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Autor: luissabini

Nazismo y sionismo: un poco de historia

Publicada el 01/12/2024 por luissabini

Los acontecimientos del 7 de octubre de 2023

Luis E. Sabini Fernández  / 27 oct. 2024

 

Desde los “neohistoriadores” que han descubierto, o verificado, que las hostilidades entre sionistas y palestinos no judíos se han desencadenado el 7 de octubre de 2023, hasta quienes barajan factores históricos de manera ahistórica –como quienes describen el origen del Estado de Israel como respuesta piadosa a la persecución atroz de judíos a manos de nazis−, el último año ha dado lugar a  más dislates y falsedades que a las que ya nos tenían acostumbrados los medios de incomunicación de masas del llamado “mundo occidental” que sigue siendo, aunque cada vez menos, los dueños mediáticos del mundo.

Incursionemos en algunos datos del imaginario “ocidental y democrático”, de un pasado no tan remoto, que constituye “nuestro pan cotidiano” para acercarnos  a las atrocidades del último año.

□  Un lugar común de la historia que nos han contado: la aviaciòn alemana (nazi) bombardeaba ciudades inglesas; las V2 germanas castigando Londres, Coventry, etcétera. Hechos históricos: en los comienzos de la IIGM fue la aviación inglesa la que estuvo bombardeando ciudades alemanas (con nazis incluidos), reiteradamente, durante muchos meses… hasta que finalmente Hitler ordena, como respuesta, el bombardeo a ciudades inglesas.[1]

□  Otro lugar común de la historia que nos cuentan: que la Alemania nazi, antidemocrática, una vez vencedora de las elecciones nacionales, acaba con toda la oposición al régimen instaurado en 1933. El error aquí es el “toda”. Los nazis ponen fuera de la ley, progresivamente, a comunistas, socialdemócratas, anarcosindicalistas, cristianos más  o menos democráticos, judíos, pero con una excepción: a mediados de la década del ’30 quedan ya sólo dos organizaciones políticas activas en el Tercer Reich: los nazis y los sionistas: las dos pueden seguir sus prédicas.

El sionismo y su intención de llevar a Palestina, al soñado estado bíblico, a judíos, coincidía con la estrategia nazi que era entonces: separar ambos pueblos. Y como el territorio alemán correspondia para los nazis a Alemania, veían con buenos ojos que los judíos, al menos los sionistas, quisieran abandonar Alemania.[2]

□  Afirma Franco Berardi, filósofo italiano: “Antes del 7 de octubre, los israelíes vivían, en el más cínico alejamiento, en una zona de interés similar a la descrita por Jonathan Glazer en su película sobre el barrio frente al campo de Auschwitz, habitado por los jerarcas nazis y sus familias.”[3] La descripción es precisa, y particularmente adecuada la invocación de Berardi, pero no ya referida a jerarcas sionistas sino a la sociedad israelí en general (con sus excepciones). Una sociedad, la israelí, que vive ajena al genocidio de lo palestino en cámara lenta (del 2006 al 2023). Desde el 7 oct. 2023, “todo el mundo” recibe el impacto de la acción guerrillera de Hamás y el cúmulo de información consiguiente, con el trastorno de la invencibilidad a que los militares israelíes se habían acostumbrado (por el peso incomparable de medios, instrucciones, preparación, armmento, que tenían las fuerzas de la seguridad israelí respecto de la resistencia armada palestina, clandestina y escasa).

□  La conmoción del 7 oct. 2023 parece haber trastornado aquella confianza material, militar, muy consolidada. Y ha despertado dentro de la sociedad israelí, ya no solo dentro de su ámbito de seguridad, un disgusto, una conmoción, una reafirmacion fatídica de la falibilidad, la debilidad, la mortalidad de los cuerpos y redes de sostén…

□  Han aparecido dos teorías o interpretaciones distintas y opuestas sobre lo acontecido en la madrugada del 7 oct. 2023: si la molicie de un cuerpo armado absolutamente excedido de funciones y altamente tecnologizado fue decisiva para ser  sorprendido por un golpe de mano de la guerrilla palestina, valida de escasa tecnología de última generación o si, por el contrario, en el estilo de las celadas que tantas veces presenta a un bando cediendo sólo para poder reaccionar con más fuerza y “mejor derecho” invocando la condición de agredido. Abonando esta segunda opción, llamó la atención que las fuerzas represivas israelíes, tan a punto en todas sus conflagraciones,  haya tardado o demorado seis horas en responder al golpe de mano de Hamás. En distancias tan, pero tan cortas.

Pero la primera interpretación es la que ha asumido la propia dirección de Hamás. Me permito una larga transcripción de un artículo esclarecedor de Kevin Barrett,[4] porque da la versión de Hamás (en la persona de uno de sus dirigentes, Saleh al-Aruri, ya asesinado) y porque explica una serie de fenómenos y “versiones” que algunas usinas mediáticas han emitido  con total impunidad, socializando mentiras (como los 40 bebitos decapitados o los senos seccionados a cautivas y convertidos en festivos pasamanos entre los atacantes).

«Después del heroico ataque de Hamas, los genocidas sionistas se enfrentaron a una decisión difícil: admitir la verdad, negociar por los rehenes y aceptar una derrota simbólica que podría marcar el comienzo de la paz basada en la retirada sionista a las fronteras anteriores a 1967, según todas las resoluciones de la ONU que representan el consenso global; o mentir escandalosamente y desencadenar una guerra que los sionistas no pueden ganar. Por razones políticas, Netanyahu eligió la última opción, poniendo en marcha una cadena de acontecimientos que inevitablemente conducirán a la deslegitimación y aniquilación de “Israel”. Gracias al ego de Netanyahu, la victoria final de Sinwar está prácticamente asegurada.» (ibíd.)

Barrett, que acompaña la definición de Scott Ritter del operativo de Hamás del 7 de octubre como “el más exitoso raid militar del siglo” se permite a la vez,  discrepar en otro aspecto: “Aunque Ritter hizo casi todo bien, cometió un error: hacerse eco de la mentira de la propaganda sionista de que Hamás tomó rehenes civiles (y no militares). No fue así. Grupos de palestinos enojados que aprovecharon la incursión de Hamás desde el campo de concentración fueron los que tomaron rehenes civiles, pero esos secuestradores no estaban afiliados a Hamás. Los verdaderos soldados de Hamás tenían órdenes estrictas de no dañar a los civiles ni tomar rehenes civiles, y obedecieron estrictamente esas órdenes. Esto ha sido tácitamente confirmado por las miles de horas de imágenes de cámaras frontales y corporales encontradas por Israel sobre combatientes de Hamás muertos o heridos. A pesar de poseer esas imágenes durante más de un año, los sionistas aún no han documentado a ningún combatiente de Hamás que haya cometido ni un solo crimen de guerra.”

□  No tomamos partido por una u otra interpretación. Con ambas, lo que nos parece más significativo es el comportamiento israelí posterior al 7 de octubre de 2023; la libertad con que los militares israelíes actúan; la suficiencia, la chutzpah[5] según la cual se sienten liberados para actuar a su antojo. Como dioses. Proclamando la ruptura de todo límite: matar bebitos con balazos en la cabeza, sacarse fotos de autosatisfacción en medio de la ruina y la desolación (que precisamente acaban de llevar a cabo), festejar el tendal de heridos, yacentes, moribundos y muertos; hay innumerables fotos que ilustran semejante actitud; bloquear el acceso a las camiones con alimentos que Israel ha aceptado, de mala gana, poner al alcance de los habitantes de la Franja de Gaza, sitiados por aire, mar y tierra desde 2006, de modo tal que cuando los militares finalmente libran el acceso a regañadientes, son israelíes “espontáneos” los que se encargan de prolongar un poco más el bloqueo.[6]

Israel le ha cortado a los gazatíes el agua potable desde hace años, y carecen de agua en general por lo menos desde el 7 oct. 2023; carecen de alimentos, de medicamentos, de sitios para descansar; son casi dos millones de seres humanos, mejor dicho, eran, que Israel ha decidido tratar de martirizar, a ir matando impunemente a cuenta no se sabe de qué expiación.

□  El ministro del Interior israelí, Itamar Ben-Gvir, ha proclamado, ante preguntas sobre los derechos alimentarios cada vez más exiguos de los presos (palestinos) que lo que merecen no son panes sino balazos y que va a tramitar esa solicitud (para hacer los asesinatos totalmente en regla, legales).[7] Otra expresión de chutzpah.

□  Nos informa Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo), una comisión que ha sido acusada por Netanyahu y sus esbirros de ser cómplice de Hamás: que “los niños empiezan a sucumbir a la falta de alimentos, como se puede observar en un aumento de muertes entre el 1 y el 6 de marzo de 2024 en Rafah.”

