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Categoría: Conocimiento

Contaminación omnipresente: un límite planetario olvidado

Publicada el 04/02/2025 - 04/02/2025 por raas

El número 166 de la revista Papeles de relaciones ecosociales y cambio global publica en su sección A Fondo un artículo de Joan Benach y Ferrán Muntané como pese a los múltiples y duraderos efectos nocivos para la salud humana y ambiental, la contaminación química y la alteración antropogénica de los flujos biogeoquímicos son unos de los problemas ecológicos más subestimados.

Por Joan Benach* y Ferran Muntané**
Fulhem
06-09-2024

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Publicado en Agronecrófilos, Centro / periferia, Ciencia, Conocimiento, ecología, General, Globocolonización, Los pueblos nativoamericanos, Nuestro planeta, Nuestros alimentos, Política, Salud. Y enfermedad

Cómo ver el 7 octubre de 2023 en Gaza desde nuestra periferia

Publicada el 30/11/2023 por luissabini

por Luis E. Sabini Fernández –

 

Es dificilísimo darse cuenta  en qué sentido el genocidio que avanza con descaro en Palestina  −aunque hoy estemos en medio de una tregua de cuatro o cinco días− nos afecta. A todos los humanos. En primerísimo lugar a los que viven –asediados desde hace 17 años− en lo que se ha llamado “la cárcel a cielo abierto más grande del mundo” y que con vocabulario de mediados del siglo XX tendríamos que denominar “campo de concentración”, un arma que el racismo colonialista ha usado desde hace siglos (en castizo, para el robo de las tierras americanas se hacían “reducciones de indios”, con lo cual se apropiaban de tierras inmediatamente legalizadas, sacralizadas en su nueva propiedad, por clérigos y escribanos).

Aunque el genocidio en marcha es imposible de esconder en un mundo con tanta intercomunicaciòn o por lo menos con tanta comunicación, está claro y nítido que las atrocidades nos llegan desde los medios de incomunicación masivos y dominantes y allí en nuestras mentalmente colonizadas tierras, nos llega sobre todo la versión del genocida, que es precisamente la del poseedor de los más poderosos medios de incomunicación.[1]

Parece empero caduco el tiempo de la ignorancia y la inocencia consiguiente: la multiplicidad de las comunicaciones actuales, su velocidad de difusión conspira contra toda política de secreto, otrora no solo usuales sino las más empleadas.

Por ejemplo, Chris Hedges y Max Blummenthal hacen un escalofriante informe de lo acontecido el 7 de octubre en Franja de Gaza y territorio aledaño israelí, por una vez invadido por palestinos (en las últimas 7 u 8 décadas han sido siempre invasiones sionistas a territorio palestino, siempre violentas a veces con verdaderas carnicerías de palestinos).

Acerca de “cómo los militares israelíes desencadenaron una serie de ataques para matar a los palestinos armados junto con sus rehenes israelíes”, es uno de sus capítulos más llamativos y que no aparece a través de nuestros medios de incomuinicación masivos. Cánsese usted de transitar por radios, diarios y canales locales para verificarlo.

Hedges y Blummenthal son dos conocidos periodistas estadounidenses y al parecer han desplegado una formidable actividad esclarecedora en la tragedia palestino-israelí, que hay que realzar a la luz del origen presbiteriano de Hedges y judío de Blummenthal, dos colectividades fundamentales en el origen y fomento del genocidio palestino. Y ellos,  en cambio, se han especializado en ver cómo funciona la política genocida sionista sobre los palestinos.[2]

Se puede ver que constituyen una corriente cultural, psíquica, creciente de quienes empiezan a rechazar el colonialismo despiadado y alhajado con “perlas bíblicas” del Estado de Israel y sus padrinos incondicionales; el Reino Unido y EE.UU. Han examinado severamente los acontecimientos del 7 de octubre (The Chris Hedges Report y The Gray Zone, 17 nov. 2023).

Y entre sus principales conclusiones figura: “como los militares israelíes desencadenaron una serie de ataques el 7 de octubre diseñados para matar a los hombres armados de Hamas junto con sus rehenes israelíes”. Leyó bien.

En la desesperación por repeler un ataque tan generalizado como inesperado −para quienes fungían como locatarios− los mandos israelíes ordenaron bombardear las viviendas del kibutz Be’eri a las cuales habían ingresado milicianos palestinos para tomar rehenes. Ese bombardeo adquiere cierta similitud con los que “el ejército más moral del mundo” emplea para derribar toda la edificaciòn de la ciudad de Gaza, desde viviendas hasta escuelas, mezquitas, iglesias, locales industriales y comerciales, de servicios, espacios deportivos, bombardeos que se estima han dejando decenas ¿o miles de niños? enterrados vivos, con  otros humanos bajo los escombros.

Hedges no duda en calificar estos hechos como “solución final” de la cuestión palestina.

La peculiaridad de la coyuntura; el copamiento que desde la madrugada llevaron adelante milicianos de Hamas sobre territorios adyacentes a la Franja de Gaza, como el lugar de encuentro de una fiesta rave a 3 km de la frontera, creó una situación hasta ahora inédita en la peripecia palestina; por vez primera los atacantes  de un improbable ejército, más bien por el equipamiento, una guerrilla, ocupaban territorio israelí. Y los mandos militares apelaron a la “doctrina Aníbal” [3] según la cual tropas israelíes pueden llegar a morir, ser sacrificadas, si se hace necesario para neutralizar un ataque.

Los testimonios, muchos gráficos revelan, el papel decisivo de las armas israelíes: tripulando gigantescos helicópteros Apache, los militares israelíes descargaron repetidas veces  sus cargas explosivas sobre todo lo que se movía en el suelo a pocas decenas de metros de sus vuelos rasantes. Las fotos muestran, por ejemplo, todo el estacionamiento de la fiesta rave  con autos literamente destrozados, con o sin gente adentro, con un tipo de daño que solo se podía lograr, en el lugar, en el momento, con la artillería de los Apache.

 

No cabe duda que el plan israelí es el vaciamiento de la Franja de Gaza, es decir repetir la Nakba que tan buen rendimiento práctico, en el terreno, les había otorgado. Paradójica situación. Porque la menuda Franja de Gaza debe ser uno de los pocos espacios palestinos que no albergaron judíos ni siquiera hace dos mil años. Los sionistas hablan de Judea o de Samaria, para hablar de la contemporánea Cisjordania. Pero la Franja de Gaza es la Franja de Gaza. En  buen romance: con Gaza ni siquiera las especulaciones bíblicas y religiosas de un territorio supuestamente cedido por “El Creador” tiene cabida; en este caso es sencillamente, conquista y ensanche territorial colonialista.

