en el caso de cualquier prescrip-ción médica, los componentes totales reales de dicha vacuna. En base a estos datos el médico junto con su paciente puede evaluar si alguno de los componentes es potencialmente dañino para dicho paciente; si existe alguna contraindicación médica personal por antecedentes de enfermedad o por tendencias fliares. o genéticas que determinen una individual susceptibilidad a cualquiera de sus componentes, en cuyo caso NO se debe aplicar dicha vacuna.

Nota: desde noviembre de 2020 por la Ley 27.573 se otorgó a los laboratorios fabricantes de vacunas no solo la eximición de responsabilidad frente a posibles efectos adversos, sino el derecho a guardar en secreto sus componentes (acuerdo de confidencialidad, art. 5º). Ya sabemos, porque así lo han declarado, que la mayoría de las vacunas COVID 19 contienen ARNm (material genético capaz de recombinarse dentro de nuestras propias células y así modificar nuestro propio ADN) y que la vacuna Sinopharm declara que tiene antígenos cultivados en células VERO (o sea que contiene material genético de riñón de mono, con capacidad de generar reacciones autoinmunes en el ser humano como cualquier proteína extraña inyectada).

El ARNm tiene la capacidad de modificar el código genético humano pero todavía no se conoce cuáles serían las consecuencias de este cambio genético (¿autoinmunidad? ¿cáncer? ¿alteración de la fertilidad? ¿daño genético en las futuras generaciones?). Por lo tanto ¿cómo se puede indicar una inoculación masiva sin siquiera saber qué se está inyectando y qué consecuencias tendrá en la salud de los niños y en su descendencia futura a corto, mediano y largo plazo?

6- En muchos países del mundo, como por ejemplo en EEUU en los que se inició hace rato la vacunación masiva en adolescentes, ya se han declarado miles de muertes y casos severos de miocarditis y enfermedades neurológicas discapacitantes (datos oficiales del VAERS, entidad encargada de la farmacovigilancia que recoge denuncias de efectos adversos y muertes). Un solo caso, una sola muerte o enfermedad grave, debería ser razón suficiente para detener esta vacunación, ya que la enfermedad que intenta prevenir de ninguna manera produce efectos tan graves en los niños como los que ha producido la vacuna.

¿Qué está pasando que ninguna entidad médica reacciona y detiene esta peligrosa campaña de vacunación? ¿Qué pasa que nuestra propia SAP, entidad que debe ser la protectora de la salud integral de los niños, no ha tenido en cuenta la experiencia negativa con la vacunación infanto-juvenil de otros países?

No importa de qué vacuna se trate porque igualmente no sabemos qué contienen y qué componentes están ocultando. Para actuar como pediatras responsables debemos conocer exactamente lo que estamos prescribiendo y evaluar seriamente los riesgos versus los beneficios. También están siendo reportados muchos casos de muerte fetal al vacunarse la madre durante el embarazo, así como muertes en lactantes al ser amamantados por su madre vacunada. ¿Qué les pasa a los obstetras que han aprobado las vacunas en las embarazadas sin ningún estudio de seguridad serio previo?

7- La ley de vacunación obligatoria 27.491 va totalmente en contra de la Constitución Argentina y de la Ley 26.529 que nos otorga el derecho al Consentimiento Informado, según el cual se debe informar verazmente qué sustancias van a ser inyectadas y qué efectos adversos pueden ocasionar. En base a esto, el ciudadano tiene la opción de decidir si acepta o no dicha vacuna, ya que nadie se hará responsable por su salud ni por su vida salvo el mismo ciudadano.

Nota: un niño es un ser indefenso a merced de los adultos que deciden por él. Confía en las decisiones de sus padres y de sus pediatras y por lo tanto es víctima inocente de los errores que ellos cometan. Por lo tanto, es con nuestros niños por quienes tenemos que exigir pureza en las indicaciones médicas y la máxima precaución: ante la mínima duda de que se pudiera producir un daño, hay que abstenerse y esperar. Para poder indicar estas vacunas con 100% de seguridad y beneficio se requieren: Honestidad. Seguridad. Inocuidad. Beneficio real y concreto. Ninguna de estas condiciones están dadas actualmente para administrar ninguna de las vacunas existentes contra COVID 19.