”El número de niños muertos en Gaza desde el 7 de octubre supera al de niños muer-tos en las guerras que se han producido en todo el mundo durante los últimos 4 años.” [8]

En su cuenta oficial de la plataforma X agrega Lazzarini:  «Ésta es una guerra contra los niños. Es una guerra contra su infancia y su futuro.”

□  El ministro de Finanzas de Israel, el ultranacionalista Bezalel Smotrich, ha insistido  “en la necesidad de abandonar las negociaciones con Hamás y centrar los esfuerzos militares israelíes en atacar la ciudad de Rafah y después seguir con el resto de la Franja de Gaza”  «Con Hamás, de ahora en adelante, sólo deberíamos hablar con proyectiles y bombas en Rafah lo más rápido y fuerte posible». En su perfil oficial de la red social X, ha señalado que «ha llegado el momento» de que el Mossad, haga aquello «para lo que fue entrenado», que es «eliminar a los jefes de Hamás en todo el mundo», y no dedicar su tiempo a negociaciones.[9]

□  Israel, la prensa adicta, Netanyahu nos quieren persuadir que luchan contra el fanatismo islámico, pero lo que vemos es la destrucción inmisericorde de vidas que a ojos sionistas valen muy poco, por no decir que son absolutamente despreciables: hermosas y bien alimentadas soldados femeninas israelíes se sacan instántaneas sonriendo sobre el fondo de barrios palestinos convertidos en escombros; jóvenes israelíes influencers describen cómo palestinos maquillan heridas (que no existen) en sus cuerpos para buscar conmiseración; colegas a su vez, se burlan de palestinos que están siendo masacrados, despedazadas por metralla. ¿Chutzpah?□

[1]  Adolf Hitler tuvo que abandonar su plan inicial de obtener una asociación entre herrefolk (anglosajones y germanos, para Hitler “razas superiores”), y se vio obligado a enfrentar al eje británico. Algo que será desastroso para su plan inicial (de acabar con el comunismo y/o con Rusia). Véase el significativo viaje extraoficial de Rudolf Hess (el nro. 2 de la plana mayor nazi) a Inglaterra en 1940. Jamás podrá hablar de igual a igual con la direccion inglesa y será en cambio tomado prisionero (luego del fin de la IIGM, será transferido como prisionero a Spandau, la cárcel que Los Aliados levantaron en Alemania para aprisionar a “los culpables” y allí morirá, nonagenario décadas después).  Así comentaba Winston  Churchill la pretendida alianza de herrefolk: “El orden mundial debe serle confiado a naciones satisfechas que no necesitan más de lo que tienen. Un orden mundial en manos de gente insatisfecha nunca otorgará protección, seguridad. Nosotros no tenemos razones para esforzarnos en tener más de lo que tenemos. La paz puede preservarse con gente que vive su vida sin pretender planes ambiciosos. Con nuestro poder actual ya estamos por encima de todos.” (“Second World War”, no. 5, 1952, ed. sueca, p. 391).

[2]  El plan nazi de separación de sangres era increíblemente  tenue en comparaciòn con los imaginarios creados sobre el nazismo. Con las leyes de Nurenberg, 1935, el nazismo busca separar germanos de judíos. Por ejemplo, en el ejército, en las universidades (y cada vez en más esferas del estado alemán).  Pero “la mezcla de sangre” entre judíos no sionistas (incluso asimilacionistas) y alemanes “arios” o germanos era intensa.  ¿Qué plantean las leyes de Nurenberg , entonces, como pasos para la ansiada separación (además de la consigna extendida por todo el Reich, “Juden Raus!” ¡Judíos afuera!)? En el ejército no se aceptarán quienes tengan 3 o 4 abuelos judíos. En cambio, quienes tienen 2 o 1 abuelo judío serán considerados alemanes.  ¡Y esto se efectivizó a lo largo de toda la IIGM, con soldados y oficiales con 2 abuelos judíos!. El ejército contará con muchos oficiales de alta graduación con un abuelo judío. ¿No rompe esta política de separaciòn o “divorcio”, nuestras representaciones previas sobre el trato de nazis a judíos?

[3]  “Genocidio: Amalec”, 5 jun 2024.

[4]  “Yahyah Sinwar: Anti-Terrorist Hero”, The Unz Review, 17 oct. 2024.

[5]  Expresión de arrogancia, comlejo de superioridad y cierto desenfado moral, con pizca de humor.

[6]  Las hambrunas así provocadas por Israel desde hace años, han dado lugar al horror, perfectamente orquestado por los militares que han podido así matar a discreción a decenas o centenares de palestinos hambreados y desesperados (véase, p. ej., “la masacre de la harina”).

[7]  La Vanguardia, 1 jul 2024.

[8]  Euronews, 13 mar 2024.

[9]  “El ministro de Finanzas israelí insiste en la ‘completa destrucción’ de la Franja de Gaza”, Newsroom Infobae / 25 abr 2024.

Publicado en General

MI REENCUENTRO CON SUECIA

Publicada el 01/12/2024 por luissabini

ESTADO SOCIOIDEOLÓGICO DEL QUE FUERA MODELO SOCIALDEMÓCRATA OCCIDENTAL

por Luis E. Sabini Fernández / 13 octubre 2024

Advierto  claramente cuán lejos está Suecia del tercerismo asimétrico pero tercerista al fin del tiempo de Olof Palme.

Estábamos invitados a cenar en lo de una pareja amiga; ella, otrora integrante montonera; él, sueco nativo, progresista de la vieja estructura socialdemócrata de Suecia. Trabajan intermitentemente en la red “internacional” con que cuenta Suecia “para el desarrollo mundial”, es decir, frecuentan diversos países del Tercer Mundo con contratos de la SIDA sueca (Swedish International Development Agency; Agencia Internacional de Cooperación al Desarrollo; el mero título y hasta el idioma en que está escrito revela la ideología subyacente).

Casi como despedida de la cena en la que no hablamos de política internacional, es decir de políticas genocidas, porque más bien recorrimos las distintas etapas o paradas de sus trabajos fuera del país o nuestras tareas cotidianas,  a la hora de calzarnos (porque en Suecia existe la saludable costumbre de no ingresar con zapatos y sus suelas a los pisos de la vivienda), comento «apenas» como para recordar el presente: –hemos comido y  bebido, aunque en este mismo momento haya poblaciones que están siendo exterminadas por apenas existir, a manos de quienes matan hombres, mujeres, niños, sin que exista otra razón que el puro exterminio…

Nuestro anfitrión comenta: –¡Ciertamente! ¡75 mil ucranianos y 170 mil soldados rusos muertos! (o tal vez dijo: 170 mil ucranianos y 75 mil soldados rusos (apenas retuve las cifras y no sus titulares).

Quedé frio. –¡No!, exclamé; ¡¡¡en Gaza!!! En Ucrania lo que hay es una guerra con soldados de uno y otro bando; del bando agresor y del país que sufrió la invasión, pero en Palestina no hay dos países ni dos ejércitos; se trata únicamente de un ejército que masacra población civil…

–Bueno, tercia otra vez el dueño de casa: en Palestina hubo  efectivamente 40 000 muertos…

No sé si con ello quería comparar los 245 mil muertos en Ucrania con los señalados públicamente en Palestina. Pero no pude dejar de subrayar que no había comparación posible. Porque no se conocen las cifras de los masacrados realmente en la Franja de Gaza…y  porque 45 millones que habitan Ucrania no tiene comparación con los 4 o 5 millones de palestinos en Palestina e Israel.

La conversación se diluyó con los últimos cordones de zapatos. Y salimos a la intemperie.

No llegué a decir que me cuesta admitir que tras los derrumbes generalizados de viviendas, en Gaza, capital o en Khan Younis, a menudo de 10 pisos, hayan sido matados, aplastados, masacrados “apenas” el 2% de la población (hay otras cifras, de fuentes confiables; que estiman en 180 000 o de más de 200 000 los muertos palestinos posteriores al 7 oct.) [1]

 

Nuestro anfitrión de la cena, lamentablemente, no está solo. La prensa y la calle abonan un miedo generalizado ante un posible ataque ruso que golpetea cada día desde los noticieros.

Una visión  sencilla, que advierto reiterada en los medios masivos de comunicación (o de incomunicación), enfoca, para la solución de los problemas mundiales, ‘tres obstáculos’ a la paz. Tres personas, tres figuras: Putin, Xi Jinping y Trump.  Como si se tratara de un problema de extracción, casi odontológico. Como nos recuerda siempre una ley de Murhpy: “Los problemas complejos tienen soluciones erróneas que son sencillas y comprensibles.”