Para percibir la calaña de la rapacidad sionista, transcribo a Ayalet Shaked, figura clave de la dirección israelí, exministra de Interior y de Justicia: “Después de convertir Khan Yunis en un campo de fútbol [sic], debemos decirles a los países que cada uno de ellos acepte una cuota: necesitamos que los 2 millones se vayan. Ésa es la solución para Gaza.[4] Repartiendo palestinos como naranjas”. Y que el “campo de fútbol” en que convirtieron la ciudad de Khan Yunis fue tratado para llegar a “campo de fútbol”, con población incluida.

Entretanto, en un torbellino propio de una tragedia griega la sociedad israelí –definida, la sociedad entera, por el historiador Norman Finkelstein no como de derecha sino de extrema derecha− hastiada del manejo despótico y corrupto de Beniamiin Netanyahu expresó su hastío contra el gobierno aunque ratificando la israelidad. Y no bien Netanyahu deriva “los acontecimientos” hacia la guerra y la conquista, logra, recupera una adhesión enorme.

Orly Noy, analista y periodista iranio-israelí, sostiene que este pensamiento no se limita simplemente al Gabinete o a la derecha israelí, sino que se ha generalizado.[5] Los medios de comunicación y el discurso político israelíes muestran que cuando se trata del actual ataque de las FDI a Gaza (en rigor contraataque), gran parte del público israelí ha internalizado completamente la lógica del pensamiento de Smotrich. Su consigna es nítida: “Emigración o aniquilación”. [La solución que propuso Smotrich fue ofrecer]  “a los 3 millones de residentes palestinos una opción: renunciar a sus aspiraciones nacionales y continuar viviendo en su tierra en un estatus inferior, o emigrar al extranjero. Si, en cambio, deciden tomar las armas contra Israel, serán identificados como terroristas y el ejército israelí se dedicará a “matar a quienes necesitan ser asesinados”. Cuando se le preguntó en una reunión en la que presentó su plan a figuras religiosas sionistas si también se refería a matar familias, mujeres y niños, Smotrich respondió: “En la guerra como en la guerra”.

La cosificación de la población despojada se equipara totalmente a la que ejerciera el colonialismo posmedieval en “El Nuevo Mundo” Abya Yala, Américas, o en África: “para una parte significativa del público israelí, los palestinos son más fáciles de mover que los muebles de una sala de estar.” (ibíd.)

Recordemos que cuando tras la celada artera en Salsipuedes, en el norte del Uruguay, que marca los inicios de la flamante sociedad  oriental, en 1832, habiendo acabado con los varones charrúas, los militares inician “una larga marcha” de más de 400 km hasta Montevideo con “la chusma”. Así llamaban los fundadores europeos de las sociedades “americanas” a ancianos, mujeres e infantes. Con semejante caminata, llegaron a la plaza fuerte de Montevideo sólo mujeres y su prole. Allí mismo y sin demora se procedió a su reparto como servidumbre. Sin consideración alguna por el llanto de infantes arrancados a sus madres, ni los gritos ahogados de madres despojadas. Como animales. Esa parte del espectáculo carecía de importancia para la sociedad montevideana. Lo sabemos apenas porque un diario de la época recibió y publicó la carta de dos damas montevideanas, de las que sabían leer y escribir, sensibles ante lo acontecido; esa falta de sentimiento separando así a madres de sus hijos. Apenas dos, que supieron mostrar la iniquidad del momento. Esas dos mujeres fueron el comienzo del fin de aquella “normalidad”.[6]

Así las cosas con la tecnologísima y civilizadísima Israel, vanguardia del mundo. Ellos sí valoran la vida… propia. Por eso, intercambian un israelí por tres palestinos (y hasta por mil).

Hemos visto que Crooke examina la estrategia israelí de llevar adelante “El Plan Yinon” (1981), ir desmantelando y desmontando los estados árabes vecinos y circundantes a Israel (estrategia para alcanzar El Gran Israel). Crooke sostiene que Israel procura arrastrar a EE.UU. a que se haga cargo del escollo mayor, Irán, “poniendo fin a la ilusión de que cualquier tipo de compromiso, reconciliación o partición [de Palestina] es posible.” [7]

“El historiador Max Hastings escribe que Netanyahu le dijo en la década de 1970 que «en la próxima guerra, si lo hacemos bien, tendremos la oportunidad de sacar a todos los árabes… Podemos limpiar Cisjordania, ordenar Jerusalén».” Adueñarse del territorio, a como sea.

Así que de robo de tierras se trata. Nuestros latifundistas vernáculos (o no tan vernáculos) lo saben bien. Pero, claro, el robo de tierras no se puede hacer por las buenas. La historia nos lo muestra. Y ante la situación que existe, desde hace un siglo en Palestina, el filósofo italiano Franco “Bifo” Berardi introduce una pregunta, propia de nuestro tiempo, que nos interpela como un puñetazo en la quijada:  ¿“Se puede exponer el cuerpo torturado de toda una población sin pagar el precio? [8]

Un interrogante ligado al fenómeno comunicacional y su difusión actual que señalamos al comienzo.

Hasta ahora, grosso modo, los genocidios ‘ocurrían lejos y hace tiempo’. No era, no fue a menudo así. El genocidio de los tutsis en Rwanda se hizo mientras simultáneamente se sabía de èl durante sus pesadillescos meses. Pero “África está lejos”…

Y la eliminaciòn de poblaciòn aborigen en las Américas; −pusimos el episodio de la matanza de charrúas en Uruguay− tuvo muchos “testigos” aunque solo dos hayan llamado a las cosas por su nombre.

Repasemos los términos de la convención acerca de genocidio que teóricamente nos cubre y nos ampara desde 1948 (9 de diciembre):[9]

  • Actos cometidos para destruir total o parcialmente un grupo racial, étnico o religioso;
  • Matar miembros de ese grupo;
  • Causarle daños físicos o mentales a miembros de ese grupo;
  • Infligirle, deliberadamente, a un grupo condiciones de vida calculadas para destruir físicamente sus vidas, total o parcialmente.”

Otros aspectos de la convención que atañen, por ejemplo, a la transferencia forzosa de niños a otros ámbitos, muy pertinentes para anglificar indiecitos en Norteamérica, por ejemplo, tienen menos que ver con Palestina. ¿Pero cuál de esos cuatro numerales que acabo de traducir no se aplica punto por punto a lo que ha hecho siempre y sigue haciendo cada vez más  brutalmente, el sionismo, Israel, en Palestina?

¿Qué pasa con la ONU?: ¿No se enteró de cómo Israel convirtió a la Franja de Gaza en un  campo de concentración, desmantelando su produccion local, agropecuaria y pesquera (mediante expeditivos procedimientos como envenenar los campos)? Que Israel regula hasta las dosis individuales de alimentación (con el consiguiente deterioro alimentario que todos conocemos por mermas, vencimientos y multitud de “accidentes”).