Escribo estas líneas con el más profundo deseo de que esta carta pueda estimular el auto-cuestionamiento, incentivar la investigación en fuentes confiables neutras y objetivas, sin fines de lucro y despertar el discernimiento a favor de la protección de nuestra población infantil y juvenil, tanto en médicos, padres, autoridades escolares y cualquier otra persona que pueda tener relación con la población infantil.

Primum Non Nocere (Primero no dañar)

*Médica pediatra-, DNI 11.912.668- MN 57156- Miembro Titular de la Sociedad Argentina de Pediatría (en adelante SAP) Socia nº 2592.

fuente: http://www.postaportenia.com.ar/notas/12060/carta-abierta-a-todo-argentino-que-tenga-de-alguna-manera-responsabilidad-sobre-los-ni%C3%B1os-y-adolescentes/

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Neolengua covídea

Publicada el 13/04/2021 - 15/04/2021 por raas

Por Luis E. Sabini Fernández

Llamativo, aunque esperable, el auge de la neolengua con esta ofensiva para suprimir los contactos directos interhumanos, haciéndonos pasar toda relación a través de tamices, opciones preestablecidas, coladores, controles, registros cibernéticos, algoritmos y aplicaciones que se nos “ofrecen” para mejorar los contactos, los saberes, las calidades.

Es decir, para hacerlo “todo” mejor, y uno se pregunta sobre aquella sabia advertencia de Blas Pascal, “El hombre es medio ángel y medio bestia, y cada vez que pretende convertirse totalmente en ángel, se convierte, totalmente, en bestia.” Su dualismo cristiano le permitió tener semejante mirada.

Pero diversos optimismos han abolido esa mirada problemática y dialéctica: el optimismo tecnológico, encarnado en el American Way of Life, postulando el acceso al paraíso en la Tierra, cuyas plasmaciones se han revelado siempre pesadillescas.

Eso, dentro del optimismo burgués. Pero su presunta contracara, tan vigente a lo largo de los siglos XIX y XX; el socialismo, a su vez encarnado en experiencias como la soviética, nos mostraron igualmente los peligros de las excesivas buenas intenciones, y sobre todo, de la hybris del control absoluto. Con el estalinismo, el fascismo, el nazismo, y referentes máximos tipo Hitler, Stalin, Mao o Fidel Castro, de líderes que nunca se equivocan, hemos “cocinado” lo opuesto a lo pretendido.

Otra ideología prometiendo el bien absoluto, desplegada a lo largo del siglo XX con una mezcla de misticismo y socialismo materialista –que significativamente se conserva mucho menos cuestionada–, es el sionismo, hoy en día convertido en guía y referencia de algunos de los principales centros de poder planetario, como el Reino Unido y EE.UU., e Israel, obviamente.

El sionismo, que ha prometido el paraíso y la bienaventuranza a los judíos, forjando un infierno para los palestinos. Cumpliendo una vez más la advertencia de Pascal. Las consecuencias de todas estas ideologías de salvación han sido, son desoladoras. Unas han prometido la libertad más absoluta; otras la igualdad más radical. De todas ellas extrajo George Orwell su neolengua articulando un lenguaje del que nos presentó ejemplos, como aquel de que: “todos los animales son iguales, aunque algunos son más iguales que otros”. Estos antecedentes de la modernidad son preocupantes.

¿Estamos fuera de ellas o por el contrario resurgen con nuevos ropajes? Como bien amojona Aldo Mazzucchelli, (1) el nuevo siglo, el XXI, empieza en febrero de 2020, con la implantación de ese reinado de lo mediato, con la supresión de lo directo, lo afectivo. Y lo mediado, a través de artilugios electrónicos. Es la suspensión, o más bien la erradicación del diálogo humano, que a trancas y barrancas, caracterizó siempre a la especie; a la humanidad, como se dice habitualmente.

Desde febrero de 2020 con una pandemia decretada en “las alturas” y un miedo generalizado consiguiente, el diálogo, tan vapuleado y menospreciado por los selfmademen y por el rigor “objetivo” de los proyectos socialistas (que necesitaban hacerse, no discutirse), desapareció ahora sí, como proyecto explícito, del tejido social o fue limitado a espacios intersticiales.