Esta concentración conceptual de “lo importante” en la cuestión Ucrania-Rusia, trae consigo la erección del exactor televisivo de efectos especiales y control mediático,  Volodimir Zelensky, en héroe (de Occidente). No podemos olvidar su airado fervor refiriéndose a lo palestino-israelí: defensor de ‘los judíos, víctimas de los palestinos.’ (sic).

Aparentemente, el rechazo, el miedo, a la posible opresión rusa cubre un amplísimo espectro mental. Sostenido apenas por un conflicto interimperial Rusia-Suecia de hace tres siglos y la instauración soviética, hace un siglo, que efectivamente se expandió por parte de la Europa Oriental (aunque nunca en Escandinavia).

El proyecto imperial soviético se agotó definitivamente en la década de los ’90 y parece totalmente fuera de vigencia, y vemos a Rusia más bien a la defensiva ante los avances, precisamente, de los viejos Aliados de la IIGM; particularmente la expansiva OTAN.[2]

 

La cuestión palestino/israelí, y particularmente la pesadilla gazatí, aun sin una nítida posiciòn del gobierno cuenta con cierta resonancia en las calles, al menos de la capital. Se van banderas palestinas en ventanas particulares. Aunque aisladas, existen. Y algunas publicaciones hablan del colonialismo israelí, del racismo israelí, de supremacismo  –tan propio de ideologías como la nazi o la anglonorteamericana–. Transcribo un título (de una publicación anarcosindicalista sin alcance masivo que se imprime nueve veces por año; El trabajador): “¿Es una estrategia militar o puramente racista bombardear los hogares en Gaza masiva e indiscriminadamente?” [3]

Frente a estas manifestaciones, existe una bibliografía incondicionalmente proisraelí, que  por la imponencia de sus ejemplares se ve generosamente regada con dinero. Apenas un ejemplo, escrito por un docente especializado en conocimiento del estado y del terrorismo, consejero en la UE, en la SIDA (que ya nombramos) y en la Academia Real de Guerra; Magnus Ranstorp. Tiene un libro sesgadamente titulado: Hamas: el terror desde adentro.[4] Sesgado, porque habla de terror islámico o del de Hamás sin ni siquiera atender o incorporar la naturaleza exterminadora del Estado de Israel respecto del pueblo que habitaba el territorio bíblicamente reclamado.[5]

Ranstorp nos habla de que “los terroristas gozan con la muerte que provocan”, que “juegan arrojándose uno a otro un pecho seccionado a una judía”, que obedecen a sus superiores y violan “a una prisionera ya muerta”.

“Violaban y maltrataban, no sólo sexualmente sino también humillándolos. La forma de darles muerte es algo que sólo monstruos pueden hacer”. Un reconocimiento preciso de que los monstruos pululan entre israelíes […] “Mujeres y niñas reciben un trato bestial, sus espaldas son fracturadas y les disparan en sus vaginas.”

Estas descripciones de Ranstorp necesitan dos precisiones al menos: 1) no se han presentado pruebas de horrores como el de los pechos seccionados y convertidos en pelotas, así como tampoco se pudo probar la existencia de bebitos asados, que el presidente en ejercicio de EE.UU., Joe Biden, lograra ver –oh milagro– “con sus propios ojos”.

Si la escasez de pruebas hace sospechosas la versión de algunos horrores, existen dos elementos de juicio más que nos hace ser todavía más cautos con el relato de este “investigador”:

1) no sólo que muchos de tales horrores son los que, precisamente, se han denunciado y comprobado, llevados a cabo, y sistemáticamente, por parte de las fuerzas oficiales (denominadas “de Defensa”) del ejército israelí, sobre palestinos, sino que, además, está asimismo documentado el gozo, enfermizo, de muchos soldados (varones y mujeres israelíes) con tales torturas.[6]

2) la persistente renuencia que esgrimen tantos israelíes a reconocer las atrocidades que descargan sobre  palestinos constituye la clave psicológica para darse cuenta de su supremacismo. “Los atacantes tienen la mayor libertad para saquear, asesinar y secuestrar.” (Ranstorp, p. 30). Eso es lo que hicieron, precisamente, los sionistas durante su proceso de implantación forzosa, sustituyendo a los palestinos, expulsándolos, suprimiéndolos a lo largo de distintas coyunturas; si los palestinos aceptaban la sumisión, el juego se presentaba democrático; si los palestinos resistían, se aplicaba el señorío despótico y el rechazo radical de todo margen democrático.

El “historiador” Ranstorp persiste en registrar 1269 muertes de israelíes ese fatídico 7 de octubre (la versión oficial del Estado de Israel fue de 1400 y prestamente redujeron esa cantidad explicando una confusión inicial con cadáveres de palestinos abatidos). Ranstorp consigna entonces la versión oficial depurada, que está, empero, groseramente falsificada.

Varios investigadores reducen considerablemente el número de muertes de civiles israelíes atribuidos al copamiento palestino. Nada que ver con millares, atribuyendo buena parte de los muertos de aquel día a la respuesta militar israelí, unas seis horas más tarde (los muertos de esa jornada incluye a centenares de policías y soldados copados y ajusticiados sumariamente en su cuartel general en Gaza, literariamente sorprendidos en calzones: esas muertes -centenares- no pueden sino ser consideradas resultado de la violencia ejercida por una estructura guerrillera  sobre un “ejército de ocupación”).

Con  total desenfado, falta de lógica y pensamiento doble, Ranstorp se dedica a poner en boca y cuerpo de palestinos atributos y ejercicios que son característicos del comportamiento militar israelí:

  • ‘una niña, apenas unos siete años, sentada a horcajadas de su padre, que lleva en sus manitas un kalashinov’;
  • Ranstorp califica a Yahya Sinwar ”carnicero”. No sabemos con qué títulos. Pero sí sabemos cómo resultaba ese calificativo apropiado para Ariel Sharon, asesino de miles de palestinos, incluido los de los progromos de refugiados en Sabra y Shatila, en Líbano, compuestos por ancianos, mujeres e infantes puesto que los varones aptos habían partido a enfrentar la colonización en otras partes en

Ranstorp nos aclara que “el crecimiento de Yahya Sinwar se caracterizó por el sufrimiento generado por la agresión sionista.” Parece bastante lógico, puesto que nació en 1962 en Khan Younis; tenía 14 años cuando se produce el despojo de la Nakba: un adolescente en plenitud tiene que haber recibido la violencia colonial como un azote feroz.

Muy pronto iniciará su contacto con el mundo carcelario israelí hasta terminar cumpliendo una condena de 22 años: una ofrenda no muy agradable para un joven.

Ranstorp lo ubica como un prisionero “recalcitrante y cruel” (p. 40). Me causa gracia lo de recalcitrante: ¿Qué pretende Ranstorp? Que el preso, con una condena de 22 años, fuera cordial, jovial, desatento a su condición y destino… ¿despreocupado? Me hace acordar a la caracterización que la imperial Real Academia Española, hacía a mediados del siglo pasado de los carabalíes; “pueblo africano poco estimado por su carácter indómito”. Imperiales pero sinceros: la Falange española y  el supremacismo sionista.

En conclusión: no esperemos búsqueda de la verdad en Ranstorp: pertenece  a la campaña proisraelí, sencillamente.

 

«Los soldados israelíes quemaron tiendas de campaña… no dejaron nada verde ni seco… destruyeron todo. Quemaron las tiendas, quemaron a los humanos. Quemaron viva a mi hija discapacitada delante de mí y luego aplastaron su cuerpo con un bulldozer. Mientras era quemada, le miraba a los ojos y no pudimos salvarla. Ella tenía 34 años, los israelíes no dejaron nada. ¡La situación que estamos pasando!… esto no es una guerra, es solo muerte.»[7]

Apenas sabemos un 1% de las atrocidades que los sionistas han perpetrado en Gaza.

Esta delectación en provocar la muerte ajena (de infieles, de subhumanos, de rebeldes, de indefensos; elija el lector el calificativo más apropiado) es una constante del comportamiento israelosionista. Y no desde el 7 de octubre de 2023. Viene desde hace más de un siglo; el 7 de octubre lo ha agudizado.