¿Qué considera la ONU y sus plenipotenciarios guardianes de lo genocida los bombardeos de viviendas y  barrios derribados hasta los cimientos, donde todavía hoy no podemos saber cuántos bebes, infantes, adultos, ancianos yacen enterrados vivos (y quienes han tenido la oportunidad y el tiempo para abandonar esas edificaciones, salvar la vida, el pellejo, pero no las pertenencias de sus vidas cotidianas; ropas, fotos, bicicletas, libros)?

Israel no ha cambiado un ápice su política desde 1948 hasta 2023.

Claro que con sus padrinos, gigantes guardaespaldas; EE.UU. y el Reino Unido.

Habrá que ver si el resto del mundo opta por cambiar la suya con un estado, el israelí, que escarnece todas las sacrosantas  disposiciones que teóricamente al menos, nos rigen.ф

[1] La  comunicación pública radios, diarios, teves, en países como Argentina o Uruguay sobre el 7 oct. 2023 es lastimosamente pobre (aunque mayor que en episodios anteriores). Se apuesta mucho a los “rehenes” y apenas a los gaseados, bombardeados, expulsados, hambreados, palestinos, con sus viviendas, ciudades, destruidas como en las peores escenas de la IIGM. Dos “termómetros” argentinos: el recién nombrado presidente Javier Milei, aspira a “recibirse de judío” y antes de asumir la presidencia (10 de diciembre) ha hecho un viaje iniciático para recibir suponemos que los óleos de rabinos ultraconservadores en Nueva York (Centro Ohel Jabad-Lubavitch). No se le puede negar capacidad sintética, abrazando en único viaje sus dos “amores”: EE.UU. e Israel. Por su parte, la lideresa indisputada de la oposición peronista, que tendríamos que suponer en “el otro rincón” que Milei, Cristina Fernández de Kirchner, ante los acontecimientos desencadenados el 7 de octubre, 2023, repudia toda violencia y  postula las soluciones de la ONU, en particular “la de dos estados”: una entelequia que jamás captó siquiera un atisbo de la mentalidad y la concepción sionista.

[2] Life and Loathing in Greater Israel (Vida y asco en el Gran Israel).

[3]   El nombre proviene del militar cartaginés Aníbal que optó por envenenarse antes de caer preso de los romanos.  Hay una diferencia sustancial con la “opción” homónima: Aníbal eligió morir; en el caso de los soldados israelíes copados, quien decide sus muertes es el mando militar. De ese modo, fue bombardeado el cuartel israelí de control sobre la Franja de Gaza, Erez Crossing, copado por milicianos palestinos, que contaba con una enorme dotacion israelí de soldados, muchos de ellos administrativos, sin armas o casi.

[4]  Cit. p. Alastair Crooke, https://www.unz.com/article/the-magicians-hat-and-the-great-simulacrum-of-palliative-balm/.

[5] “El público israelí ha abrazado la doctrina Smotrich”,

https://www.somosmass99.com/el-publico-israeli-ha-abrazado-la-doctrina-smotrich/.

[6]  E. Mendes Vives, La gente y las cosas en el Uruguay de 1830, Tauro, Montevideo, 1967.

[7]  A. Crooke, https://www.unz.com/article/will-the-scorpion-sting-the-u-s-frog/.

[8]   “Epicentro”, publicado en Ctxt, 19 nov. 2023.

[9]   Fecha por demás problemática, porque no podemos olvidar que el 11 de diciembre de ese mismo año, la ONU se declaró satisfecha con “los progresos realizados […] para  conseguir un ajuste pacífico de la situaciòn futura de Palestina” (resolución 194 de ONU) que pasa por alto dos “detalles”: que el Plan Dalet llevado adelante por los sionistas al día siguiente del abandono  británico de Palestina, significó no solo la expulsion de varios cientos de miles de habitantes de sus moradas y lugares desde siglos atrás, sino además la muerte de algunos miles de palestinos refractarios a la “mudanza”, sino además, y encima, el asesinato de Folke Bernadotte, el primer mediador de la ONU, designado para conocer necesidades y puntos de vista de judíos y palestinos. Bernadotte no entendiò por qué todo iba a favor de las demandas sionistas y nada hacia los habitantes originarios y fue prestamente asesinado. Tras el impacto de violaciòn a tamaña investidura −la ONU estaba flamante− el asesino fue preso…  unos días y pocas semanas después fue incorporado como guardaespaldas del también flamante presidente israelí, Ben Gurion. Y la ONU ni siquiera calificó el asesinato como asesinato; dirá apenas, cobarde y falsariamente, que Bernadotte “sacrificó su vida”. (ibíd.)

Publicado en Centro / periferia, Conocimiento, Cultura dominante, Destrozando el sentido común, Globocolonización, Los pueblos nativoamericanos, Palestinos / israelíes, Poder, Sociedad e ideología

¿Uruguay periférico y subalterno o/y pequeñito y autónomo?

Publicada el 27/08/2023 - 16/10/2023 por ulises

Filosofía: ¿necesaria o prescindible?

por Luis E. Sabini Fernández

El gobierno de Luis Lacalle Pou está tomando medidas para achicar la presencia de la filosofía en los estudios secundarios y restringir los de astronomía, convertida su asignatura en “opcional”, con lo cual se empalidecen los aportes que puedan brindar a los jóvenes estudiantes para la comprensión del mundo.

Este ataque o desprecio al pensamiento abstracto suele ampararse en la relevancia que se quiere otorgar a materias útiles y concretas, como inglés, tecnología, economía y finanzas. Para que los alumnos “aprovechen su tiempo de estudio”.

Es un debate viejo en la historia uruguaya, y por cierto tiene que haber existido en EE.UU., en Europa, en los países asiáticos.

El “llamado de atención” y cierto desdén ante materias abstractas o ajenas a las necesidades laborales, tuvo una curioso  antecedente en la presidencia del padre del actual presidente. Y uno podría considerar que se trata de las mismas usinas ideológicas que quieren ver a las generaciones jóvenes integrándose “como corresponde” en un mundo cada vez más altamente tecnificado.

Pero no estamos  en medio de consideraciones desinteresadas, como proclaman nuestros políticos.

La crítica a una educación presuntamente intelectualista no tiene empacho en que, por ejemplo, UPM promueva una educación de tipo instrumental para nuestros niños y jóvenes en áreas cercanas a sus plantas, para que sus operarios puedan hacer sus tareas  con pericia, aunque resulten carentes de toda  experiencia de discernimiento, y se diluya consiguientemente todo empeño en generar capacidad crítica.