Se impuso, se trató de imponer, con suerte variada, una realidad oficial como “nueva normalidad” al servicio, claro, de las mejores intenciones. Es difícil, por ejemplo, encontrar “textos de autor” más buenos que los de Bill Gates, arquetipo de filántropo contemporáneo. Hacer el bien, incondicionadamente, poniendo “toda” su fortuna y su empeño en ayudar a los pobres, los débiles, los marginados, ese otro mundo… tan ajeno al del filántropo.

Alguien se puede permitir dañar únicamente si lo hace al servicio de las mejores intenciones. Solo munidos de la mayor excelencia imaginable se puede exterminar nativos de una tierra, torturar elementos considerados subversivos; solo un “enviado” de algún dios, totalmente convencido de su bondad y de la bondad de su presunto creador, se podía permitir echarle plomo derretido en las cuencas de los ojos de un negacionista, un incrédulo, un hereje, que no “veía” la verdad. Eso, en tiempos inquisitoriales.

Ahora no se usa plomo: soldaditos norteamericanos que llevaban a Vietnam en su mochila coca-cola –como si fuera “lo más”– junto con la democracia, se permitían incendiar todos los bosques locales para quemar vivos a los guerrilleros allí escondidos.

Solamente un Padre amantísimo le hacía confesar a casi toda la vieja guardia bolchevique que tenían que aceptar la responsabilidad por delitos varios –la mayor parte inexistentes– porque era la forma de preservar la pureza, la solidez, la verdad del partido que habían forjado juntos. Ad maiorem PC gloriam.

Así, nuestros más neutros periodistas y comunicadores, brindándonos sus mejores perspectivas, nos ofrecen una pujante neolengua según la cual postulan, esperan, ansían un “pasaporte sanitario”, para reponer, dicen, “la libertad”. Portación obligatoria de vacunas (tradicionales o génicas, poco importa) contra o sobre Covid 19 para poder trabajar, ir al teatro, viajar, estudiar… en fin, ¿por qué no para salir a la plaza o a la frutería?

Nuestros periodistas a sueldo –a veces privilegiados económicos de los medios de incomunicación de masas–, nos aclaran que así evitaríamos toda limitación a nuestras libertades y alcanzaríamos la ansiada normalidad perdida.

Claro que estos periodistas, a menudo progresistas, no nos dicen que esa presunta libertad tiene que ser pagada con recibir una vacuna de la cual, lo menos que puede decirse es el diálogo de dos ratones: ¿Te vas a vacunar? –¿Estás loco?, ¿no ves que los humanos todavía están experimentando? (2) Esa nueva normalidad quiere imponerse mediante un pasaporte sanitario. Con una vacuna que fue hecha apresuradamente y significa, objetivamente el mayor negocio de la Big Pharma en las últimas décadas.

¿Cómo podemos evitar la sospecha que la problemática pandemia de la cual no se conoce ni la magnitud de los muertos reales, no fue nada más que la excusa de un gran negocio, o, aún algo más probable; la palanca de un enorme poder cuyo alcance no tiene antecedentes?

Para rematar la neolengua, se sigue hablando de que la vacuna es voluntaria. Hay una sorda impresión de que es verdaderamente resistida aunque oficialmente poco y nada se menciona en los corrillos mediáticos del periodismo televisivo.

Claro que es voluntaria, faltaba más, pero sin vacunarse nuestros paniaguados periodistas sólo nos ofrecen la parálisis y el aislamiento.

notas:
1) “El año que quisieron editar lo real desde arriba”, eXtramuros, Montevideo, marzo 2021.

2) Afortunadamente cada vez hay más médicos y profesionales de la salud que concluyen que es más dañino, y por lo tanto menos hipocrático, vacunarse que atender directamente el contagio con recursos médicos: medicación contra trombosis, por ejemplo. Véase los aportes y planteos de Thomas Dalton, Máximo Sandín, Luc Montaigner, A. Martínez Belchi, Christian Carrera, Nick Kollerstrom, Yanny Gu, Pablo Goldschmidt, Reiner Fuellmich, Joseph Mercola y tantos otros, amén de pensadores y analistas sociales como nuestro Hoenir Sarthou, Jeremy Hammond, Michel Chossudovsky, Mike Whitney, Vandana Shiva y una enorme cantidad de cabezas pensantes y voces literalmente acalladas en los medios masivos, los recintos institucionales y hasta en algunas trincheras culturales, otrora críticas y rebeldes, por lo visto totalmente cooptadas por nuestros “benefactores” pandémicos.

fuente: https://revistafuturos.noblogs.org

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COVID-19: miedo, calidad de vida, pánico, profilaxis… extraño bamboleo

Publicada el 10/04/2020 - 12/04/2020 por ulises

por Luis E.Sabini Fernández

El COVID-19 está ahora, fin de marzo, comienzo de abril, en casi todos los países del mundo. Aunque con muy diferentes impactos. Su presencia y el tratamiento; el encare de la situación, se ha complejizado. Respecto de su origen, las versiones se han multiplicado y diversificado con la exuberancia de nuestro universo mediático actual.