Veamos un acontecimiento relativamente reciente que ha sido calificado como “la masacre de la harina”. Transcribo la descripción que hace Unz, él mismo de origen judío: “[…] activistas israelíes bloqueaban periódicamente el paso de los camiones de alimentos [detalle clave: es el único alimento que les puede llegar a los gazatíes sitiados desde 2006 y con sus campos estropeados y contaminados por Israel para impedir toda autonomía alimentaria] y en pocas semanas altos funcionarios de la ONU declararon que más de un millón de los habitantes de Gaza estaban al borde de una hambruna mortal. Cuando los desesperados y hambrientos habitantes del Gaza invadieron uno de los pocos convoyes con entrega de alimentos a los que se les había permitido pasar, el ejército disparó y mató a más de cien de ellos en la “Masacre de la harina”, y eso se repitió más tarde con nuevos planteles de hambrientos desesperados. Todas estas horribles escenas de muerte y hambruna deliberada se transmitieron a todo el mundo en las redes sociales y algunos de los peores ejemplos provienen de relatos de alegres soldados israelíes, como el video del cadáver de un niño palestino siendo devorado por un perro hambriento. Otra imagen mostraba los restos de un prisionero palestino atado […] aplastado en vida por un tanque israelí.” [8]

¿Qué presenta Ranstorp?: un diseño de escamoteo de la realidad. Habla apenas y con calificativos de Yahya Sinwar. Hablemos pero sin calificativos, sólo con acciones, de  Itamar Ben Gvir, el actual ministro del Interior de lsrael, que advierto, en Suecia es mucho menos mencionado que Sinwar. Ben Gvir pasó sus penúltimos meses “tratando de complicar la situación de los presos palestinos detenidos en las cárceles de Israel”. Es decir, supresión de sueño, de comida, torturas físicas, con aparatos, postergación de visita de familiares.[9]

“Ben Gvir, que responde a una línea ultranacionalista y supremacista judía, se pasó tratando de asegurarse de que los detenidos palestinos, que califica de «terroristas», no tuvieran más “pan todas las mañanas, como si estuvieran en el restaurante».

«Me preguntan si los presos palestinos deben recibir comida… y yo digo que deben ser asesinados de un tiro en la cabeza. Aprobaremos una ley de ejecución de prisioneros».[10]

En los antecedentes de Ben Gvir figura haber amenazado de muerte al  premier Yizhak Rabin –el único jefe sionista de la historia de lsrael, que advirtió los derechos palestinos– poco antes de su asesinato político a manos de otro judío de extrema derecha.

 

Podríamos extender el alcance de las atrocidades israelíes y documentar el gozo sádico, incomprensible, incompartible, con que son llevadas adelante, y sobrepasar largamente la ristra de calificativos a la que Ranstorp apela para pretender establecer y fijar el terror de Hamás.

Pero no hace falta. Dejamos al lector la tarea de rastrear los presuntos parecidos y apreciar la abyección del empeño sionista, descaradamente genocida.

¿Qué habría pasado con Olof Palme –él mismo judío– hoy (asesinado en 1986)? Difícil ya no saberlo, sino apenas imaginarlo. Suecia acompañó calladamente el proyecto de EE.UU., a fines de los ’40, de crear el Estado de Israel. Silencio escandaloso porque incluyó el alevoso asesinato de Folke Bernadotte, el emisario sueco que procuró abordar la cuestión palestinoisraelí, ejecutado por connotados sionistas premiados al designarlos como guardaespaldas del primer gobierno sionista, isrealí. Su único pecado o delito: defender derechos de palestinos y sionistas. ¡La ONU ni le rindió honores que correspondían con su investidura!

Palme parecía haber tomado distancia ante ese entreguismo “de posguerra”, al reconocer el valor político del anticolonialismo y de las luchas por la liberación nacional.

Pero vivimos ahora una ofensiva de la derecha, como pocas veces antes.□

 

[1]  The Gray Zone, el investigador norteamericano, judío, Max Blummenthal. Y otros analistas, también estadounidenses; Chris Hedges o Jeffrey Sachs, que se inclinan por guarismos de seis cifras, no de cinco.

[2]    El risueño episodio del U137, cuando a mediados de los ’80 los estocolmenses que vivían sobre el archipiélago se encontraron con la peculiar imagen de un submarino soviético que se había “subido” a las rocas de un islote y consiguientemente encallado casi todo a su largo. Fue prueba palmaria de que “los rusos” controlaban la costa sueca, y en la prensa se dijo entonces que se trataba de controles recíprocos. Solo que tal vez los marinos suecos se controlaban mejor con el alcohol (o tal vez las costas rusas no son tan endiabladamente rocosas como las suecas). Más peligroso, en serio, son los devaneos estratégicos de intelectuales estadounidenses bocetando cuatro o cinco pequeñas Rusias, un poco al estilo del Plan Yinon de estrategos sionistas para un Cercano Oriente, atomizado y miniaturizado.

[3]  Arbetaren, nro. 5, junio 2024.

[4]  HAMAS. Terror inifrån, Mondial, Estocolmo, 2024.

[5]  Nazim Qumsiyeh ha recopilado los actos terroristas cometidos a lo largo del desgarrador conflicto palestino-israelí y verificado que en todas las variantes violentas, salvo las autoinmolaciones, los sionistas ejercieron antes la violencia que los oriundos palestinos: los primeros atentados, mortales, a buses, hoteles, aviones son cometidos por… sionistas; los primeros secuestros violentos también, las primeras víctimas judías son asesinadas por sionistas y así en todos los actos violentos contra humanos, desde el establecimiento sionista en Palestina, hace más de un siglo. Compartir la tierra de Canaán, Editorial Canaán, Buenos Aires, 2007.

[6]  A un prisionero palestino se le introdujo un cilindro metálico por el ano, produciéndole tantas heridas internas y tanta pérdida de sangre que tuvo que ser hospitalizado. Ante semejante hecho, una autoridad judicial consideró que los militares interrogadores se habían excedido… y se decidió por reprender a sus autores, marcar como inconveniente ese proceder. ¡Para qué! Hubo una respuesta airada de la comandancia, de los oficiales a cargo, del personal en general y del mismísimo ministro reclamando “trabajar” sin censura ‘porque se trata de palestinos, de bestias que no merecen trato humano alguno.’ (cárcel S de Teman).

[7]   https://x.com/DaniMayakovski/status/1833060581927948418?mx=2.

[8]   Ron Unz, “Hamás, los nazis y el derecho a violar”, 12 ago 2024,

https://www.unz.com/runz/american-pravda-hamas-nazis-and-the-right-to-rape/.

[9]   la política online, bs. as., 12 oct. 2024.

[10]  Público, 29 jun 2024.

Publicado en General

ISRAEL SE VA «SUPERANDO» A SÍ MISMO… EN ABYECCIÓN

Publicada el 06/03/2024 por luissabini

                                                                                  A Aaron Bushnell in memoriam

por Luis E. Sabini Fernández

4 mar 2024

En este último eslabón de decadencia con depredación, moral y material, vértigo de hybris en caída libre,[1] como ingresando a los cada vez más atroces círculos del infierno de Dante, tenemos que las fuerzas policiaciomilitares israelíes y la sociedad israelí en general (con excepciones, de enorme valor ético y físico), van degradando su comportamiento: no pudieron afrontar que los despreciados palestinos le arrebataran la vida a centenares de miembros de sus fuerzas militares en un copamiento, muy anunciado y a la vez desatendido por la seguridad israelí.

Como no pueden castigarse a sí mismos por semejante divorcio con la realidad, las fuerzas israelíes empezaron ese mismo fatídico 7 de octubre a disparar mortífera artillería a todos los que se movían, incluyendo así hasta israelíes cautivos a causa del copamiento. En ese primer momento validaron esta matanza, Doctrina Aníbal mediante.

Pero la bajada a los abismos ha continuado. Como suele acontecer cuando uno domina la bajada al abismo,  se la concede al otro.

Con bombardeos a edificios de viviendas colectivas, a lo largo de calles enteras, con preaviso (generalmente corto, escaso) o sin preaviso, cumpliendo más descaradamente el fin perseguido; la destrucción y el borramiento de ciudades palestinas y sus habitantes de la (codiciada) Franja de Gaza: con el lenguaje que hemos establecido al fin de la IIGM, genocidio.

La destrucción de edificios mediante bombardeos implica enterrar vivos a sus moradores si no tuvieron tiempo, no pudieron o no quisieron salir (se estima que a hoy, con 5 meses bajo artillería casi continua, buena parte de los hasta ahora 7000 desaparecidos son palestinos enterrados vivos. Que tienen que haber sufrido inenarrables agonías.

Acaban de ”desenterrar”, primero de marzo, un niño palestino, ojos grandes, cero sonrisa, tras 9 días enterrado vivo bajo los escombros de uno de los tantos bombardeos; sin comer ni beber durante esa atroz espera, agónica. Quienes hacen esa extraordinaria tarea de rescatar –vivos o muertos− de entre los escombros, se valieron de un carro tirado por un  burro para llevarlo a un hospital.

¿Se acuerdan de la profecía que con insolencia militares israelíes proclamaban, de llevar a los palestinos a “la edad de piedra”? Ahmed es uno de los que fue llevado a la edad de piedra. Y volvió de allí. Tan inolvidable será con su voluntad de vida como Aaron Bushnell, el valiente y solidario soldado estadounidense que con todo su cuerpo se negó a hacer este genocidio.