El tipo de capacitación que el mundo de los consorcios transnacionales demanda es para una mano de obra a su servicio, seguramente al día en desarrollos tecnológicos, pero ajena a toda reflexión (para esa instancia el mundo hipertecnologizado de nuestro presente ya tiene a sus especialistas, como por otra parte toda sociedad de amos ha tenido siempre).

La cuestión planteada con los planes de estudios secundarios es compleja. Porque a su vez, los proyectos humanistas, eruditos e intelectuales que han caracterizado al Uruguay liberal, al de la mayor parte del siglo XX, tampoco han ayudado a generar jóvenes capaces de gestionar su propio futuro y el de la sociedad en que viven, desde adentro, desde abajo. Porque, como sociedad periférica que somos, nuestros desarrollos han sido desde afuera y desde arriba.

Pese a todo, Uruguay tiene una historia relativamente rica con la filosofía, al menos en el concierto sur y centroamericano.

Tal vez hasta su origen –territorio desgajado de un concierto político mayor, que se vio forzado por razones geopolíticas (de los poderosos de entonces y de los vecinos) a ser “independiente” o “libre”– obligándose así a generar ya que no una historia propia, sí un camino propio; tal vez por la carga política de los primeros proyectos independentistas sobre este territorio; el sueño artiguista confederal, tal vez por nuevas contribuciones que sin concierto pero con  feracidad cayeron en nuestra tierra, y la abonaron, como por ejemplo, las emigraciones o mejor dicho los refugios políticos de los comuneros de París de 1848 y poco después, los de los comuneros parisinos de 1871,[1] aporte que configuró el Uruguay y particularmente el Montevideo del s XIX; ”la Nueva Troya”, y que se tradujo culturalmente en el peculiar fenómeno que a lo largo de todo el siglo XIX fueron más las ediciones uruguayas en francés que en castellano.

Con ese bagaje cultural, totalmente europeísta aunque no en la matriz ibérica que caracterizara a tantos estados nuevos de las Américas al sur del Río Bravo, entra el Uruguay al siglo XX y casi enseguida José Batlle y Ordóñez, hijo del presidente Lorenzo Batlle, iniciará una peculiar modernización en el pequeño país que tendrá como  consigna una democratización unitaria, que denominará institucional.

El fundador de una de las dinastías políticas del Uruguay, por un motivo circunstancial, azaroso, logrará encauzar al país en una senda única. Algo que dado el origen del Uruguay, había resultado arduo. El país estuvo dividido, bicéfalo, buena parte del s XIX -blancos y colorados, el gobierno de la Defensa y la Aduana de Oribe, aporteñados y abrasilerados, doctores vs. caudillos-,  y la sorpresiva muerte de Aparicio Saravia, el jefe armado del ejército miliciano del Partido Nacional, acabará con la “Revolución de 1904”.

 

Con JByO se inicia así un proceso de democratización, de laicización enfrentado a la Iglesia Católica, se consigue el divorcio por la sola voluntad de la mujer, quedan abolidos los malos tratos a los presos, la aceptación de las demandas sindicales, se suprime la pena de muerte, la tauromaquia, la riña de gallos y muchas medidas por el estilo, todo ello (o casi todo) en la primera década del s XX.

La derecha clásica -la del latifundio, el crucifijo y los  negocios entre caballeros-  estaba que reventaba de odio. Contra ese comunismo que creía ver en el batllismo.

En  ese aspecto, empero, el batllismo perseveró. Sosteniendo un laicismo que permitió fortalecer, desarrollar la educación pública. Y  tuvo contradictores, como José Enrique Rodó, que también aportaron al potencial intelectual y filosófico del Uruguay.

En ese ámbito, el aporte de Carlos Vaz Ferreira será decisivo. Y con él, un florecimiento de la filosofía. Y con José Figari, otra cabeza pedagógica (aunque termine famoso por sus pinturas), postulando un ensanche de la educación hacia los jóvenes. Aun con limitaciones clasistas, el Uruguay abrió con su política cultural y educativa una acción, un devenir intelectual, social y político para las nuevas generaciones,[2] para nada reducido a los núcleos oligárquicos. Es el Uruguay del semanario Marcha (1938-1974) y contemporáneamente  de la “generación crítica”. Muchos otros docentes e intelectuales fueron expresando este Uruguay con enjundia filosófica; Carlos Real de Azúa, Roberto Ares Pons, Carlos Quijano y tantos, tantos otros. El Uruguay de mediados del s XX fue generando un movimiento formidablemente crítico enraizado en el desarrollo de ideas de nuestros filósofos, docentes e intelectuales, la filosofía actuante y práctica que fue forjando en el país. Y así, la FEUU fue uno de esos semilleros. Uruguay forjó una representatividad, una vigencia intelectual continental, llamativa para las dimensiones del paisito.

El perfeccionismo de JByO lo llevó a procurar instaurar un régimen colegiado de gobierno de inspiración suiza (los suizos tuvieron enorme protagonismo en el Uruguay de esa época y posterior, pero no en el gobierno sino en la mejora de la industria lechera  y láctea). Pero la primera puesta en práctica de “colegialismo”  fue limitada y la segunda,  coincidió con el comienzo de una crisis que carcomerá a todo el país en la segunda mitad del s XX. La pretensión de eliminar liderazgos caudillistas con gobiernos colegiados no sólo no plasmó políticamente sino que tampoco atemperó liderazgos.

Este divorcio entre la doctrina y la realidad también se expresó en la relaciones de poder entre estados: los batllistas llegaron a declararse anticolonialistas. Y bajo esa consigna, sobre todo al fin de la 2GM, expropiaron muchas empresas y servicios que “los ingleses” habían desplegado en el país. Sólo que coincidiendo con la apertura del país a otra inversión, la norteamericana.

Cambiamos trenes por autos y camiones.

Incluso con un minus: trenes ahora propios otra vez (como las primeras líneas, de 1865) por autos y camiones ajenos. Made in USA.

Pero ese cambio de metrópolis no se inició en 1945, con el establecimiento de EE.UU. como potencia primera del mundo. El batllismo había iniciado su amorío con el american way of life bastante antes.

Con el presidente batllista Baltasar Brum, para quien la Doctrina Monroe, discutida cuando su primer centenario, en 1923, no era una expresión imperial de EE.UU. sino el camino para sacarse de encima toda pretensión colonial europea.

Lo que equivale a decir que probablemente el principal continuador de Pepe Batlle, con un final trágico que lo honra [3] tenía la más absoluta miopía ante un colonialismo, un imperialismo que apenas mutó algunos de sus rasgos, con lo cual fue fácilmente aceptado, y adoptado  por la novel dirigencia política batllista.

Alberto Guani, canciller batllista, será el único representante de la América lusohispana, que apoyará la Declaración Balfour del gobierno británico, 1917, prometiendo Palestina a referentes del gran capital judío transnacional.  Con total desaprensión ante la población existente en Palestina desde siglos atrás (¿o milenios?).