No es de extrañar, dada la presente globalización de casi todos los acontecimientos humanos que crece únicamente pareja con nuestra creciente heteronomía; cada vez sabemos más de todo; cada vez decidimos menos. Y aun tratando de entender con más recursos que nunca antes, nos cuesta más reconocer las causas de las cosas (pensemos por ejemplo en la contaminación del mar océano que lleva décadas y hace apenas unos meses empezamos a enterarnos, masivamente, de los “microplásticos”).

Nos vamos a permitir entonces apenas apuntar algunos aspectos de esta situación.

UN PRESENTE NUEVO O CÓMO CERRAR UNA ÉPOCA E INICIAR OTRA

Somos cada vez más conscientes que la marca de esto que llamamos pandemia será si no eterna, al menos histórica. Como que todos nos vamos dando cuenta que la sociedad que vivimos hasta comienzos de 2020 “ya fue”, que lo que “viene” será distinto.

En ese sentido, la secuencia de este coronavirus, COVID-19, repite otro momento histórico, cercano: el 11 de setiembre de 2001, con el derribo de las dos torres que resultaron tres, y fuimos conminados a dejar las sociedades existentes y fuimos introducidos en otra, la sobreviniente, con un incremento notorio de la “seguridad”: el orden policial avanzó otro casillero.

Con el COVID-19 alterando ritmos, economías, destinos personales, dañando un poco a los integrados, a los que viven (vivimos) del lado más seguro, y dañando muchísimo a los que ya sufrían estar “afuera”, “por debajo”, en las periferias del planeta. E introduciendo miedos en todos lados, teniendo que abandonar el mundo que habitábamos e ingresar en otro, desconocido. Que nos “suena” mucho más regimentado.

El miedo ha probado una vez más su eficacia y los elencos que deciden buena parte de los aconteceres sociales, tomarán nota de ello.

Como con las torres neoyorquinas, que sirvieran para espectáculo televisivo mundial durante veinte horas, el COVID-19 aumentando casos día a día ha generado a su vez un antes y un después. De la pandemia.

Tanto en un caso como en el otro, aunque de muy distinto carácter, podemos hablar de un pasado y, a partir del acontecimiento, un por venir modificado.

Por las enormes incógnitas que caracterizan a la pandemia que estamos viviendo, nos parece sensato iniciarnos con las preguntas habituales.

LA HISTÓRICA TRAYECTORIA DE LA TEST TUBE WAR[1]

Tiene medio siglo por lo menos, según declaraciones de los mismos militares estadounidenses, ventiladas cuando surgiera el SIDA/AIDS, y se discutía si era una “producción” civil o militar (estadounidense), o la naturaleza  nomás.

Reconocían entonces que desde hacía décadas se dedicaban a la guerra bacteriológica. Pero podríamos hablar de varias décadas más si tenemos en cuenta que desde la IIGM, EE.UU y sus servicios secretos empezaron a usar a científicos japoneses dedicados a investigar los resultados de envenenamientos de ríos y ciudades chinas, y a investigadores alemanes que el nazismo había impulsado para el desarrollo de productos químicos tóxicos con valor militar.

No tener en cuenta la tan programada guerra bacteriológica y considerar la aparición del COVID-19 como natural excede toda naturalidad y bonhomía para caer en penosa credulidad.

Esta politización de la mirada, que  consideramos insoslayable, no nos permite obviar los aspectos sanitarios, ciertamente.

Todavía algún otro aspecto histórico que nos parece pertinente traer a luz, a ver si ilumina tan complejo estado de situación como nuestro presente planetario.