Las cifras oficiales hablan de unos 30 mil muertos, varones, mujeres, infantes, bebes,  en 5 meses. Grosso modo, unos doscientos palestinos asesinados cada día. Pero si contamos a los desaparecidos, la cuota del genocidio se ubica alrededor de los 250 diarios. Como los señores aviadores y otros artilleros descansan, no “trabajan” permanentemente, si estimamos que han “hecho su tarea”, la mitad de estos días, tenemos entonces una cosecha roja de 500 seres humanos por intervención: un genocidio in progress de alto rendimiento, señores diseñadores del alto mando israelí.

 

Blas Pascal, profundamente cristiano, nos enseñó hace ya siglos que el humano es medio ángel  y medio bestia, pero agregaba un corolario ético, psíquico: que cada vez que el humano procura convertirse en ángel deviene bestia. Una dialéctica que va mucho más allá de cierta linealidad del comportamiento: desde la Grecia clásica nos ayudaron a ver aspectos de esta cuestión con la noción de hybris.

El ejército más moral del mundo ha cumplido el apotegma de Pascal: es el ejército más (cerebral e) inmoral de mundo.

“La insoportable levedad del ser” israelí queda a su vez patentada con esa foto de las diez militares israelíes sacándose selfies, sonrientes, en medio de la devastación que han producido en la Franja de Gaza.

No es nada nueva, empero. Ya la habíamos conocido cuando vecinos israelíes de la FdG instalaban butacas cerca de la frontera, preferentemente en algún promontorio, para presenciar –como mirando una película− los bombardeos que con impunidad (y cobardía, porque las poblaciones palestinas no tienen armamento antiaéreo)  descargaba la aviación y la artillería israelíes sobre ciudades palestinas, o cuando buscaban “frenéticamente” a Gilad Shalit (todo un pretexto para seguir matando palestinos), o cuando bautizaron macabramente una operación de devastación en la FdG de “Plomo Fundido”, o cuando idearon balas de tungsteno generadoras de miríadas de focos cancerígenos en el cuerpo en que se alojaban al penetrar la carne, romper los huesos… y en tantas otras ocasiones.

 

Y el 2 de marzo, el “ejército más moral” del mundo nos brinda una nueva “información”, siempre tan atento a mantenernos informados: acusa de la masacre que se ha bautizado “como de la harina” a  «saqueadores».[2]

Con esa referencia, los militares “morales” elevan su dedo acusatorio contra los palestinos.

Empeñados en arrebatarles la tierra (la Franja de Gaza no fue ni siquiera bíblicamente judía, como se podría argüir, en el resbaloso terreno histórico de la Biblia, como Samaria o Judea).  Israel ha ido aplicando una pinza y torniquetes sobre la FdG, desde las elecciones de 2006. Una de las escasas instancias electorales que ha tenido la población palestina. Con veedores internacionales, como James (Jimmy) Carter que otorgaron validez al resultado. Nada resultó del agrado ni para el Estado de Israel ni para la ANP, Autoridad Nacional Palestina, que se había ido convirtiendo en herramienta de control palestino, con una policía “propia” entrenada y financiada por Israel. El resultado electoral de 2006 dio amplia mayoría a Hamás en la Franja de Gaza y una mayoría más escasa en Cisjordania y Jerusalén. −“Votaron mal”, no aprendieron a votar como les habíamos enseñado. Ni el gobierno israelí, tan democrático, ni la ANP aceptaron tales resultados y, “en consecuencia”, buena parte de los elegidos fueron encarcelados, con sendos golpes de mano de la ANP e Israel para mantener lo que había. Lo lograron en Cisjordania pero no en la FdG, donde Hamás retuvo el resultado de las urnas.[3]

Desde ese momento Israel se propuso la eliminación. Todavía no sabíamos si de Hamás o de los gazatíes. A partir de 2006, bombardearon el aeropuerto, bloquearon todo acceso marítimo; limitaron, −mediante disparos intimidatorios− el acceso al Mediterráneo, no sólo empezó a haber pescadores acribillados por tal vez excederse de los 3 km., o no, porque tampoco tienen acceso a sus playas, donde, jugando al fútbol, también fueron baleados). Dinamitaron las depuradoras sanitarias y usinas de agua corriente (y Mekorot empezó a vender el agua potable a los palestinos a mayor precio que a los israelíes), limitaron el ingreso de alimentos, medicamentos y artículos de la vida cotidiana. Arruinaron las centrales eléctricas gazatíes y “concedieron” electricidad una cantidad escasa de horas diarias (cuatro, por ejemplo), con lo cual crearon enormes problemas sanitarios, alimentarios. Restringieron progresivamente todos los viajes a y desde la FdG, contaminaron la tierra, arruinando cosechas. De ese modo dispuso Israel la “sobrevida” gazatí desde 2006. En medio de un “silencio de radio” cómplice o complaciente de casi todo el mundo.

Desde el 7 de octubre 2023, tras el ataque sorpresa desde Gaza, Israel cortó radicalmente el ya escaso y a cuentagotas ingreso de alimentos y vituallas a la FdG. Cerca de dos millones de seres humanos entraron en un nuevo círculo del infierno en esa macabra danza de privaciones a que fueran arrojados en 2006.

Tengamos presente que la FdG, fue una de las tierras agrícolas más antiguas que se conoce en el mundo entero. Que hoy no puede producir nada. Y debe depender por entero del ingreso de vituallas. Que provienen mayormente de la UNRWA (comisión de la ONU para atender cuestiones de refugiados). Que pueden ingresar por tierra desde Egipto o desde Israel. El paso desde Egipto está generalmente cerrado. Egipto es un esclavo financiero de Israel. Así que el ingreso terrestre está totalmente en manos de Israel. El acceso por mar  está controlado e impedido por Israel.  Y el aéreo, ya hemos visto, fue destruido para llevar palestinos a la edad de piedra.  Desde el 7 de octubre, el torniquete, bajo control absoluto israelí, se ha cerrado.

Generalmente, se entiende que el suministro para casi dos millones de seres humanos, de lo más imprescindible para sobrevivir, significa el ingreso diario de unos 50 camiones semirremolques con vituallas. A principios de marzo, hacía ya un mes que no había entrado ni un solo camión. Tampoco en los 4 meses previos habían entrado víveres y suministros, salvo contadas excepciones, llevando a los gazatíes al borde de la inanición. Cuando el 1º. de marzo se anuncia la llegada de algunos camiones, no los 50 antes habituales sino apenas 4 o 5 con harina, apenas harina para mitigar el abismo alimentario al que Israel ha empujado a los gazatíes, se agrupa gente para recibir la “preciosa” carga.

Designar a los palestinos que aguardan hambreados, que no acaban de ver cómo y cuándo se comienzan a descargar los víveres, “saqueadores” es apenas una perla más para el rosario de impudicia, chutzpah, soberbia que caracteriza a estos colonialistas místicos.

Bajo el pretexto del saqueo, los soldados israelíes mataron a más de cien palestinos y el episodio, “masacre de la harina”, ha dejado a cientos de baleados y lesionados. En rigor, fue otra oportunidad para matar a unos cuantos palestinos más.

Se invoca “castigo colectivo” de Israel sobre el gobierno de Hamás y por extensión sobre la población gazatí. Resulta de por sí injusto por el copamiento de Hamás, pero a esta altura para quien esto escribe no se trata de un castigo colectivo, ni de respuesta alguna ante el copamiento del 7 octubre, sino brutal y sencillamente: plan de exterminio.

Israel sigue protegida por el mundo privilegiado que se autodenomina civilizado. Por ejemplo, “el jardín europeo”. Pero tengo la impresión que cada vez cuesta más soportar la política genocida descarada, por más afeites y meandros mediáticos que la disimulen. Por ejemplo, en el Reino Unido, ha estallado finalmente una crisis de confianza al gobierno proisraelí y un porcentaje abrumador de la población reprueba a Israel.[4]

Solo que si quienes entienden esta situación inaceptable, insoportable no toman, no tomamos, más ”cartas en este asunto”, Palestina puede ser totalmente vaciada y los palestinos destruidos, como ha pasado en muchas otras instancias, con muchos otros pueblos: la resistencia vital es enorme, pero no es ni infinita ni eterna.

Hasta ahora, los hutíes, el gobierno sudafricano, Aaron Bushnell, y algunos pocos políticos y periodistas han procurado, cada uno a su modo, frenar, condenar, limitar el inaceptable comportamiento israelí.

Pero parece que falta mucho para que comunidades humanas anuncien, con la entereza y la indignación necesarias, que no aceptamos el comportamiento de Israel. Un estado mediáticamente protegido, jurídicamente ausente, militarmente consentido, políticamente impune.□

[1]   No sabemos si los grupos de resistencia palestina eran conscientes de lo que estaban desencadenando, ni si los mismos israelíes, al menos aquellos democráticos, lo imaginaban.