No es extraño. Era “lo natural” que europeos ocuparan el territorio que consideraran apropiado para sí. Lo hicieron en todos los continentes; lo hicieron en el actual Uruguay, poblado antes de la llegada de españoles y portugueses por charrúas, arachanes, guenoas, minuanes, bohanes, de quienes apenas se conservan idea, recuerdos y testimonios, como los túmulos funerarios denominados “cerritos” (aunque entendámonos: hay sangre de esos originarios en nuestro país, sobre todo, pero no exclusivamente, de los infantes y mujeres repartidos tras Salsipuedes, 1831).

Pero junto con el giro a la franca derecha que el batllismo fue operando en nuestro país, siempre bajo la bandera progresista de la resistencia al colonialismo europeo y la apuesta por la modernización tecnológica (muy identificada, aunque no exclusivamente, con EE.UU,), el país siguió  caracterizándose por una crítica política y filosófica inquieta, cuestionadora. Entre otros rasgos, se hizo vigoroso en política internacional, el tercerismo: ni con EE.UU. ni con la URSS.

En 1959, tenemos dos fenómenos nuevos; uno no tan nuevo: la crisis económica, que se había postergado para el país con la Guerra de Corea (1950-1953) gracias a las exportaciones –carne  y lana– se vuelve a presentar, cada vez más imperiosa, desde la segunda mitad de la década del ’50; y dos, hace irrupción en el panorama latinoamericano la Revolución Cubana (1959). Que se lleva consigo a buena parte de “la generación crítica.”

Hagamos una última referencia al vigor filosófico en nuestro país. Hacia 1973, caído el país en feroz crisis,  se mantenía una maltrecha Facultad de Humanidades y Letras, promovida en 1945 por Carlos Vaz Ferreira, y en su Licenciatura de Filosofía, junto a departamentos como el de Filosofía Teórica, Epistemología, Estética, dos de Historia de la Filosofía y otro de Filosofía de la Historia, estaba el de Filosofía de la Práctica cuyo titular era Mario Sambarino. Con el golpe de estado de junio 1973, la Universidad será clausurada durante unos dos años que serán de depuración ideológica.  En sus clases de seminario, ya sobre el filo de lo que iba a ser el cierre de la Universidad, Sambarino explicaba: el régimen instaurado proclama su lucha contra tupamaros, guerrilleros, la violencia, el marxismo, el socialismo. Esta cátedra no es ni guerrillera ni frenteamplista ni marxista ni violenta. Si se atienen a lo que proclaman, nuestra labor tendría que seguir en pie. Si a nosotros nos barren sin que estemos en los listados y agrupaciones en los cuales otros colegas están, eso revelará el verdadero carácter liberticida, archirreaccionario del proyecto de la dictadura.

El Instituto de Filosofía de la Práctica, como todos los demás, fue cerrado durante esos dos años. Casi todo su personal, director incluido, exonerado. Mario Sambarino, autor del ensayo extraordinario Algunas consideraciones sobre la estructura aporético-dialéctica de la eticidad (1970), tuvo que morir en el exilio.//

notas:

[1]  La Comuna de París de 1871 configuró el primer conato de lucha por el socialismo. Y fue muy relevante, no sólo por el tendal de muertos, que se estima en varias decenas de miles de obreros, sitiados  y reprimidos con ferocidad, sino por resultar el primer enfrentamiento entre lo que se denominó lucha entre capitalismo y socialismo. Cuando en febrero de 1918 Lenin  y los suyos calculan que el golpe de estado que han dado y llaman revolución ya ha sobrepasado los dos meses largos y se mantiene en pie, que fue el tiempo “de vida” de la Comuna de París antes de caer derrotada, lo festejan como “triunfo” y se cuenta que hasta el austero Lenin zapateó loco de contento. La Comuna de París era denominada “el primer asalto al cielo” de tiempos modernos, lo que nos permite calibrar el rasgo religioso del socialismo, tan a menudo pretendidamente científico.

[2] Apenas una anécdota de mediados del s. XX: el profesor de filosofía  Ismael San Miguel, proverbial examinador, insistía durante todo el curso en la importancia de pensar con cabeza, y sobre todo, propia. En la mesa de examen le pregunta a un estudiante:

“-¿Qué es eso? y le señala una mosca. El estudiante le contesta: una mosca. Y el profesor, como insatisfecho por la sequedad de la respuesta replica: -es vida; es un componente de nuestro universo… y se extiende en otras consideraciones biológicas, poéticas…. Suponemos que el examinado saldrá aprobado aunque no con un cum laude. Pasa a la mesa de examen el estudiante siguiente, el que estaba preparándose en un pequeño pupitre mirando y escuchando al estudiante que lo precedía. Esa rotación la conocía tanto los estudiantes como el docente. El docente la pregunta al nuevo examinando: ¿Qué es eso? El estudiante sabe el espích: -Es vida, un componente de nuestro univers… El profe –todos sabíamos que no toleraba la imitación– lo interrumpe y le aclara: -Es una mosca. Reprobado. Se castigaba el copiar o copiarse  en escritos… él también en orales.

[3]  Ante el golpe de estado de José L. Terra, en 1933, Baltasar Brum llama a la resistencia, revólver en mano, y ante la inacción o indiferencia social ante semejante atentado al orden constitucional, tras horas de infructuosa espera, se pega un tiro en la sien.

Publicado en Conocimiento, Sociedad e ideología, Uruguay

La fábula sionista de un colonialismo esquizoide que extiende desolación sobre sus objetos de conquista

Publicada el 18/07/2023 por ulises

por Luis E. Sabini Fernández –

14 JULIO 2023

SENTIDO COMÚN INTROYECTADO  Y VERDAD HISTÓRICA, MUCHO MÁS ESQUIVA

Dos aspectos que provocan cambios significativos dentro del conflicto internacional e interétnico más prolongado de nuestro presente; el israelopalestino, desencadenado a fines del s XIX. No se los puede considerar aspectos novedosos porque están cargados de viejas connotaciones, pero vale la pena apuntarlos por separado:

1) que el aumento de la represión a la sociedad palestina ha ido tomando, con el correr del tiempo,  mayor intensidad; más muertos palestinos, incluido niños. Eso  no expresa sino la brutalización de la implantación sionista. Puede haber más de una explicación; la premura incrementada del régimen israelí  para liquidar una situación, una resistencia que enerva, pero también podría ser el recurso de jerarcas sionistas, crecientemente cuestionados, usando “lo palestino” como fusible; 2) cada vez ha resultado más inocultable la estrategia colonizadora del sionismo europeo mediante la incorporación de judíos mizrahim:  investigaciones históricas dejan en claro la política israelí de “provocar el abandono de judíos árabes de sus países de origen” valiéndose de atentados en templos judíos en el mundo árabe para enajenar la milenaria vida judía en realidades ajenas a la que el sionismo oficial conocía y valoraba. Confirmando así el carácter eurocéntrico del diseño y el proyecto sionista.