LA RUTA DE LA SEDA O UNA NUEVA GLOBALIZACIÓN

Hace pocos años, China anunció la Ruta de la Seda, considerado por algunos analistas “el proyecto estratégico más importante de la historia”. China anunciaba su proyecto globalizador restaurando las viejas comunicaciones de Europa y el Lejano Oriente, aquella que hiciera famoso a Marco Polo a fines del siglo XIV. Por tierra. Proyecto bizarro, si los hay, en un mundo navegado y sobre todo interconectado por aire (aunque con un tremendo desgaste ecológico).

La Ruta de la Seda está pensada incluyendo a 60 estados y al 70% de la población planetaria y se estima que a más de la mitad de la economía global. Este proyecto fue anunciado públicamente por China en 2013 cuando su presidente Xi Jinping visita Kazajstán e Indonesia.

La Ruta de la Seda tiene dos vías, la terrestre y otra marítima. Llama la atención los principales anclajes terrestres desde China hasta Europa Occidental: Irán, Turquía, Italia.

Es indudable que el proyecto de esta globalización “a la china” no cuenta con la simpatía de los estados que constituyen el eje EE.UU., Reino Unido,  Israel.

No podemos dejar de observar que los países más castigados por el COVID-19 han sido inicialmente China, Irán e Italia.  Puede ser casualidad,  pero sabiendo que la guerra bacteriológica tiene precisión micrométrica, uno no puede dejar de preguntarse por qué en Irán e  Italia el coronavirus ha tenido tanto “éxito”.

Pero el mismo desarrollo de la pandemia problematiza este cuadro, con EE.UU. y particularmente Nueva York en el núcleo de los contagios.

Claro que puede haber otras muchas explicaciones, como el extorsionador bloqueo que EE.UU. por orden de Israel lleva contra Irán, o en otro sentido, diametralmente opuesto, la construcción del tren de alta velocidad que partiendo de China trazará la Ruta de la Seda a través de Teherán: para ese tren, se han instalado recientemente muchos técnicos y estudiantes chinos en la capital iraní.

Por otra parte, el cuadro de situación es muy cambiante. Países que inicialmente resultaron los más castigados han ido cediendo ese poco glorioso lugar a otros países inicialmente algo más ajenos a la pandemia. En esos cambios de posición, pasan a tener relevancia las políticas sanitarias diversas. Por ejemplo, Corea del Sur, con muchos casos iniciales; uno de los 5 o 6 estados más castigados, redujo la epidemia gracias a una masiva inversión en análisis para la detección de contagiados, ellos sí, aislados, pero sin afectar a toda la población y permitiendo que la estructura social no se afectara tanto.[2] Con otros métodos también se han logrado resultados apreciables, como la baja mortalidad en el país de los checos, en donde se implantó férreamente el uso generalizado de tapabocas.

COVID-19: ¿DELIBERACIÒN, AZAR, NEGLIGENCIA, SOBERBIA?

El lector ya se habrá cuenta que dejamos abiertas posibilidades incluso opuestas respecto a la epidemia del COVID-19. Pero tanto la test tube war como la competencia globalizada que sabemos tan encarnizada (en un momento Reino Unido-Alemania; más tarde EE.UU-URSS, ahora EE.UU.-China) no nos permite albergar la hipótesis de una pandemia espontánea.

Se han disparado mil y una hipótesis para explicar lo que está aconteciendo; políticas de control poblacional proclamadas por los Gates; el forcejeo para quedarse con la posición preponderante en el mercado mundial que hemos señalado más arriba; la denuncia de Wuhan como sede principal del 5G, una técnica electrónica en plena instauración; el implante malévolo de virus en determinadas poblaciones (que no hemos podido desechar como hipótesis en el caso de Irán, conociendo el estilo israelí de golpear y esconder la mano); la asbestosis en Lombardía que parece haberse prolongado en el tiempo más que en otras partes y que podría explicar que esa región italiana es la que recoge el mayor empuje del COVID-19 en el mundo entero; las diferentes pirámides etarias, relevantes en este caso por cuanto el COVID-19 aunque ataca a todos los organismos humanos, afecta más a los más envejecidos (o desgastados);[3] los estilos de comportamiento social, donde parece que las sociedades más disciplinadas o disciplinarias (Corea del Sur, China), han logrado conjurar el avance de la enfermedad y aquellas más liberales han sufrido un avance tan arrollador que se han ido plegando a disposiciones cada vez más disciplinarias (como EE.UU. Reino Unido, México).