[2]   M. Figueras. “Todos los fuegos el fuego”, 3 mar 2024.

[3]   La vetusta Autoridad Palestina consideraba innecesaria las elecciones porque su representatividad estaba asegurada por el apoyo del Estado de Israel a sus cargos de intendentes y auxiliares municipales (de la administración israelí). .

[4]   Ironías de la vida. Por cuanto el R.U. ha sido protagónico para instaurar ‘la trinchera de Occidente contra la barbarie asiática’ con  la Declaración Balfour (1917), legitimando la implantación sionista.

Publicado en Centro / periferia, Destrozando el sentido común, Medios de incomunicación de masas, Palestinos / israelíes, Para salir del repollo

¿Se está dando vuelta la tortilla?

Publicada el 19/02/2024 por luissabini

LO QUE PASA EN GAZA

por Luis E. Sabini Fernández

Todo parece concatenarse como en una auténtica tragedia griega de modo tal que nada ni nadie decide por sí y ante sí sus próximos pasos y a la vez, quedan marcadas las responsabilidades, los prejuicios, los intereses, de cada “actor”.

Pero lo que tenemos por delante no es griego sino hebreo. El acto político de enterrar vivos a decenas, centenares, tal vez miles de palestinos explica los violentos actos desencadenados por milicianos palestinos el 7 de octubre de 2023. Porque la historia no comenzó en la madrugada de ese día.

El 7 de octubre fue el detonante. Un operativo de resistencia armada pero de amplio espectro. Que proviene de más de un siglo de resistencia a la penetración sionista. Pero que, además, tiene un antecedente directo. Un operativo de resistencia no armada, palestino de 2018 –Marchas por el Retorno−, reclamando angustiosamente tierra, que tuvo un desenlace desolador. Entonces, inicialmente ni siquiera con piedras, manifestaciones palestinas absolutamente pacíficas fueron  “contestadas” de una manera tan cruel y sanguinaria por Israel que las manifestaciones palestinas acabaron con cientos de muertos, burlona, absolutamente matados, por francotiradores israelíes cómodamente ubicados en taludes a la vera de los caminos de las manifestantes.

Cuando los mandos securitarios israelíes percibieron que el blanco de los ijares humanos generaba “excesivos” muertos, desangrados (porque la asistencia no llegaba a tiempo o porque tales disparos eran efectivamente mortales, cambiaron el blanco; de las entrepiernas a los tobillos. Israel podía así generar entre los despojados palestinos una buena “producción” de lisiados de por vida. Igual que con su “competencia” futbolística, dedicada a quebrar con balazos las piernas de futbolistas palestinos, arruinando las actuaciones del combinado de fútbol palestino en las eliminatorias asiáticas.[1]

Tal es el estilo del Estado de Israel para lidiar con lo palestino; inconmensurable desprecio y un cierto regodeo ante el malvivir, mal morir, palestino; en Israel se opta por matar a niños palestinos hasta por la espalda, con total amparo legal, por ejemplo.[2]

El 7 de octubre la resistencia armada palestina hizo algo distinto: copó los cuartelillos o establecimientos policiaco-militares de la Franja de Gaza (FdG), y a la vez, “cosechó” rehenes, o intentó hacerlo, para posterior intercambio por prisioneros políticos (o sociales) palestinos, muchos detenidos por años sin ni siquiera abrirles causas, archivados vivos en depósitos.

No hay antecedentes de tantos policías o soldados israelíes[3] matados en enfrentamientos anteriores al de la madrugada del 7 de octubre de 2023: se estima en centenares.

La reacción tiene algo de furia bíblica, al estilo de los relatos del Pentateuco sobre como un dios a veces innombrable (a veces Yahvé) hace matar a determinada gente, sus hombres, mujeres, niños, sus animales de crianza, desmantelándolo “todo”: DEUTERONOMIO, “Capítulo 2. Versículo 9. Y Yahvé me dijo […] 25. Hoy comenzaré a poner tu miedo y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama y temblarán y angustiarse han delante de ti. 26. Y envié mensajeros desde el desierto de Cademoth a Sehon, rey de Hesbón, con palabras de paz diciendo: ‘Pasaré por tu tierra por el camino […] 30. Mas Sehon rey de Hesbón no quiso que pasáramos por el territorio suyo, porque Yahvé había endurecido y obstinado su corazón para entregarlo en la mano, como hoy.  31. Y díjome Yahvé: He aquí yo he comenzado a dar delante de ti a Sehon y su tierra, comienza a tomar posesión, para que heredes su tierra. 32. Y saliónos Sehon al encuentro, él y todo su pueblo para pelear en Jaas. 33. Mas Yahvé nuestro dios lo entregó delante de nosotros y herimos a él y a sus hijos y a todo su pueblo. 34. Y tomamos entonces todas sus ciudades y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres, niños, no dejamos ninguno. CAPÍTULO 3. […] subimos camino de Basán y saliónos al encuentro el rey de Basán, para pelear […] 2. Y díjome Yahvé: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo y su tierra: y harás con él como hiciste con Sehon, rey amorrheo  […] 4. Y tomamos entonces todas las ciudades […] 5. Todas éstas eran ciudades fortificadas con alto muro, con puertas y barras; sin otras muy muchas ciudades sin muro. 6. Y destruímoslas […] destruyendo  en toda ciudad hombres, mujeres y niños. CAPÍTULO 6. 10. Y será cuando Yahvé tu dios te hubiese introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob, que te daría; en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste. . 11. Y casas llenas de todo  bien que tú no henchiste, y cisternas cavadas que tú no cavaste; viñas y olivares que tú no plantaste […] CAPÍTULO 7. […1] Cuando Yahvé tu dios te hubiere introducido en la tierra  en la cual tú has de entrar para poseerla, y hubiere echado de delante de ti muchas gentes, al hetheo, al gergeseo, al amhorreo […] siete naciones mayores y más fuertes que tú. 2. Y Yahvé, tu dios, las hubiese entregado delante de ti y las hirieres, del todo las destruirás […] no te emparentarás con ellos, no darás tu hija a su hijo, ni tomarás mujer a su hija para tu hijo.[…] 5. […] Así habéis de hacer  con ellos: sus altares destruirás, y quebraréis sus estatuas […] 6. Porque tú eres pueblo santo a Yahvé tu dios; Yahvé te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.[…] 21. No desmayes delante de ellos que Yahvé tu dios está en  medio de ti. Dios es grande y terrible. 22. Y Yahvé tu dios echará a estas gentes delante de ti poco a poco […] 23. Y él las quebrantará con grande destrozo hasta que sean destruidos.” [4]

Disculpe el lector la larga (y tediosa) cita, pero es bueno tener en cuenta que estos textos pertenecen a los más leídos por gente letrada e ilustre, pero sobre todo por mentes captadas.[5]

Y que Beniamin Netanyahu invoca con penosa asiduidad pasajes como éstos para reforzar su exterminador comportamiento.

 

Vayamos entonces al cuadro general de situación. Porque indudablemente la acción guerrillera palestina y la reacción militar israelí han ensanchado penosamente el cuadro, dando lugar a alianzas y refuerzos.

Primero y principal: la casi total paralización del concierto institucional internacional ante la reacción israelí, exterminadora, frente al operativo de Hamás. Lo excepcional ha sido, por ejemplo, que una etnia del mundo árabe, en Yemen, enfrentada con el gobierno yemenita y también con el saudí  −el estado árabe sunita mayor de la península arábiga−, desde hace por lo menos diez años y sufriendo con ello una represión feroz, haya sido el primer “actor” político mundial que haya explicitado su apoyo políticomilitar a los palestinos gazatíes que están viviendo bajo la condena de muerte étnica de los israelíes. Los hutíes han tomado las armas para amparar, de alguna manera, a los aplastados palestinos, bombardeando los suministros que tantos estados cómplices ceden a Israel, por temor tal vez a ser calificados de antisemitas.