En un trabajo reciente el investigador palestino Salman Abu Sitta [1] repasa los trabajos de Avi Shlaim, judío mizrahi caracterizado como de ”los nuevos historiadores” [2] y particularmente su último libro, reciente: Tres mundos: memoria de un árabe judío.

Shlaim aclara que es, siempre ha sido, un árabe por cultura, historia y geografía, y judío por su fe religiosa.

Pero que en la medida que la política sionista –colonialista, eurocéntrica– resolvió por él, y por miles y miles de mirzrahim a quienes se les forzó la retirada de su vida como judío entre árabes, entiende Shlaim, resultaron victimados por los askenazíes europeos. No con el mismo grado de daño con que se actuó contra los palestinos, pero con enorme daño, por desposesión cultural (y material, porque ricos judíos en Bagdad, por ejemplo, fueron metamorfoseados en mano de obra poco calificada en el nuevo Israel con el idioma hebreo como lingua franca)

Sitta aclara que en el caso de la comunidad judía en Bagdad se trataba de una permanencia judía allí y en zonas aledañas de unos 2500 años, mucho más antigua que la que tenían los judíos en Europa Oriental cuando sobrevino la represión nazi).

La conversión forzosa a “retornantes a Sion”, convirtió a judíos árabes en masa de maniobra de la dirección sionista. En varios aspectos bastante diferenciables. “Llegaron y fueron humillados espolvoreándolos a todos con DDT y acuartelados  en campamentos de carpas, no recibidos en kibutzim, que era el sitio donde los europeos iban a residir.” (Sitta, ibíd.)

El uso de la masa de población árabe judía por parte de la dirección askenazí encierra un cierto paralelo con el de los blancos pobres del Sur estadounidense, largamente analizado por historiadores estadounidenses como Howard Zinn, Waldo Frank y otros.  Los “blancos pobres del sur” se convirtieron en grandes defensores de sus míseros derechos para mantener su situación social por encima de la de los afrosdescendientes apenas emancipados de la esclavitud pero no de la explotación más despiadada. Los blancos sureños pobres se congratulaban de estar mejor que los negros y contribuían a ese estado social que les permitía verse a sí mismos por encima del último eslabón. La dirección sionista europea jugó con ese mismo minimalismo para obtener la adhesión mizrahi al proyecto sionista de despojo a la población palestina.

Yehouda Shentav  nos muestra otra faceta de ese juego de poder, tan manipulador como los ya presentados: ‘utilizando judíos orientales como peones contra los refugiados palestinos”.

En Israel se “funda” la WOJAC (Organización Mundial de Judíos de los países árabes) como “moneda de cambio” que neutralice la cuestiones de los refugiados palestinos a quienes se les han negado siempre todos los derechos acordados por la ONU a refugiados.

E Israel ha dispuesto en su estrategia equiparar a refugiados palestinos con “refugiados judíos” (de los países árabes).[3] Para que ‘la cuestión de los refugiados’ resulte un asunto de suma cero y que Israel no tenga que deber un céntimo.

Luego del terror controlado con que se llevó adelante el Plan Dalet (14 mayo 1948), de despojo masivo a los palestinos expulsando a más de la mitad de su población, matando a varios miles de pobladores, violando, arrasando y saqueando a unas quinientas aldeas en ese mayo de 1948, la dirección sionista procura igualar esa limpieza étnica brutal que se lleva a cabo en el flamante Estado de Israel con las “promovidas” llegadas de judíos de países árabes limítrofes. Para asegurar y lubricar esas expulsiones judías, el MOSSAD lleva adelante atentados a sinagogas, por ejemplo, en Bagdad, o a cines, como en El Cario, que motoricen el abandono de judíos en tales países, que la dirección sionista procura incorporar Israel.

Shlaim tiene una explicación acerca del interés que Israel tuvo en los judíos árabes:

“A través de una serie de matanzas, las fuerzas militares sionistas dirigidas por la Haganah vaciaron unas 500 aldeas y ciudades palestinas. La mitad ya estaba despoblada antes de la proclama del estado [15 mayo 1948] y antes que entraran soldados árabes para preservarlos de matanzas como la de Deir Yassin. Palestina quedó medio vaciada. La mayoría de los judíos europeos elegían ir a EE.UU., no a Palestina. A  Ben Gurion se le hizo urgente encontrar población para llenar el vacío. Alemania pagaba generosamente reparaciones, no a los sobrevivientes de sus ciudadanos judíos sino al nuevo Israel que estableciera nuevos inmigrantes. Así comenzó la campaña para atraer mizrahim a Israel. El primer objetivo eran los judíos iraquíes, los más antiguos y los más ricos entre todos los árabes judíos.[4]

 

Hemos repasado apenas las dificultades que tiene el EdI para legalizar y estabilizar sus objetivos. La resistencia palestina es sin duda formidable, histórica. Pero hay otras razones que explican las “dificultades de parto” de una experiencia como la sionista con bastante más de un siglo procesándose.

 

UNA EXPERIENCIA A DESTIEMPO

Cuando el principal colonialismo de fines del s XIX y comienzos del XX –The British Empire– le entrega a representantes prominentes de la colectividad judía[5]  una suerte de poder para la instauración de un colonialismo de asentamiento en un territorio que vieron propicio, nadie imaginaba los tiempos que iba a insumir semejante emprendimiento, y el creciente divorcio con los cambios culturales que iban a ir operando en la sociedad; en 1917 el colonialismo puro y duro estaba, todavía al menos formalmente vigente, y el sionismo, cautamente al principio, inicia una política de asentamientos por vía legal despojando a campesinos de sus tierras mediante el pago escrupuloso del valor de esas tierras a sus propietarios legales y ausentes, residentes en ciudades lejanas.

Algo que jamás se tomaran el trabajo de atender los colonialistas cuando la expansión “les exigió” las tierras a los nativos sioux en América del Norte, a los mayas en Yucatán, o a los ibos del África atlántica, o a los bantúes del África ecuatorial. En plena expansión, colonial, militar, económica, el capitalismo validó sus conquistas de tierras sin necesidad de brindar amparo legal a sus acciones; éstas se validaban por sí mismas, generadoras de un nuevo derecho.

El sionismo entonces se amparó inicialmente en un tipo de expansión  y despojo legal, cubierto con abundante pago de metálico. Claro que no a los directamente afectados por la implantación sionista, sino a titulares legales de los bienes –grandes latifundios de ausentistas– que el sionismo fue adquiriendo “legalmente”.