CONCEPTOS: MORTALIDAD, MORBILIDAD, CONTAGIOSIDAD, DETECCIÓN

Concentrémonos en nuestro coronado presente.

La mortalidad del COVID-19 se presenta como notoriamente más alta que sus equivalentes para la gripe común y las neumonías “comunes”. Sin embargo, como la cantidad de contagiados del COVID-19 abarca a lo sumo, hasta ahora, 4 meses  no cabe la comparación. Porque lo cierto es que las gripes comunes y más aún las pulmonías matan al año mucho más que hasta el momento el COVID-19, aunque con una mortalidad mucho menor (aunque la del COVID-19 tampoco es alta). No es fácil conseguir estas estadísticas para el mundo entero, pero he aquí las correspondientes a EE.UU., un “universo” medianamente interesante puesto que se trata de más de 300 millones de seres humanos.

La contagiosidad de la gripe común es en EE.UU. del 0,05%. La contagiosidad del COVID-19, en cambio, se registra como mucho más alta: promedio mundial, 4%, corriéndose cada vez más al 5%. Dentro de EE.UU., inicialmente 1%, ahora, 2%. En todos los casos, decenas de veces más alta que la de la gripe común.

Pero en EE.UU. mueren al año 14 mil de gripe común (de gripes). Sobre un promedio de 26 millones de enfermados al año. Si el tendal de muertos por COVID-19 en EE.UU. mantiene la tasa actual, en cuatro o cinco meses el COVID-19 habrá matado más población que la gripe habitual. El tiempo dirá, entonces, si su letalidad es mayor o menor a las gripes comunes.

Muchos epidemiólogos sostienen que existe, a grandes rasgos, una proporción inversa entre letalidad y contagiosidad (ejemplo con ébola; mortalidad del 50%, pero alcance reducido).

El COVID-19 ha observado, hasta ahora, una letalidad del 0,2 % en países como Noruega o Alemania, alrededor del 1-2% en países como Corea del Sur o Suiza, del 4% en Francia, Holanda, Reino Unido, Japón, y tasas particularmente más altas; en Irán arriba del 7%. También se registran países donde la letalidad ha aumentado considerablemente: EE.UU. tenía inicialmente poco más del 1% de muertos sobre contagiados, está ahora entre 2% y 3%; Italia, que a mediados de marzo tenía el mayor porcentaje de muertes en el mundo, 7,5%, la ha incrementado todavía más y está hoy con 11,4%; España, que inicialmente rondaba el promedial 4% está hoy con una mortalidad del 8% respecto de los infectados. La República Checa, que estuvo semanas sin registrar muertos, poco a poco ha sufrido algunos, hoy, alrededor del 1%.

Como se ve, hay también un amplio arco de diferencias en intensidad.

POLÍTICAS SANITARIAS

Carecemos de datos sobre el uso del kit de detección, país por país, pero sabemos que Corea del Sur apostó a un uso masivo. Rápidamente ubicó contagiados (que fueron aislados preventivamente) y bajó muchísimo la curva de contagiados y muertos. En EE.UU., observamos que, aunque mantienen en menos del 2% la mortalidad, se ha expandido de manera harto preocupante la cantidad de contagiados, seguramente porque los contagiados no  están detectados  (que es lo que pasa en muchos países, como Argentina o Uruguay).

 

AISLAMIENTO: ¿PROFILAXIS O DISCIPLINAMIENTO?

La policía se acerca a las playas montevideanas y “exhorta” a quienes allí están, echados en grandes superficies de arena, a abandonar la playa, el aire libre, la rambla, e internarse en sus hogares. ¿Por qué? El paseante solitario o en pareja por un parque, una costanera, una montaña, no está en mayor riesgo de contraer el COVID-19 que cualquier habitante en su hogar.

Lo que daña el paseante no es la profilaxis. Daña un presunto orden. Que algunos gobiernos quieren impulsar con mano policial (o militar).

Daña una imagen. No la realidad.

¿SALUD O ECONOMÍA?

Las medidas profilácticas y reguladoras del comportamiento humano, empresarial, incluso afectivo están ocasionando grandes daños a las sociedades. Se hace inevitable comparar –lo hace por ejemplo el gobierno mexicano– el alcance del deterioro sanitario manteniendo todo lo posible la actividad económica, o el deterioro económico sujetándose al aislamiento médico y social dispuesto por gobiernos como el argentino.