Hasta ahora −ya está corriendo el quinto mes− desde el sangriento golpe de mano de Hamás y la furibunda reacción israelí con sus matanzas masivas, el único apoyo políticomilitar expreso ha sido ése. Ha habido otro, de Sudáfrica, denunciando a Israel por genocidio ante la Corte Penal Internacional y ante la ONU. Cuando se iniciaron represalias israelíes, desde ese 7 de octubre, matando masivamente civiles, Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Israel,[6]  y poco después hizo lo mismo Honduras, Sudáfrica, Chad y Belice. También ha sobrevenido la actitud de “en guardia” del Hezbollá libanés, amén de muchísimas manifestaciones solidarias con Palestina y los palestinos, incluidas las de miles de judíos antisionistas o antiisraelíes, en muy diversos países; fundamentalmente (y sin agotar la lista) en EE.UU., el Reino Unido (los principales sostenes de Israel), España, Yemen, Jordania, Líbano, Turquía, Kuwait, Bahréin, Siria, Irán, Malasia, Australia, Chile, Colombia, Argelia, Egipto, Marruecos, Nigeria, Senegal, Túnez, Pakistán, Yemen. Afganistán, Bangladesh, Qatar, Corea del Sur, India, Irak, Indonesia, Japón, México, Bélgica, Grecia, Portugal, Finlandia, Irlanda. Islandia, por ejemplo, mostró su rechazó negándose a actuar junto a artistas israelíes. Y el grupo BRICS ha retirado a su embajador de Israel. Hasta en Israel ha ganado la calle el repudio a la acción gubernamental, a tal punto que un Tribunal Superior israelí dictaminó “el derecho a la crítica” pero restringido a no más de 700 disconformes (sic).

En Ucrania, en cambio, hubo manifestaciones a favor de Israel.

Y en  Brasil, Canadá, Argentina, Uruguay, Noruega, Inglaterra, Francia, EE.UU., Nueva Zelandia, Rumania, han sobrevenido manifestaciones a favor de los palestinos y también a favor de Israel y los israelíes.

En Uruguay, la protesta contra el genocidio israelí ha tenido lugar en la capital, Montevideo y  en otros puntos del país. Los actos de apoyo a Israel, sacudido por el ataque sorpresa, acompañando sus matanzas de respuesta, también fueron llevados a cabo en la capital, con la presencia de la vicepresidenta del país y al menos en un punto fuera de Montevideo; en Maldonado. Promovido por una peculiar red político-económico-social denominada CIPEMU.[7]

Pero salvo en Uruguay, Argentina y tal vez en algún otro país, aquellos que han tenido manifestaciones de uno y otro lado ante lo acontecido el 7 de octubre, han contado con una inmensa mayoría repudiando el comportamiento israelí y muy menguadas defendiéndolo.

Terminando con la recorrida, brindada por Wikipedia, en Letonia se ha impedido todo apoyo a lo palestino.

 

Lo provisorio y tentativo de los datos que repasamos, alcanza para captar la brutal resonancia que el primer genocidio de la historia humana ejercido en tiempo presente, a la vista y paciencia de todos nos deja (por más  subterfugios que se aleguen, como bebitos israelíes decapitados u horneados de los que no se han encontrado pruebas).

No tenemos más remedio que inteligir que lo que está aconteciendo en la FdG y en Palestina en general es una atroz novedad, un monstruoso strip-tease en nuestra hipermodernidad tardía.

¿Porqué hiper y por qué tardía? Por lo que los griegos, hace dos mil  o tres mil años, ya habían captado: el significado de lo hybris: algo que excede toda medida.

Junto con esta pavorosa falta de sentido que va constituyéndose en nuestro presente, a partir del 7 de octubre tenemos, como su sombra, este presente en que nos situamos o estamos situados bajo un caudal de noticias falsas, ahistóricas. Como que un conflicto entre Israel y Hamás se inició el 7 de octubre. Ignorando o negándole al 7 de octubre su  carácter histórico;  como si hubiera  brotado desde la nada (o más bien, de la violencia palestina).

La “producción” de mentiras y calumnias revela: a) la frágil relación entre la verdad y la información;  b) el carácter a menudo proyectivo de muchas  argamasas informacionales (por ejemplo, el asesinato de niños); c) el volumen extraordinariamente enorme de tales operaciones.

Mitchell Plitnick nos de una clave lógica y psicológica: “Netanyahu jamás pensó en llevar a cabo una respuesta proporcional y ni siquiera absolutamente desproporcionada, como han sido los ataques de Israel sobre Gaza en el pasado. Esta operación siempre tuvo otra significación: adueñarse del territorio causando todo el daño y muerte posible. Para ese fin, se planteó el objetivo de erradicar a Hamás, algo que quien conozca apenas la cuestión sabe que es inalcanzable. Porque hasta para Israel explicitar que ‘Proyectamos hacer un genocidio’ resulta un poco fuerte. Y disfrazar ese objetivo con Hamás como blanco es  menos chocante.” [8]

De todos modos, la disponibilidad cada vez mayor de instrumentos comunicacionales, conspira contra los silencios cómplices, aunque nos complique el cuadro el aluvión de las fake news.  Nos da la impresión que los manejos mediáticos son algo a combatir porque no están derrotados de antemano, pero que el peso de lo real; por ejemplo, la muerte de miles de seres humanos por la sola razón del exterminio, repugna a muchísimos seres humanos.

 

El 7 de octubre descolocó a los mandos israelíes que poco a poco se habían ido acostrumbrando a una superioridad militar y securitaria aplastante. Todo lleva a pensar que les pasó como a la liebre en la fábula de su carrera con la tortuga. A partir de la superioridad militar y securitaria de que gozó desde décadas  (aunque ya se pueda empezar a hablar de siglos), el revolcón del 7 de octubre “volvió locos” prácticamente a todos los israelíes, los retrotrajo a la tan invocada calidad de víctima durante tanto tiempo esgrimida (con apoyo en episodios históricos donde judíos no sionistas fueron victimados).

Ese traspié psíquico tal vez explique la reacción bestial, la matanza indiscriminada de población civil palestina. Como para mantener los viejos guarismos de un judío muerto por cada cien palestinos matados. Como si esa relación militar supremacista pudiera satisfacerlos.

Pero más allá de semejante aritmética, perversa, la cuestión es el asesinato en masa de humanos, derecho viejo. Y con niños incluidos.

Si lo que acabamos de reseñar es atroz, ¿qué papel le damos a la contumacia, orgullosa, que muestra Israel, gobierno y población (con excepciones, afortunadamente) defendiendo como valioso matar palestinos a mansalva? Si la ONU fuera una organización interestatal, realmente, tendría que haber expulsado de sí semejante comportamiento y, consiguientemente al responsable. Pero esa posibilidad ni siquiera asoma en el imaginario “internacional”.

 

La incursión y el  copamiento del 7 de octubre al cuartel regional israelí en FdG, y la operación de toma de rehenes en terrenos israelíes aledaños, ha desnudado aun más la faz genocida que la metódica implantación del Estado de Israel en Palestina encarnaba, y que a la vez se escamoteaba con “conversaciones”, treguas, acuerdos, convenios… o amagos de, en tanto la implacable política genocida seguía adelante.

El 7 de octubre acentuó el strip-tease de muerte. El copamiento típicamente guerrillero del 7 de octubre, tuvo un potencial desmistificadcor formidable. Porque la naturaleza del supremacismo sionista es tal que, con o sin ayuda, siempre va a terminar haciendo lo que, por ejemplo, ahora Israel está haciendo. Como lo hicieron con la Operación Plomo Fundido, matando a miles de hombres, mujeres, niños. Como lo hicieron los mistarviim con su guerrilla invertida (donde poderosos asesinan a débiles). Como lo hicieron cuando les tomaron prisionero a un soldado israelí, Gilad Shalit, y “el ejército más moral del mundo” asesinó entre 100 y 200 palestinos con el pretexto de ubicar al “prisionero”.□

[1]  Vale la pena recordar que en Asia, donde al menos geográficamente se ubica Israel, su participación, por ejemplo en las justas deportivas internacionales, ha sido resistida por estados asiáticos, no sólo árabes.  Por su parte, Israel quería evitar a toda costa enfrentar futbolísticamente a Palestina en campeonatos mundiales. Y gracias a su proverbial influencia suprageográfica y extraorganizativa, logró ser incorporado al “jardín” europeo.

[2]  Véase Leandro Albani, 6 julio 2019: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=258021&titular=el-ej%E9r-cito-israel%ED-tiene-v%EDa-libre-para-asesinar-a-ni%F1as-y-ni%F1os-palestinos-por-la-

[3]   Dada la muy peculiar estructura de Israel como etnoestado, en claro contraste con la teoría generalizada de los estados modernos que proclaman una ciudadanía independiente de lo racial (aunque en los hechos, hay muchos más etnoestados de los declarados), la “pureza del estado” se preserva mediante un cuerpo securitario con funciones policiales y militares simultáneas; es decir, a hacer cumplir y a eliminar lo que no “cumple”. El Estado de Israel tiene aparte funciones policiales “tradicionales” para tratar con “delitos” de judíos.

[4]   La Santa Biblia [sic], Miami, Florida, EE.UU.

[5]   El origen de “mentecato” proviene de esta expresión; mente captada, mente capta.

[6]   https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_Israel-Gaza_(2023-presente).