El esquema colonial vigente a fines de la 1GM con el cual Inglaterra  y Francia asentaron sus dominios fue modificando las redes transnacionales de producción e intercambio, con el paso de las décadas y la modernización, tecnológica y cultural, procesándose cambios culturales significativos. Así que cuando al fin de la 2GM el sionismo le imprime un ritmo mucho mayor y decisivo a la forja de una nación de amos sobre los vestigios de la sociedad palestina, hacía ya mucho que no teníamos ese tipo de colonización en otras latitudes.

La cristalización del colonialismo de asentamientos, tan característico de las naciones anglófonas (evitando todo mestizaje) terminó a fines del s. XIX (Canadá, Australia, Nueva Zelandia). Y  como experiencia pionera y decisiva, la de EE.UU., ya cuajada a mediados de ese siglo.

Las naciones del subcontinente indolatinoafroamericano desarrollaron otro tipo de colonización  en el resto americano, y en Asia y África se configuraron otros tipos de colonialismo. Todos ellos con sus modalidades racistas, de diverso tipo.

 

El tipo de colonialismo sustanciado por el sionismo ha extraído su legitimidad del nazismo.  Como si se tratara de una contrafigura.

Pese a que sionismo y nazismo son dos cuestiones históricamente separadas; no nacieron para ser explicadas recíprocamente. Incluso podría decirse que dentro de la Alemania nazi, al menos en etapas tempranas, el sionismo contó con cierta benevolencia, una cierta coexistencia con los nazis. Asunto peculiar, puesto que el nazismo, –militantemente antidemocrático– barrió, muy pronto de la esfera pública toda opción política, salvo la sionista, precisamente.

A mediados de los ’30 sólo los sionistas, aparte de los propios nazis, mantenían sus medios de propaganda en  el 3er. Reich.  Con lo  cual, no nos queda sino una conclusión insoslayable: hay algo en común (en conflicto o no) entre nazismo y sionismo.

 

Expongo apenas una pregunta que han planteado diversos investigadores (Philip Giraldi, Ron Unz, Laurent Guyénot, Mike Whitney, entre otros muchos). Al día de hoy son cada vez más los estados en que deviene delito no aceptar la versión oficial del IHRA, International Holocaust Remembrance Alliance  (Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto) como “verdad revelada” acerca de lo acontecido a judíos en la Alemania nazi; los 6 millones de matados por el nazismo, los métodos para tal dimensión genocida, le red de campos de exterminio, el uso industrial del gas Zyklon B… Delito, porque cualquier negativa a la versión IHRA es  considerada “negacionista”.

 

Recorriendo bibliografía de lo acontecido durante la Segunda Guerra Mundial [en adelante 2GM], autores como los mencionados han tomado nota que la historia  de la 2GM, de más de mil páginas, de Winston Churchill;[6]  la de Charles de Gaulle,[7] otra obra monumental, Memorias de la guerra, de más de 600 páginas, editada en dos volúmenes a lo largo de la década de los ’50,  y el formidable relevamiento de  Dwight Eisenhower titulado Crusade in Europa,[8] otra obra de gran porte, más de 600 páginas, escritas todas ellas y publicadas entre el fin de la 2GM y la década de los ’50, todas de autores insospechables de benevolencia o coincidencia con el nazismo, no contienen ni una página, ni una referencia que coincida siquiera malamente con la presentación que el IHRA enarbola sobre el trato mortal dado por nazis a judíos.

Si llegamos a tener en cuenta la presencia de al menos unos 150000 judíos dentro del Ejército Alemán, dirigido por el nazismo durante la 2GM (una mitad definidos como medio judíos, es decir con un progenitor judío,  y la otra mitad, como “cuarto judíos” porque contaban con un abuelo judío), y sabemos además que entre tales “mestizos” hubo varios militares sobresalientes con cargos de alta capacidad de mando, la perplejidad deviene única respuesta ante tanta disonancia cognitiva. Incongruencia entre las imágenes estereotipadas  que consumimos sobre la 2GM y la historia a secas.[9]

Si en los ’40 y ’50 no existía “el holocausto” tal como lo conocemos hoy, ¿de dónde surge esta imagen que hoy tiene tanta fuerza y hasta un sacerdocio laico, el IHRA, dispuesto a proteger la versión al parecer innegable?

Recordemos en primer lugar que el genocidio nazi de judíos fue abordado y situado históricamente por investigadores valiosísimos como, por ejemplo, Norman Finkelstein,[10]  él mismo judío. La investigación de Finkelstein ya apunta a desmontar la versión oficial del “holocausto” que por entonces se había encaramado en la conciencia colectiva por machaconeo mediático.

Porque tras las grandes obras de posguerra que NO registran el acontecimiento, tenemos, en 1978, una miniserie hollywoodense que impone imágenes muy fuertes, de enorme magnetismo, que forjará un antes y un después para el tema. Holocaust. En 1998, se funda el IHRA, red intergubernamental compuesta por 28 países europeos y 7 extraeuropeos con el fin de reconocer, reproducir una verdad oficial y única sobre el “Holocausto.”

Ese carácter obligatorio de la versión del comportamiento nazi sobre lo judío ha despertado interrogantes acerca del carácter de verdad histórica. Hasta ahora en prácticamente todos los órdenes de la historia humana, el conocimiento y la investigación se han regido por aportes documentarios sobre un acontecimiento dado. La idea, en cambio, de una verdad consolidada, fija, absoluta se ha reservado, hasta ahora, al ámbito de la fe religiosa y los documentos o testimonios que allí se atesoran. Conocimiento y fe, en ese sentido, constituían un par conflictivo o sencillamente, no constituían par alguno. La resolución intergubernamental que ha dado lugar al IHRA ha roto ese enfoque epistemológico. Y ha dado lugar a un problemático maridaje de ciencia y fe.

Hasta ahora, totalmente escindido del conocimiento histórico.

[1]  ”Zionism is an Ashkenazi thing” [El sionismo es una cosa askenazí], 5 jul. 2023.

[2]  Historiadores israelíes que se vieron precisados a romper con la historia oficial del Estado de Israel, tan alejada de los hechos históricos, como una revista de historietas.

[3]   Shentav, Y., ”Utilización de los judíos orientales como peones contra los refugiados palestinos”, www.rebelion.org, 28 set. 2012.

[4]   Sitta, ob. cit., glosando a Avi Shlaim.

[5]   Declaraciòn Balfour, nov. 1917.

[6]   Winston Churchill, The ”2nd. World War”.

[7]   Memoires de la Deuxième Guerre Mondiale, 1954-1959.

[8]   Doubleday Publ., N.Y., 1948.

[9]   Mark Rigg, Hitler’s Jewish Soldiers, Kansas Univ., 2006.