Las miradas dependen de si se considera que el empuje virósico está agotándose o al contrario, tomando velocidad.

Las verificaciones a través de las estadísticas nos dice que el cuadro mundial tiene diferencias locales claras. Que en algunos países como Corea del Sur y China la pandemia está menguando acentuadamente, en otros, como Italia o España, y últimamente EE.UU. sigue el empuje en alza.

En todos los casos, baja letalidad. Y con cifras de mortalidad y morbilidad tan bajas como las argentinas o las uruguayas,  entendemos que es mucho más el sacrificio económico, material y psíquico de toda la sociedad, que el desgaste asistencial.

Vamos a “pagar” mucho más con la pérdida de libertad ambulatoria, de trabajos por cuenta propia, de salud psíquica por falta de libertad de movimientos, que lo que vamos a ganar impidiendo todo contagio (siempre hablando de esta enfermedad con baja letalidad). Otra sería la situación viviendo los índices de enfermedad y muerte de Irán o Italia, que no asoman en nuestra región.

BIOLOGÍA SINTÉTICA O EL JUEGO DEL APRENDIZ DE BRUJO

Hay una información que nos parece decisiva para rastrear. En 2015, un equipo periodístico de la RAI, italiano precisamente, informó de investigaciones que se llevaban adelante en China con quimeras; la designación utilizada para mencionar seres vivos de laboratorio; generados por ingeniería genética.

Con más precisión tecnológica que conocimientos mitológicos, los aprendices de brujo de Monsanto empezaron la búsqueda de tales seres, transgénicos ya en el siglo pasado, explicando con orgullo corporativo que no se iban a quedar apenas con “cortar y pegar” algún gen en una planta, por ejemplo, para facilitar su uso agroindustrial, como el caso proverbial de la soja transgénica. Que el objetivo de fondo era una biología sintética, generadora de quimeras.

Con ese “espíritu” entonces tenemos en 2015 a un laboratorio chino re-creando un coronavirus para hacerlo más agresivo. La investigación era conjunta con un laboratorio estadounidense que habría frenado su coparticipación considerando que dicha investigación había ido demasiado lejos, que se estaba arriesgando demasiado…

Los expertos chinos, en cambio, consideraron importante avanzar en la gestación de los engendros biológicos sintéticos; ese rasgo tan humano del saber más, conocer más, aumentar el control sobre la materia. Todo el tiempo estaba presente el riesgo de un error “humano” que dispare algo indeseado; un escape. Ya se discutió eso mismo, y mucho, con el AIDS/SIDA.

Y sobrevino en 2019 la pandemia. Habría un dato que podría funcionar como “prueba del nueve” de la hybris experimental china: que a mediados de marzo, con la pandemia ya totalmente desatada, el gobierno chino acusó a EE.UU. del origen del virus: “China acusa al ejército de EE.UU. de instalar el COVID-19”.[4] Y todavía un segundo indicio, más problemático; falta verificar que la médica china Ai Fen, que denunció públicamente la falta de manejo adecuado ante el brote de COVID-19, esté, como se denuncia, virtualmente desaparecida, en China.

Lo que vemos en nuestra región es el miedo que nos insuflan los medios de incomunicación desde todos lados. El miedo en la población, que recurre al alcohol en gel como maná salvador y se indigna si falta, como si con esa frotación  –lámpara de Aladino– pudiéramos conjurar todo peligro. Un miedo absurdo cuando todavía no sabemos si esta infección respiratoria mata más que la gripe común. Ésa que mata lo que mata y a pocos preocupa.

notas:

[1]  Guerra de los tubos de ensayo.

[2]   Una foto: el 9 de marzo, cuando ya la pandemia había tomado mucho vuelo y el tendal de muertos crecía día a día, EE.UU. emplea el kit en 4300 casos; ese mismo día, Corea del Sur emplea 196 000 kit. Repare el lector que la población de EE.UU. es 6 veces mayor que la de Corea del Sur, lo cual agiganta la diferencia de tratamiento. Y la consiguiente política de diagnóstico.

[3]  El promedio de edad en Italia anda por los 45, a diferencia, por ejemplo, del de EE.UU., 38; 31 en Brasil y 16 en Níger, probablemente el país más empobrecido del planeta.

[4]  Por ejemplo: El País, Montevideo, 14/3; CNN, 13/3; La Vanguardia, Barcelona, 19/3.

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