[7]   “Comité Israelí Punta del Este, Maldonado, Uruguay”. Creada por un multimillonario hombre de negocios, Rolando Rozenblum, que escapó de una cárcel  brasileña donde purgaba condena por un robo al fisco brasileño avaluado en 80 millones de dólares (su fuga, junto con la de su padre, ahora muerto, data de 2007). De inmediato hizo su refugio en Punta del Este, con explícito apoyo político local. El balneario de mayor lujo en el país, que funciona como islote de  protección impositiva para multimillonarios uruguayos, primermundianos y, sobre todo, argentinos.

[8]   https://mondoweiss.net/2024/02/dehumanization-and-misinformation-in-service-of-genocide/.

Publicado en General

Los límites del macaneo

Publicada el 06/02/2024 por luissabini

Glosando decires del absolutismo mental: “Por siempre Israel”, de Ruben H. Díaz

por Luis E. Sabini Fernández

Lo que sorprende de la profesión de fe del conocido activista político colorado es su escuálida contextura racional, lógica, conceptual. Pensemos que estamos leyendo o tomando contacto con el discurso de un referente político nacional.

Como recordaba mi inolvidable docente Mario Sambarino, catedrático de Filosofía de la práctica (ética, política), hay límites para el macaneo.

En su primer párrafo habla de judíos, aunque en rigor se refiere a sionistas: “defendiéndose con serenidad, grandeza”.

¿Fue sereno el operativo en el recinto de la fiesta rave y en su playa de estacionamiento en la cual los helicópteros israelíes barrieron con artillería pesada todo el suelo matando a judíos, palestinos, guerrilleros, rehenes, todo mezclado?

Y siguiendo, ¿cuál es la grandeza en el derribar edificios de vivienda desmoronándolos hasta el suelo, enterrando vivos a muchos de sus moradores (tanto porque dieran pocos minutos para la evacuación como porque no dieran tiempo a la evacuación, generalmente muy dificultosa para enfermos y ancianos; lo prueba la cantidad de cadáveres rescatados de los escombros… y la cantidad que nadie sabe que permanecen allí, debajo de los escombros porque no hay maquinaria de despeje que exige alto consumo energético y a los palestinos se los ha reintroducido, deliberadamente –como con orgullo ha proclamado algún dirigente israelí− en la “prehistoria”. Y la carne putrefacta podrá ser junto con otros desperdicios buen motivo para focos patógenos en esas ciudades destrozadas.

Si en el pasaje que comentamos luce cierta insuficiencia intelectual o ética, en el que ahora transcribimos: “Moisés invocó a dios […] al hacerlo fundó a la civilización occidental y cristiana […] no fue la única civilización que construyó monumentos ni puentes  de la vida real y del pensamiento humano. Es cierto, pero es la nuestra. Así se forjó lo que somos.”¿Qué falta, a ver alumno de tercer año…? ¿Y la griega, la grecorromana, la grecorromanavikinga (suma y sigue)? ¿Quién le contó a Díaz que “la nuestra” es la cultura judía? Cero en historia. Medio cero, que es lo peor.

“Los ataques fueron los peores, los más arteros, los que nunca se detuvieron ante nada.” ¿Conoce Ruben H. Díaz la labor de los mistarviim durante “la guerra de la independencia” de 1947, 1948 o incluso antes, durante la huelga general palestina de 1936 a 1939? ¡Hay que cachar lo’ libro’ que no muerden! Lea, por favor, un historiador, judío, Ilan Pappé La limpieza étnica de Palestina, Editorial Crítica, Barcelona, 2011. O a Chomsky, Noam, también judío, por favor! O a Sand, Morris, Shlaim o Simha Flapan.

En el pasaje que voy a transcribir, la cuestión se espesa, porque no sabemos si el origen de la mala fe, la falsedad mecánica,  es solo producto de insuficiencia mental o de una mendacidad que no merece respuesta honorable: define el asalto del 7 de octubre como “Un nuevo intento para terminar con Israel. Por una gente que recibía agua y alimento de quien tanto odian.”

Cero en historia, otra vez dicente de lengua suelta: la Franja de Gaza era un pequeño territorio milenariamente autosuficiente, con dátiles, aceitunas, naranjas, pesca, que se conoce como uno de los primeros lugares agrícolas de la humanidad. Sobrepoblado con la Nakba de 1948. Pero esa inmigración repentina no fue nada al lado de la política del Estado de Israel para adueñarse del territorio.[1] Una política cerebralmente construida: malograr cultivos mediante contaminantes, dirigiendo los efluentes israelíes situados detrás de la franja, hacia Gaza para que deriven al mar, malogrando campos a su paso; inutilizar mediante  bombardeos las plantas potabilizadoras de agua en la Franja (y que Mekorot les  venda el agua mucho más cara que a los enriquecidos israelìes), arruinar también sus centrales de producción eléctrica mediante bombardeos; arruinar todos los vínculos con el mundo “exterior” inutilizando el puerto, impidiendo la llegada de barcos, bombardeando el aeropuerto (construido mediante asistencia española), impedir el paso de alimentos que sobrepasen límites de calorías por habitante establecidos por Israel, con lo cual Israel fue  desmejorando progresivamente la calidad alimentaria de sus habitantes. Debilitándolos, enfermándolos.

También encerrados sanitariamente: para franquear una de sus fronteras, palestinos con enfermedades que no podían ser tratadas o enfrentadas dentro de la franja, eran sometidos al chantaje de ceder información, hacerse “buchones” para obtener el remedio o la cura. Lo cual, una vez más, califica moralmente, a Israel.

RHD insiste: “Era de Israel de donde llegaba agua y alimentos para la gente que vive en Gaza. No iba de Egipto ni de ningún otro lado.”

Precisamente: llegaba exclusivamente de Israel para poder controlar el hambre y la desnutrición programada, estimado. La hostilidad con que han tratado desde el 7 de octubre al personal contratado por ONU para proveer de alimentos o medicamentos a los gazatíes (llevan asesinados más de un centenar de ese personal; un fenómeno sin precedentes en ningún otro operativo del PMA, Programa Mundial de Alimentos, que en las últimas décadas han llevado a cabo decenas, en el Cuerno de África, en el Sahel, etcétera), revela el interés de Israel en conservar el monopolio alimentario (es decir, el torniquete genocida mediante alimentos).

RHD no debería ser tan, tan ingenuo.

“Los obligaron a luchar de vuelta.”, sigue nuestro multicitado. Que nos diga cuando el gobierno sionista ha dejado, no ya de “luchar” que es una concesión deportiva que no se compadece con la realidad, sino de abusar, atropellar, asesinar a población palestina.

El desprecio que deja traslucir hacia los palestinos con su suposición “porque sus propios hermanos no quieren saber nada con ellos” ignora supinamente la historia tal cual es y revela una visión de la colonización al estilo de cowboys e indios con una carga de                   desprecio al débil que solo refleja la estulticia del autor. En los primeros años, los sionistas reservaron su violencia para acallar voces judías discrepantes; a los campesinos palestinos despojados se los trató indirectamente, mediante la policía turca, luego la inglesa. Los sionistas esquivaban la carga represiva. El sionismo reveló sus simpatías fascistas en los ’20, los ’30 (y las demócratas, desde 1945).

“En un mundo que vivió un largo proceso de paz, de desarrollo, de crecimiento”. Aquí entramos a la página de humor de nuestro mal aventurado RHD.  ¿Cuál es ese largo proceso de paz, desarrollo y crecimiento” que nuestro redivivo Pangloss ha descubierto? Sería bueno que nos diera siquiera algún ejemplo. ¿Estará deslumbrado por los rendimientos monetarios de las grandes corporaciones? ¿Por la cantidad de autos por habitante?, ¿por el valor del dólar?, ¿por el porcentaje de vacunados contra pandemia covid?, ¿por la expansión galopante de los cánceres? Que nos dé alguna pista, please (se lo rogamos en inglés para que nos entienda).

Tras esa visión idílica, nuestro autor prosigue un poco indescifrablemente: “se ven cada vez más tendencias y organizaciones que ante nada se detienen. No solo quieren destruir a Israel. Otros quieren encender los bosques en distintos sitios del planeta para demostrar que lo bueno es malo.” ¿Entiende el lector? Explíquemelo.

El final de su alegato no merece comentarios. Porque no sigue desbarrando como en los pasajes que examinamos. Nos alegramos por él.□

 

[1]  No a la vieja usanza, ya odiosa, del colonialismo de arruinar a la población local para sustraer de allí los materiales que la metrópolis quiere para sí, sino en una modalidad mucho peor, de vaciamiento territorial para “cosechar” la tierra como fruto maduro, para luego “redimirla”. Es decir, legitimar el golpe de mano con coartada religiosa y bíblica.

Publicado en Destrozando el sentido común, Palestinos / israelíes, Política, Uruguay

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