[10]  The Holocaust Industry, Verso Books, N. Y., 2000.

Publicado en Conocimiento, Palestinos / israelíes

URUGUAY: Lacalle Pou, ¿águila o paloma? BORRANDO EL PASADO, NUBLANDO EL PRESENTE

Publicada el 18/07/2023 por ulises

por Luis E. Sabini Fernández –

23 JUN 2023

Nuestro inefable presidente, Luis Lacalle Pou, cual demiurgo temporal, tras decisiones gubernamentales que configuran el incognoscible futuro de nuestro país, concedió a un consorcio transnacional 60 años de administración portuaria –con lo cual su firma tiende a embretar las de los próximos doce presidentes–. Ahora ha decidido también por sí y ante sí, modificar el pasado.

Por supuesto que, como siempre, con las mejores intenciones y en aras de los más altos objetivos. Invocando la paz, no para concretarla pero sí para reverenciarla.

Lacalle Pou, decide que la enorme escultura en bronce del águila “guerrera” –emblema nazi– con su gigantesca esvástica, que fuera extraída de los restos del acorazado de bolsillo Graf Spee, hundido en aguas territoriales uruguayas, cerca de la costa montevideana, sea fundida y trasmutada en paloma de la paz (para lo cual, cuenta finalmente con la aquiescencia de tal vez el escultor estrella vivo de mayor renombre en nuestro país).

Enfrentando o mejor dicho, ignorando el significado histórico que podría tener rescatar todos los restos del Graf Spee, incluyendo el águila en bronce, nuestro presidente opta por la apuesta ideológica y militante: desconocer el pasado, basándose en un planteo que sabe caro a todos los poderes más o menos satisfechos del presente. Porque ya sabemos que todo poder establecido se convierte en defensor nato y neto de la paz: la paz es lo que asegura lo conseguido, lo establecido. En  este aspecto, no figura si lo que se ha obtenido es justo o no; es lo que se ha obtenido.

Tal lo acontecido, históricamente, con la pax romana, la pax britannica. Y es de ese mismo modo, que  la dirigencia de EE.UU. ha invocado durante décadas “su” pax americana.

La decisión presidencial nos lleva directamente a George Orwell y su visión de los reconstructores del pasado. Ingsoc, el pesadillesco estado omnipresente de 1984, tenía su Dpto. de Actualización Histórica, que refrescaba la memoria de acuerdo con una geoestrategia imperial siempre presente. Y si ayer había servido tener un pasado condenando un acontecimiento, hoy la coyuntura podía necesitar borrar ese pasado condenatorio y tener, por ejemplo, uno nuevo que glorifique otro punto de vista, de pronto opuesto al anterior. Porque lo que importa no era reconocer la veracidad de lo acontecido sino ajustarse a las necesidades de la coyuntura presente. Y para Luis Lacalle Pou, ¿hay algo más importante que santificar el credo geopolítico actual? ¿Cuál es? La paz, ya todo el mundo lo sabe, al menos desde que “los rusos invadieran”.

Repasemos la historia inmediata: ¿el mundo occidental defiende otra cosa? ¿Qué fue sino defender la paz arrasar Irak y asesinar a su líder, frustrando la formación de una bolsa de monedas para el negocio transnacional del petróleo arrebatándole al dólar su monopolio? ¿O invadir Libia y asesinar a su vez a otro líder empecinado en forjar una moneda panafricana que claramente desafiaba el área dólar? ¿Acaso EE.UU. ha defendido otra cosa que la paz al invadir Panamá para cortar de raíz el populismo de un exlugarteniente suyo?

Y cuando el eje EE.UU. y su chirolita UE inicia su política de incorporación de Ucrania –valiosísimo granero de Europa– al “mundo occidental”, angostando un poco más el “cerco sanitario” establecido a la Rusia exsoviética, y Putin reclama un derecho de “autodefensa” al estilo del esgrimido por EE.UU. para sus tantas incursiones (las nombradas o Haití, Granada, Colombia, República Dominicana, Siria e incontables etcéteras), la lógica institucional que caracteriza a la mayoría de las representaciones nacionales de la ONU, soslaya semejante demanda y Putin, con torpeza, invade Ucrania, carente del experimentado oficio interventor que caracteriza a EE.UU. en sus frecuentes incursiones internacionales.

Y esta invasión, rusa, sí, puede ser duramente criticada.

 

La decisión presidencial ha recogido el beneplácito de quienes albergan sin duda la misma noción de omnipotencia que ha caracterizado al presidente con su nueva alquimia. Como siguiendo las leyes del perro de Pavlov, “Roby Schindler, presidente del Comité Central Israelita del Uruguay, dijo que para él es una ’idea maravillosa’ y una ‘muy buena noticia’ la metamorfosis del símbolo nazi.  ‘Es un elemento de odio y de guerra que se transforma en un elemento de paz’.[1]

Pero afortunadamente el úkase presidencial ha encontrado también reparos en el país: lo cual es muy reconfortante.

Claudio Invernizzi, por ejemplo, precisó: “Es un disparate. Esa águila, tan brutal y amenazante, es una señal histórica de la barbarie a la que es capaz de llegar la especie. Transformar un pájaro no transforma a la humanidad, la disimula. Y borrar la simbología del horror, alienta al horror.[2]

Y si la primera parte de su planteo es valioso y nítido, su segundo momento es todavía más sabio porque revela no sólo la inanidad del proyecto sino su misma toxicidad. Si borramos un horror, estamos alentando a repetirlo. Se nos incapacita para generar la resistencia.

De ese modo, estaremos más débiles para rechazarlo al presentarse. Porque no lo hará con las consabidas ropas del pasado: la nueva intolerancia, no se vestirá de Tercer Reich, obviamente.[3]

Ya sabemos cuán cargados estamos al día de hoy de cancelaciones. Y ésas no recaen sobre los casi inexistentes nazis, por cierto.

 

[1]  Declaraciones recogidas por Perfil, Bs. As., 17 jun 2023: https://www.perfil.com/noticias/

noticias/la-polemica-por-la-transformacion-del-aguila-del-graf-spee.phtml?__vfz =medium%3Dstandalone_content_recirculation_with_ads

[2]  Ibíd.

[3]  Tenemos un ejemplo patente y patético al otro lado del río: Javier Milei se presenta como libertario y postula una serie de medidas draconianas, carentes de toda liberalidad; usar “modelo motosierra” para reducir gastos del estado, dolarizar la moneda nacional y ejemplifica como medida para “liberar”, instaurar un mercado de venta libre de órganos. Como en su momento Behring-Breivik, es un rendido admirador del modelo israelí.

Publicado en Conocimiento, Globocolonización, Palestinos / israelíes, Poder mundializado, Sociedad e ideología, Uruguay

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